Partida Rol por web

Originalmente, el local había sido un pub de mala muerte que con los años cambió de propietario y pasó a ser una lavandería pero el dueño del negocio tuvo ciertas desavenencias con la mafia china, le rebanaron el cuello por pasarse de listo y pusieron un restaurante en su lugar que pasaría por varias manos antes de que acabara en manos del viejo Yakub que lo reconvirtió en su negocio particular.

— Al parecer alguien no quería que aquella boda se celebrara — Dijo mientras activaba  unos interruptores sin que nada aparente sucediera. — Luego, aparentemente, todos hemos acabado en la casa segura de Joe y bueno... No tengo muy claro quien nos estaba dando caza o porqué la verdad — Yakub miró a Bayhas. No estaba seguro que fuesen los asesinos que lo persiguen, cazadores de vampiros o simplemente los que asaltaron la boda y querían dejar todo cerrado. — La mujer con la que estabas en el callejón. — Dijo activando un interruptor adicional que provocó que se encendiera una luz tenue al final de la tienda, iluminando una estrecha escalera. — Su nombre es Claudia. Es una mercenaria. Cualquiera con unos miles puede hacerse con sus servicios. Es buena, y no traiciona a su contratante... pero por desgracia eso hace que no sepamos quien nos estaba dando caza —

El local olía a incienso y velas aromáticas. Estaba limpio y ordenado aunque todo el mobiliario era viejo. Habían echado las pesadas cortinas para tapar las ventanas dejando la iluminación a cargo de una docena de velas que Yakub había encendido. Todos intercambiaban miradas nerviosas mientras consultaban sus móviles periódicamente.

Sus tazas humeaban.

Connor había aparcado en la acera de enfrente y montaba guardia esperando órdenes.

-Señor Yakub, ¿podría usar su teléfono?- preguntó.

-Debemos averiguar entonces lo que ha pasado, Yakub -Orion trataba por todos los medios de parecer calmado-. Al parecer la boda, la alianza, no era del agrado de alguien. Tanto como para montar una especie de ataque terrorista con mercenarios. No puedo quedarme mucho más con vosotros esta noche. Tengo asuntos propios que resolver pero os propongo que volvamos a vernos de nuevo y nos pongamos al día sobre nuestras averiguaciones. ¿Qué os parece?

- Tenemos que averiguar quién ha hecho esto. Y por qué. ¿Enemigos de la Reina de Invierno o de Owain? Eso sería lo más lógico, pero en realidad, la pregunta, como siempre es... ¿qui prodest? - Miró a su alrededor y observó alguna mirada vacía. - Es decir, ¿quién se beneficia? Y más nos vale averiguarlo. Porque puede que a quien quiera que haya hecho esto no le interese dejar cabos sueltos.

Al final terminó comiéndose uno de los sándwiches que había preparado Cleo. Lo comió tranquilamente, mientras pensaba en qué podían hacer a partir de ahora. Su instinto de protección le decía que debía encerrarse en casa hasta que todo pasara, pero sabía que eso no era lo más adecuado. Lo mejor era saltar a la acción y resolver este asunto antes de que se los llevara a todos por delante.

Sopló la taza de té humeante que tenía frente a sí. Lo tomaba solo, sin leche ni azúcar. Le transmitía una especie de calma tensa que ahora mismo necesitaba urgentemente para aclarar sus ideas.

Sobre todo porque en todo este asunto no se fiaba ni un pelo de Orion, y se preguntaba qué es lo que había estado haciendo en la zona cuando empezó todo el jaleo.

Cleo miraba el móvil que le había dado Orion dudosa. Quería llamar a sus padres para avisarles que había "extraviado" el móvil pero que no se preocuparan. También quería llamar a Andy, tal vez podría ayudarle a saber qué había sido del teléfono o dónde podría encontrarlo si alguien de los suyos lo había tomado.

-¿No podríamos simplemente escondernos y fingir que nada pasó?- Dijo la chica, sin levantar la mirada del móvil ni del té con leche y azúcar que tenía en la mano. -Es decir, ¿qué tenemos nosotros que ver con ninguno de ellos? ¿Qué tengo yo que ver con la Reina o con el Dragón?- Su mirada subió y se mantuvo un momento en Bayhas. ¿No era acaso él quién más quería mantenerse en el anonimato?

Orion se guardó el móvil viendo que Cleo no lo cogía y miró a la chica atentamente. Imagino el conflicto que debe albergar esa mente. Menudo peligro. Con un poco de suerte mete la pata y la Oscuridad la devorará; pero a unas malas en un par de meses habrá montado su propio grupo de cazadores... Humm..., habrá que estar pendiente de ella.

Yakub asintió a la petición de Cleo con una reverencia, indicando con la mano donde se encontraba un antiguo teléfono anclado en la pared. Para marcar había incluso que girar una ruletita. 

