Partida Rol por web

ZELENE

Durante la noche de celebración en la fortaleza enana, Ayla se sintió un poco extraña, como que algo se le iba a revelar. No estaba segura, pero desde que había entrado en el círculo de protección del sacerdote enano, había algo en su percepción que había cambiado. Se fue a descansar, y cuando apenas concilió el sueño comenzó a ver un bosque. Estaba en un bosque, no lo conocía, nunca había estado en él, pero le resultaba familiar. Iba andando entre los árboles. Árboles antiguos muy antiguos. De repente se abrió un claro y vio mucha luz y en el centro de esa luz a una mujer elfa.

Ayla se acercó y vio su pelo. Un pelo gris. Era alta, fina. Estaba arrodillada susurrando algo, parecía que hablaba con el bosque… Se acercó un  poco más y la mujer se levantó de repente y comenzaba a escrutar el lugar y cuando llegó donde estaba Ayla le miró fijamente con unos ojos grises que parecían atravesarme.

Acto seguido apareció en la puerta de un pueblo. En ella aparece la imagen de una mujer elfa en oración. No reconoció la puerta ni el pueblo pero era como si ya hubiera estado allí. De repente escuchó un ruido enorme de cuernos. Se giró y vio mucha gente y delante de ellos alguien. Alguien que marchitaba el prado a su paso. Alguien malvado y oscuro… Entró en el pueblo atravesando la puerta, que no se abrió en ningún momento, y vio varias calles y al fondo de una de ellas había una escultura de una piedra con un símbolo que no logró distinguir por el gentío. Mientras intentaba ver qué símbolo era el de la piedra, algo desvió mi atención… Escuchó:

-Dime Zelene por favor, ¿vamos a morir?

Ayla se giró y vio a una niña pequeña cogida de la manga de una túnica blanca, hablando con alguien. Era la elfa del bosque. Se llamaba Zelene. Ayla tenía una extraña sensación. Se sintió como si tuviera que responder ella a la niña. Era como si ella fuera Zelene, se sintió en ella pero a su vez le sintió a ella en sí misma…

Entonces aquella mujer se giró y miró a la niña con ojos llorosos, lágrimas con luz propia, y le dijo:

-Tranquila no morirá nadie de vosotros, se agachó y le dio un beso en la mejilla.

Parecía tener algún vínculo con esa niña, pero no lograba saber qué vínculo podían tener. Acto seguido escuchó gritos. La gente corría a esconderse, el cielo se oscureció, los hombres se prepararon para lo que parecía un ataque inminente. Se dispararon las primeras flechas. Silbaba el aire, se oyeron los primeros gritos de dolor, asomaban en el muro las primeras escalas, se vieron los primeros cruces de espadas y de repente otro estruendo y el portón se estremeció. Otro golpe BOOOOM temblaba el portón hasta los goznes. Zelene llamaba a algunos hombres para que reforzaran la puerta y ella comenzó a hacer unas formas en el suelo. BOOOOOM otro golpe. La puerta de momento aguantaba, los hombres la reforzaban, las escalas se repelían. BOOOOOM Zelene parecía serena, como si ya supiera cómo acababa esta historia. BOOOOM, los hombres apuntalaban la puerta pero comenzaba a agrietarse la madera. BOOOOOM, seguían silbando las flechas se seguían oyendo gritos.

De repente los golpes en la puerta cesaron. Se hizo un silencio aterrador, y comenzaban a llover proyectiles incendiarios sobre la ciudad. Se quemaba un granero, la gente corría a apagarlo, pero eran demasiados. La ciudad empezaba a arder. De nuevo se oían gritos, gritos de dolor, de miedo, de terror. La gente corría. Zelene gritó que no temieran, que no cedieran ante la fuerza enemiga. Parecían no oírla, pero de repente ella desprendió una luz que irradiaba paz y serenidad. Todo el mundo parecía calmarse pero no obstante sus ojos expresaban miedo.

