Partida Rol por web

Sil Auressë

[6.2] Amon Lind

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31/07/2014, 10:32
Director

“En Eregion, durante la Segunda Edad, los Noldor alcanzaron la cima de su tecnología en la ciudad de Ost-in-Edhil. Liderados por Celebrimbor, los herreros y orfebres de Gwaith-i-Mírdain fueron los principales artífices de este apogeo. Crearon maravillosas obras de todo tipo, algunas gracias a la ayuda de Annatar, el “Señor de los Dones”, quien no era otro que Sauron disfrazado. El Maligno convivió con nosotros durante años, compartiendo su sabiduría y su arte. Pocos sospecharon de él. En la cúspide de su poder, los Noldor crearon los Anillos del Poder, que marcarían el futuro de la Tierra Media. Y la condena de los elfos. Nunca más los Noldor, antaño bendecidos por la gracia de los Valar y luego desterrados de las Tierras Imperecederas, volverían a construir grandes ciudades ni establecer reinos. Por lo tanto la hermosa Ost-in-Edhil fue la última gran ciudad de los Noldor en la Tierra Media.”

“Antes de la caída de Ost-in-Edhil, e incluso antes de la marcha de Annatar, un pequeño grupo de elfos decidieron abandonar la ciudad. Nuestras razones tenían que ver con las libertades personales, y muchos teníamos proyectos en los que querían trabajar sin impedimentos por parte de nuestros maestros. Nos fuimos de abrupta y sin avisar, llevando con nosotros sólo a unos pocos amigos y sirvientes. Durante un tiempo vivíamos en casas primitivas, mientras diseñamos un refugio en las montañas. Nos ayudaron entro otros los enanos, que en aquel entonces tenían muy buena relación con los Noldor. Aún así se tardó 50 años en terminar nuestro nuevo hogar, que recibió el nombre de Amon Lind (s. “Colina de la Canción”)”.

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31/07/2014, 10:36
Director

Siguieron el viaje, cantando canciones mientras avanzáis. Ayla meditaba sobre la persona que le estaba esperando, y estaba convencida de que se trataba de Morannar, la poderosa hechicera de fuego. Cuando llegaron al cruce para ir a las Casas de Curación, el resto del grupo se separó de los dos. Strunthor dijo que debía acompañarla a su hogar más al norte, y partieron. Poco después, cambiaron de rumbo hacia el este. Tras unos días de viaje por las colinas, hacia las Montañas Nubladas, se pudo por fin ver el destino: Amon Lind. A pesar de la nubosidad de las montañas, se podía contemplar la belleza arquitectónica de la edificación, desafiando la gravedad.

 

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31/07/2014, 10:38
[AL] Strunthor

-Vamos, que ya queda menos, le dijo Strunthor. Avanzaron campo a través, y les recibieron dos guardias, ya cerca del sendero que subía hasta la residencia. Strunthor se aseguró de que no había nadie más cerca, y canceló los respectivos hechizos de disfraz.

A pesar de haberle visto anteriormente, a Ayla le seguía cautivando la belleza sobrenatural que emanaba Fëamirë en su forma élfica. Su cabello rubio, sus ojos azules, su porte, su carisma. Sin embargo no había ninguna tensión en la relación, lo veía más como un tío lejano y exótico que como posible pareja.

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31/07/2014, 10:41
[AL] Feamirë

-Ya hemos llegado a casa, Ayla.

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31/07/2014, 10:42
Ayla

Ayla simplemente susurró: -Amon Lind...

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31/07/2014, 10:44
Director

Fëamirë le sonrió y le ofreció un colgante que le protegería en caso de una desafortunada caída. Cruzaron el puente de mármol blanco hacia los muros de la ciudadela. Llegaron hasta la puerta principal, y les abrieron los portones. Dentro les  recibía Ectheon, el Capitán de la guardia. Les invitó a entrar. Ayla tenía la sensación de que se le había avisado de su llegada.
 

Pasaron hasta la Sala de la Música, la obra maestra de Feämire. La siguiente sala era el Gran Salón, donde se reunían habitualmente los residentes de Amon Lind. A cada lado del salón había escaleras de caracol para acceder a los niveles superiores e inferiores. La única persona en este momento en el salón era Lalaith, la mujer de Feämirë.

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31/07/2014, 10:46
[AL] Lalaith

-Saludos, Ayla, le dijo mientras miraba a su marido. Fëamirë se le acercó y le dio un tierno beso en su frente.

 

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31/07/2014, 10:47
[AL] Feamirë

-Ahora vuelvo, primero voy a acompañar a Ayla a su cuarto, le dijo a su mujer.

