Partida Rol por web

SOMBRAS DE LA ÚLTIMA GUERRA 2.0

TERCERA PARTE : EN LAS TIERRAS ENLUTADAS

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28/02/2017, 20:07
Director

El muro de niebla ondulante se alza ante vosotros, etéreo y sólido al mismo tiempo. Entrar en la abrumadora niebla es como adentrarse en un plano de existencia de otro mundo. La luz apenas se refleja a través de las cambiantes capas de vapor. El sonido se vuelve apagado y distante, incluso cuando se produce en las cercanías. El lugar presenta una apariencia opresiva y amenazante; un sentimiento de aislamiento y temor creciente se asienta en vuestros estómagos cuando os adentráis más y más en la bruma.

Dais suerte a los Dioses por contar con la carreta elemental de Failin. El elemental que la impulsa parece no verse afectado en absoluto por el confuso ambiente. De viajar por otros medios creéis que correríais el riesgo de perderos en este lugar más parecido a un limbo en la tierra, a otra dimensión, que al Eberron que conocéis. Incluso la malvada ciudad de Rhukaal Draal os parece un lugar mejor que este sitio. Al menos,aunque llena de peligros,  la ciudad trasgoide parece algo vivo. Este lugar parece estar más cerca de la muerte que de la propia vida.

Poco después la bruma se abre para mostrar un paisaje desolado y baldío. El suelo está agrietado, quebrado y en algunos puntos se ha fundido hasta convertirse en vidrio irregular. La presencia de este material vidrioso os da respuestas a algunas de las preguntas que os suscitó la villa de Cantera Carmesí. Pocas plantas crecen en esta región, y aquellas que están a la vista tienen un aspecto malformado y peligroso.

- Hemos... llegado...- os anuncia un aterido Failin. Su rostro está sumido en un color ceniciento e incluso os parece más anciano que antes. Parece aterido de frío pero aún así conserva su porte y habitual actitud desapasionada-. Ahora necesitaría indicaciones más claras o que alguno de vosotros se sentase aquí conmigo.

No sabéis hasta que punto el problema no es la dirección a seguir sino la necesidad de Failin de sentirse acompañado mientras atravesáis este lugar desolado.

  

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28/02/2017, 22:35
Alfrrik

Al ver el lugar, no puedo evitar maldecir. Usualmente no tenía nada contra los arcanistas y los artifices, pero el ver tamaña destrucción me hizo sentir muy furioso.

Malditos magos y su deseo de sentirse dioses, ellos y los artifices nunca saben cuando parar. En verdad lo siento Powaqqatsi y Finn, no es nada personal, pero antaño este era un lugar lleno de vida, la joya de la corona de Korvahire y ahora no es más que esto, una tierra baldía y desolada que parece estar deseosa de consumirlo todo.

Sé muy bien que nadie sabe como paso esto con exactitud, pero de que hubo magia y ciencia vinculada, nadie lo duda. Por la llama, sólo ruego que los inocentes que murieron ese día ahora descansen en paz. - agrego con cierto pesar en mi voz.

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01/03/2017, 12:03
Daisy Sue Demonfly

Haremos turnos pa guiar a Failin. Adia, te toca a ti primero...

Daisy Sue sacó su maza, amenazante, y Skully señaló con un ademán de la cabeza los exteriores del carromato elemental, dando a entender a la novata que saliese y se subiese al pescante. Era la decisión más lógica, si la humana tenía la mejor orientación. Ahora bien, lo que no dijo Daisy Sue es que no le iban a dar ningún relevo, y que pretendía que Adia estuviese en el pescante todo el tiempo.

Volviendo al tema de si druída o artritis... ¿a quién le importa?-expresó con estas formas su opinión sobre el dilema de Powaqqatsi.

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01/03/2017, 18:12
Powaqqatsi

Notas de juego

Ya estamos todos curados?  Si no, me gasto todos los hechizos necesarios para que todos esten a tooe. 

