Partida Rol por web

Sil Auressë

[5.1] El Capitán de los Jinetes de Acero

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03/12/2017, 19:34
Director

Ayla escuchó pasos firmes que llegaban hasta la doble puerta, y la puerta se abrió. Entró un dúnadan de mediana edad, con un parche en el ojo y la frente muy profunda. A pesar de su vestimenta de cuero típico de los montañeses, tenía el porte de la nobleza dúnadan. Llevaba la escarapela color rojo sangre del respetado gremio de los mercenarios. Le miró fijamente y Ayla tuvo la extraña sensación de que se parecía mucho a alguien que conocía, pero no sabía a quién.

Se acercó un sirviente, y le pidió vino de reserva.

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03/12/2017, 19:36
[CM] Daeros

-Milady, soy Daeros, el capitán de Cruaidh Maraich, le dijo con la voz de alguien acostumbrado a dar órdenes. -Entiendo que el Ángulo precisa de la ayuda de mis jinetes.

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03/12/2017, 19:37
Director

Había algo en él. Una ansiedad y una convicción. Ayla había visto algo así en distintos rostros, en distintos lugares. En los ojos de algunos de sus amigos, en los de los soldados cuando se acercaba la guerra. Era la cercanía de la muerte. La muerte acompañaba a todos los guerreros, en cada batalla, en cada victoria y derrota. Se enfrentaban cara a cara a ella, la buscaban, la retaban, la desafíaban. Se decía que cuando entraban en una batalla estaban muertos, y debían ganarse el derecho a vivir. Pero el hombre que ahora tenía enfrente era distinto.

Se sentó delante de ella, en el sillón. La mesa pequeña entre los dos, donde estaban los documentos de pago y pergaminos. No los miró.

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03/12/2017, 19:38
[CM] Daeros

-Dispongo de 90 de los mejores jinetes de Cardolan. Mi lista de servicios es incuestionable, y nos llaman los jinetes de acero. Para ganar una guerra de este tipo, te ofrezco la posibilidad de una carga de caballería pesada a la que pocos enemigos podrán hacer frente. ¿Qué me dices?

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03/12/2017, 19:39
Ayla

-Daeros, ¿Nos hemos visto antes?, preguntó Ayla y se quedó pensativa mirándolo. -Disculpe, mis modales, mi nombre es Ayla y ya sabe que es lo que busco. Pero, no sois un mercenario, sois un guerrero. Cualquier mercenario habría preguntado primero por el dinero y después habría hablado... Además... veo en tus ojos que conoces a Ermegil y que quieres una lucha con él, una lucha final...

-Disculpad mi indiscreción. Bueno, El Ángulo os recibirá con los brazos abiertos, pero como sabreis, es un territorio que necesita ayuda pero no puede ofreceros mucho. Antes de seguir, quiero deciros que no puedo prometeros un precio que El Ángulo no pudiera pagar, por eso necesito saber ¿qué es lo que quereis?

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03/12/2017, 19:42
[CM] Daeros

-No, nos hemos visto antes, le dijo mientras bebía de su copa. -Me acordaría sin duda, Ayla. Bonito nombre. Yo soy Daeros Rhudianor, capitán de Cruaidh Maraich, y soy mercenario. No lo dudes. No me deshonra serlo, ya que puedo elegir en qué guerras luchar y para quién. Al final todas las guerras son iguales, pero es lo que queda… es lo que somos.

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03/12/2017, 19:43
Director

Ayla se quedó pensando en su nombre. Daeros Rhudianor, es decir, “Daeros de Rhudaur”. Y si en vez de indicar su procedencia, fuese el apellido. Un apellido ilustre…

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03/12/2017, 19:43
[CM] Daeros

-Escucha, Ayla. Necesito esta guerra, necesito esta oportunidad de saldar cuentas. Tienes razón en que sueño con esa carga contra las tropas de Ermegil el Usurpador, pero no tengo planes más allá de eso. Sería un simple contrato. En cuanto al pago, te doy mis tarifas. Pero hay otras formas de pago que estoy seguro que el Ángulo estaría dispuesto a considerar, si no lo ha hecho ya.

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03/12/2017, 19:44
Director

El hombre le entregó un pergamino mientras ella seguía pensando dónde había visto esas mismas facciones, esa frente pronunciada, ese porte. Alguien que podía ser su hermano. No fue hace tanto, pero no consiguió recordarlo.

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03/12/2017, 19:45
[CM] Daeros

-En un principio, la tarifa son por adelantado 50 monedas de oro por acudir. Luego 4 de bronce al día por jinete más la comida. Después de la victoria, se suele acordar un pago final de 2 monedas de oro por jinete vivo o muerto, es decir, 180 monedas de oro. En caso de una campaña de cuatro semanas, sumarían …un poco menos de 350 oros. Un precio justo, creo. Pero como te he dicho, estoy abierto a escuchar otras propuestas. Una parte del pago podría ser en pagarés de tierras y ganado para mí y mis cinco sargentos.

