Partida Rol por web

Sombi ni poyah

Boah, Bautisoh y Entierroh (Escena 4)

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10/04/2015, 03:24
Director

El invierno se acercaba y se prometía duro de cojones. Octubre llegó como un mazazo, y más que otoño aquello era una putada que amenazaba nieve hasta las rodillas en diciembre, o incluso antes. El aire soplaba frío para aquella época del año, y los bañuscos tuvieron que hacer acopio de sus prendas de abrigo en el pueblo.

En una época dura, la vida comenzaba a ser dura. Llovía de vez en cuando y el aljibe del castillo estaba hasta los topes. Tuvieron que pensar en como desaguar, por que con todo tan cerradito, a cal y canto, se formaban unas piscinas de agua que no era ni normal. Pero como siempre, salieron del paso con soluciones ingeniosas, sin tener que tirar cada dos por tres de las bombas de achique. El sistema defensivo de Baños se ampliaba, ahora con otra línea de funicular que conectaba con la central hidroeléctrica o con el polideportivo, que comenzó a tener más uso. A la gente había que tenerla entretenida cuando no hacía nada, o si no se peleaban o te salía una Toñi por ahí. Ahora se decía así, aunque no lo hacían delante del Cagaprisas. "Hacer una Toñi", cuando se te iba la pinza y querías matar al personal.

Baños ultimaba preparativos y se preparaba, mientras Jaén se quedaba como las raspas. Se lucharon otras batallas en otros castillos, y pronto se les sumaron en otras provincias. Granada, con sus legionarios en la Alpujarra, al fin daba caña a sus muertos. Almería se picó, como no podía ser de otra manera, y se pusieron a la tarea. Lo mismo pudo decirse de Córdoba, aunque fueron más a su ritmo. Los manchegos finalmente recibieron "armas", y pasaron de verlas venir encerrados en sus castillos a comenzar a matar apollardados a capazos. Con las hordas de Madrid, tenían mucho que matar.

La despedida de Don Faustino se produjo el 17 de Octubre. Quería sonar a un "hasta luego", pero en realidad no sabían muy bien cuando podría volver. En invierno, con el aire frío, los vuelos en globo se harían imposible, y solo aviones, zeppelines y cosas que funcionaran con helio, gasolina u otro combustible fósil podrían surcar el cielo. Se dió un abrazo con su sobrina, y dejó de teniente de alcalde a Titos, que era de fiar, con la hermana de Mari Cruz, Paqui, como secretaria (cargo que había ocupado en aquella primera quincena del mes para él, demostrando muy buena cabeza). Todo el pueblo le despidió, como quien despide a un héroe. Las muestras de cariño le hicieron brotar lágrimas de sus ojos. Baños mostraba su agradecimiento al hombre que había hecho posible todo aquello, la mente que, cuando todos pensaban en correr, soñaba imaginando un mundo mejor por el que merecía la pena luchar. Por eso en Jaén, los casos de muertos por el síndrome Z, como se llamaban a las muertes con enfermedad, dejación o paro cardiaco súbito que eran frecuentes en Estados Unidos en esa época, apenas se producían en un 1% de los casos.

El mundo se ponía a la defensiva, implementando el plan sudafricano, salvando a los que podían en zonas seguras. Pero España, para pasmo de todo el mundo y aplauso de Cuba, pionera en éstas lides, pasaba a la ofensiva. Una ofensiva que se hacía a su manera, ajena a los métodos del resto del mundo. La Segunda Reconquista, nombre que le venía al pelo, sería el nombre que la historia daría a éste periodo. La guerra zombie en España fue no tanto una cuestión de grandes batallas a campo abierto, como las que hubo en el primer mes, si no una guerra astuta, muy a nuestro estilo. Se atraía al enemigo a los castillos, puntos ya consolidados, y se le aniquilaba allí con seguridad, usando medios muy simples, sin prisa, pero sin pausa. Un excelente ejemplo de ésta nueva tendencia se dió en Berga, Cataluña. A falta de castillo, construyeron su recinto amurallado. Total, ladrillos sobraban en España. Sin prisa pero sin pausa, los catalanes les echaron huevos, con esa constancia en el trabajo que les caracteriza. Hicieron sus toriles, sus torres, sus casas. Y una vez que habían preparado el terreno, fueron atrayendo a hordas, y hordas, y más hordas. A su ritmo, sin prisa. En tres meses, se pasaron por la piedra a más de 150.000 criaturas, usando tan solo motosierras de altura, lanzas y hachas.