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01/03/2017, 19:59
Adia Ringëril

Se sintió agradecida a la suerte, a los dioses, y a quien hiciera falta, por tercera vez ya, por Failin y su carromato. Aquél hombre había resultado ser, pese a su primera impresión, un guía magnífico, pero sobre todo honorable y decidido. Su ayuda había sido inestimable para llegar a la Cantera, pero para ir más allá..., bueno, sabía que habría sido imposible por él. Ni siquiera ella con sus dotes de rastreo habría logrado encontrar un camino en ese desolado paisaje tan distante a todo, incluso a la misma esencia del mundo que conocía. Tanto era así que durante el viaje había dormitado plácidamente – ignorando ya de paso el dilema de Powa, que le traía sin cuidado –, pero ahora la sería imposible conciliar el sueño, no mientras estuvieran rodeados por aquella niebla malsana. 

Daisy, por supuesto y no podía ser otra persona, la sacó de sus divagaciones con bruscas palabras. Estaba tan absorta mirando por la ventanilla que no se había dado cuenta de las palabras del humano, pero la semiorca se apresuró a hacerla entender, por el gesto incluso a golpes, lo que había que hacer. Suspiró. Una parte de ella no se sentía cómoda ahí fuera, pero por otro lado, ella era una exploradora. Ver aquello, verlo en primera persona, era algo que muy pocos vivos – y Skully, por tanto, no contaba –, habían hecho, y ese lado de sí misma la impelió a sonreír a la cazarrecompensas con suficiencia, como si estuviera claro que ella iba a ser la primera, o la única incluso. 

No te preocupes, no hace falta sacar a tu amiga, ya voy – abrió el portón, se apeó, y desde fuera guiñó un ojo a la bruta –. Además, aquí ya se nota que a alguien le hace falta un baño. 

Rió entre dientes, con suavidad, pero no quiso tentar a la suerte, ni subestimar la rapidez de reacción de su compañera, y cerró rápidamente antes de auparse al pescante, junto al hombre. Sacó el mapa que llevaba en la mochila, dónde habían marcado el punto exacto del lugar, y también descolgó el arco para tenerlo a mano si hacía falta. 

¿En marcha entonces? – preguntó, a la par que miraba con gesto comprensivo al hombre; aquél lugar no era para estar sólo.

Notas de juego

Por cierto, soy elfa, no humana e.e 

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02/03/2017, 21:49
Director

Failin agradece , casi en un inaudible murmullo, la presencia de Adia a su lado.Su aspecto y actitud parece la de un hombre profundamente deprimido. Arrebujado en su manta  continúa la marcha.

Vuestro ánimo es tan pésimo como el de Failin. Algo os dice que vienen días terribles en ese lugar. Una fuerte sensación de agobio os invade y aquellos que intentáis dormir apenas lográis descansar. Vuestras piernas se agitan nerviosas y vuestros sueños son recurrentes y extraños. En ocasiones aparecen en ellos personas que conocíais pero que murieron hace tiempo. Son sueños, si es que realmente habéis llegado a conciliar el sueño, desagradables hasta el punto que agradecéis despertar. Aunque al hacerlo no encontráis ningún consuelo en esta desolada región. Cuando contempláis al resto de vuestros compañeros dormir mecidos por el traqueteo les veis moverse inquietos, gemir, murmurar cosas extrañas e incomprensibles y retorcer el gesto en una mueca de repentino sufrimiento.

Pasa algún tiempo. Tiempo que os cuesta determinar debido a la continúa luz crepuscular que emana de un cielo neblinoso y siniestro. La carreta se detiene. Despertáis ateridos por el frío o por alguna otra causa que os encoje el corazón. Esa terrible sensación de opresión es aún más fuerte. Casi de forma automática os asomáis para averiguar el motivo de vuestra pausa.

