Partida Rol por web

Apenas puedo comprender lo que acaba de suceder. Veo al Sith desarmar a mi hermano Padawan y me preparo para usar el mismo truco de la Fuerza contra él. Entonces una sucesión de potentísimos disparos caen sin parar desde mis compañeros contra el maestro oscuro, demostrando que la habilidad en las armas puede ser tan poderosa como la Fuerza.

Asiento con un gesto al noble Bel-Iblis, al tiempo que apago mi Sable de Luz. Señalo mi cuerpo, no he sufrido daño alguno porque al parecer el Sith no me consideró una amenaza y no dirigió contra mí sus ataques.

Balael asiente a Haka y se acerca al terminal que dejó el sith libre.

Empieza a apretar teclas como loca intentando contener a las aberraciones.

Sin embargo la computadora se reusa a aceptar sus órdenes. ...

Me pongo trás de Balael, observando las pantallas y tratando de indicarle los posibles errores o los mejores atajos.

Rogboor saltó por encima del cadáver del Sith, lanzándole una mirada de desprecio mientras mostraba sus colmillos en señal de amenaza. Al acceder a la sala contigua, apartó con delicadeza a Balael del cuadro de mandos. Los ojos de la piloto se volvieron contrariados hacia el viejo wookie, pero la expresión del gigante no dejaba lugar a dudas: yo puedo apartarte a un lado, tú no. Sus peludos dedos empezaron a teclear en la terminal, adentrándose en la compleja madeja de programas en busca de la manera de abortar el ataque sobre la colonia. En la mente de Rogboor se sucedían imágenes de pesadilla: centenares de bestias mutadas asaltando las frágiles murallas de Sefresna, exterminando sin piedad a sus habitantes. No podía dejar que ocurriera

Indicando con un gesto que estoy bien, me acerco al cadaver del sith y lo examino profusamente, por si pueda tener algo que nos ayude a impedir una masacre de los monstruos.

Al acabar con el Sith, Sake lo registra y solo encuentra su sable de luz y 3.000 créditos de la Alianza Galáctica en efectivo. En la habitación que hay detrás hay una computadora con un extraño código de campo en pantalla, un par de sillas, una puerta y una máquina en la pared opuesta a la terminal.

Balael se acerca a la computadora y comienza a teclear intentando entender qué sucede. Consigue saber que lo que ven es que aquella terminal está siendo manejada de manera remota. D'Angbar le sugiere ciertos comandos pero no consigue mucho más.

Roogbor se acerca a la máquina, entendiendo a simple vista que es una suerte de emisor de señales con su propia interfaz de control para su portabilidad. Comienza a interactuar con ella y la máquina le da la opción de redirigir las acciones de las criaturas a otro objetivo y la de Abortar operación, que cuyo significado no aparece. Un visor indica el estado de las criaturas, que se cuentan en un total de 5.876 criaturas entre todas las variedades, de entre las que destacan 33 de tamaño enorme. Están, según el mapa en pantalla, a unos 15 minutos aproximados de llegar a Sefresna.

De pronto, una voz comienza a sonar por los parlantes:

 - "Veo que mi aprendiz no ha sido digno de servir a nuestro señor. Su idea no fue la apropiada. No importa ya, esto se ha acabado."

La voz se apaga y en la pantalla del ordenador aparece una cuenta regresiva de 1 minuto que no se tarda en comenzar.

De nuevo la luz roja y una sirena indican el inicio de la cuenta atrás, no me sorprende pues me es familiar aunque no deja de irritarme la nueva voz que aparece por el comunicador.

Vamos hay que salir de aqui, esto va a estallar y llevarse todo por delante.  Roogbor acaba con esos bichos como sea, obten el planeta de origen de la transmisión si es posible y salgamos de aquí cuanto antes.  Sake, Cobain, Nina en vanguardia abrirnos el camino de la salida.  Vayami, Gaheris el cuerpo del Sith es nuestra mejor prueba sacalo de aquí nos lo llevamos.

Me quedo a la espera de la resolución de Roogbor y Balael, mientras examinó el ordenador controlando el tiempo y  calculando lo que necesitaremos para salir.

