Partida Rol por web

Owen los condujo hasta su granero. Sendas cajas de dinamita poblaban la estancia, pero solo podían cargar con una en cada mano. Tendría que bastar por ahora. En cuanto tomaron las cajas se dispusieron a regresar al pueblo.

-¡Muy bien!- dijo muy emocionado mientras salían de su granja- con esto aprenderán esos odioso…

Pero no pudo terminar la frase, ya que una de las criaturas se abalanzó sobre él desde la copa de un árbol y le arrancó la cabeza de un mordisco.

No podia estar pasando esto otra vez. La ira estaba empezando a tomar el control de rick pero no podia dejar de pensar en que tenian que salir de ahi vivos. Tomo uno de los cartucho que estaba sobre la mesa y tomo a isobel del brazo- Mas te vale quedarte detras mio si quieres ver a tu abuela de nuevo- comenzo a alejarse lo mas que pudo tirando de ella y grito algo a peter- aqui no hay cocinas asi que no lo entretengas y alejate! toma a claire!- se detuvo cuando estuvo a una distancia prudente para lanzar el cartucho

Teniendo en cuenta que tenían que ir a unas cuevas a salvar a su abuela, la idea de ir a por dinamita la vio una completa estupidez. No dejó de recordarles que tenían que salvarla en vez de dedicarse a jugar a las explosiones ya que no sólo podría afectarles a ellos, sino que tal vez destrozarían la entrada de la cueva y sepultarían a la anciana a su suerte.

Con los brazos entrelazados en su pecho y sin dejar de mirar a un lado a otro, como prometió se mantuvo al lado de Rick aunque la inercia de salir corriendo cada vez era más y más fuerte. Lo has prometido, cálmate, van a salvarla.­ En el granero se dedicó a mirar las cajas con cierto respeto, no queriendo acercarse demasiado por miedo a explotar todo el lugar. Al menos ella no cogería ninguna.

¿Cuánto más vamos a…? – El resto fue demasiado rápido. Antes de poder preguntar si ya iban a ponerse en marcha para dirigirse a las cuevas una de esas criaturas saltó desde las sombras para decapitar sin apenas esfuerzos al hombre que les había guiado, salpicándole incluso en la mejilla unas gotas de su sangre.

La adolescente ahogó un grito mudo mientras Rick, quien había tenido más reacción, la tomaba del brazo y la apartaba, alejándola de la acción.

¡Claire! ¡Pete! ¡Apartaos! – Aunque ella no cogió un cartucho ni sabía exactamente la dimensión que podía tener, estaba al tanto de que cubrirse de cualquier tipo de explosión era lo mejor para evitar lesiones. Por eso, cuando Rick tiró el cartucho con la intención (suponía) de hacer volar a la criatura, le agarró de la chaqueta para tirar de él e intentar ponerle a cubierto, ya fuera detrás del granero o un árbol.

Tenía que haberse vuelto loca... ¿Qué hacía allí, en un lugar tan peligroso? Acababa de recibir un mordisco de una criatura extraterrestre en la pierna. Debería estar en su casa, descansando, con una pistola en cada mano, con las ventanas cerradas y la puerta bloqueada por si los bichos alienígenas. O tal vez huyendo de camino a la ciudad más lejana que pudiera alcanzar antes de que se le acabara la gasolina. Pero allí estaba, acompañando al grupo para intentar salvar a la abuela de Isobel. Estaba loca, claramente. Pero bueno, tal vez todos lo estaban. Y tal vez su locura conjunta consiguiera derrotar a esas cosas...

Y entonces, sucedió aquello. ¿Quién iba a pensar que una cabeza podría separarse de un cuerpo con tanta facilidad?

- ¡Oh, por el amor de...! - no acabó de dar su grito de horror antes de que Rick lanzase el cartucho de dinamita. ¡A cubierto!

Rick parecía haber tomado la delantera, pero la única opción válida era la que él iba a intentar: volar a la criatura en mil pedazos, si tal cosa era posible, con un cartucho de dinamita del pobre Owen, cuya sangre aún manaba del cuerpo decapitado. Peter no podía creer que aquello volviese a ocurrir de nuevo. Debía hacer lo mismo que Rick.

—¡Bicho asqueroso! —gritó a la criatura.

Rick arrojó el cartucho encendido en dirección al monstruo, quien dio un salto y lo tomó con sus pequeñas garras. En seguida, comenzó a chupar el extremo opuesto a la mecha, como queriendo fumárselo. Esto les dio tiempo para ponerse a cubierto. 

La explosión  derrumbó un par de árboles y causó algunas quemaduras en el cuerpo de la criatura, que salió corriendo y chillando en dirección al pueblo.