BOOOOOM se reanudaban los golpes en la puerta. BOOOOOOM, BOOOOOOM rompió la madera y penetró el ariete. Por el agujero que dejaba al retirarse se distinguía caras sedientas de sangre y destrucción. BOOOOOM, ante el estupor vio cómo Zelene se acercaba a la puerta y BOOOOOOM estalló la puerta, no se distinguía nada. Había polvo, astillas volando por todas partes y entre la confusión se oyó:

-No podrás evitar que recupere “mi” piedra…, decía la voz.

-Te equivocas, soy Zelene guardiana y portadora de la luz de Elbereth y no podrás pasar esta puerta sin dejar este mundo para siempre…

-Necia, no sabes lo que dices, con muchos como tú he acabado y tú no serás un obstáculo para mí…

-Vuelve a la tierra oscura y deja a esta gente en paz, contestó Zelene.

-Apártate, aún no tengo nada contra ti, no hagas que te mate mujer elfa

-No entrarás en esta ciudad mientras yo esté aquí…, dijo la elfa.

-Tuya es la elección. ¡¡MUEREEEEE!!

BOOOOOOM un estallido de luz le cegó a Ayla y cuando recuperó la visión vio a Zelene de rodillas en el centro de un círculo completamente iluminado. En el suelo restos del arma de su rival. Se observaba el símbolo de luz del suelo y para estupor de Ayla, era su símbolo. El que había soñado hace pocos días… La luz cubría toda la entrada de forma que no podían pasar. Su rival intentaba entrar pero se veía una pequeña explosión y de su cuerpo salía humo. Se vio a la figura oscura desesperada, pero de repente se quedó quieta y empezaba a recitar una letanía extraña en una lengua que le era desconocida a Ayla y acto seguido con los ojos llenos de odio se adentraba en el círculo. Acto seguido, el símbolo y Zelene brillaban con la luz más pura que había visto jamás, hasta tal punto que no se podía ver que había dentro del círculo.

La energía fluia por toda la plaza, el suelo vibraba… De repente se produjo una explosión de luz y el círculo se apagó. Se estremecieron todas las partes del cuerpo de Ayla. Algo de ella se había desparecido. Ayla estaba cegada, pero cuando recuperó la vista vio las ropas en el suelo del ser oscuro. El bando enemigo empezaba a huir. Los defensores de la ciudad salían a perseguirlos pero… Zelene cayó a tierra, su cuerpo inerte derramaba sangre por el suelo y se distinguía una daga negra en su costado. Aún respiraba pero Ayla notó como desaparecía, como empezaba a desaparecer…

Empezaba a difuminarse el sueño, vio a la niña gritar y llorar intentando llegar a Zelene, pero alguien la sujetaba. De entre la multitud salió una figura, era otro elfo, era… Kaldor, el hermano de Ayla…  ¿Cómo podía ser? Lo último que vio era como se acercaba a Zelene y mientras le acariciaba el pelo y la cara le susurró, -yo lo guardaré para que pueda volver a ti…

Y de la mano le coge algo. Ayla intentó en un último momento ver qué era … Era Hilde Sikelion.

Ayla se despertó.

No entendía lo que había visto en el sueño. Zelene, su hermano, su símbolo, Hilde Sikelion… No sabía qué pensar, estaba aturdida y… le dolía el costado, allí donde a Zelene le clavaron la daga. ¿Por qué sentía eso? ¿Qué quería decir el sueño? ¿Ocurrió de verdad todo? Ayla iba a tener que buscar a mi hermano a ver si él sabía decirle algo.

Pasaron un par de días y el sueño se había vuelto a repetir. Ayla no dejaba de pensar en ello. ¿Será ella Zelene? El tiempo lo iba a decir…

AMON LIND

El viaje de Alam y Ayla les llevó desde las Tierras Brunas pasando por Eregion hasta la región conocida como El Ángulo. Allí, se encontraron con una serie de extraños sucesos que resultaron ser la antesala de una invasión a gran escala liderada por Ermegil Brazodepiedra. Huargos espectrales, ataques a las caravanas, espías…

Por desgracia, hay un espía entre nosotros. La pérdida de la caravana de suministros que se dirigía a Harnalda ha sido un golpe crítico para nuestros esfuerzos de defender esta región. Su destrucción es un resultado directo del trabajo de este traidor desconocido. Habitualmente, las caravanas que viajan a Thuin Boid y Harnalda paran en un mismo lugar junto al camino. Por razones de seguridad, el Consejo del pueblo decidió que se usara un campamento diferente esta vez. Los asaltadores montañeses sabían exactamente dónde buscar y esto no se puede explicar salvo si tenían información desde dentro. Esto nos ha llevado a la conclusión que el espía es un miembro del propio Consejo.

