Partida Rol por web

Silent Hill: Preludio a la Oscuridad

Capítulo Seis: La ceremonia

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22/09/2016, 01:12
Incubus

Capítulo Seis: La ceremonia.

 

La Iglesia de Bar Harbor…

Cerca de la mansión Martinson - 8 de Diciembre de 1945 - Día de la Inmaculada Concepción.

Muchos años atrás un suceso inició toda la cadena de acontecimientos que al día de hoy Bar Harbor – y pronto el resto del mundo – padece. El raudo Paraíso abrirá sus puertas con la intención de recibir el nacimiento de Dios. Solo los verdaderos creyentes gozaran de la dicha eterna; solo los devotos de La Orden vivirán por siempre en el Paraíso junto a Dios…

Cerca de la mansión de Roger Martinson una iglesia de características medievales se halla circundada por árboles centenarios y lapidas ilegibles. La misma se erigió sobre un campo sagrado indio, donde las tribus originarias realizaban rituales innombrables que los ponían en unión con las fuerzas primigenias. Hoy en día la sociedad dividió aquellas fuerzas en Bien y en Mal, para una mejor comprensión de sus obtusas mentes modernas.

Afuera la niebla es casi palpable y la tormenta en la isla continental gana fuerza, abarcando toda la costa Este, llegando tierra adentro por muchos kilómetros y Estados por igual. Las embarcaciones atrapadas por la inusual y extraña tormenta desaparecen para siembre bajo horribles y sobrenaturales destinos. Se decreta el estado de alerta climatológica en muchas ciudades.

La primera colonia, de origen Francés, simplemente desapareció durante una tormenta que se extendió por  una semana. Las historias relatan que los colonos simplemente se esfumaron, dejando hasta la mesa servida para la cena. Trescientas personas prácticamente evaporadas durante un vendaval de lluvia y viento.

Cien años más tarde los colonos Ingleses llegaron con sus costumbres herméticas y tomaron poder de la isla, así como de sus costumbres paganas mediante la fuerza y la sangre. Desde entonces los habitantes de Bar Harbor viven en un completo aislamiento… y la razón de ese comportamiento la descubrirán los Pecadores muy pronto...

Tras cruzar el halo de luz de NingunaParte, los Pecadores aparecen en el interior de la iglesia, específicamente en el lado interior de la entrada. Desde allí por el momento pasan desapercibidos porque todo el pueblo se encuentra en los asientos de la nave y su atención se encuentra en el altar y en la ceremonia que se desarrolla en este momento.

Hacia el fondo de la iglesia un mural de grandes proporciones muestra el pueblo originario - con sus atuendos del siglo XVI- realizando una ceremonia de quema de brujas típica de la edad oscura del continente Europeo. Encima del mural un texto dorado en latín cita: "Domine Deus Omnipotens En Cuius Manu Omnis Victoria"

Más adelante del mural se encuentran varias personas distribuidas en círculo, conformando un anillo que deja el centro de la iglesia libre. En el centro hay una pira lista para ser encendida por las antorchas de los allí presentes y sobre la pira los pecadores pueden observar atónitos una cesta con dos bebes.

Hacia un costado, dentro del círculo humano, se encuentran Roger Martinson y sus damas, el jefe de médicos Michael Vannacutt y la jefa de enfermeras, el Reverendo Kane y Joseph Aaron Bartlevy. Cerca de ellos también están Sara y la madre de James; ambas mujeres con ataduras de pies y manos.

- Hermanos y hermanas. ¡El tiempo de la cosecha ha llegado finalmente! ¡Dios purificara las ofrendas con el fuego sagrado y nuevamente volverá a caminar entre nosotros para que el Paraíso sea real! ¡Su voluntad obrará por la mano de nuestra hija prodigio! ¡Amén! – El reverendo finalmente comienza la ceremonia con palabras fervientes y la mirada elevada al cielo.

En una mano lleva un libro negro y en la otra una antorcha.

