Partida Rol por web

 Aquí es donde todo aquel con bastante dinero querría vivir.

Casas grandes y lujosas. Extensos jardines regados por fuentes talladas sobre la roca. Calles limpias de chusma y bien vigiladas.

Todo en perfecto estado para que los que gobiernan y manipulan la ciudad a su antojo saquen el máximo partido de la perdición de los ciudadanos. A ves, incluso de la de sus vecinos.

Cuando alguien puede permitirse cualquier lujo, es raro que no caiga en cualquier otro vicio, aunque sea por mero entretenimiento al principio.

Camino detras de mis compañeros. Me fio menos de los que pueden permitirse una espada de calidad que los que intentan robarlas para comprar comida por lo que mi mano siempre siempre se muestra cercana al arma.

- ¿Y ahora que?.- pregunto con un gruñido. No me entero muy bien de que pasa, comienzo a pensar que es cierto aquellos chistes sobre barbaros que oi. No los entendi demasiado bien pero nuestra inteligencia quedaba cuestionada.

Puede que lo mio solo sea la espada pero si me encuentro a Perla vamos a tener algunas palabras....

Bueno amigos, aqui nos separamos.
Voy a dar un paseo...iré a visitar a un viejo amigo, a ver si sabe algo de Perla.
En unos veinte minutos los buscaré....en aquella lampara. Dice señalando un bello candelabro que cuelga de una columna, frente a una plaza.
Espero que tengan suerte preguntando por Perla...puede ser peligrosa esa tarea.

Así pues, os separáis.

Eban irá a hacer unas cuantas preguntas sobre si alguien ha visto a Perla. Irá con Hundra por si la cosa se pone féa.

Bît irá a hablar con el Duque Igor Monteblanco.

A todo esto hace ya mucho que no sabéis nada de Moghcorb "Dientes de Sable", Dulcéa, o de Tenerius y Gálacus.

Ha pasado ya una hora desde que os separasteis de los demás y aun no tenéis nada.

La gente de esta zona suele ser mucho mas arrogante que en el resto de la ciudad. Degeneración típica en aquellos que tienen dinero de sobra para vivir 100 vidas como las vuestras.

Por suerte la guardia de esta zona no reconoce a Eban como fugitivo. Tanto por el sublime disfraz que entre Diego y la mujer del zulo de ladrones te han preparado como por la distancia que hay de aquí al Maul, donde ha ocurrido todo.

Nadie parece haber visto a una mujer como la que describes, o no te prestan la suficiente atención como para pensárselo dos veces.

Puede que Perla fuese disfrazada, que sobornase a alguien, que se ocultara en algún carruaje, o simplemente que nadie la viese...

Todas esas ideas pasan por vuestra cabeza fugazmente, como dandoos por vencidos, pero aun tenéis tiempo para algunas preguntas mas.

Puede que las empleadas chismosas de cocina de algún noble viesen algo, o que a algún guardia (muy presentes aquí) se diera cuenta de alguien peculiar sin darle importancia.

Estáis haciendo preguntas erroneas? O solo preguntando a la gente equivocada?

Tenéis una hora para comprobarlo, o elegir otro plan. O llegar tarde a la reunion de nuevo con los demás. Eso es elección vuestra.

Tu corcel cabalga Rápìdo sobre los adoquines perfectamente alineados que formal estas calles.

Es un lugar tanto pomposo y elegante como arrogante y superfluo. Los vicios y la decadencia de quienes gobiernan la ciudad y se disputan sus riquezas quedan enmascarados por tanta floritura, pero aun así, son tanto intuibles e imaginables cuanto mas dinero se ha gastado en proteger aquellas mansiones. Los rumores dan buena cuenta de ello.

Sabías el camino. Has ido docenas de veces a aquella casa, mas de una, borracho hasta el punto de no poder mantenerte sobre tus dos pies. Suerte que Jur tiene cuatro patas.

Unos vigilantes, un mayordomo afeminado, alguna camarera pesada... Todas esas limitaciones típicas que ralentizan reunirse con la gente noble.

Finalmente tienes ante ti otra vez al mismo tipo de piel morena, elegante bigote y mirada de halcón.

-Y bien? ya has encontrado a Perla?

Sabes si fué ella quien mató a mi primo?