(…)

Sobra decir que no podemos permitirnos otro desastre de este tipo, y creemos que necesitamos ayuda desde fuera. Teniendo en cuenta que sois nuevos en la zona, nadie pensará que podréis estar implicados en la protección de la caravana. Nadie en la misma caravana estará al tanto de vuestra presencia.

(…)

Acompañarla sin que se os vea, y mantenerla fuera de cualquier peligro. Es imprescindible que esta caravana llegue a Thuin Boid. Os he preparado documentos para que los enseñéis a Aldurin, el jefe de las Lanzas Rojas y comandante del puesto fronterizo.

Otra región de hombres amenazada por una guerra. Ayla no sabía si la mano de Angmar estaba detrás de esta nueva incursión de los rhudaurim hacia estas tierras, pero la presencia del huargo espectral le hizo temer lo peor. Sintió el sufrimiento de esta gente, su preocupación. Ya habían aceptado ayudarles un poco más, pero en su interior dudaba de si iba a ser capaz de concentrar su mente en esta tarea. Las cosas habían cambiado, ella había cambiado. Sobre todo desde aquella experiencia con el sacerdote enano.

Y el sueño que se repetía… Zelene… Deseaba averiguar más…

Ayla se sentía un tanto aturdida aún por sus sueños recientes. ¿Por qué ahora y no antes? No conseguía concentrarse, solo tenía en mente a esa mujer de cabellos plateados, y a su hermano con ella. El parecido entre Zelene y yo, aunque no era un parecido físico, era espiritual. El amor con que su hermano la miraba, esas miradas solo me las había dado a Ayla y la punzada que sintió en el costado en el mismo sitio donde hirieron a Zelene y además estaba Hilde Sikelion… Que por cierto, últimamente al observarlo había visto que una pequeña luz nacía dentro de él que antes no emitía, ¿qué querrá decir?

¿Será por qué estamos cada vez más conectados? O tal vez, me esté reconociendo…

Acompañaron a la caravana camino a la fortaleza de Thuin Boid. Por el camino se encontraron con diez jinetes que formaban parte de las Lanzas Rojas, les escoltaron el resto del camino hasta la fortaleza.

Cuando entraron junto a la caravana en Thuin Boid, los lugareños salían de sus hogares a verlos. La caravana, y sobre todo, las provisiones se entregaron a un oficial de la fortaleza y después podían descansar.

Ayla se retiró a meditar. No estaba del todo a gusto, y cada vez era más consciente de que debía mejorar su capacidad de meditación, para poder controlar ese poder y sacar más provecho de él. Intentaba adentrarse en ese mundo, pero no lo logró. Poco a poco se iba quedando dormida, y recordó algo.

¿Recordó o soñó?

Estás rodeada de estanterías llenas de libros. La luz anaranjada  de la hora antes del amanecer se filtra por unas ventanas ovaladas. Puedes ver las cimas cubiertas de nieve de las Montañas Nubladas. Te encuentras de nuevo en la biblioteca de Amon Lind. No sabes cómo ni por qué has llegado hasta aquí, pero te das cuenta de que estás soñando. No es real, sólo una sucesión de imágenes que no puedes controlar, al menos de momento.

Avanzas lentamente, observando las filas innumerables de tomos, pergaminos, objetos extraños… No sabes qué buscas, o no sabes por dónde empezar. Te sientas en una mesa junto a  la ventana. El amanecer está cerca, y sabes que pronto tendrás que volver… Volver a un mundo más real, pero también más aburrido, más mezquino, más feo… Donde sólo hay preguntas y dudas.