El reverendo de la visión de James no ha cambiado ni un ápice desde aquel entonces. Es más, muchas de las personas retratadas en el antiguo mural son idénticas a los presentes. Desde Martinson hasta Kane; el parecido es asombroso.

Cerca de la entrada una serie de oleos retrata el exterior de la Iglesia. Los mismos cuadros que en su momento Johan y Jules encontraron en la mansión Martinson. Salvo el último que pueden apreciar ahora.

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22/09/2016, 06:57
James Bartlevy

James parpadeó para que sus ojos se acostumbraran a la luz del interior de la iglesia. Cuando al fin lo hicieron y consiguió enfocar la escena que tenía ante sí, no supo cómo reaccionar. Parecía tratarse de una representación teatral; tan formal y tan tétrica que parecía irreal. Pero todo allí era real. Los dos bebés, las dos mujeres atadas, los ceremoniantes ansiosos porque la ceremonia que iba a tener lugar se llevase a cabo...y el fuego de la antorcha.

En eso se diferenciaba mucho de la escena que había visto tras aquella puerta, en Ninguna Parte, pero había muchos elementos en común. Los ceremoniantes, el sacerdote...pero ¿qué iba a suceder allí?¿Realmente iban a quemar en una hoguera a su madre y a Sarah, como si se tratasen de dos brujas que merecían ser ajusticiadas de la más horrible de las maneras?¿Quemarían también a los dos bebés?¡Oh, señor...están locos!

¿Locos?¿O quizá es la cordura lo que les lleva a hacer esto? En un lugar donde la bruma lo cubre todo perpétuamente, donde las personas se han de ocultar para mantenerse a salvo de las aberraciones informes que vagan por los restos de una civilización en decadencia, en aquel lugar donde cada doce horas se desataba un infierno...en un lugar preverso como aquel ¿qué tenía de extraño aquella ceremonia? ¿Y cómo podría a caso, reprochar a alguien el llevarla a cabo?

Sin embargo, el fresco de la pared sugería que ya se había intentado otra vez...pero algo había fallado...¿funcionaría esta vez? ¡Oh, Dios Santo!¿Cuánto tiempo lleva esta gente atrapada aquí?

Se acercó al grupo en silencio. No había nada que decír. Siguió andando hasta situarse al lado de su padre. Miró a su madre y recordó la escena de Ningún Lugar donde ella aceptaba su propio sacrificio. Cuando ella le miró a los ojos, no pudo sostenerle la mirada. Saber que iba a ser sacrificada hacía que sintiese una profunda tristeza dentro de sí, pero James deseaba más que nada regresar a su antigua vida y si ese era el precio, lo aceptaría. Deberás salvar a alguien muy cercano. Las palabras de Dhalia, volvieron a su mente.

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22/09/2016, 15:49
Aaron michalson

El coronel pasa y observa la escena con repugnancia creciente.

Observa la cesta con bebes, la pira, el libro negro, todo le parece sacado de un libro macabro o de relatos de la Inquisición en Flandes o Salem.

-¿Que está pasando aquí?-  Aaron pregunta con frialdad, con voz profunda, y con cierto tono de peligrosidad. La pregunta resuena por toda la sala, aunque no ha tenido que gritar para decirlo, el coronel está acostumbrado ha hacerse oír.

-Baje esa antorcha...O le obligo ha hacerlo. El resto de la frase queda en el aire, pero el coronel sigue llevando el revolver en la mano derecha, visible para todos.

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22/09/2016, 18:47
Harry Slaughter

Otra vez un brillo, un destello, y de nuevo en un lugar diferente. Harry empezó a observar a toda la muchedumbre reunida en esa iglesia.

No tenia muy claro a que se refería la niña con que él tenia lo necesario para ayudar. Porque como no fuera un manojo de llaves, el resto de cosas físicas que Harry portaba, era un pequeño arsenal de armas. La Tommy, una tubería una porra...O se refería a que arrasase con todos, o quizá era algo más espiritual...