España implementaba el Plan Baños, y lo hacía a lo grande. Donde había castillo, castillo. Donde había torre, torre. Donde había palacio, palacio. Y donde no había nada, pues se construía. El sistema funcionaba bien, mejor o peor según el sitio. En Levante costó, por que allí no había hordas, había megahordas. Toda la puta gente del interior que les había pillado agosto en la playa, con sus miles de guiris que estaban de turismeo, ahora convertidos en hordas. Allí siempre estaban deficitarios de todo, sobre todo de munición, que el gobierno compraba a Cuba a espuertas, a cambio de algunos minerales y comida de la que se estaba produciendo. Un embajador cubano llegó a Segovia y las relaciones se institucionalizaron, siendo fluidas. Los españoles eran de los pocos occidentales entre los que el gobierno isleño concedía visados de refugiado, y que podían asentarse en la isla trabajando como un cubano más. Ingleses o estadounidenses no tenían esos privilegios, y eran detenidos nada más pisaban la isla, entrando en campos de trabajo que eran feos como sonaban.

En el País Vasco se picaron pero bien picaos. ¿Que van a hacer más de los Jaén, Patxi? Cagonlostia. Y apartando a codazos a los ertzainas y los milicos, hicieron acopio de su buena provisión de makilas y se dieron a lo suyo. A diferencia de en el resto de España, los toriles vascos medían dos metros justos. Se les daba mejor matar con el hacha, y les cundía a un ritmo demencial. Hasta había porras para ver quien se cascaba más bichos en una tarde, descamisado, en lo alto del muro, el pitillo de picadura en la boca y la txapela calada. Alguno hasta se contagió, y luego se pusieron monos de trabajo, aunque entonces no molaban tanto.

España iba desgranando los números del enemigo, poco a poco, a comienzos del noviembre glacial. Un cambio climático del copón. La abuela aguantaba bien a base de interferón, y el cirujano estaba a punto de llegar. Era el día 1 de noviembre y les sorprendió un aguanieve que no llegó a cuajar. La radio del castillo sonó con un aviso, y pronto vieron a la aeronave que surcaba los cielos. Era un pequeño Aviocar del ejército, avión de transporte por excelencia, que hizo unas pasadas sobre el castillo. Pero no aterrizó.

Lo que si ocurrió fue que, de su compuerta lateral saltaron dos paracaidistas del ejército, que aterrizaron tras mucho maniobrar en el aire a tiro de piedra de las murallas. El comité de recepción salió en su encuentro.

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10/04/2015, 03:56
Director

De vuelta a los clásicos. Un camión, dos hombres, un convoy. Había que aprovechar que las carreteras todavía estaban transitables, y dar unos viajes más. Pasaron por Canena y les llevaron unos tomates, luego prosiguieron en dirección al polígono industrial a las afueras de Jaén capital. Tales excursiones ya eran posibles, aunque logísticamente díficiles. El objetivo era encontrar los aparatos adecuados para que en el castillo no murieron de puto frío en lo más crudo del invierno. Habían repasado bien el polígono industrial de Linares, pero no había lo que buscaban, solo pequeñas estufas eléctricas. Estábamos hablando de sistemas de calefacción con dos cojones, especialmente aquellos basados en energía solar. Si tenían que chupar todos de la electricidad de la presa para las calefacciones, pronto comenzarían a tener problemas. Y no solo ellos, por que ahora había que darles electricidad a los de Canena y castillos vecinos, con lo que las placas solares comenzaban a ser la mejor opción para tener potencia extra sin reventar el suministro de esenciales.

En el polígono industrial de Olivares había varias empresas donde poder encontrar el material que buscaban. Era un sitio bien conocido por el Cagaprisas, que había dado más viajes allí que el copón. El equipo que le acompañaba no era otro que "los pollúos", con el Chino, los negros y cia. La vieja y buena guardia.