Mientras contemplas las grandes montañas que en su día tallaron los valar, notas que en el cristal aparece el reflejo de una mujer. Te giras y ves a Moranar sentada enfrente, observándote con sus ojos de azul oscuro. Su mirada es serena, no te dice nada. No es necesario. Las dos sabéis que desde aquellas veladas en las que abrió algunas de las puertas de la magia, os une un vínculo especial.

-Has venido a averiguar más acerca del mundo de las sombras, te dice la noldo. No es una pregunta, sino  una afirmación de algo evidente. Notas que estás temblando, apenas puedes controlar tus nervios. Es como si la constatación de algo tan evidente hubiera supuesto la aceptación de que ya has elegido tu camino.

-La diferencia entre el recuerdo y el sueño, o el sueño y la realidad, es un sentimiento humano, impuesto desde el punto de vista del mundo físico donde están atrapados hasta el momento de su muerte. Los seres inmortales guardamos en nuestro interior todos los recuerdos de nuestra vida milenaria, y en algunos casos también los de otras vidas. Pero no podemos tenerlos siempre presentes, y por eso necesitamos meditar, buscar, andar el camino con nuestra mente. Esa reflexión interior es la meditación habitual, algo que los elfos necesitamos para recuperar nuestra mente del esfuerzo y de la carga inmortal de la misma manera que los humanos necesitan el sueño para recuperar su condición física. También se puede utilizar para rescatar información guardada en algún rincón de tu subconsciente.

-Pero hay más. El mundo interior que uno desarrolla con la meditación se conecta con el de otros seres, ya que el espíritu o “fëa” de cada uno vaga por estos mundos, más allá del tiempo y espacio tal y como se entienden en el mundo físico. Seguimos dentro de los círculos del mundo, sólo que ya no estamos en el mundo físico. Nuestro espíritu es inmortal, pero, nuestro cuerpo puede ser mutilado hasta el punto de no poder albergarlo más. En ese caso, el fëa del elfo es guiado hasta las Salas de Mandos. No te puedo decir si se les debe considerar parte de este mundo de las sombras o no, pero en el sentido amplio de la palabra me imagino que sí. Eso no es tan diferente en el caso de los hombres, con la salvedad que su cuerpo se marchita muy rápido con el paso de los años, hasta el punto de no poder albergar su espíritu. Cuando el espíritu de un hombre abandona su cuerpo, su fëa viaja más allá de nuestra comprensión y de los círculos del mundo, a un propósito que les tiene reservado Eru. Pero no siempre…

-En ocasiones los poderes oscuros, u otras fuerzas, impiden que un espíritu haga su viaje normal. La mayoría de los espectros viven en este mundo de las sombras, y sólo se proyectan al mundo físico. Aún les ata algo al mundo físico. En otras ocasiones, un dolor insoportable, una injusticia, o la cólera puede hacer que el alma grite con tanta fuerza que el Universo le haga caso…

-Por lo tanto en este mundo  puedes encontrarte con fuerzas que han hecho de este lugar su hogar. Y llaman a los fëa… si los buscas, te encontrarán. Y si no tienes un propósito claro, un Refugio o un Guía, posiblemente también.

-En tu caso es importante que andes con cuidado. Tu espíritu es capaz de viajar por estos mundos, pero a la vez no está condenado a pasar la eternidad entre los círculos del mundo. Mitad elfa mitad humana…

Poco a poco notas como vas controlando más este encuentro, esta visión. De alguna manera, lo estás convirtiendo de un sueño a un recuerdo. Ahora sólo falta que recuerdes qué le preguntaste a Moranar cuando estuviste en Amon Lind… El tiempo y el espacio pierden su sentido en la eternidad… Y el eco de las palabras y de los hechos puede oírse incluso en el pasado…

Ayla se despertó un poco sobresaltada, pensando en el sueño. Hasta ahora nunca había tenido presente su condición de medio elfa en el mundo de la magia... ¿Qué consecuencias podía tener y si le perjudicaba o le beneficiaba? Pero veía que en este "nuevo mundo" que estaba descubriendo, lejos de beneficiarle creía que no le era muy favorable esa condición.

Es más, si elegí una vida inmortal, ¿mi alma queda afectada a los mismos designios de los demás elfos, me perderé como las almas mortales? O tal vez vaya a un sitio que en vida no se me esté permitido recordar, una mezcla entre los destinos de un alma mortal y otra inmortal...