Entonces la vio. Era ELLA, Sara...o Sally. Da igual, le prometió que esta vez no la perdería. Harry apretó la Tommy con fuerza, de repente la idea de arrasar con ella a los presentes no le parecía tan mala. Pero no, antes tenía que ver que estaba pasando, intentar dialogar. Él tenía lo necesario para ayudar...¿la superación de su pecado quizá?

-Esto no tiene ningún sentido...sacrificar a estas mujeres, estos niños..no os servirá de nada, solo le beneficia a Él...¿no lo veis que siempre acaba todo igual?

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24/09/2016, 01:03
Joseph Aaron Bartlevy

Joseph no había cambiado en lo más mínimo desde la última vez que James lo vio con vida. Ni siquiera en su forma de dirigirse a su hijo, siempre con su postura superior.

Primero el señor Bartlevy se dirigió a sus compañeros de culto ante la llegada de su hijo. Luego hablaría con él. - ¡Vean todos! ¡He aquí mi hijo el triunfador! Aunque jamás imagino que su fortuna proviene de la gracia de un poder superior. -  Joseph habla con cinismo mientras extiende una antorcha flameante a su hijo. – Has pasado la prueba y demostrado ser un Bartlevy de toda cepa. Has ganado cada maldito dólar de mi fortuna al llegar hasta aquí con vida. Es el momento de tu prueba final. Ten, arroja esto a la pira y podrás regresar a tu penhouse con vista a Central Park. –

Los demás sonríen con malicia ante el gesto de Joseph y esperan el acto final de su hijo…

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24/09/2016, 01:19
Roger Martinson

- Las armas son inútiles aquí. Será mejor que tomen asiento porque van a presenciar un milagro. ¡El milagro del Paraíso! – Roger Martinson responde con su voz en alto, casi gritando a los cuatro vientos y su mirada desencajada demuestra demencia, la cual había permanecido oculta a simple vista durante la visita de los Pecadores a su mansión.

  Y ante la amenaza del coronel, las dos damas de compañía de Martinson se colocan frente al Alcalde y sus compañeros; actuando de escudo humano.

Si Aaron o Harry disparan, podrían matar a las muchachas que por su deplorable aspecto no parece que fueran responsables de sus propios actos.

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24/09/2016, 01:33
Dr. Michael B. Vannacutt

El mismísimo doctor que trato las heridas de los pecadores y cuido afanosamente hasta su despertar ahora toma el turno para hablar. En su mano lleva un amuleto, similar al que James entregó a Dahlia, solo que es de color plateado y rojo. El grabado del amuleto ha sido visto por los Pecadores a lo largo de los últimos días. El mismo es todo un misterio…

- Bajo la llama de la Purificación la muerte no existe. Solo es la transición hacia la comunión con Dios en este día sagrado. Ven Harry, ayuda a tu esposa. Ahora solo es una sombra de lo que fue pero bajo el fuego ella renacerá en toda su gloria. ¡Ja, ja, ja, ja! – 

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24/09/2016, 02:01
Reverendo Kane

- Quien no se toma las amenazas en gracia es el Reverendo Kane. Quien devuelve el gesto con su lengua viperina y su tono familiar para James y Aaron. Es la misma voz que oyeron en la desvencijada cabaña del bosque, poco antes de ser atacados por el verdugo Cabeza de pirámide.

¡Herejes! ¡Jamás podrán evitar el resurgimiento del autentico Dios! ¡Sus pecados serán el ancla que los llevara al más profundo de los infiernos! –

El escuálido y horrendo sacerdote traza arcos con su antorcha al simbolizar mediante el gesto la negación a la presencia de los Pecadores en la nave de la iglesia.

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24/09/2016, 14:41
Aaron michalson

El coronel se queda petrificado al ver ahí a su padre. Por un momento duda, y el miserable alcalde lo usa para parapetarse detrás de las doncellas.

No puede ser... ¿porqué no está más viejo? ¿Es otro sectario? ¿Qué está pasando?

Por un momento el cuajo de Aaron se quiebra y todo lo sucedido hace que se doble y devuelva. No hay mucho que vomitar, la mayoría ya lleva tiempo digerido, así que sale poco más que bilis, que dejan un regusto ácido en la boca del coronel cuando se levanta de nuevo, todavía intranquilo. De momento observa a su padre con ojos fijos. 