Ayla bajó con Fëamirë al primer subnivel, donde se encontraba la biblioteca. Siguieron bajando hasta el segundo y penúltimo subnivel. Había una especie de salón con una doble puerta en el oeste, que según Fëamirë era para acceder a los estudios de Elenril. Al otro lado, había una pequeña puerta que daba acceso a dos cuartos de invitados bastantes grandes y cómodos, aunque se notaba que no eran de uso habitual.

-Estás en tu casa, Ayla. Descansa un rato, y cuando estés preparada, sube por las escaleras hasta el Gran Salón, y de allí a la Sala de Reuniones. En los armarios hay algo de ropa por si quieres cambiarte, y hay agua corriente caliente y fría.

Le enseñó el mecanismo, bastante avanzado, con el que distribuían el agua a través de los diferentes niveles, que según las cuentas de Ayla eran doce, aunque algunos eran de un solo cuarto.

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31/07/2014, 10:50
Director

Sin decir nada más, Fëamirë le dejó sola en el cuarto. Abrió el armario, y encuentró una amplia colección de vestidos muy lujosos. Se aseó, y eligió uno de color blanco. Intuía que debía estar a la altura de sus anfitriones, así que buscó entre los cajones y se arregló lo mejor posible. Encontró en uno de los cajones alguna joyería para el pelo, y se hizo un tocado. Ayla se miró en el espejo, y aunque se veía algo diferente, estaba conforme con el resultado. 

Seguía preparándose, y en su interior tenía la sensación de haber estado aquí antes, que era un lugar conocido, una situación conocida. Notaba que Hilde Sikelion también estaba animado, su luz parpadeaba, le iluminaba. Estaba radiante.

-I lúme utúlie, se dijo de nuevo. -Ha llegado la hora.

Notas de juego

(La primera vez que se vio esa imagen de Ayla)

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31/07/2014, 10:53
Ayla

Antes de salir de la habitación, Ayla pensó en las palabras "Ya hemos llegado a casa, Ayla..." Intentó sentir las corrientes del tiempo, intentó sentir el fëa de Zelene, si estuvo aquí, y ver este sitio con sus ojos. Sabía que Zelene había estado aquí, Hilde Sikelion, lo había delatado, su estado de ánimo...

Era como si supiera que aquí se iban a dar los primeros pasos hacia su oportunidad, hacia la destrucción de la joya y el portador oscuros, y la vuelta de Zelene... Sabía que los elfos, eran seres atemporales y como tales, podían ver el futuro. Suponía que aquí vieron los dos caminos que podía tomar ella, que era una visión borrosa, y que con su decisión, ahora la visión era más clara... Después de haber meditado en estas palabras, Ayla subió a la Sala de Reuniones...

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31/07/2014, 10:59
Director

Ayla seguía meditando en la oportunidad que se abría ante ella… Los elfos estaban atrapados en los Círculos del Mundo, incapaces de huir de su destino, incluso tras la muerte podían regresar para enderezar la interrupción innatural de su ciclo vital. Pero el caso de Zelene era diferente. No sabía cómo encaja en esta encrucijada Amon Lind, un lugar de búsqueda de conocimiento, de pruebas palpables, de poder… Estaba claro que Zelene estuvo aquí, y que el destino  de Ayla y el camino que se abría ante ella ahora pasaba necesariamente por esta visita.

De repente escuchó a alguien tocando suavemente la puerta. Abrió, y se encontró con Teletasarë, la hermana de Elenril. En su anterior visita no tuvo mucha ocasión de hablar con ella, y por eso le sorprendió que le hubiera buscado ahora. Recordó que era la curandera de Amon Lind, especialista en prótesis, y muy amiga de Súlkano, al que solía acompañar para sacar a volar sus halcones. Era de origen sindarin, y mayor que su hermanastro Elenril. Aparentaba más pequeña y débil en comparación con los otros, pero aún así con sus 185 cm le sacaba un poco a Ayla. Tenía una apariencia espectacular, con el pelo largo plateado blanco, y unos ojos de un gris muy pálido, casi blanco. Iba bastante arreglada, como para un acontecimiento importante.