-Ermegil Brazo de Piedra está obsesionado con el Ángulo, y sabe de la existencia de las Lanzas Rojas. Pero la llegada de un segundo contingente por el Último Puente, en el Noroeste, le cogería por sorpresa.

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03/12/2017, 19:46
Director

Ayla meditó sobre las cantidades que aparecían en su pergamino, y desde luego el Ángulo no iba a poder pagar ni la mitad de esos 300 oros si también quería pagar a los ragueros. La opción que quedaba era la de entregarle alguno de los pagarés de territorios por decidir, que fue una de las opciones, aunque más por el lado de aval en caso de no poseer el oro.

A ella sorprendió que preferiera tierras en el Ángulo, cuando los mercenarios solían elegir siempre el oro. También llamaba la atención que conociera bien la importancia de las Lanzas Rojas… Y de repente lo vio. El parecido físico, la forma de hablar, el porte. Estaba segura de que era familia de Aldurin, comandante de Thuin Boid y líder de las Lanzas Rojas.

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03/12/2017, 19:47
Ayla

-Trescientos oros, sí que podría ser justo, pero no es un precio que pueda pagar El Ángulo. Esa gente no es rica en oro, pero tienen tierras, pastos, ganado... Con las 50 monedas de oro de pre-pago ya cubre casi todo el presupuesto del que disponen. Y tú lo sabes mejor que yo, ya que si no me equivoco tienes familia allí. Dejé en Harnalda a un buen amigo, acompañado de valientes hombres, pero están sitiados y el enemigo viene preparado... Yo vengo de allí, pero no me fuí sin antes hacer arder algunos artilugios de guerra del enemigo. Si Harnalda no recibe ayuda pronto, no se cuanto tiempo aguantará Thuin Boid, ni El Ángulo... Necesitan toda la ayuda posible, te necesitan a ti y a tus hombres. Sé que no puedo pediros a ti y a tus hombres que vayais a una guerra por voluntad propia, pero si te puedo pedir como conocedor que eres de aquellas tierras que cambies tu oferta y la ajustes a las posibilidades de El Ángulo. Podría intentar negociar un precio contigo, pero lo que haríamos es perder el tiempo, y tiempo es precisamente lo que no tenemos. Así que seré clara, no dispongo ni de la mitad de la cantidad que me has dicho, sí que podría pagaros las 50 monedas de oro para acudir en ayuda, pero no pueden ofrecer mucho más oro, como mucho otras 50 monedas de oro. Pero si Ermegil cae, se habrán conquistado nuevos territorios, éso es lo que puede ofreceros El Ángulo...

Ayla se quedó pensativa, luego lo miró a los ojos. -Esta campaña no te va a hacer rico, pero te va a dar la oportunidad de quedarte en la tierra que añoras... Os va a dar a tí y a tus hombres "un hogar" Dime, Daeros de Rhudaur, hermano de Aldurin de Rhudaur cual es tu respuesta.

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03/12/2017, 19:51
[CM] Daeros

Daeros escuchaba mientras ella hablaba. Levantó sus pobladas cejas cuando le mencionó que podía tener familia en el Ángulo, y se inclinó ligeramente hacia ella para seguir escuchándola. En su rostro se notaba el paso de los años y la vida que había llevado, pero a pesar de su calvicie y la imagen poco cuidada, había algo de un noble dúnadan en él.

-Es cierto todo lo que dices, incluso el parentesco que me une a Aldurin. Es mi primo. Yo soy Daeros Rhudianor, y lo que me pertenece no me lo puedes ofrecer…. Se quedó callado, y por algún motivo bajó la voz a casi un susurro y se quitó el parche del ojo. -Hace unas décadas, mi vida era muy diferente a ésta… De los supervivientes de la familia real, era el que más derecho tenía… El trono de Rhudaur estaba al alcance de estas manos, que estaban más acostumbradas a sujetar copas y cetros que empuñar la espada por el oro.

Le enseñó sus manos envejecidas por los largos años de trabajo y los efectos de la intemperie. -Pero cualquier posibilidad de reclamar el trono para mí desapareció con la Plaga. La Plaga fue terrible, arrasó con casi todas las familias nobles de Rhudaur, perdí todos mis apoyos, y Ermegil se hizo fuerte en su trono. Hasta tal punto perdí mis opciones, que puedo dedicarme a luchar en las guerras de Cardolan usando mi propio nombre sin que nadie me considere una amenaza, ni siquiera recuerde que una vez miles y miles de hombres estaban a mis órdenes. Mi rostro ya no es apto para la Corte. Ahora soy Daeros Rhudianor, Mercenario y Capitán de los Cruaidh Maraich. Nada más. Pero para mí no es poco. No tengo más aspiraciones. No somos los más respetados, aunque hay honor entre los mercenarios, a veces incluso más que en los que luchan por servidumbre o esperanza de riquezas o gloria.