-¿Qué es todo esto?- Pregunta con voz suave, haciendo un gesto con el brazo, abarcando toda la sala.

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24/09/2016, 18:49
Johan Mathews

Johan había entrado junto a Jules presenciando aquel demente escenario. Parecía una quema de brujas como las que se practicaban en Salem, pero en los tiempos de ahora... Es de locos.

Había reconocido a alguno de los feligreses; Martinson, el doctor, las niñas... El joven abrió los ojos como platos cuando vió a aquellas muchachas que parecían estar bajo el influjo de aquel demente anfitrión. Estas se habían ofrecido como escudo humano ante ese capullo, usándolas como barrera ante la amenaza de sus compañeros armados. 

Apretó la mano de Jules y la miró a los ojos, no era una persona valiente para nada, pero tenía que hacer algo, no podía quedarse de brazos cruzados mientras se armaba una masacre a balazos o algo peor, el infierno que todos habían visto les había demostrado que había cosas peores de lejos que las balas. Mientras hubiera inocentes, y para el, aquellas jovenes muchachas lo eran. Sabía lo que podía perder, que le dispararan, lo quemaran o algo peor estaba en las probabilidades dentro de su mente, y lo peor de aquello no sería perder la vida, sino perder a Jules y dejarla sin esperanzas de vivir. Pero algo dentro de el lo obligaba a jugarse el tipo por aquellas chicas con las que no había intercambiado ni una palabra directamente. Susurró a Jules algo y avanzó dando un paso al frente tocando el hombro de sus compañeros armados

-¡No!, ¡No disparéis!. Puede que muchos de los presentes lo merezcan, realizar sacrificios humanos para recibir los favores de algún tipo de divinidad oscura es algo vomitivo. Aunque en cierta manera les entiendo, el miedo y el perder a alguien puede hacerte recurrir a lo mas bajo por recuperar o manetener aquello que te aferra a la vida. Al pronunciar aquellas palabras, Johan se apretó el pecho al recordar a Helen y echó la mirada atrás hacia Jules. 

-Pero no debe hacerse a costa de vidas inocentes. Johan señaló a las muchachas que estaban ahora enfrente de ellas y les habló directamente, sacándose de su bolsillo una gasa con sangre que la muchacha morena reconocería.

-Teneis que dejar de tener miedo, el no os va a cuidar. Ni el, ni su "iglesia", ni su enfermizo dios. Acabareis mal paradas si seguis de este modo. Nosotros os protegeremos.

Johan les ofreció la mano a ambas, estaba mas que determinado para salvarlas. 

Notas de juego

Hago tirada para intentar convencer a las muchachas de que vengan lanzo un puntito de drama por si las moscas. 

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24/09/2016, 19:09
Johan Mathews

-Jules si pasa algo por favor, no me sigas. Ya he perdido a alguien que me importaba por mi culpa, si te perdiera a ti, no tendría descanso ni en el mas allá... Por favor.

 

Los ojos de Johan reflejaban miedo y desesperanza, en aquella situación tan límite, con el cúmulo de desgracias, era imposible de esconderlo incluso para el. Pero Jules le daba cierta seguridad interior que nunca había sentido, por fin había dejado de ser el eterno guardián  para sentirse protegido.

Protegido por primera vez en mi vida... 

Con aquellos pensamientos y acariciando suavemente las yemas de los dedos de la atractiva gemela. Johan cambió su mirada por una concentrada y determinada.

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24/09/2016, 19:15
Incubus

Notas de juego

Y la tirada?

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24/09/2016, 19:26
Johan Mathews
Sólo para el director
- Tiradas (1)

Notas de juego

Madre de dios, menudo despiste. Sorry master. La pongo en para director y así los demás no ven un post vacío.