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31/07/2014, 11:03
[AL] Teletasarë

-Te acompañaré arriba, pero antes quería hablar contigo a solas. Creo que sé por qué has venido. Lo supe desde la primera vez que vi tu anillo. Y Súlkano me lo confirmó el otro día. Tienes un vínculo especial con Zelene… Hace mucho tiempo la conocí. Antes de venirme aquí, coincidimos en Eregion. Era una persona brillante, poderosa, valiente… Y nos ayudó. Estamos en deuda con ella, y de alguna forma eso significa que también lo estamos contigo. Sin embargo, hay algo de división de opinión acerca de qué debemos hacer. Arriba se debatirá eso, y creo que debes saberlo. Por un lado se piensa que has venido por Zelene, por lo que podamos contarte, que me temo que no es mucho. Y quizá más importante, para aprender, para que te enseñemos nuestras artes. Prepárate, ya que hemos sido convocados todos excepto los dos que más te apoyan…, le dijo misteriosamente.

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31/07/2014, 11:05
Director

Salieron del cuarto, pero antes de subir, Teletasarë abrió la puerta doble y accedió a una sala que por algún motivo estaba muy por debajo de cero grados. Se abrigó un poco más para resistir el frío, y abrió otra puerta y llamó a su hermano, que estaba absorto en su estudio con lo que parecía ser el cadáver disecado de un mamífero de considerable tamaño.

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31/07/2014, 11:07
[AL] Teletasarë

-Vamos, Elenril. Es la hora, le dijo la sinda a Elenril.

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31/07/2014, 11:07
[AL] Elenril

Elenril se le quedó mirando con sus ojos grises, con una expresión de no saber a qué se refería su hermana. -Ah, ya… subo enseguida, id vosotras, dijo al final.

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31/07/2014, 11:08
[AL] Feamirë

Las dos subieron por las escaleras. En la biblioteca les esperaba Fëamirë, quien iba bastante arreglado también.

-Estás espectacular, Ayla”, le dijo. Le ofreció su brazo para acompañarle hasta la Sala de Reuniones, que se encontraba una planta más arriba que el Gran Salón, con ventanas al mismo. Entraron, y había una docena de sillas de gran calidad, decoradas con figuras de laen, igual que las columnas. También había seis pebeteros que iluminaban la sala. Ya estaban presentes, además de los tres, Helkama y Lalaith.

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31/07/2014, 11:10
[AL] Helkama

-Saludos, Ayla, bienvenida a tu casa, le dijo Helkama y Ayla notó que estaba meditando sobre otras cosas. Le dedicó una sonrisa cariñosa a Teletasarë que ella parecía no notar. Lalaith le miró a Ayla con cierta frialdad en su mirada, fijándose en cómo la silvana sujetaba el brazo de su marido Fëamirë. Se sentaron todos, cada uno en su silla habitual y Ayla en una reservada para los invitados, situada en el mismo semicírculo. Poco después llegaba Elenril y Ectheon, el Capitán de la Guardia, con dos soldados que se colocaron junto a la entrada de la Sala. Echteon se quedó de pie.

-Ya estamos todos, dijo Helkama en quenya en vez de sindarin, posiblemente para darle una mayor solemnidad al encuentro. De todos modos, era más habitual el uso de quenya entre los habitantes de Amon Lind que en otros lugares. Lo que sorprendió a alguno de los presentes era la ausencia de Moranar y Súlkano.

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31/07/2014, 11:11
[AL] Feamirë

-Todos conocéis a Ayla de su anterior visita, comenzó Fëamirë, y siguió: -en esta ocasión, ha venido como mi invitada, pero no sólo de visita. Me ha contado que ha tomado la decisión de seguir los pasos de Zelene, a quien algunos de los aquí presentes pudimos conocer brevemente hace muchos años. Es una decisión importante en su vida, y ha acudido a nosotros en busca de nuestros consejos, de nuestra sabiduría y de nuestras artes. Moranar ha expresado su deseo de cogerla como alumna para que pueda especializarse, pero por motivos que Elenril puede explicar mejor, Moranar necesita ayuda de algunos de los aquí presentes, y además acceso a algunos de los tomos guardados bajo llave. Además, ella participó en la caída del Templo de la Justicia, y con un ancestral enemigo que compartimos, y que puede afectarnos en un futuro.

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31/07/2014, 11:12
[AL] Helkama

-Te hemos estado esperando, Ayla, continuó Helkama, que además parecía posicionarse como portavoz de la reunión. -Realmente nunca te has ido de aquí, una parte de ti se quedó aquí, con nosotros, en tu primera visita. Una huella de tu alma, de tu fëa. Un recuerdo como el aroma del vino en una copa vacía. Uno de tantos que tenemos los que cumplimos condena en Arda. La sensación de algo sin terminar, que me imagino que te habrá perseguido a lo largo de tu vida. Hace unos días sentimos tu presencia, notamos que te encontrabas en la zona. Y ahora te encuentras aquí. Como bien ha dicho Fëamirë, intuyo el motivo de tu regreso, aunque quiero que nos lo confirmes tú misma, para que todos sepamos de qué se trata en esta reunión. Explícanos con tus palabras cuál es el motivo de tu visita, ya que es un tema que nos concierne a todos.