De camino a Jaén los problemas se multiplicaban. El bulldozer que iba en vanguardia llevaba la pala, y le sobraba fuerza para empujar y apartar los coches. El problema es que había la hostia de coches a la salida de la ciudad, coches de gente desesperada en el pánico de agosto, muchos habían muerto de hambre y sed dentro de los vehículos.

Al aproximarse a la ciudad, a pesar de la criba de los castillos, se toparon con grupos de cosas. No eran muy numerosos, pero algunos tenían una decena de apollardados que recorrían la carretera a sus anchas. Nada que inquietara al convoy formado por bulldozer, furgoneta, camión y todoterreno. Aquello era un paseillo por el campo, pero engorroso. Lo de los coches retrasaba la marcha, y que el bulldozer solo pudiera a 70 tampoco ayudaba mucho. Un trayecto de media hora se convertía en uno de tres. Eran las diez de la mañana, habían salido de Baños a las siete. Afortunadamente, ahora pillaban un desvío hacia el macropolígono, a 15 minutos de la ciudad. Allí había menos obstáculo y tráfico.

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10/04/2015, 04:30
Director

La Kimberly avisó a la yaya, y llamaron a las monjas del hospital. En un momento, estaban con la camilla pabajo, llevándose a la abuela. Ya había llegado el cirujano, al fin la podían operar. Menos mal, por que no podían seguir indefinidamente así. Les habían dicho que de aquella manera las posibilidades de éxito se multiplicaban, y con ellas la supervivencia de la abuela en el futuro. La dejó allí, en el box de operaciones, con la doctora, y se fue a curiosear a los recién llegados.

La puerta se cerraba y dos hombres entraron, uno de mediana edad, otro más joven, aunque de 30 y pocos, que estaba bastante potable. Aparte de las mochilas del paracaídas venían cargados hasta los topes con esos petates de militar que medían de alto casi como una persona.

La legionaria cerró la puerta de los toriles cuando entraron. Aunque fueran médicos eran militares, así que buscaron a Mari Cruz, que estaba allí mismo, y cargados como iban hasta los topes, se cuadraron y saludaron. Eran las once de la mañana.

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10/04/2015, 04:35
Dr. Antonio Vargas

El hombre le superaba en rango, pero era algo habitual en los médicos militares, que eran todos oficiales. Oficiales sin mando, por que no podían o solían dar órdenes, ni interferían con los comandantes de las unidades donde servían, aunque tuvieran menor rango que ellos. Ellos estaban para lo que estaban, que era curar.

El vuelo desde Segovia había sido breve, así que no se podía decir que vinieran especialmente cansados. Si estaban impresionados por lo que veían en el castillo, como otros tantos. Era una primera impresión muy habitual.

-Se presenta el comandante Vargas del cuerpo de medicina militar para servirla, por órden del general Fontenla. Éste es el cabo paramédico Ruiz, que me asistirá en las intervenciones.

Hablaba en plural, por que ya que estaba allí se había decidido que cualquier persona de un núcleo de resistencia de Jaén que le hiciera falta una operación seria, la tendría aprovechando su estancia entre ellos.

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10/04/2015, 09:41
Kimberly María Sánchez Gutiérrez

Había pasao unas semanas medio huyendo del Paco, al menos sin hablar mucho con él, que tampoco les hacía falta demasiáo. El caso que siguió con su runrun de lo de la yaya y sus cosas que le había pedío, que cuando vio los paraquidístas caer y dijeron que eran los médicos, sintió los ovarios en la garganta. No por la operación, de la que aún era bastante inconsciente, sino que si le pasaba algo a la yaya a ver cómo le decía al Paco lo que le había pedío antes de moríse... Cágate Mariloli.

Se asomó para ver a los recién llegados, como cotilla nata que era y al parecer no era la única. Y en el dúo venía un doctor Ken que además era action man, lo tenía todo. Ella tenía a su Paco, pero oye, por mirar no cobraban. Le plantó una radiografía al tal Ruiz, si alguien le tenía que toquetear mientras estaba inconsciente que fuera él, sí.