Os encontráis ante los restos de una gran batalla. La mayoría de los cuerpos parecen haber muerto de terribles heridas de guerra. Casi hasta donde el terreno y la neblina os dejan ver, se extiende la alfombra de cadáveres retorcidos, lanzas clavadas en el suelo, monturas aún vestidas con sus armaduras, saetas clavadas en los cuerpos... No hace falta tener grandes conocimientos para que os deis cuenta que los cuerpos tendidos pertenecen, a juzgar por sus emblemas y pendones, a la infantería de Breland y arqueros de Cyre. Parecen los resto de alguna batalla que tuvo lugar antes del Día del Luto, hará unos cuatro años. Y , sin embargo, lo más espantoso es que los cuerpos están perfectamente conservados...como si hubiesen muerto hace tan sólo unas horas. Los rostros compungidos, la sangre que los baña...todo parece ser trágicamente reciente.

Notas de juego

Powa, recuerda especificarme que pergaminos llevas encima.

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03/03/2017, 03:54
Alfrrik

Ni bien desciendo del carruaje, elevo una rápida plegaria por los caídos.

Oh noble Flama acoge en tu luz aquellos hombres justos que cayeron defendiendo sus tierras y a sus seres queridos y bríndales un paso seguro hacia el otro mundo, dónde los verdaderos creyentes nos uniremos en tu luz.

Luego recojo una alabarda del suelo y clamo a Tira Miron.

Oh noble Tira Miron, dame brazos fuertes y conviérteme en un instrumento de justicia, permitiéndome traer luz de la Llama a estas tierras baldías.

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03/03/2017, 12:44
Powaqqatsi

El sentimiento de Powaqqatsi hacía eco con lo que había dicho Alfrrik.  El también estaba lleno de enojo, tristeza, duelo.  -Le puso la mano en el hombro enfundado de armadura del enano, solidario con lo dicho sobre la gente aquí muerta, y pensando además en la naturaleza profundamente herida del lugar.

Las tierras enlutadas habían sido heridas por la avaricia de la guerra, su naturaleza desaparecida, torcida, tergiversada, como la de estos cuerpos que no acababan de morir, que no regresaban a reintegrarse con el barro, la tierra, las cenizas.

¿Había sido la desesperación de los que van perdiendo, 

la inmundicia de los que quieren ganar a toda costa,  

un accidente de los que juegan con fuerzas más allá?  

¿No era ninguna de estas o eran todas estas razones anteriores?  La gente normal realmente no sabía.

Sólo hay rumores.  Nadie que yo conozca sabe siquiera si hay alguien que sepa de cierto que fue lo que pasó.  Sólo rumores.

El recuperar estas tierras requerirá de la mayor sabiduría colectiva que podamos juntar.  Nos necesita a todos.  -repitió en automático la frase del concilio de concilios druidas.  Era el pasamanos al que se aferraba la gente al ver esto. Ahora sabía por qué lo repetían tanto, ahora le hacía sentido ese mantra.  

Quizá por eso lo habían mandado a todo este jaleo con la dama Cannith.  Quizá estos eran los planes del gran druida Oalian y la corte de las hadas para inmiscuirse en los asuntos de las Grandes Casas.  Quizá. 

Vayamos con cuidado a donde indica el mapa Adía.  Ch'om, a sobrevolar hermano.  

Recuerda, da vueltas en 8 si ves algo moverse o escondido. Vas.  -y soltó el ave al vuelo.

Con razón quiere re-ocupar estas tierras el Señor de los Filos.  - Les dijo a todos, su voz alejándose un poco con el viento, mientras subía una colina para ver mejor el camino antes de que avanzaran.   No se ve nada aquí que pudiera alimentar una población de orgánicos.

- Tiradas (4)
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03/03/2017, 13:25
Finn Dan Ailell

Finn se mesó las barbas, y se fue a sentar a una pila de escombro que dejaba ver un poco hacia el horizonte.  

¿Te quedarás aquí esperándonos de nuevo Failin?  - Sabía que el hombre ya había demostrado valor y compromiso, honrando su trato económico, reforzando su reputación como el más confiable transportista en Darguun.  Pedirle más quizá fuera demasiado. 

Atisbó a lo lejos, en la dirección en la que habrían de ir de seguir la localización de Albohogar en el mapa de Adía.  Luego se sentó de nuevo, abrumado por la vista.   

