Partida Rol por web

Me despido de Bel-Iblis y me dirijo sin dilacion al muelle, a ver que puedo hacer por alli.

Tras observar el gesto realizado por Doren, asiento con la cabeza, y me dirijo hacia el lugar en el que guardo mis pertenencias, con el fin de prepararme para el viaje hacia Orinda.

Mientras, un sinfín de pensamientos cruza mi mente, y hacen que me sienta molesta por no saber absolutamente nada acerca del planeta hacia el que nos dirigiremos.

- ¿Será mi compañero, de verdad, un cambiaformas, tal y como me ha parecido ver en el almacén?. En caso de ser así, ¿de qué especie es?. ¿Qué es lo que la Agencia desea que hagamos en Orinda?. ¿Quién es ese tal Viquen? ¿Un nuevo miembro al que piensan reclutar? ¿Un contacto con el debemos reunirnos cuando lleguemos a nuestro destino? -

El hombre contesta a través del comunicador a tu pregunta:

 - "No, Señor. Está en el almacén sacando sus cosas para salir hacía allá. Iré con ella de inmediato. Debo cerrar acá antes pues ya que solo somos nosotros tres en la Organización, no queda a nadie a quien dejar. Acerca del droide... no hemos tenido presupuesto para comprar uno, Señor. Me pasaré al comunicador auricular desde ahora, Señor. Llámeme a él."

Luego de eso corta la comunicación desde la oficina.

El Templo Jedi se alza imponente ante ustedes. Es una gran estructura que había sido destruida hace cien años por los Yuuzhan Vong al conquistar Coruscant y reconstruida por la Nueva Orden Jedi.

Al entrar al edificio recorren su inmensidad hasta encontrar la sala del Consejo Jedi, donde esperan fuera ambos maestros de ustedes, esperando su turno para ser recibidos.

El Maestro Jedi les mira extrañado y les habla:

 - "¿Que hacen acá, Padawans? Tienen órdenes de ir con el Señor Bel-Iblis a Orinda. Ya conocen los detalles de la misión."

Espera una respuesta mientras les escruta con la mirada.

Escuchas que Doren habla con alguien por el comunicador en la oficina mientras terminas de preparar tu equipo. En un momento llega Doren a ti y te habla:

 - "Estamos listos para partir. Tenemos que esperar al jefe y a los otros invitados en el muelle 66 para partir. Vamos."

Acto seguido, el hombre se gira y sale de la oficina.

Me mantengo en segundo plano con la cabeza gacha y las manos unidas, dejando que el Padawan Ordo tome la palabra.

 Le hice una reverencia:

 - Disculpe, maestro, pero el Señor Bel-Iblis nos comunico que la salida no sería hasta dentro de 10 horas, en el Muelle 66. Pensamos que, hasta entonces, podíamos volver y preguntar si podíamos ser de utilidad de alguna manera por aquí...

Asiento con solemnidad, apoyando las palabras de mi compañero.

Abandono la oficia, inmediatamente después de que Loren haya salido, y me dirijo, junto a él, hacia el muelle número 66. De camino hacia nuestro destino, le pregunto:

- ¿Quiénes son esos otros invitados a los que hay que esperar?. ¿Es uno de ellos ese tal Viquen del que hablabas con Haka hace unos instantes por el comunicador? -

La maestra asiente a las palabras de Gaheris y contesta luego:

 - "Si es así, son libres de utilizar vuestro tiempo como mejor deseen. Recuerden mantener la discreción acerca de nuestro cometido."

Luego mira a su padawan y le habla:

 - "D'Angbar, quisiera hablar contigo en privado."

Se aleja y espera a que se acerque el joven para hablar con él.

La maestra te mira un momento y luego te habla discretamente:

 - "D'Angbar, siento la duda en ti. Cuéntame que es lo que ocurre, por favor."

Ella muestra una preocupación en su rostro. Siempre ha sido una tutora preocupada de lo que te sucede y te ha enseñado todo lo que sabes y que hace de ti un Jedi, por lo que en los años que has estado con ella ha llegado a ser más madre tuya de lo que fue quien te dio la vida.

Doren camina abriendo la marcha y te contesta sin girarse ni un momento:

 - "Viquen es un guardia que se unirá a nosotros. Es un tipo que representa más de lo que es, pues fue entrenado como soldado en Bastión, en el espacio Imperial. Debe ser un tipo duro, pero desconozco realmente por qué nos acompañará aunque no dudo que sea un buen motivo."

Mira un momento atrás para asegurarse que no lo sigan, una práctica común en él desde que le conoces, para luego continuar:

 - "Iremos con dos Jedi. Nunca he conocido a uno y me dan un poco de desconfianza, pero se supone que están de nuestra parte. Aparte de eso, Haka contratará un par de mercenarios para completar el equipo. Nos reuniremos todos en el muelle."

Caminan un rato hasta llegar al muelle 66, donde deberían reunirse con el resto. Al llegar ven a un humano esperando fuera de la puerta del muelle.

Llegas pronto al muelle 66, tal como se indicó, pero nadie ha llegado aún. La puerta al hangar está cerrada y el droide no te deja pasar por falta de autorización, por lo que crees debes esperar al resto.

Al cabo de unos pocos minutos, llega una humana con un humano.

 Decido aprovechar la oportunidad, en cuanto Cobaine se aleje con su maestra, para hablar con mi propio maestro en privado...

 Una vez que lo ha hecho, se lo digo:

 - Maestro, no me gusta hablar mal de un hermano Jedi, pero hay algo que me preocupa y quiero discutirlo contigo.... - A continuación le digo como, en la reunión, Cobaine se auto-menospreció delante de los dos extraños, tratándose como si la Orden Jedi no tuviera a nadie más a quien mandar, y luego, en el camino de vuelta, preocupado, había tratado de aleccionar sobre la autoconfianza y él me había rebelado que era parte de una estrategia manipuladora, que parecía muy poco propia de un Jedi. - ... La verdad es que no se que pensar y temo lo que pueda ocurrir si la misión se complica maestro, ya que no solo estará en juego mi vida, si no las de los que nos acompañen...

- Entendido. - digo, tras la explicación proporcionada por Lendor, antes de llegar al punto en el que conseguimos divisar a la persona que está esperando junto a la puerta del muelle, mientras, imitando el gesto de mi compañero, observo lo que ocurre a mí alrededor, con el fin de detectar posibles amenazas.

Frustrado con no poder entrar al susodicho muelle, me concentro en los dos humanos que vienen hacia mi, quizas tambien vengan al muelle.

- "Maestra, sé que no he sido probado en combate y temo, llegado el momento, fallar y mostrar no ser digno." -

Agacho la cabeza avergonzado al confesar mis más secretos temores.