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10/04/2015, 15:39
Er Zeky

El invierno vino y nos metió a tos los cojones pa dentro. Como cuando te metes en el río y el agua está fría que te cagas, pues asín. La barba y los pelos venían entonces de puta madre. Eso, y los pantalones de pana, y las botas de montaña, y los chaquetones de lana (todo muy de perroflauta), me hacían un alivio. Aunque para muchos mis pintas no pasaran por su mejor mejor momento, pero oye. Ande yo caliente, ríase la gente. O eso decía el pápa.

- !La vin! Cuanto pobre infelíh, copon - le digo al Cagaprisas, mirándo la hordas de coches que salían de Jaen, con toa la gente muerta dentro - Al finah, tanta siudá, tanta siudá pa ná...Hemoh sobrevivío loh de pueblo, la víhen...

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10/04/2015, 17:07
Jose Luis Carmona "El cagaprisas"

Llevaba un rato silencioso, conduciendo si fiel camión. Lo mimaba y lo repasaba: se había resignado a que otros muchos lo condujeran y baquetearan, y no le quedaba más remedio que limitarse al mantenimiento. Hacía ya mucho tiempo, a finales de agosto, que avisó que el que follara en su cabina acabaría con los huevos en la boca sin cortárselos antes. Lo dijo entre risas y hubo cachondeo, pero el anuncio estaba claro. Era imposible comprobarlo pero confiaba en que se le respetara el camión.

-La ciudá éh una trampa. Hay mucho que saqueá pero mucho apollardao. El que haya sobrevivío en lah ciudade éh una máquina de matá, un animá. Pero no me diga que no te la pone dura pensá en irse un día de "compra" a Jaén. Pillá de tó, viví a tope, cogé buenoh coche, hacerse unah carrerah a 200 por lah aveníah, y volvé a casa cubiertico de mierda como putoh pro.

Cogió la radio.

-Pollúoh, ya ehtamo llegando. ¿Cómo va eso?

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10/04/2015, 18:16
Er Zeky

Miré al cagaprisas un poco perdío. Me temía que sus fantasias sesuales no eran las mías. A mi no me gustaban las pelis "tu fas, tu furius". Miré un poco por la ventana después, y me rasqué la barba.

- Hombre...Poh no mucho, illo. Eso son ganah de jugarse er pehcueso a lo loco, en mi opinión - me encogí de hombros.

Después guardé silencio, a la espera de que el resto diera señales por la radio. Esto me recuerda a mi primera salida a buscar provisiones. Anda que no ha llovio de entonces a hora, ni ná...

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10/04/2015, 18:54
Director

De repente, la náusea.

Llevaba unos días rallada por que no sabía por qué, después de desayunar le venía la arcada. Rallada por que esperaba que la yaya no le hubiera pegado la hepatitis. ¿Eso se pegaba? No tenía ni idea. Se retiró a uno de los baños de las duchas y echó los quirios. Al menos esos váteres tenían la cadena operativa, por por la mañana las viejas los solían fregar y el salfumán amenazaba con dejarte KO.

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10/04/2015, 18:56
Radio

La radio se activó y sonó la voz del chino.

-Todo colecto, mucho coche apaltal.

Luego la de Paco "el del somatén".

-Seguimos sin problema.

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10/04/2015, 18:59
Kimberly María Sánchez Gutiérrez
Sólo para el director

Se fue a echar los papos corriendo, con una mano en el estómago. Dios que puta angustia y más de oler el jodío salfumán. Tenía que preguntarle luego a la doctora Barbi a ver que pijo, que lo mismo estaba to mala como la yaya. Se levanto apartándose del váter, pensando que estaba más rehecha, pero no tardo en volver a echar los higadillos y una pota amarilla como el mear.

-Cagón dios...- murmuró limpiándose la boca. Pensó que cuando la operaran a la yaya, lo mismo con el chute de cosas que le dieran a ella se le pasaban tos los males. Las drogas siempre iban bien pa to, más si eran gratis, que mientras estuviera con medio hígado ni iba a beber ni na de na. Ahora se tenía que contentar con los mareillos que le daban cada vez que le sacaban sangre, por desgracia, sin birra posterior pa reponer... O qué menos que un malibú con piña...