Evocó en su memoria un poema que había leído en la biblioteca grande de Zilargo hacía no muchos años, uno que provenía de otro plano, alguien lo había traído de una realidad alternativa pero trágicamente paralela a la suya. 

- Tiradas (2)
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04/03/2017, 14:42
Director

-...¿Eh?...- masculla un aturdido Failin en contestación a la pregunta de Finn. Su rostro refleja un profundo desasosiego por aquello que está contemplando-. Si...si...os esperaré. Claro que si...

Contesta sin apartar la vista de los montones de cuerpos esparcidos por el terreno ante vosotros. Es innegable que el viaje en el pescante al atravesar la bruma así como la propia permanencia en las Tierras Enlutadas le están afectando al ánimo. Incluso en apariencia parece mayor y más cansado.

Alfrik recoge una alabarda mientras Powaqqatsi manda a su ave a sobrevolar el campo de batalla extrañamente "congelado" como si en un  limbo os encontraseis. Ni olores ni sonidos pueden percibirse en este lugar hasta el punto de que la ausencia de lo que deberíais oler y escuchar es lo que más os impacta.

Powaqqatsi ve algo...Entre los cuerpos de los caídos hay algo que le llama la atención. A una cierta distancia de vuestra posición hay un grupo de cuerpos caídos que, aunque son tan frescos como el resto, parecen no encajar con lo que se ve alrededor. Sus vestiduras no parecen ser las mismas que las del resto de soldados fallecidos en esta batalla. No parecen ser ni arqueros de Cyre ni infantería de Breland. Desde esta distancia parece difícil distinguirlos con mayor precisión pero el druida juraría que ...¿se trata de los cuerpos de medianos y elfos?

En ese preciso momento un chillido desde el aire os llama la atención. Ch'om realiza vuelos en el aire bajo el cielo neblinoso y crepuscular. Su vuelo describe un claro "ocho" sobre el campo de batalla...

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04/03/2017, 15:38
Finn Dan Ailell

 

Finn trata de recordar algo sobre las historias de batalla de la Última Guerra.  ¿Hubo alguna donde se enfrentaran Breland y Cyre y contaran con mercenarios halflings?  Seguro habría caballerías de dinosaurios que pudieran ser contratadas, o forzadas a servir, en estas circunstancias.  ¿O fue una incursión más reciente?  

En esas cavilaciones andaba el bardo cuando vió el 8 del zopilote.  ¿Ahora tu compañero animal está aprendiendo matemáticas mi querido Powaqqatsis? 

Se fijó más en aquella dirección para ver si alcanzaba a distinguir qué era lo que había alterado a aquel elegante carroñero emplumado. 

 

- Tiradas (2)

Notas de juego

-Ayuda a otro a Avistar e interpretar con saberes varios lo que ve. 

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04/03/2017, 15:48
Daisy Sue Demonfly

Para Skully McBones, el hecho de que la carne no se pudra y se deshaga hasta mostrar los huesos, es una aberración. Va contra el orden natural de las cosas, y lo dice ella, que precisamente fue insuflada de movimiento y consciencia por medio de artes mágicas. Abatida por la escena de la batalla, no reparó en Ch'om hasta que Daisy Sue lo hizo.

La semiorca se subió al pescante del carromato elemental, y de ahí a la capota de piedra, para poder ver mejor desde una altura más apropiada. Ni siquiera estaba segura de que aquello no fuese una ilusión. Pero en caso de no serlo, no estaba segura de qué debía de buscar en el horizonte.

Subirse al carro, gente. Failin, llévanos de paseo. Daremos una vuelta alrededor del campo de batalla a poca velocidá. Veamos si algo nos persigue pa comernos, y haremos que nos siga pa alejarlo de aquí-propuso.

El carro elemental les daba esa ventaja: una velocidad sin igual, un cebo inalcanzable. Había que aprovecharlo antes de meterse de lleno a explorar a pie la mismísma boca del lobo.

- Tiradas (1)

Notas de juego

Por cierto, soy elfa, no humana e.e

Perdón.