El hablar con Moranar le había recordado algo, la piedra del dragón. Aún habían pasado apenas unos días de su huida, pero no debía olvidarse, tal vez pueda demorarse un poco.

Le consultaré a Alam a ver que le parece a él que hacer ahora...

EL CLARO EN EL BOSQUE

Ayla y Alam continuaron por el Ángulo, y después de acompañar a la caravana y seguir defendiendo la región, una noche Ayla tuvo un encuentro especial en un sueño.

Se encontraba en un bosque verde y espeso, en medio del claro… Y vio la imagen de su hermano… Rompió a llorar y avanzó hacia él.

Mientras se iba componiendo la imagen del bosque y Ayla vio a su hermano, rompió a llorar y se abrazó a él:

-Kaldor, Kaldor, cuánto tiempo sin vernos. Cómo ha podido pasar tanto tiempo, mírate sigues tan guapo como siempre, dijo y le acarició la cara y le miró a los ojos mientras hizo una pausa.

Le hizo un gesto con la mano para que se detuviera. Había algo en él que le resultaba frío, distante… Sin embargo el lugar en su conjunto emanaba paz, tranquilidad y seguridad.

 -Te he buscado porque necesito hablar contigo, hablar contigo sobre un sueño, un sueño que me acosa últimamente.

-Sí, tú me has convocado. Y yo he acudido. Para avisarte, guiarte, quizá responder algunas de tus preguntas. No soy tu hermano como tal, tan sólo una proyección de una parte de su mente. Probablemente parte de este encuentro le llegará como un sueño. O ya le ha llegado…

-Los seres muy poderosos pueden estar al mismo tiempo en varios encuentros, sueños, realidades… No soy ni mucho menos un ser poderoso, sin embargo una parte importante de mi ser siempre ha estado aquí, esperándote, vigilándote, protegiéndote…

-Por lo tanto no tengo todas las respuestas, sólo soy tu Guía, y mis conocimientos son limitados. Deberás hacerme las preguntas adecuadas.

-Te has adentrado en este mundo tenebroso, pero aún no estás preparada para cruzar del todo este umbral. Este mundo que ahora ves no lo creamos nosotros, no es un producto de nuestra imaginación. Es real, muy real. Y profundamente maligno. Sin embargo, nos puede servir para conseguir información, y para algunas otras cosas.

-Pero no debes olvidar que cuando miras mucho tiempo el interior de un abismo, el Abismo también mira a tu interior.

-Es un sueño el que sale un pueblo con una plaza siendo asediado, apareces tú, aparece éste anillo. Ayla le mostró a Hilde Sikelion. –y aparece Zelene...

-Tengo muchas preguntas que hacerte. ¿Por qué tiene a Hilde Sikelion. ¿Por qué me siento parecida a ella? ¿Por qué me duele el lado donde la hirieron cuando despierto? ¿Por qué la miras como me mirabas a mí, de qué conoces a Andalyn, de qué me conoce él a mí…?

-Sí, el pueblo es real, los recuerdos son reales. Pero no son tuyos. El anillo que ahora llevas perteneció antes a Zelene. Es posible que el anillo sea el causante que ahora tengas recuerdos de Zelene, ya que su ser, su destino y su alma se unieron al anillo en el pasado. Realmente la pregunta no es por qué ella tiene el anillo en el sueño, más bien ¿por qué lo tienes tú ahora?

-En cuanto al dolor que sientes, es normal. Te recuerdo que este mundo no es imaginario. Un dolor físico aquí tiene consecuencias en el otro mundo. Y un daño espiritual o del alma es definitivo. Debes andar con mucho cuidado si has de cruzar el Umbral.

-No tengo las respuestas acerca de cómo conoció tu hermano a Zelene. Sólo sé que hay un vínculo muy fuerte entre ambos. Y que desde que se conocieron, una parte de tu hermano permanece aquí, en este lugar. Yo soy esa parte, y parece que llevo toda una eternidad esperando algo, a alguien. Pero no sé a qué ni a quién. Tampoco sé nada de Andalyn.