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24/09/2016, 20:32
James Bartlevy

La situación se estaba tornando confusa para James. Las palabras de sus compañeros se unían a sus propias dudas. Deseaba más que nada recuperar su vida. No importaba cuál fuese el precio. ¿O sí? Vamos, James. Es tu madre, tu propia madre...¿qué clase de monstruo eres? Por el amor de Dios, no hace ni unas horas ella estaba dispuesta  a dar la vida por ti. De hecho, está entregando su vida por ti...porque eras tú el que tenía que estar ahí ¿recuerdas?. Si fuera por tu padre...No debes permitirlo...tu padre. Mi padre...maldito malnacido...

...Deberás salvar  a alguien muy cercano. Ya lo veras...las palabras de Dhalia resonaron en su cabeza fundiéndose con sus propios pensamientos. Quizá...quizá ese no sea el camino. Quizá la ceremonia fuese un error. Al fin y al cabo, a juzgar por los frescos, ya se había hecho en el pasado ¿Qué había sucedido?¿Y si había sido aquello lo que había desencadenado todo?

Miró a su padre y luego a sus compañeros. Aferró con fuerza la antorcha y cogiéndola como si fuera una espada, se la estampó en la cara a Joseph Aaron Bartlevy, su padre. Una rabia contenida durante muchos años afloraba en su rostro, afilando sus rasgos y confiriéndole un aspecto casi animal.

-¿Recuerdas? Nunca juegues a un juego que no puedas ganar.

Después retrocedió en dirección a las mujeres, protegiéndose con la antorcha donde esperaba reunirse con el resto de sus compañeros.

 

- Tiradas (2)

Notas de juego

Falta un +3 en la primera tirada. Es un 13.

Gasto un punto de drama.(se piensa cada movimiento)

Qué mal. Se queda en un 13. Espero que me sirva de algo la sorpresa.

Y lo peor de todo es que no me di cuenta que si solo tirara el dado más bajo me podría haber quedado con los dos 7. :-(

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24/09/2016, 21:16
Jules Hawk

Al ingresar en aquel lugar junto a Johan, observo detenidamente cada rincón y sus ocupantes, hasta que la imagen de dos bebés capta mi atención y siento como el corazón late con más fuerza. Ellos eran mis hijos, producto de un embarazo que era milagroso ante la mirada de una cruel realidad, siendo el único recuerdo viviente de Jan. No iba a permitir que los asesinen, antes se las tendrían que ver conmigo y eso a esta altura poco importaba. 

Y justo cuando estaba a punto de saltar como una leona al acecho por sus crías, es Johan quién detiene mis pasos y susurra unas palabras, le dedico una mirada durante unos breves instantes y respondo de forma precisa. Finalmente observo su accionar y suspiro al negar con la cabeza, comprendía que era un acto de valentía por su parte y estaba de alguna manera buscando la forma de luchar contra esa situación. Lo apoyaba, desde este sentimiento que nacía en mi corazón, aunque estaban mis hijos también. 

Avanzo a paso firme hacia el lugar en donde se encontraba ese grupo de enfermos mentales y para colmo cultistas. Le dedico una mirada fulminante al Doctor y rompo el silencio. - Son mis hijos, que quieren a cambio de ellos.  Al ser su madre tengo el pleno derecho de decidir por su bien y de sacrificarme también. ¿Que necesitan? - pregunto al contemplarlos con amor y esperanza, se parecían tanto a su Padre en sus facciones que me generaba una tristeza. Los salvaría como sea y quería comenzar por las buenas, seguirles el tren a estos locos y ver que sucedía. 

No se me había pasado por alto los cuadros y el recuerdo imborrable de ellos, todo se iba armando, como un puzzle. 

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24/09/2016, 21:27
Jules Hawk

- No puedo prometerte algo que no voy a cumplir, dijimos que salimos de esta juntos y así será. Sólo que antes debo salvar a mis hijos, intentaré obrar por las buenas, sin amenazas y negociar. En caso contrario, será cuestión de que suceda lo peor. De igual modo, allí estaré para ti Johan... No me olvides nunca. -  termino por decir mientras avanzo a paso firme hacia el lugar donde se encontraban los cultistas. 