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31/07/2014, 11:13
Ayla

-Tenéis razón Helkama, nunca me fui de aquí... Como sabéis, mi nacimiento no era esperado. Si bien se esperaba la vuelta de Zelene, está no pudo ser, algo la retiene, y en las visiones de los elfos todo era turbio, pero nadie esperaba mi nacimiento. Son esas cosas en las que intervienen los hombres, lo que nublan nuestra vista porque su destino es impredecible. Fue así como nace, fruto de algo imprevisible como fue el amor ciego e irracional, un sentimiento humano, pero que por un momento mi madre pudo compartir y al que no se pudo resistir. Fue un mortal el que nos ha dado a todos una oportunidad, un mortal que vive al margen de lo que está pasando y de "quién soy". Mi hermano aún no conoce la verdadera historia, yo tampoco se la he contado. Fue fruto del azar el que provoca que mi padre encontrara a mi madre, y yo fui fruto de ese amor irracional, sin barreras...

-Dado, que por mis venas corre sangre mortal, mi futuro no se ve claro. Nadie podía saber quién era yo, así que decidieron observarme. De pequeña jugaba con niños, ya que las niñas me despechaban por tener "sangre impura", pero eso a los niños no parezca importarle, así que a base de jugar con ellos, empecé a adquirir pericia en el arte de las armas. Y los Valar saben que podría haber sido buena, pero un día en el Bosque, hubo algo que sentía como entraba en mi cuerpo, me lo recorría completamente y se queda dentro de mí, como despertándome de un largo sueño. Fue a partir de ese momento cuando empecé a notar cosas que nunca había sentido, veía a los elementos como algo sustancial y que se poda alterar, y que yo era capaz de hacerlo. Así que mis juegos cambiaron, y me dedicaba a moldear el fuego, o la luz, hasta que mi hermano me descubrió. Y fue él quien decidió ayudarme a potenciar esa habilidad... Nadie quiso ayudarle, ya que yo ya era "mayor" para iniciarme en el arte de la Esencia, pero él confiaba en mí, como empujado por algo, me enseñó todo lo que sabía, y yo contra todo pronóstico aprendí en un par de años lo que muchos no habían aprendido en diez. Pero un día, mi hermano movido por una pena que yo no entendía, decidió acabar con mi formación. Yo no lo entendí, pero ahora lo veo claro. En algún momento, vio la posibilidad de que yo siguiera los pasos de Zelene, y sintió miedo. No quería que yo me enfrentara al mismo mal... Entonces mi sangre mortal fue la que me empuja a dejar Imladris y me fui a buscar conocimiento, aventuras, a vivir y ver el mundo. He combatido a dragones, muertos vivientes, he visto cámaras de Mithrill milenarias, pero nada de eso lo pude comparar a la sensación de ver como gente desolada por el mal, se aferraba a un desconocido y le pedía ayúdame, depositando en mí la poca confianza que les quedaba. En una extraña. Y algo me empujaba a esforzarme por mantener una llama de esperanza en esos corazones. He viajado al pasado, y conocido al Demiurgo, he visto a la Dama Blanca, y participado en la guerra civil de Gondor, ayudando a la estabilidad de aquella tierra. Pronto, me di cuenta de que todo aquello lo hacía no por ansia de aventura, sino por amor. Con el tiempo conocí a un hombre, que me enseñó lo bella que esta tierra, y pese a lo que mucha gente piense, lo bella que pueden ser sus moradores, esta persona, un montaraz, me enseñó a amar a cada persona, cada sentimiento, y es que a pesar de la oscuridad siempre, siempre hay sitio para luz, hay sitio para una sonrisa, para una caricia, para la ilusión, para soñar con mañana mejor, para la esperanza... Me enamoré de aquel hombre, no sé si pudo ser tan intenso como lo que sintió mi madre, pero sentí el amor como un mortal, como algo que hay que aprovechar cada segundo, que hay que exprimir porque puede ser que en el segundo siguiente se acabe todo... Y así fue, nunca le dije lo que lo amaba, no imaginaba que acabara, supongo que será mi parte inmortal la que me hizo pensar que será siempre así, pero no. Y él murió luchando contra el Señor de la Guerra de Cardolan. No podías imaginar el dolor que pude sentir, y ese dolor me hizo acordarme de mi hermano, y ahora entiendo por qué. Él también perdió a su amor, pero él esperaba que volviese, y no fue así.