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04/03/2017, 16:18
Powaqqatsi

Habiendo notado los cuerpos de elfos y halflings, ¿Una batalla dentro de otra batalla?, y habiendo Ch'om hecho su labor de identificar peligros a distancia, el druida decidió sacar un pergamino de detectar magia y se lo leyó con cuidado. 

Después, ya con los ojos con ese brillo morado (no, no era por comer hongos, le explicó a Skully), Powaqqatsi se puso a observar hacia esos mismos sitios para ver si algo brillaba a la distancia con esa aura de magia que era casi siempre tan llamativa.

¿Saben que hay "hechizos vivientes" en las Tierras Enlutadas?  Lo dijo casual, con el tono de un druida platicando con sus pupilos junto a un manantial rodeado de flores.

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04/03/2017, 19:28
Adia Ringëril

Lo que había parecido una idea fascinante en un primer momento, se había convertido con rapidez en las peores horas de su existencia. A su edad, era casi una niña para su pueblo, pero para los humanos y otras razas jóvenes había pasado casi una vida entera; en toda ella jamás había experimentado aquella sensación. Si el muro de niebla significaba romper la barrera de su realidad, el viaje por su interior no tenía palabra alguna para ser descrito.

Sólo sabía, mientras recorría con la mirada el páramo desolado en que Cyre se había convertido, que la maldad que asolaba aquél lugar era terrible, calaba hasta el alma y la aplastaba con puño de hierro. Era un horror imposible de imaginar, carente de sentido, que ni los dioses oscuros habrían sido capaces de propiciar por sí mismo. No, aquello era obra de seres de carne y hueso, mortales, hombres y mujeres que habían jugado con magia y tecnología que no entendían, poderes que se escapaban a su comprensión. Aquello no tenía nada que ver con sus compañeros, pero no pudo evitar echar una mirada esquiva hacia atrás, hacia el coche del carruaje, dónde Finn y Powaqqatsi descansaban junto a los demás; tal como había dicho el enano antes, las Tierras Enlutadas eran culpa de gente como ellos. Pese a que no les culpaba, la observación era acertada. 

Suspiró. Sabía que aquellos oscuros pensamientos, junto muchos otros que erraban perdidos por sus mente, eran parte de aquella atmósfera opresiva y cruel que la hacía cabecear sin permitirla dormir. Pero saber algo no significaba entenderlo, y aunque todo lo que estaba ocurriendo en su cabeza era un enrevesado y tergiversado producto de sus recuerdos, no era capaz de asimilar el dolor que suponía. Se preguntó si los demás estarían sintiéndose igual, si Failin estaría deprimido y decaído, arrebujado en su manta, por lo mismo. Algo la decía que sí, pero no podía asegurarlo, y tampoco tenía tiempo para pensar en ello. Tenía suficiente con sus fantasmas.

La repentina parada, el fin de aquél suave traqueteo que les había llevado hasta allí, la hizo despertar de su ensoñación, de su divagar. La escena que se abrió ante ella no fue más agradable que la que había en su interior, sino más bien terrible, sangrienta y siniestra, más aún si cabía bajo aquél brumoso cielo que no dejaba ver el firmamento. Bajó con movimientos pesados, con los músculos agarrotados y los huesos entumecidos, y descendió hasta sentir el reconfortante suelo bajo sus pies. Era poco alivio para su maltratado espíritu, pero el dolor de mover de nuevo su cuerpo tras una cantidad de horas que no podía determinar la recordó que estaba viva. La imagen de aquella cruenta batalla que parecía tan terriblemente cercana y vívida, por otro lado, la arrancó cualquier rastro de las alucinaciones que había tenido. Pero sobre todo, ambas cosas la pusieron de nuevo en alerta, la hicieron recobrar el sentido, y la dieron el empujón necesario para ponerse en marcha y quitarse de encima el peso que la acongojaba.