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25/09/2016, 00:06
Incubus

Notas de juego

Listo. Gracias.
Con ese resultado no vas a necesitar gastar un punto de drama. Las muchachas van a titubear. ;)

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25/09/2016, 02:50
Entidad

Alguien… o algo… esperaba tu llegada. Lo sentiste en el mismo instante en el que apareciste en el interior de aquella iglesia, era como un escalofrió recorriendo tu espina dorsal, esa sensación que tenías cuando tu instinto te avisaba de un peligro del que no eras consciente, un instinto desarrollado durante tus años como espía, un instinto que rara vez se equivocaba… pero sin embargo, eras incapaz de identificar el origen de aquella sensación. Apenas habías sido consciente de ello antes, pero ahora, como si tus palabras a Johan hubiesen sido aquello que esperaba de ti, la sensación se hizo mucho más intensa, algo palpable incluso.

Aquella sensación no provenía de las personas de la isla que había en la iglesia, y tampoco quienes se encontraban en el interior del circulo y parecían ser los líderes de aquella gente…. Y menos aún provenía de las dos mujeres dispuestas para el sacrificio, así como tampoco los dos bebés que se encontraban ya en la pira, tus propios hijos, fruto de tu amor por Jan. No, esa sensación no provenía de ninguno de ellos, y sin embargo…

Te dije que volveríamos a encontrarnos

Era la misma voz que habías escuchado antes de entrar en Ninguna Parte, aquella que te había hablado en tu mente para ofrecerte un trato, aquella que había declarado que la muerte de Julie había sido causada por tu renuencia a escucharla… y sin embargo, la voz no era exactamente la misma. Ahora no resonaba en el interior de tu cabeza, sino que provenía del exterior, y sonaba mucho más real que antes, más física y con un algo que hacía asomar un leve reconocimiento en los límites de tu memoria. La voz provenía de apenas unos metros por delante de ti, pero allí no había nada, no había nadie… o más bien no lo había habido, pues ahora, varias figuras eran perfectamente visibles para ti. Claro que seguramente deseases haber seguido siendo incapaz de verlas.

El primero en ser reconocible fue Jan, el hombre por el que lo habías abandonado todo, el hombre que lo había abandonado todo por ti, la persona que te hizo sentir de una forma que tú misma creías ser incapaz de sentir, quien logró lo que debería haber sido imposible al concebir contigo los que iba a ser vuestros hijos… y quien murió sometido a inimaginables torturas al seguirte a la isla tras el naufragio del crucero, aunque ni tan siquiera eso había le había impedido encontrarte, recorriendo como espíritu aquella isla maldita hasta encontrarte. Jan, que en vida había sido capaz de sobreponerse a cualquier tipo de tortura, se retorcía ahora entre espasmos de dolor a causa de las innumerables heridas que se habían constantemente por cada centímetro de su cuerpo para empezar a cerrarse instantes después, prolongando así la agonía eternamente, con la mente destrozada por el dolor y sus labios repitiendo de manera mecánica la única cosa a la que se había aferrado en vida a pesar de que ni siquiera era capaz de emitir sonido alguno. Mischa…

Te ofrecí salvarle, devolverle la vida, poder salir de aquí junto a él… pero no quisiste escucharme, y por ello, su alma ha quedado atrapada en un sufrimiento eterno.

La voz cada vez se hacía más sólida, y con ello también más reconocible, al tiempo que la oscura nube adoptaba una forma humana cuya forma parecía querer despertar un oscuro recuerdo en ti… claro que eras incapaz de pensar en dicho recuerdo, pues no era Jan la única persona a quien aquella sombra sujetaba.

