Partida Rol por web

Anhknut

Al final mejor os meto por separado

Vale, de la ficha qué tengo que hacer, elegir las habilidades, no? De la historia sí tengo claro qué hacer, tranquilo :P

MASTER:

De la ficha, las habilidades (te he apuntado ya alguna cosa, pero míratelo con calma igualmente) las dotes, que si n lo ves claro, ya te miro yo unas cuantas. leete los echizos y tal y listos.

Tienes uno que no lo vas a encontrar, que se llama Tormento:

Torment
PP Cost: 2
Components: V, S
Casting Time: 1 action
Range: Evil Eye
Target: One creature
Duration: One round/three scholar levels
Saving Throw: Will negates
Prerequisites: Entrance, magic attack bonus +1
Magic Attack Roll: Sets DC for target’s Will
save
When you cast this spell, the target creature must
make a Will save or be unable to take any actions
for as the duration of the spell, due to the extreme
pain and suffering to which this spell subjects
him. He is also dealt 1d4 subdual damage per
round from the pain. At the end of the spell’s
duration, you gain a +4 circumstance bonus to
any Intimidate checks you make concerning the
target of the spell within the next hour. Creatures
with 8 or more HD are unaffected.

Un día mas de duro trabajo.

No es fácil ser uno de los sacerdotes de Derketo en una ciudad como Shádizar.

Muchos hombres que han perdido la fe en otros dioses vienen aquí a limpiar sus pecados, esperando que su fortuna mejore, así como las sacerdotisas les alegran sus días.

Tantas mujeres que necesitan de tu ayuda, pues su marido no es capaz de hacerlas concebir hijos fuertes y sanos.

Tantas jovencitas sin casa ni futuro, que únicamente encuentran su lugar aquí, donde las acogéis con cariño y bondad. Les dais un techo donde cobijarse, las atenciones que necesitan y un lecho caliente, a cambio de entregar su cuerpo a la diosa, y tu debes ser como un padre para ellas.

Enseñándoles de primera mano todo lo que sabes, para que puedan ser buenas oficiantes en el templo. Unas buenas confesoras. Y que puedan lavar los pecados de hombres y mujeres por igual, mostrándoles todo lo que la diosa Derketo y su esposo Dagos son capaces de ofreces en Shádizar, la ciudad del vicio y la depravación por excelencia.

Sin olvidar que se debe servir el vino constantemente, que corre abundante dentro de estos muros.

Además, el sumo sacerdote del templo, Urkenethets, últimamente no participa muy activamente en las lavores del Templo

El hombre que te convenció para fundar un templo en esta ciudad, dejando atrás tus queridos desiertos de arena árida y seca, donde la inquisición de Set limpiaba las ciudades de gente que ha perdido la fe, está muy ocupado estos días.

No te ha dicho una palabra, pero se trae algo entre manos, algo grande, y a diferencia de las otras veces, esta vez no lo comparte con nadie.

Siempre ha tenido algunos trapicheos extras, como vender información, o especias poco legales, pero nadie es perfecto, no?

Como de costumbre, la actividad en el templo era incesante y bastante agotadora para un sacerdote como Anhknut. Cierto que, al igual que cada día desde que se convirtiera en sacerdote de Derketo, aunque bien podría decirse que lo es también de Dagos, se lanzaba a ello con un enorme entusiasmo, alegría y optimismo sobre sus resultados. Le encantaba pensar que sus actividades podían hacer de una ciudad como Shadizar un lugar menos plagado de pura maldad y egoísmo. El que perteneciera a un culto en que las orgías con bellas mujeres fueran habituales, así como las confesiones consistentes, en parte, en un coito placentero de la mano de una bien capacitada y entrenada sacerdotisa era algo que sólo añadía placer a las cosas, si bien no la razón última, aunque sí importante, de su devoción por Derketo.

Aunque últimamente, cada vez tenía menos tiempo para poder tratar de llevar al buen camino, o al menos a uno que no fuera demasiado malvado, a las ovejas descarriadas que hasta él llegaban, debido principalmente a que quien debería ocuparse de toda la parte administrativa del templo, el sumo sacerdote Urkenethets, cada vez estaba más ausente de su puesto, tanto física como espiritualmente. De ese modo, recaía sobre el propio Anhknut la tediosa burocracia, los informes para los templos principales, así como la puesta al día de los libros de cuentas, tareas todas ellas no demasiado complicadas pero, desde luego, aburridas, tediosas y que ocupaban mucho tiempo.