Fue así que, recuperada de la experiencia que había amenazado con enloquecerla durante el viaje, asintió a las palabras del druida cuando todos se unieron a ella en el exterior, observando la matanza que tan bien se había conservado. Sólo dio un pequeño respingo cuando el forjado habló con aquella voz artificial y dijo que todos eran necesarios, pero duró un instante en el que simplemente se tuvo que decir que podían fingir tener un corazón, pero al igual que Arieta, no eran más que creaciones. Prefirió no decir nada, ni responder al comentario sobre el Señor de los Filos y los orgánicos – menos aún mencionar que su pueblo, que mediante la nigromancia había superado con creces los límites de la mortalidad, también podría repoblar aquél sitio –, y solo sacó el mapa para ver el camino que les quedaban, y si estaban aún muy lejos de su Albohogar. 

Fue entonces que el zopilote empezó a emitir extraños quejidos, alterado, para a continuación el dueño de dicho pájaro salmodiar desde uno de sus pergaminos, todo mientras Daisy volvía a salir con uno de sus planes, los cuales, para su gusto, empezaban a ser más descabellados cada vez, y no tenía muy claro si era por el lugar, o porque los golpes iban alterando sus capacidades. 

El caso es que no hizo siquiera amago de subir al carro para dar vueltas y llamar la atención más de lo que ya habrían hecho, sino que se limito a sacar el cargo, comprobar la tensión de su arco con tanta fuerza que la cuerda de tripa dejó blancos sus dedos, y luego mirar alrededor a la espera de cualquier peligro, caminando en un ligero círculo mientras vigilaba y buscaba algún signo de actividad reciente en aquél sitio. 

Los demás podían acercarse a aquellos muertos recientes – que para ella, ajena a heráldicas y blasones eran todos iguales –, pero ella permanecería a una distancia segura, atenta, preparada, al acecho para evitar convertirse en las presas de nadie, ni nada.

Y entonces se dio cuenta. No eran cadáveres cualquiera a los que se acercaban. Eran elfos, su pueblo. Un gesto compungido torció su rostro con acritud, sin saber que hacían tantos orgullosos guerreros tan lejos de su pueblo.

Aún así no se acercó, esperó, preparada, con más motivo todavía. Los muertos debían descansar...

- Tiradas (3)
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05/03/2017, 03:07
Alfrrik

Mientras pruebo el balance y peso de mi nueva alabarda, escucho a mis compañeros mencionar algo sobre el ave que acompaña a Powaqqatsi y un balbuceo sobre hechizos vivientes.

¿Hechizos vivientes? ¿Qué rayos son esas cosas? ¿Se les puede exorcisar o destruir? - pregunto bastante confundido o intrigado.

Para mi la magia siempre requería de un conjurador no es como si esta pudiera cobrar vida, tal como un cadáver reanimado.

Sin duda la magia arcana y yo nunca congeniaríamos del todo.

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05/03/2017, 21:52
Director

Finn hace un repaso sobre los conocimientos de historia que recuerda sobre lo sucedido en Cyre intentando averiguar si en algún momento se produjeron alistamientos de medianos o elfos. Fue un periodo convulso y de guerra total. Los mercenarios si fueron habituales en aquellos tiempos. El esfuerzo de la guerra llevó a muchas naciones a contar con todo aquel que pudiese servirles útilmente. y, aunque este punto no queda aclarado con lo que recuerda, si descubre que las ropas y equipo parecen más actuales que el resto de lo que puede verse en el campo de batalla. Sin lugar a dudas se trata de algo que ha sucedido aquí mucho más recientemente.

Daisy asciende a la carreta elemental de Failin pero no consigue ver, desde esa altura, nada que le revele algún peligro inmediato; al menos si no entendemos como peligro un campo de batalla repleto de cadáveres sobrenaturalmnete bien conservados.

Powaqqatsi escudriña con su visión mágica los restos del campo de batalla. El pergamino que acaba de leer activa en él la capacidad de detectar la presencia de magia. Y si. Allí hay algo que brilla con la clara presencia de la magia. Parecen ser objetos tendidos entre los cuerpos de los medianos y elfos. Pero desde esta distancia no llega a identificarlos.