Julie, tu hermana gemela, tu otra mitad, la única persona que había visto en ti algo bueno, el único apoyo durante casi toda tu vida, cuya mera existencia te daba fuerzas para soportar cada prueba, cada tortura y cada sacrificio que te viste obligada a hacer para volverte más fuerte, lo suficientemente fuerte como para poder protegerla, quien a pesar de haber sido enviada a matarte cuando traicionaste a tu país por Jan, decidió no hacerlo para proteger tu felicidad, a pesar de que sabía lo que ese significaba, lo que supondría ese fracaso para ella… y quien dio su vida para conseguiros unos preciosos segundos que os permitieron, que te permitieron escapar de los Verdugos. Julie, quien tan fuerte y decidida había sido en vida, daba ahora la sensación de una persona indefensa e impotente. No era solo el hecho de encontrarse cubierta de sangre y con la ropa hecha jirones hasta el punto de que ni siquiera servía para cubrir su cuerpo, y tampoco por las numerosas marcas y heridas que recorrían su cuerpo, el cual parecía haber sufrido abusos más allá de lo imaginable… no, no era nada de eso, era algo más. Era esa mirada que habías visto en sus ojos, una mirada que nunca habías visto en sus ojos, ni siquiera cuando estabais en el orfanato, pues era la mirada de una niña aterrorizada, una niña que no solo era incapaz de defenderse, sino que había dejado incluso de intentarlo, que se había resignado a su destino. Era como si de algún modo hubiese tenido que regresar a aquellos días, pero esta vez sin tenerte a ti para defenderla, sin nadie en quien apoyarse… y a juzgar por la antigüedad de sus heridas, el escaso tiempo que había pasado desde su muerte para ella debían haber sido meses, años incluso. Habían abusado de su cuerpo, mente y espíritu hasta aplastarlos por completo y romperlos en pedazos, dejando ante ti un mero remedo de lo que había sido tu hermana… la cual, pese a todo, no dejaba de llamar con una voz ya extinta a la única persona que le había dado fuerzas en vida. Mischa…

Te ofrecí salvarla, darte el poder necesario para protegerla, la fuerza para acabar con quienes la amenazasen… pero no quisiste escucharme, y ahora debe ser castigada por tu falta de fe, castigada igual que entonces…

La voz cada vez era más real, más reconocible, como si con cada palabra fuese tomando más y más consistencia… y cuando dijo las últimas palabras, tu mente asoció al fin aquella voz con un recuerdo, un recuerdo enterrado que parecía haberse arrastrado desde las profundidades del infierno para perseguirte. Era imposible, no podía ser cierto… pero sin embargo, la sombra al fin termino de adquirir forma, haciéndose sólida y mostrando quien era en realidad, confirmando con ello tus temores.

Notas de juego

Cameo de Miles Teg.

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25/09/2016, 02:51
Bogomil Sitnikov

Bogomil Sitnikov, el sacerdote del orfanato, el monstruo que había poblado tanto vuestras pesadillas cuando erais niñas, el ser que personificaba el infierno que había sido el orfanato, la persona que os marcado de por vida, vuestro demonio personal. La visión de aquel hombre, vestido con su inconfundible sotana y con aquella lujuriosa mirada te hizo recordar por un instante aquellos días, el nauseabundo olor de su sudor impregnándose en tu piel, la inmunda sensación de sus manos recorriendo cada centímetro de tu cuerpo, el vomitivo sabor de sus fluidos al verte obligada a beberlos, la repugnante sensación de sentirlo forzarte y adentrarse en tu interior una y otra vez… aquellos recuerdos y sensaciones te invadieron por solo un instante, pero bastaron para reavivar el profundo odio que sentías por aquel hombre, aunque también el miedo. Tal vez ya no fueses aquella niña de la que el padre Bogomil avisaba en el orfanato… pero él tampoco era el mismo que entonces, había dejado de ser un mero hombre, ahora era algo completamente distinto.