Yakub tomaba te rojo, era antioxidante y fortalecía el sistema inmunológico... y el veterano ya no estaba para los trotes que había llevado aquella noche...

Creo que cuando Orion regrese a The Killing Moon alguien habrá dejado un mensaje para él acerca de Amethyst: la ghoul ha sido capturada cuando trataba de huir herida del tiroteo. Sus captores podrían ser gente de Gareth.

Yakub había oído que la orden de Merlin se estaba preparando para algún tipo de ritual. ¿Quizá necesitaran sangre de dragón, o algo que se encontrara en aquella boda? ¿Puede que fueran ellos los que asaltaron la ceremonia?¿Trabajaba Claudia para ellos?

La orden de Merlín, lunáticos y drogadictos. Despojos de las glorias pasadas que solo buscan el beneficio propio sin importar las consecuencias. Yakub los tenía vigilados y tenía su propio informador dentro de la orden. Aquel tipo se arrepinitó hace años de entrar, pero Yakub lo convenció para que se quedara dentro de la orden y le fuera filtrando las cosas importantes que ocurrían dentro.

- Sí, de hecho, esa es una buena pregunta: - dijo Bayhas, sosteniendo la mirada de Cleo. - ¿qué es lo que tienes tú que ver con la Reina o el Dragón? - La voz del mago era calmada (parece que ya no le dolía tanto el brazo herido) pero miraba con curiosidad analítica a la muchacha. - No esperaba que estuvieras en la boda.

Echó un vistazo de reojo a Orion. - A decir verdad, tampoco sé qué hacía Orion allí. - Bebió un sorbo del té. Muy caliente, como fuego de dragón. - Y antes de que me lo preguntéis, yo fui invitado por una amiga.

-Estaba allí por trabajo.- Admitió Cleo, bajando la mirada de nuevo al té. -Salió la oportunidad y bueno... Que ya estoy mayorcita para depender de una mesada de mis padres, ¿no?-

Sorbió del té, mirando hacia Orion para escuchar sus motivos.

Lleva dos días en la ciudad y ya conoce a más gente que yo, pensó Bayhas, pero no dijo nada más. Le vibró el móvil y lo sacó del bolsillo. 

Vaya, vaya...

Empezó a escribir un mensaje de respuesta con la mano izquierda. Su interlocutora tendría que convivir con las faltas de ortografía que estaba poniendo.

Nuevo mensaje. Oh. Interesante.

- Estoy escribiéndome con mi amiga. Voy a preguntarle cómo siguen las cosas por allí. A ver si se han tranquilizado un poco.

Bayhas no pudo evitar resoplar al ver una de las respuestas. Meneó la cabeza. - Es incorregible... - Se le escapó una media sonrisa.

Orion siguió las evoluciones de Bayhas con una disimulada mirada de sorna hasta que notó los ojos de Cleo fijos en él. Borró la expresión de su cara y se acercó a ella. Le pidió que le dejara un hueco en el sofá y se hundió en él dejando escapar un suspiro de alivio.

-No creo que esté obligado a contaros qué hacía yo en la boda -dijo con voz tranquila mirando la mesa donde estaban las viandas. Tomó el sándwich, lo miró atentamente a pocos centímetros de su cara y lo dejó de nuevo en el plato. A continuación agarró la taza y se puso a darle vueltas en sus manos-. No soy sospechoso de haber organizado el ataque -dijo finalmente-. Me he llevado tres balazos y le he perdido la pista a mi mejor colaboradora.

Dirigió su mirada a Cleo y luego a Bayhas. Creía tener más o menos claro los motivos de la chica pero el mago, al igual que todos los de su clase, se le escapaba por completo. Había acudido a él desesperado cuando el asunto de Yurga y de los suyos pero poco más.

-En todo caso, deduzco por tu sonrisa, Bayhas, que las cosas no parecen ir tan mal...

Yakuba parecía recoger algún objeto, dejándolo en una estantería con una gran cristalera que dejaba ver los objetos del interior pero los protegía del polvo. Dio un suspiro...

— No creo que ninguno seamos responsables de lo ocurrido. Así que calmar los ánimos —

Sonrió mientras cogía de nuevo la taza, que había dejado en una mesa y bebía un corto sorbo. 

— Todos acabamos en el apartamento de Joe, así que todos buscábamos la forma de escapar de allí. Sea quien sea, ahora creo que debemos tranquilizarnos todos y puesto que estoy bastante seguro que ninguno de nosotros somos responsables total o parcialmente de lo ocurrido. Somos los únicos en quienes podemos confiar —

Miró al sofá y cogió una vieja silla de caoba labrada con muchísimos detalles y simbologías asíaticas. Se sentó apoyando su mano en la rodilla. Parecía más mayor de lo que había demostrado hace un rato en los callejones.