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10/04/2015, 19:09
Director

El polígono del Florío estaba tan vacío como de costumbre. Algunos remolques y camiones aparcados desde hacía más de dos meses, cubiertos de polvo y mierda, en calles desiertas tan solo transitadas por apollardados solitarios. La escena típica que se encontraban en polígonos industriales, especialmente aquellos que no estaban a las afueras inmediatas de grandes ciudades. Los zetas no eran mucho de ir por allí, no tenía mucho sentido. En sitios así no encontraban la comida que estaban buscando.

Su primera parada fue DICALSUR, una nave que suministraba material de calefacción y cocina para la provincia. En plena era Zapatero, con las renovables, los calendores de agua con placa solar estaban de moda, y en sitios como aquel los encontrarían por palés. Con un poco de ingeniería y usando unas bombas elécticas que allí mismo podían encontrar, convertirían esos calentadores en parte del circuito de calefacción de las casas.

Como siempre, estas naves tenían una tapia exterior. Solo había que bajarse, abrir la tapia y los portones y ponerse a trabajar.

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10/04/2015, 19:13
Jose Luis Carmona "El cagaprisas"

El Zeky no compartía su visión de la aventura. Jose Luis iba de un extremo a otro desde hacía tiempo. Un día aparecía contento de la hostia, y al siguiente gruñón. Cada vez aguantaba menos el sentirse encerrado en el castillo. Parecía que le picaba el culo y pedía a gritos salir, ponerse en riesgo. Como si le faltara adrenalina. Una vez que nadie lo encontraba  apareció en el castillo sucio como un cochino, con el machete en una mano y el bate pringado de sangre en la otra. El día anterior a eso, en el bar, había enseñado a todos su bate "tuneao": le había puesto unas placas de metal a lo largo.

-La ciuda... mala cosa. Pero tamién éh un coñaso el castillo. Va siendo hora de recuperá el pueblo, fortificá Bañoh, hacé barricada... y podé tené casa en condicioneh. Barrio a barrio, Zeky, no me diga que no.

Radio en mano.

-Bueno, Pollúoh. Yahtamo aquí. No tengo que desí na,. Cuidao y to eso. Ya sabéi: Manoh, Cabesa y Cojone.

Colgó y cogió su abrigo de piel y las armas. Bajó, se puso el abrigo y se encendió un pitillo.

-Este invierno noh vamo a cagá, señore. Máh vale que encontremo aquí lo que necesitamo.

 

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10/04/2015, 20:03
Er Zeky

El Cagaprisas no perdá razón. Molaría un cojón poder volver al pueblo. Me imagino abriendo de nuevo la pollería, y también me imagino que al pápa le daría un gusto que te cagas. Al llegar al sitio, bajé armado como todos. Parecía que solo había algún apollardao asín solitario por aquí. Cosa que se podía matá rápido, era una mierdecilla en comparación a to lo que habíamos tragao ya ¿que no? Pero a ver que había dentro de la nave.

- Venga, pim pam. A veh que hay dentro...- me asomé con tiento a echarle un ojo a la tapia, por si aquello estaba cerrao o abierto, o como pollas estaba.

 

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10/04/2015, 21:43
Wu Fang

El chino saltó del bulldozer con el motor todavía en marcha y comenzó a reventar los candados. El de fuera, como siempre, fue muy sencillo. Cortafríos a la cadena y a tomar por culo. El de dentro requería más arte y unas ganzúas, pero al cabo de dos minutos saltó. Estaba hecho ya un puto profesional.

-Bienvenido a Julasi Palk -dijo haciendo la coña con la referencia de las puertas dobles que se abrían.

Dentro, el típico almacén con estanterías paletizadas como los que ya estaban hasta la polla de saquear. Un paisaje familiar. Solo había que asegurar los vehículos, buscar la carretilla o paletizadores de mano, echar mano al inventario y averiguar donde estaba lo que buscaban.