Lo cierto es que la actitud de Urkenethets no era algo nuevo, si bien se había agudizado últimamente. De hecho, se había agudizado mucho en poco tiempo, lo cual daba pie a Anhknut a pensar en que se traía algo entre manos. Estaba convencido de que el sumo sacerdote había alcanzado ese puesto sólo por su procedencia y su ambición, pero en absoluto debido a su devoción o su trabajo sobre el terreno. En muy pocas ocasioines le había visto aconsejar a un hombre o a una mujer que no resultara extremadamente atractiva sobre los problemas en que se encontraba. No es que hubiera que desdeñar los placeres de la carne en absoluto, como la propia Derketo enseña, pero una cosa es disfrutar con las orgías en honor a la diosa o tener un placentero sexo con mujeres cuyo marido no es capaz de dejarla embarazada, y otra muy diferente dejar de lado a quienes no resultan atractivos para uno mismo.

Ese mismo día, mientras se encaminaba por la mañana a sus tareas cotidianas en el templo, Anhknut decidió que debía averiguar más sobre la actitud de su sumo sacerdote y, sobre todo, sobre el motivo al que podía deberse. Estaba afectando a su propia vida, al templo y a la gente que de él dependía para mantener un remedio de cordura y decencia en una ciudad como Shadizar. Así que, aunque supusiera investigar a su superior, lo haría sin dudar. Su decisión cuando estaba convencido de hacer lo que debía era inquebrantable.

El shemita desmontó de su caballo frente al templo, y permaneció allí, susurrando indicaciones al oído del noble animal, ante la divertida mirada de las sacerdotisas.
Extrañamente, se quitó el típico yelmo cilindrico de los de su raza, afirmándolo a la montura por medio de cinchas de cuero.

...ademas tendrás que esperar aquí, Jur...no me tardaré, y no me mires con esa cara que estoy....jejeje...ganándome el sustento y tu alfalfa después de todo...

La azulada barba del shemita, y el enorme arco cruzado a la espalda por sobre la cota de mallas se abrazaron con fuerza al cogote del animal, susurrando unas ultimas palabras consejeras al oido de la bestia. El caballo por su parte, parecia no comprender mucho de lo que le decían, y movía su pastosa boca, hambriento de fresco cesped, observando con las enormes corneas amarronadas el embellecido jardín del templo.

Notando las risillas de las hermosas sacerdotisas vestidas sugestivamente, el viajero dio una ultima palmada a su eterno compañero, y se acercó al grupo de mujeres tratando de reconocer a la Madame Cleriga principal de la orden...

Las risas se callaron cuando Bit se plantó frente a las damas, y mirando detenidamente a cada una de ellas, dudó un instante, y ya decidido se explicó.

He venido a buscar el consejo de Derketo y a brindarme mi confesión....hummm....a ti, y a ti...y quizás más tarde a ti también. Dijo señalando una a una a tres hermosas mujeres; de generoso escote las dos primeras, y de llamativa cabellera roja como sus labios la ultima de éstas.

Quisiera saber cuanto...cuanto me costará...El Donativo, claro!...
Espero que con media plata baste para al menos dos de ellas....
Después de todo, son pocos mis males que deba confesar, apenas algún detalle, y en cambio, tan solo deseo purificar mi estom...espíritu!....repleto de ese licor cimerio tan espantoso....ajjj

La chiquilla, de unos diecisiete años para de sonreír cuando estás cerca, en el jardín exterior del templo, mirándote algo extrañada.

Claro... eres nuevo, verdad?

Habla con el sacerdote, el te lo explicará.

El jardín del templo es hermoso, verde, con mucha fuerza, lleno de muchas plantas exóticas de granes flores y aromas.

Te guía por el al interior del templo, donde hay una enorme sala, con todo el suelo alfombrado, y docenas de cojines en el suelo, a modo de camas, donde descansan algunos hombres y mujeres desnudos. Algunos disfrutando de los placeres de la carne entre ellos, otros bebiendo, otros fumando de unas grandes cachimbas, haciendo un sonido de borboteo del agua.

El olor de sudor y sexo está bastante bien camuflado por el incienso.

-Amo Anhknut, este hombre acaba de llegar al templo. Dice que desea conocernos.