Veo que me recuerdas…- te dijo sonriendo de manera repugnante al ver tu expresión -Yo tampoco os he olvidado, y tampoco lo que hicisteis esa noche, no estuvo bien lo que hicisteis… ¿verdad que no Yulia?- te dijo, al tiempo que acariciaba lascivamente a tu hermana -No pareces arrepentida, sigues pecando y engañando a los hombres con tu cuerpo para luego provocar su muerte… ¿engañarás a ese crio para que acabe como yo o como este desgraciado?- te dijo con un deje de ira refiriéndose a Johan al tiempo que su mano apretaba sin esfuerzo alguno la cabeza de Jan, haciendo que empezase a sangrar por nariz, ojos y oídos -Pero ahora no es el momento de hablar de eso- dijo calmandose rápidamente al tiempo que soltaba a Julie y a Jan, los cuales cayeron como pesos muertos al suelo, donde el cuerpo de Julie empezó a arder hasta convertirse en cenizas y el de Jan a derretirse hasta no dejar ni rastro -Soy un hombre de Dios, y Dios desea que te ofrezca un trato… puedes salvar a tus hijos, si así lo deseas no sufrirán daño alguno, y tampoco nadie intentará detenerte cuando vayas a por ellos. Solo tienes que matar a Johan con tus propias manos, acaba con su vida y tus hijos vivirán... ¿fácil, verdad? O si lo prefieres, escapa de este lugar llevándote a Johan contigo, nadie os detendrá ni intentará dañaros… siempre y cuando acabes primero con la vida de tus hijos. Prende tu misma la pira y haz que ardan hasta la muerte, y podrás marcharte con Johan… ¿sencillo, verdad?- te dijo al tiempo que se acercaba a los fieles, quienes en ningún momento habían sido conscientes de la existencia del sacerdote ni tampoco de Julie o Jan. ¿Era acaso una prueba de que en realidad todo aquello era producto de tu mente, la retorcida forma que tenía tu subconsciente de autocastigarte por la muerte de quienes amabas? En ese momento el sacerdote te miró, como si supiese lo que pensabas -Soy real, más real que muchas de las cosas que has visto y experimentado en la isla, así como también mi oferta es real…- te dijo, al tiempo que extendía las manos para tocar a dos de los fieles., el primero de los cuales empezó a convulsionarse mientras sangraba por cada orificio de su cuerpo, al tiempo que el segundo parecía que estuviese siendo sujetado por diversas partes de su cuerpo y hubiesen empezado a tirar de ellas -… así como también mis castigos- añadió, al tiempo que ambos fieles morían, el primero en una explosión de sangre que roció a cuantos se encontraban alrededor y el segundo descuartizado y con sus miembros, tronco y cabeza saliendo disparados a diversos puntos de la sala y cayendo sobre varios fieles -No te atrevas a ignorarme de nuevo- sentenció el sacerdote, y si bien ninguno de los allí presentes salvo tu había podido ver que había sucedido, sí que eran bien conscientes de las consecuencias de lo ocurrido. La muerte de ambos fieles no había sido producto de tu imaginación, al contrario, habían sido extremadamente reales… lo que significaba que también lo era el sacerdote.

Claro que saber que era real, y saber exactamente qué era o si podías confiar en su palabra eran cosas bien distintas.

Notas de juego

Cameo de Miles Teg.

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26/09/2016, 10:23
Aaron michalson

El coronel levanta el arma al ver que el miserable alcalde se esconde detrás de las doncellas. Sin embargo observa al resto de la sala, valorando la situación.

El ataque de James a su padre hace que levante una ceja, hace falta mucha fuerza para atacar a un padre... aun cuando sabes que se lo merece.

Al final el coronel avanza hasta las dos mujeres atadas, sereno, con paso lento. El sonido de sus botas resuena en la estancia a cada paso. Desenvaina la espada con la zurda y de un tajo limpio, corta las cuerdas que atan a las dos mujeres. -Cojan a los bebés por favor, yo tengo las manos ocupadas ahora mismo...- Dice sereno el coronel, mientras les hace de escolta. Aaron parece sereno, pero por dentro esta muy tenso y alerta, vigilando cualquier movimiento que hagan esos fanáticos, el coronel lo tiene claro, quien intente hacer daño a los inocentes morirá bajo su mano.

Notas de juego

Vale esto es lo que hago, pero si alguien intenta atacarme, o a ellas, o impedir que cojamos a los bebés... le disparo/le meto un palmo de acero entre pecho y espalda, lo que me sea más cómodo en ese momento.