-Amigos, nunca entenderemos a los humanos, y cuando creamos que los hemos entendido, aún nos sorprendieron. He tenido compañeros de batalla, que un día nos hemos salvado la vida y al día siguiente hemos peleado entre nosotros. He sentido sus alegrías, pero también me han afectado sus debilidades. No siempre he decidido proteger esta tierra, una vez la soledad en la que me encontraba y ver al enemigo tan organizado, me hizo plantearme muchas cosas. Pero al final el agua siempre va al mar. Pues así era mi vida, elegí proteger aquello que aprendí a amar, aquello me enseñaron con ojos distintos a los que yo veía antes y con los que probablemente, muchos elfos no podrán ver nunca.

-Una vez, hablé con un noble elfo noldo. Anduvion Pathdal se llamaba, y el me enseñó el sufrimiento de los elfos ligados a esta tierra, el anonimato con el que vive esta noble raza. Señores, éste es un mundo de hombres, no de elfos, pero están en una situación en la que precisan de nuestra ayuda, ya que los amenazan peligros que ellos no pueden entender y de los que probablemente nunca sepan. Yo me siento doblemente comprometida, una por mi antigua condición de mortal, por defender lo que mi amado tanto quería y otra por lo que amo, por lo elfos que esperan la vuelta de Zelene, por mi hermano. Amo esta tierra mancillada pero que va sanando y es esa ayuda lo que la hace sanar. Amo la vida en sí, y eso hace que no pueda quedarme de brazos cruzados viendo como machacan a los moradores de esta noble tierra, porque cuando acaben con ellos, volverán la vista hacia los elfos como hicieron antaño, y eso lo sabías mejor vosotros que yo. ¿Cuántas Gondolin, Ost-in-Edil, deben caer para que darnos cuenta de que todos somos uno? Hace poco teníais casi en vuestras puertas el foco del mal, con una joya que no tardara mucho en dificultar vuestros trabajos ya que absorberá vuestra energía en cuanto os encontrara, y en ese caso ¿qué haríais?

-Nobles señores, sólo los valar saben lo que añoro la paz, pero desgraciadamente, la forma de conseguirlo no es quedarme mirando, sino interviniendo en la historia, dando esperanza a quiénes la perdieron y renovarla en quienes están a punto de perderla, mantener el amor en la gente y avivar todo aquello que hace de este lugar un lugar maravilloso, el lugar que deberá ser si no fuera por la intervención de la oscuridad

-No os pido que cojáis las armas y salgáis a defender luchar, no. Vuestro poder es demasiado fuerte, y el sufrimiento también es maestro, no lo olvidemos, y a esta tierra aún le queda por aprender, pero hay algo que está desequilibrando la balanza y que puede hacer un daño que no se pueda remediar. No os pido que acabáis con el problema, sino que me ayudéis a restablecer ese equilibrio. Hasta ahora, todas las grandes casas me han dado la espalda y por no salir de su mundo no han visto problemas que luego se han hecho demasiado grandes para poder solucionarlos.

-No puedo insistiros en que me ayudéis. Zelene, me ha contado su historia, ella me ha mostrado su camino, pero no para seguirlo, sino para disuadirme. Ella vio dolor, maldad, pero también vio amor, pero el problema es que renunció a su gran amor para iniciar esta batalla. Yo no tengo equipaje, nobles señores, no renuncio a nada porque no tengo nada, sólo tengo cariño. Elijo este camino por amor, y por ese amor os pido ayuda. Sé que os trae recuerdos, sé que pueden ser dolorosos, pero sé que Zelene pidió aquí ayuda, y que no acabó como se esperaba, sé que el dolor fue terrible, pero no debemos tener miedo del dolor. El sacrificio de Zelene seguro que sirvió para aprender algo, y ahora al cabo de los años, algo me ha traído aquí, a pediros que me ayudéis a aprovechar esta segunda oportunidad, a que compartáis conmigo las experiencias pasadas, a que enseñéis el camino de la luz, y descubrir que falló hace años y remediarlo. Tenemos la oportunidad de sanar una herida antigua fuerte y que aún duele. ¿Qué se podrá perder? No sería perder un gran señor elfo esta vez, no soy conocida entre los hombres y los elfos saben que soy una perturbación, pero qué se puede ganar? Se ha otorgado una segunda oportunidad y os pido como antaño se os pidió que me ayudéis en mi camino, oh grandes elfos de Amon Lind, ¿qué decís a mi petición?