- Bien, gracias por avisarme - responde Anhknut, amable con las muchachas del templo, como es su costumbre. Está casi tan acostumbrado a la belleza y falta de recato de las muchachas que presta poca atención, pero a pesar de ello, su mirada se posa unos segundos en ella mientras se aleja. El estigio no puede dejar de apreciar la belleza, por muy habituado que esté a ella.

A continuación, se gira hacia el recién llegado que ha reclamado su presencia. Se trata de un shemita, sin duda, algo fácilmente distinguible por su barba azul. Y por si ese detalle no fuera suficiente, aunque no lo lleva puesto, en la mano porta un clásico casco cilíndrico, además del consabido arco a la espalda. Tras un momento, decide que no le conoce ni le suena que debiera hacerlo, así que se acerca sencillamente a él para saludarle.

- Buenos días, desconocido. He oído que has requerido mi presencia, si bien debo decirte que no soy la máxima autoridad del templo, y según lo que desees quizá debas consultar al sumo sacerdote, Urkenethets. Pero, por ahora, te saludo, te ofrezco nuestra hospitalidad si tus intenciones son buenas, y te pregunto qué deseas. Termina Anhknut usando una fórmula tradicional en los templos de Derketo.

Bit no deja de mirar a la contoneante confesora mientras se aleja moviendo sus adornadas caderas.
Al ser recibido por el sacerdote estigio, se explica.

He pedido a las sacerdotisas yacer con ellas y ser....confesado. Comenta tragando saliva el nomada.
Pero a pesar de que requiero urgentemente de sus dones, me han dicho que debo tratar contigo.

Quería escoger a una hermosa morocha que vi afuera, pero...ésta joven parece tener los atributos necesarios para purificar mi espíritu también. Quizás incluso...ambas?...

El nómada, lleva su mano a la cintura, y abre una diminuta bolsa de cuero. No quiero tratar con más sacerdotes por favor Jaja...Cuanto es el donativo acostumbrado?

Ahnknut sonríe al recién llegado con comprensión, puesto que muchos de los que acuden al templo lo hacen por el mismo motivo que él, atraídos más por la belleza de las confesoras que por verdadera fé en Derketo. Sin embargo, ella los acoge a todos, puesto que la vivificación y la consumación del amor en forma de sexo no es más que otra constatación de los ciclos de la vida. Además, algunos de los que acuden sólo por lo carnal terminan por descubrir las bondades de la diosa y se convierten en auténticos fieles. De modo que hay que echar el resto por intentar atraerlos a nuestros templos, y las confesoras echan el resto para conseguirlo, como es su deber.

- Bien, la tarifa es de 3 monedas de plata por la expiación de los pecados con una de nuestras confesoras, a vuestra elección, siempre que no tenga otras ocupaciones en ese momento. Y si queréis que sean dos quienes os liberen de vuestra pesada carga espiritual, serán 10 las monedas de plata. No puedo autorizaros a que sean más muchachas quienes os ayuden porque otros fieles podrían tener dificultades para sus propias confesiones. En cuanto a vuestra elección de la muchacha o muchachas, sólo debéis hablar con ellas y os dirán si pueden atenderos. - Tras un momento para que el shemita pueda pensar, añade con cara amable y servicial- ¿Es eso todo? ¿Deseabais algo más?

Hummmm, es más caro de lo que creia...Espero que Jur no se moleste si gasto algo de su dinero también je...

Tras buscar en su bolsa las tres piezas de plata, el viajero entrega el donativo señalando a la bella joven que acaba de traerlo...

Creo que confesaré mis pecados a ella...La otra estaba bien buena tambien...pero tendrá que esperar...por el bien de la Barda para Jur...

Más tarde...recostado entre los cojines, y con la hermosa muchacha de diecisiete sentada a horcajadas sobre su vientre, Bit lanza un largo suspiro...

Ahhhhhhhhhh....me siento más...limpio ahora...

La mujer, rie picaramente sentada sobre mi, y sus ojos me miran sugestivos...
Bit, trata de recordar y abstraerse de los perfectos senos de la confesora...y cerrando para ésto los ojos un instante, le susurra...

Dime hermosa sacerdotisa...no has visto a una joven morena y con algunos tatuajes, es bastante llamativa sabes?...creo que su nombre es...Perla.

Cuando vienes en busca de la confesora sobran las palabras.

Te guía a una zona especialmente dedicada para ello en el templo, no es nada privada, de echo estás a la vista de cualquier que se encuentre en él, pero si que es cómoda

 Te muestra de todo lo que es capaz, todos los secretos que la diosa le ha mostrado.