-No somos los más respetados, pero quizá sí los más temidos.

-Mi sueño no es el de establecer un hogar, pero si la muerte que tanto tiempo llevo añorando y esperando, como se espera a un viejo amigo; si esa muerte me encuentra en una gloriosa carga contra las tropas de Ermegil, que así sea. Sería un bonito final para rubricar en alguna canción. Aceptaré tus condiciones.

-Preparemos el acuerdo, el pago por adelantado de 50 monedas de oro, y el resto a pagar después en unos plazos prudentes de máximo seis meses, bien en forma de ganado o tierras a elegir, o bien en oro si hay disponible.

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03/12/2017, 20:01
Director

A Ayla le parecía justa su propuesta, y con eso iba a haber suficiente dinero para pagarle a la infantería de los ragueros.

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03/12/2017, 20:01
[CM] Daeros

-Llevaré mis tropas al Ángulo, entrando por el Último Puente. Pero no entraré hasta recibir la orden. ¿Quién es al que debo servir? Si me dejas elegir, por el bien de todos, creo que debo ofrecer mis tropas al servicio de mi primo Aldurin. A pesar de no tener mucho trato estos años, sé que es un buen hombre y la nobleza y el honor que me pueda faltar a mí la tiene él. Su lamento de no poder optar al trono al descender por parte de su madre del linaje real al final fue una bendición, ya que le permitió quedarse en el Ángulo. Entre sus Lanzas Rojas y mis Jinetes de Acero podremos atacar en pinza a los enemigos. Pero tú decides.

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03/12/2017, 20:02
Ayla

-Lo que dices me parece bueno, estará bien que luches mano a mano con tu primo. 

Ayla pensó que era mejor que el consejo de El Ángulo no supiera de todas las fuerzas que los apoyaban porque había un traidor dentro y podría filtrar la información a Ermegil, lo que no sería conveniente. La carga de los Lanzas Rojas junto a los Jinetes de Acero iba a ser sorpresa... Se lo iba a comentar a Danroth y le iba a dar a él los compromisos de pago para que llegado el momento se los hiciera llegar a Andalyn.

A continuación, ella le comentó un poco como estaban todas las posiciones antes de partir ella, el sitio de Harnalda y el posible ataque de los clanes dunlendinos, además de que llevaban orcos. Para que Daeros supiera un poco la situación en la zona. Por último, parecía que el ataque a Harnalda era una maniobra de despieste ya que parecía ser que se estaba movilizando otro contingente desde el Norte.

-Una cosa Daeros, seguramente vuestro primo, ni El Ángulo sepa de vuestra llegada. Tened cuidado Daeros y que la bendición de los Valar y la mia os acompañe.

Le dio0los documentos de pago para que retire las 50 monedas de oro del banco de los gremios que estaban allí, y se fue a buscar a Danroth

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03/12/2017, 20:05
[CM] Daeros

-Que así sea, entonces.

Daeros escuchó con atención la información que le dio. -Partiré esta misma tarde, y mis jinetes estarán en el Último Puente listos para entrar en cinco días, seis como mucho. Esperaré la orden de Aldurin. El Consejo poco tiene que saber de nuestra ayuda, esto es un tema militar.

Con las mismas, rubricó su firma en algunos documentos y pidió que ella hiciera lo mismo como representante del Ángulo. Acto seguido, terminó su copa de vino. La había ido llenando un par de veces mientras hablaba con ella, y se levantó y se fue con paso decidido.

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03/12/2017, 20:08
Director

Ayla se quedó un rato reflexionando sobre la situación. Resultaba paradójico que antaño nobles reinos dúnadan ahora debían recurrir a mercenarios sin escrúpulos en todo el ancho de Eriador, pero a la vez dentro de los grupos mercenarios había antaño nobles dúnedain. No obstante, la ayuda de los Jinetes de Daeros podía ser clave, si llegaban a tiempo.

Salió fuera de la mansión de Curudae para dirigirse a la tienda de Danroth. Al salir, dos guardias de Curudae insistieron en protegerla por las calles de Tharbad. No aceptaban un no por respuesta, y como mínimo le siguieron hasta que cruzara al lado gondoriano.

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27/05/2018, 17:02
Director

Notas de juego

Sigue en 5.2. La tienda de Lord Danroth