— Esto va a producir un revuelo en toda la ciudad por bastante tiempo. Las calles dejarán de ser seguras para todos. Ambos bandos empezarán una búsqueda por saber quien ha atacado, y no les importará a quien se lleven por delante. Tampoco sabemos como están los dos prometidos. Ahora lo que prima es recoger información y ponerla en común. —

Dio un nuevo sorbo, esta vez más largo.

— Propongo que usemos mi tienda — Hizo un gesto señalando aquella estancia — como centro de operaciones. Creo que deberíamos aprovechar nuestras contactos para tratar de averiguar lo que podamos. Podemos vernos mañana en cuanto caiga la noche. — Miró a Orion, era el que menos tiempo tendría, pero seguramente también el que más fácil podría conseguir información.

-¿Podría quedarme esta noche aquí, señor Yakub?- Pidió la chica, esta vez mirando al hombre. No le animaba rehacer el camino a casa; además, necesitaba el teléfono para poder intentar hacer su parte en aquel embrollo.

— Por supuesto — Dijo Yakub levantándose y guiando a Cleo por una de las puertas cerradas que conducía a una pequeña y sobria habitación con una cama y un pequeño armario de una sola puerta. La ventana daba a la misma calle en donde estaba la tienda.

Bayhas había estado escribiendo en el móvil, pero al fin parecía haber dejado de hacerlo. - En realidad, Orion, yo no he dicho nada de que fueras sospechoso. - Después, miró al vampiro. - Solo que no sabía que hacías allí; no esperaba que un vampiro recibiera una invitación para acudir a este evento... - Su voz sonaba desapasionada, como si estuviera hablando del tiempo. Y, en última instancia, no llegó a vocalizar su sospecha de que, simplemente, Jones se había colado.

- Parece que la Reina y el Dragón han sobrevivido. Al menos Owain - dijo, moviendo ligeramente su móvil, para dar a entender que se había enterado a través de sus contactos. - Pero creo que no va todo bien. Van a ser noches movidas.

El mago miró al extraño grupo reunido en la tienda de Yakub y pareció sopesar sus posibilidades. Bayhas no pensaba que ninguno de los presentes fuera sospechoso; Yakub y Cleo no, desde luego. Y hasta Orion parecía preocupado por sus sirvientes. Quizá les había unido a todos una fuerza superior. En mi experiencia, la suerte no existe, había dicho un famoso mago (*) una vez, y en eso Bayhas estaba... - ...de acuerdo. 

Se levantó. - Voy a ir a que alguien me cure el rasguño del brazo. - Y probablemente luego tendría que borrar alguna memoria que otra. - Y luego haré mis propias averiguaciones. Mañana por la noche nos volvemos a ver aquí. 

- Yakub, ¿me presta una chaqueta? Mañana se la traeré. - Se señaló el brazo, con el aparatoso vendaje. - Esto es bastante poco discreto...

Ok, he hecho mi tirada con la facción de la Noche. Como era de esperar, he fracasado estrepitosamente otra vez.

Te cuento: en Swansea hay un nuevo tipo que está liándola parda. Su nombre es Piotr Sokolov. Al principio parecía un inmigrante más dispuesto a ganarse la vida en el puerto. Pero resulta que es un hombre lobo, que ha huido de Rusia por cometer crímenes que han puesto en su contra a su manada. Sí, crímenes demasiado jodidos incluso para una manada de hombres lobo.

Esta es la joyita:

Al principio, parecía que Piotr iba a intentar mantener un perfil bajo. Pero al poco de estar en Swansea se ha metido en problemas con los Rakshasa (desventajas de ir muy borracho por bares muy poco recomendables), y alguien se ha dado cuenta de su habilidad para destripar gente (incluyendo Rakshasas).

Piotr ha empezado a recibir encargos para... hacer desaparecer gente. Y si además de hacerlos desaparecer se los puede comer, pues mejor; así no hay que preocuparse de deshacerse de cuerpos.

Bayhas se ha enterado de la existencia de Piotr mientras hacía preguntas sobre los Rakshasa. Al principio pensó que podría ser una aliado a la hora de enfrentarse a los chicos de Yurga, pero desgraciadamente, Piotr no es del tipo que quiere hacer amigos, ni siquiera para pegarse con los Rakshasa. Es más, a estas alturas de la vida, los Rakshasa pueden haberlo contratado para hacerles algún que otro trabajito. No son gente rencorosa. Bueno, sí lo son, pero puede que por el momento prefieran tener al ruso loco ocupado.

Te regalo el personaje. Haz buen uso de él.

Entiendo que este es mi movimiento de inicio de sesión, pero que puedo hacer otro, ¿correcto?