Yo también estoy muy contento de verte, querido Duque.
Bromea Bit, siempre hilarante ante el formal noble.

No vas a convidarme con algunas exquisiteces siquiera? Tengo mucho que contarte...y poco tiempo.
.......

Momentos más tarde, Bit se acoda en el respaldo de una lujosa silla, y explica.
He encontrado a Perla, y he averiguado mucho más que lo que querías saber. Espero que la paga sea acorde a mis averiguaciones...pues creo que vale más que una estatua hecha de pura plata lo que voy a decirte. De todas formas, yo trabajo para ti, así que seguro que llegamos a un acuerdo.

Bit, consciente de que por lo que a el respecta, el propio Duque puede estar detrás de todo esto, no piensa más que en los beneficios que él pueda obtener...

Perla asesino a tu primo, y al parecer le robo algo también.
Lo asesino usando un veneno letal, el Loto Negro, que consiguió días antes.

Pero eso no es todo...al parecer no es el único pariente tuyo a quien la Zíngara planea asesinar...
Bit hace una pausa, y no deja de observar atentamente la expresión en el rostro del Duque...juzgándolo.
Perla quiere matar al propio Rey Oshrik...quiere su corona, literalmente.

El shemita, espera a la reaccion del Duque, y lo detiene en seco.
Vamos por partes...Perla robo algo de tu pariente? Algun anillo? O alguna otra cosa?

A la espera de una respuesta, Bit saca el papel con el sello copiado, y lo sostiene bajo su mano, sobre la mesa...

Hemos dado vueltas de aquí para allá rondando las calles del barrio noble y nada hemos hallado. Hace casi una hora que estamos abocados a ello, pero ni mi carisma ni la belleza de Hundra conmueve a estos ricachones. Nos miran y siguen de largo. Algunos ni siquiera eso.

Me exprimo la cabeza pensando en algún noble que pudiera haber sido mi cliente antaño, pero ningún nombre acude a mi memoria. Son muchos los que veo por día y en general, los de buena posición, suelen ocultarla con nombres falsos y disfraces.

La herida comienza a escocer. Me repito nuevamente que debo ignorarla, pero mi profesión me pide a gritos que deje todo esto atrás, que vuelva a mi casa y me ocupe de ella. Si no la desinfecto y coso como es debido, podría hasta coger gangrena. Dioses, ¿cómo es que terminé así? La próxima vez que alguien me pida cobijo me lo pensaré dos veces, por más herido que se encuentre...

-Bueno Hundra, no se me ocurre dónde más buscar. Al parecer, vuestra amiga es muy escurridiza. No sé que más podemos hacer aquí. Si quieres, podemos dar algunas vueltas más, por si cruzo alguna cara conocida. No tengo contactos entre los nobles, pero más de uno ha pasado por mi casa a solicitar una hierba afrodisíaca, o a que le suture una herida que no debería tener antes de volver a casa.

Qué dices ¿probamos suerte una vez más?

- Creo que perdemos el tiempo.- gruñi enfadada, parecia que el infierno la hubiera tragado. Vuelve a casa y curate, yo seguire buscando un poco mas, de todas formas poco podrias hacer asi... ademas eres medico no guerrero... Lo hemos intentando a tu modo, el mio es mas efectivo, cogere algun noble y le colgare de las pelotas hasta que lo escupa, si no lo sabe cogere a otro, es un metodo simple pero efectivo. Se que tu prefieres el dialogo por alguna extraña razon pero pienso que hablar esta sobrevalorado... ademas me canso de hablar y correr, necesito un poco de accion.

El Duque escucha atenta mente, mientras ve como zampas y tragas  lo que los sirvientes te han puesto delante. No te has dado cuenta hasta ahora, pero tenías mucha hambre, casi no has comido nada en tres días.

Un anillo dices? Es posible, no controlo las riquezas de mi primo. De hecho, le tenía muy poco aprecio a él mismo.

Por que preguntas por una joya así? Que tiene que ver eso con el asesinato del Rey Oshrik? Ese viejo borracho ya no vale ni el veneno que hace falta para matarlo.

Mientras charláis, entre bocado y bocado, tus ojos se clavan en el escudo de armas de la familia Monteblanco.