Te sientes bien, aliviado... Es extraño por que no te sentías tan agusto con una mujer desde hacía mucho, y a esta ni siquiera has tenido que seducirla.

Cuando por fin exalas satisfecho, la joven sacerdotisa coloca sus labios carnosos sobre los tuyos, dándote un tierno beso, a medio camino entre el cariño familiar y la lujuria.

Hmmmmmm.... Eres bien venido siempre que quieras...

Dice casi jadeante.

Se levanta y se dirige desnuda hacia la fuente del centro del templo donde se limpia poco a poco y vuelve a vestirse, tras lo cual, simplemente, se va.

Entonces te acercas a la muchacha y le haces la pregunta.

-Perla? ha ha... no, no creo que venga por aquí... Esa es bailarina en muchos locales de la ciudad, no creo que le haga falta confesarse con nosotras...

Pero claro, hace tiempo que yo ya no voy por esos locales. Mi sitio ahora está aquí.

Dicho esto, la chiqulla sigue su camino.

Cuando la confesora se marcha, Bit permanece un instante solo...pensativo.

Al final, antes de irse, se viste y pasa a despedirse y a agradecer al sacerdote...

Todo ha sido esplendido...sonríe...
Sin duda volveré...cuando haya acumulado pecados y platas...Una duda tengo ahora. Conoce algun lugar en donde pueda disfrutar de las artes de alguna bailarina? Me han dicho que una tal Perla es increíble...un placer para los ojos.
Jaja, es la unica parte a la cual aun le entra algo de placer...guiña el ojo.

A Anhknut le suena el nombre de esa bailarina conocida como Perla. Su fama ha llegado incluso al templo, a través de algunos de los fieles o no tan fieles que han acudido en busca de un lugar donde purgar sus pecados y tranquilizar su espíritu. Como no le cuesta nada y forma parte de su naturaleza el ayudar a los que no le han hecho ningún daño y de los que no sospeche por algún motivo, le cuenta lo que sabe, tras tratar de recopilar los rumores provinientes de uno y otro informador:

- Al parecer esa tal Perla es, como comentáis, una auténtica belleza que, además, lleva a cabo bailes con una destreza y erotismo verdaderamente increíbles. Creo que ahora actúa en uno de los lugares más selectos del distrito comercial, aunque no recuedo el nombre, dejadme pensar... La Nube Violeta.... No, no era así. Había un color, pero creo que lo otro no era una nube..... - tras concentrarse un momento, acaba por decir, rápida y repentinamente, como si lo hubiera recordado de manera abrupta- ¡El Dragón Rojo, eso era! -aunque, instantes después, su alegría momentánea se difumina- Aunque ni siquiera sé si ese lugar existe, pero estoy segudo de que eso fue lo que dijo el hiperbóreo al que le oí comentar algo así. Supongo que, siendo un hombre de mundo, lograréis encontrar el sitio. Espero haber ayudado y que volváis para expíar vuestros pecados, ayudar al sostenimiento del templo y, quizá, convertiros a la fé de la fértil Derketo muy pronto.

El nómada agradece al sacerdote por la ayuda, y sin embargo no suelta una sola moneda más de plata por sus servicios...
Ya me he gastado la mitad de lo que me diera el conde maldita sea...Al menos,...si que valió la pena! Uffff!

Muchas gracias eh...sacerdote. Intentaré hallar ese Dragon Rojo, y como siempre, seguir la zenda de Derketo...
Por cierto una de las mejores sendas...y he visto muchas jusss...

Sin más. el mercenario sale a reunirse con su querido Jur, al que encuentra aun atado, rodeado de bellas confesoras.
Hey! Este maldito! Parece que tiene más suerte que yo mismo!

Hola...dice sonriendo como un ganador al llegar hasta las bellas muchachas. Alguna conoce...El Dragon Rojo? pregunta sin miramientos. Me gustaría invitar a alguna de ustedes a tomar un trago por ahi!...Si es que saben llegar, claro

JU ju ju...

Claro...

Un hombre como tu la encontrará rápido... Está en el distrito comercial. No te va a costar encontrarlo.

Pero creo que vas a tener que invitar a otra...

juu ju ju...

Las chiquillas se alejan de tu caballo entre risas que no acabas de comprender demasiado bien. Pero no importa mucho. Son mujeres al fin y al cabo, no sería bueno intentar entenderlas.