Adia se lamenta al ver los cuerpos de aquellos elfos tendidos sin vida en aquel lugar de pesadilla latente. Si fuese posible vivir dentro de un mundo onírico de pesadilla aquellas tierras serían el máximo exponente de semejante locura. Entonces repara en algo. Los cuerpos de elfos , medianos y de otros que se encuentran cercanos a estos, presentan terribles heridas y mutilaciones ...¡Por todos los Dioses! Ojalá se equivoque, pero juraría que algo ha estado alimentándose de los cadáveres...   

 

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05/03/2017, 23:30
Daisy Sue Demonfly

A la porra. Ven conmigo, Skully.

Las dos chicas se acercaron peligrosamente a la zona de los cadáveres mutilados, haciendo cosas como tocar una de las armas de los cadáveres enteros, una alabarda como la que encontró Alfrik, y desde la distancia tocó con el arma uno de los cuerpos de elfos, así, guardando las distancias. Cuando comprobó que ningún viento mágico se levantaba cortante como cuchillas para despedazar la alabarda, se acercó más y trató de encontrar el motivo de la muerte, analizando la escena del crímen como solo una gran detective sabe hacerlo.

Mmmh... ajá. Sí, ya veo-dijo, haciéndose la interesante.

Demonfly miró a McBones encogiéndose de hombros. Si tan lista se creía esa flacucha de pómulos acentuados, que investigase ella, Daisy Sue no podía hacer más.

- Tiradas (2)
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06/03/2017, 01:09
Adia Ringëril

Aquello llamó su atención irremediablemente, atrayendo su mirada con horror, incapaz de pensar que podría haber hecho algo así. Los cuerpos habían sido carcomidos, devorados a trozos; no sólo era una masacre, sino que quien lo hubiera hecho se había alimentado. No tenía ni idea de que clase de monstruos podría hacer semejante barbarie, pero debido al sitio dónde estaban, la pesadilla en la que se encontraban, no le parecía nada extraño. 

Entonces la semiorca bajó del carro, y acompañada por su fiel maza, empezó a caminar hacia los cuerpos para manosearlos. Su cara se tiñó de rojo, enfadada, al ver como tocaba el cadáver de uno de los elfos, carente de respeto alguno por su pueblo. Estuvo a punto de gritar, casi incluso de dispararla una flecha – tal era el agravio que suponía mancillar a la Corte Eterna –, pero no lo hizo. En su lugar en su rostro, de repente, afloró un miedo extraño que la puso en alerta; se acababa de dar cuenta de una cosa: quién hubiera hecho eso, podía seguir allí. Y lo peor, todos los cuerpos carcomidos eran los de la matanza más reciente, y algunos pocos alrededor de esta, lo que significaba, que aquella gente podía no haberse matado entre ella, sino pasado por encima de algo que había despertado a una bestia.

Daisy, ¡no! ¡aparta de ahí! – si la cazarrecompensas activaba alguna trampa que liberase al monstruo que había acabado con tantos, ¿qué oportunidades tendrían ellos? La respuesta era demasiado sencilla: ninguna. 

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06/03/2017, 01:46
Alfrrik

¿Qué ocurre? ¿Por qué armas tanto jaleo elfa? ¿Acaso quieres atraer atención no deseada? - pregunto malhumorado mientras escucho los gritos de Adia.

Mejor baja la voz y mantente alerta. - digo a modo de advertencia. - Daisy, por favor regresa al carro, es mejor mantenernos juntos, no sabemos que podemos encontrar en este lugar. - agrego mientras le tiendo la mano a la semiorca para que suba al carro.

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06/03/2017, 10:48
Daisy Sue Demonfly

Tranquilos... ¿Cuando mi instinto me ha dao problemas con estas cosas?

Por ejemplo, cuando trató de abrir una exclusa con una palanqueta haciendo saltar una trampa mágica que casi mata a Finn y a la propia Daisy Sue. Pero de eso no sabían nada ni Adia Ringëril ni Skully McBones, y Demonfly tenía la oportunidad de mantener esa prestigiosa racha y seguir aparentando ante el resto de las chicas que la cazarrecompensas tenía agallas y sabía manejarse ante este tipo de desafíos. Por desgracia...