Me parece un poco chocante y difícil que Vayami y Gaheris, con los humos que se gastan los dos, se vayan a avenir tan fácilmente a cumplir las órdenes del noble Bel-Iblis. Sin embargo, yo tengo claras las instrucciones de la Orden Jedi: él es el líder de la misión. Por eso que obedezco sin rechistar y al momento me coloco en vanguardia del grupo, dispuesto a abrir camino a golpes de Sable de Luz si fuese necesario.

Al caer muerto el Sith, sabes que has vengado la muerte de Eve. Sabes que el enemigo ha caído y, a pesar de que ahora eres consciente de que hay otros enemigos en algún lugar de la galaxia, sabes que has conseguido limpiar de un gran mal y hacer justicia.

Despues de examinar al sith y darme cuenta de que, posiblemente, el fuera una de las razones de la muerte de mi amada, sigo lo mas rapido posible la orden de Haka y comienzo el avance hacia la salida.

El wookie seguía manipulando los controles de la enorme máquina, poniendo todo su empeño en conseguir detener la implacable carga de las abominaciones Sith hacia la desprotegida colonia de Sefresna. De su pericia dependía la supervivencia de los inocentes colonos. Si detenía el ataque, esas personas podrían empezar una vida libre de amenazas, libre de miedo. Los huesos de la familia de Rogboor descansaban en tumbas anónimas, víctimas inocentes de la opresión. No dejaría que a los habitantes de Sefresna les ocurriera lo mismo.

Mientras Roogbor ordena a la consola abortar la misión y evalua la posibilidad de poder cortar la cuenta atrás me acerco a la puerta de la habitación, examino la apertura por si hubiera alguna trampa para abrila después al cerciorarme que esta libre

Es una puerta simple que no está cerrada y no tiene sistema alguno de seguridad. Al abrirla ves un baño y un almacén con unas cuantas raciones, agua y cosas de supervivencia básica, de seguro la despensa del Sith.

Sin mucho tiempo para pensar me quito la gabardina improvisando con ella una bolsa donde echo las provisiones y lo que veo, después anudandola me la echo al hombro.

Roogbor, ¿como vas? tenemos que salir de aquí

Digo mientras compruebo las paredes en busca de alguna pared falsa o trampilla

Roogbor pone el comando de Abortar y lo confirma después de un par de preguntas de seguridad. Al accionarse, en la pantalla dice el siguiente texto:

"Operación Mutantes Vong Abortada: Procediendo a lisis de organismos a nivel celular."

Un terrible olor comienza a salir desde la habitación anterior cuando pueden ver como los cadáveres de las criaturas comienzan a licuarse en una baba humeante y burbujeante muy poco apetecible hasta desaparecer en gas completamente.

En el mapa de la máquina se ve como las bestias comienzan a marcarse como rojo y desaparecer mientras que el número comienza a disminuir estrepitósamente hasta llegar a cero.

El wookie lanzó un berrido de victoria que ensordecería a un rancor, sabedor de que Sefresna y todos sus habitantes vivirían para ver otro amanecer. Al punto, volvió a concentrarse con su peludo ceño fruncido en la máquina que tenía al frente. Sin mucha parsimonia, arrancó de un tirón uno de los paneles de la máquina, dejando al descubierto un amasijo de cables y circuitos. Tras estudiar las entrañas del gran ordenador, los enormes puños de Rogboor golpearon frustrados el armatoste hasta dejar su superficie claramente abollada. Sus gruñidos pasaron a alaridos de rabia, dejando claro el mensaje a todos los presentes: no había nada que hacer para detener la cuenta atrás.

Con un gesto negativo de la cabeza, bajando la mirada avergonzado, el wookie dio una última coz a la máquina y se dirigió hacia la salida.

Habiendo hecho tu elección y elegido salvar a la colonia y a todos sus habitantes definitivamente del peligro que eran los Sith y sus bestias mutantes, sientes que has hecho lo correcto, que has conseguido tu propósito y que has definitivamente cumplido con tu destino en este lugar.