No se puede decir que te pille por sorpresa, pero haces esfuerzos por sobrellevar la conversación de forma natural, como si nada te hubiese alterado.

 Las sutilezas ya no dan para mas.

La cimmeria pierde fácilmente los estribos, y ya había tenido suficiente.

Cogió a un guardia de la ciudad por las bridas de su armadura con una mano, y con la otra, la entrepierna. La decisión de si la segunda mano fuese amiga, o enemiga, era del guardia.

Algo así hubiese bastado en cualquier ciudad para que se le echaran encima a Hundra diez guardias y la arrestaran, pero en Shádizar... Los guardias son mas cobardes que soldados. Sin embargo, las tropas de las Compañías Libres si que plantarán batalla si ven la escena.

El guardia patalea y gruñe. Pero ahora si que presta atención a las preguntas de Hundra.

Ahora, con toda seguridad, no ha visto a nadie con la descripción de Perla. Si ha pasado por aquí, como dice Bît, ha sido disfrazada o escondida.

Oyes pasos apresurados que se acercan y el tintinéo del metal cuando su portador corre.

Al final de la calle, doce miembros de las Compañías Libres, y diez guardias mas de la ciudad corren hacia donde vosotros os encontráis. Por un instante creéis que vienen por vosotros, pero van demasiado rápido, y son demasiados.

 Cuando pasan junto a vosotros, tres de ellos se retrasan unos segundos. Dos son de las Compañías Libres, y otro, parece ser un alto cargo del ejército de Shádithar.

-Soldado! dice refiriendose al pobre hombre que Hundra sostiene por las gónadas. Deje ahora mismo ese tipo de juegos. Hay problemas en palacio.

 El guardia se libra de Hundra, que deja de hacer fuerza por la presencia de los soldados.

Juntos, corren por donde se han ido los demás, dirección a palacio.

Tal vez hayáis llegado demasiado tarde?

Cita:

Mira. Por lo que se, Perla quiere la corona del rey...la necesita para algún supersticioso ritual que quiere realizar. Alguien le llenó la cabeza a ella, y al su aliado...el gran sacerdote de Derketo, y se han dedicado estos últimos dias a conseguir cada una de las cinco piezas que necesitan para cumplir esa extraña receta. La mujer tatuada y el clérigo, se basan en un pergamino antiguo que han descifrado...no se aun que poderes y riquesas promete ese pergamino, pero Perla está enloquecida, y haria cualquier cosa para obtener los ultimos ingredientes...La corona del Rey es uno.

Quieres que siga buscando el rastro de Perla y la traiga acá? Si es así necesitaré algunas platas extras...ya he gastado las pocas que me diste,...
y casi me juego el cuello en ello,...
si me aceptas la rima. Agrega con una sonrisa.

O quizás....puede que prefieras que todo quede...como se dice...barrido debajo de la alfombra?
A mi me da igual...el que paga eres tu, duque...Yo cobro, obedezco, y cierro mi pequeña boca...como buen mercenario, jajaja.
Bit, mientras habla, se acerca a una ventana y se acoda en ella observando hacia afuera un instante, pero volviéndose a cada instante para seguir la conversación con el noble..

Sonrio.- Pelea, ese si suena bien.- pienso.- Con un poco de suerte esta nuestra amiga por medio y le puedo dar lo suyo y algo mas de recuerdo, asi de generosa soy.

Sin pensarlo corro detras de los guardias deseando el momento de poder desenvainar mi espada, aburrida del desuso.

Escucho las palabras de Hundra pero no me da tiempo a reaccionar. Toma al primer guardia que pasa y lo somete a un duro interrogatorio, no escatimando violencia para conseguir respuestas de verdad.

Al parecer, el gilipollas que hemos interceptado no sabe nada de nada. Estamos igual que antes. Más un minuto más tarde llega toda una camada de las Compañías Libres y otros soldados pasan como viento rumbo al palacio.

Sin pensarlo dos veces, Hundra se lanza tras ellos y yo en pos de sus pasos. La herida necesita atención, pero la idea de poder enfrentarme a Perla de una buena vez y cobrarle lo que me ha hecho pasar me empuja a actuar sin escuchar a la razón.

-¡Espérame Hundra, voy contigo!- grito al tiempo que yo también comienzo a correr.