Terminaron de cargar el resto de la dinamita en el vehículo y se dirigieron a las cuevas, pero antes tenían que pasar por el pueblo. Así supieron lo que estaba pasando:

El pueblo era un caos, la gente corría por las calles y caminos mientras los monstruos los perseguían y devoraban a plena vista. 

Cuando Isobel se asomó por la esquina del granero esperando ver… no sabía qué, entre todas esas cosas que podían ser lo último que esperaba era un alien fumándose, o intentándolo, un cartucho de dinamita.

¿Pero qué coño? – Era una visión extraña y que, por suerte, les funcionó para hacerle explotar. La muchacha, ante el ruido y temiendo la onda, se abrazó a Rick asustada escondiendo el rostro en el hombro del joven. El ruido se propagó mucho más rápido de lo que esperaba escuchando desde árboles caer hasta gente gritar.

Isobel se apartó de Rick aunque no lo soltara, lo suficiente para ver qué estaba pasando, comprobando que la criatura huía hacia el pueblo, ¿debían seguirlo? Mi abuela está en las cuevas. Se mordió el labio inferior sabiendo que aquello estaba siendo una masacre de la cual no podrían hacer nada más que formar parte de la escena como espectadores.

¡ESCONDEOS EN VUESTRAS CASAS! ¡CERRAR VENTANAS! – Intentó gritar con toda la voz que su cuerpo le dejaba, esperando así salvar, aunque fuera, a una única persona de la carnicería.

La abuela de Isobel está en las cuevas y su obligación como policía es atender a todas las personas que puedan necesitar su ayuda. En el pueblo, todo el mundo precisaba ayuda, pero era demasiado tarde para ellos. La visión de los cuerpos decapitados y medio devorados por ese gran número de entidades alienígenas (¿de dónde demonios habían salido tantas?) era una visión extremadamente horrenda para Peter, que ya conocía el horror por las fotos de sus abuelos en los campos de exterminio nazis durante la Segunda Guerra Mundial. Pero esta orgía de sangre y horror sobrepasa todo lo imaginado.

—¡Hagan lo que dicen la joven! —grita el policía temiendo perder la razón—. ¡Escóndanse! ¡Escóndanse cuanto antes y no salgan hasta que la zona no sea segura!

Peter dispara su arma sobre alguna de las criaturas sólo para sentir que está haciendo algo de utilidad, a pesar de saber que no tiene manera de acertar a ninguno, y menos aún en el estado en el que se encuentra. Y, en el caso de que lograse dar a una de esos repugnantes criaturas, ¿de qué iba a servir?

Los ojos de rick estaban que volaban de un lado al otro de todo lo que pasaba a su alrededor. Comenzo a entrlazar alguno de los cartuchos que habia tomado del granero. Miro a claire- Es tu momento de brillar niña. Haz lo mismo que yo de a 2 o 3 cartuchos a la vez. Unelos con esto- saco de uno de sus bolsillos una cinta de electricista- cuando los tengas armados daselos a peter- siguio dando indicaciones a los demas- Isobel, intenta cubrirme o ayuda a claire con esto- vio que uno de los alien miraba con apetito a peter y corrio a sus espaldas para cubrilo con un palo que vio tirado en la calle- No dejes que te coman... todavia me debes esa cerveza

- ¡Oh, joder, joder, joder, joder, joder...! - repetía Claire tapándose las orejas después de aquella explosión de... ¡un cartucho de dinamita que un monstruo alienígena había intentado fumarse! ¡Es que era totalmente de locos! Y además aquellos bichos infernales se dirigían hacia el pueblo... Está claro, hoy me muero. Me matan, pensó Claire. Apretaba los dientes con tanta fuerza que le dolía, pero al menos aquello la hacía reaccionar. También le dolía la mano con la que sujetaba el arma que le habían dado antes, pero todavía no estaba usando. Ah, no. Esto es para defenderme, pensó Claire. No para llamar la atención de esas mierdas extraterrestres.

Ante la dantesca escena, todos sintieron ganas de salir corriendo, pero debían arrojarle la dinamita primero a esos monstruos. Peter parecía el más afectado, tal vez por intentar demostrar valentía. El terror se reflejó en su cuerpo, tiñiendo su cabello de blanco.
Isobel anudó nueve cartuchos (uno por cada monstruo a la vista), rick prendió un extremo y lo arrojó lejos.
Inmediatamente, uno de los monstruos corrió hacia el arreglo para intentar... fumárselo. Los demás lo siguieron y comenzaron a pelear entre ellos, dándole tiempo al grupo y a los sobrevivientes para alejarse.
La explosión los dejó a todos malheridos y confundidos, pero uno de ellos vio al grupo y comenzó a perseguirlos.

Sin saber porqué su cuerpo se había movido solo para anudar cartuchos, corrió hacia Claire para abrazarla, asustada.