- Tiradas (1)
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10/04/2015, 21:49
Director

Tenía que ir para el hospital y prepararse para la intervención. O más bien, que la prepararan. Así que caminó de vuelta, tranquilamente. Pero a la entrada del edificio le dió una arcada y tuvo que girarse a potar en la puerta. La monja de recepción se acercó, curiosa, a ver que le pasaba.

-¿Que tienes, hija?

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10/04/2015, 21:51
Kimberly María Sánchez Gutiérrez
Sólo para el director

Se volvió a cagar en la puta cuando echó los higadillos en la puerta, agarrándose a la puerta antes de abrir. Cojones, ni que hubiera pillao un pedo de la hostia. Como aquella vez que estaba empezando a beber alcohol, se calzó dos minis de calimocho con una bolsa de gominolas y se pasó la tarde vomitando cosas de colores. El caso, que iba doblá, y cuando llegó la monja la apartó de un manotazo.

-Esto no es ná hermana, una poqueja angustieja y ya. Que m'habrá sentao mal el zumo o será el mareo de ir a media sangre tol puto día- volvió a recomponerse como puedo. -Ná de ná... ¿Ves? Ea, vamos a que operen a la yaya.

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10/04/2015, 22:08
Jose Luis Carmona "El cagaprisas"

La nave se abrió oscura, fría y silenciosa.

-De puta madre, Fumanchu -dio un par de palmadas llamando-. Mu bien, que alguien se ponga a vigilá loh vehículo. Voy a vé si en la oficina hay papele dinventario, quéhto no hay tiempo que perdé buhcando a lo tonto.

Fue a la oficina, bate en mano.

Notas de juego

¿Hace falta linterna? ¿Tenemos linterna?

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10/04/2015, 23:07
Er Zeky

Fui tras los pasos del Cagaprisas. El llevaba un bate, y yo me cargo encima con un hacha (más si llevo el cuchillo correspondiente del somatén).

- Ahpera, no vayah solo. No vaya seh - le digo al Seluí. A ver si iba a haber supresa en la oficina. Como un huevo kinder. Además, que de siempre el Cagaprisas y yo habíamos trabajao mu bien juntos. El resto ya que se organice para vigilar los vehículo y cargar. Ea.

Notas de juego

Pero si es de día, no?

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11/04/2015, 01:25
Dra. María Castillo Fresser

Cuando llegó al box de operar la doctora estaba un poco nerviosa, revisando los aparatos que acababan de instalar. Mucha maquinaria y un espacio pequeño. Iban a estar como sardinas en lata. La miró y parpadeó.

-Bueno, a ver que dicen los recién llegados. Si quieren operar ahora o hay que esperar.

La monja se acercó a la doctora y le susurró algo al oído. Ella parpadeó y la miró a ella y luego a la Kimberly. Le dijo a la enfermera que se fuera.

-Hum. Dicen que tienes molestias hoy, vómitos. Vamos a asegurarnos que no es nada.

Dicho lo cual, cogió una de las últimas bolsas de sangre que había rellenado y sacó el contenido de una jeringuilla para hacer una prueba, a pesar de que ella se sintiera la hostia de incómoda.

-No te preocupes, la hepatitis A no es nada contagiosa. Te puedes ir sentando en la camilla si quieres.

Se llevó la jeringuilla a la sala principal, y ella se quedó sola con la abuela, que estaba mirándola con una pequeña sonrisa de satisfacción. Su nieta iba a arriesgar su vida para salvarla. Eso la honraba y la preocupaba a partes iguales. Pero de momento, la abuela estaba medio sedada en previsión de que comenzaran a operar pronto.

El tiempo pasó despacio y ella se aburrió. Pero tan pronto como lo hizo la doctora entró de nuevo a la habitación, con cara extraña.

-Mmmm, ven conmigo un momento -le dijo.

La llevó a un aparte, donde las enfermeras no pudieran cuchichear. Entonces la miró a los ojos.

-Apuesto a que este mes la regla se te ha retrasado... -dijo.

Y así era, efectivamente.

-Debo felicitarte. Si no tienes otros planes en mente, vas a ser madre dentro de nueve meses.

ZAS.