Partida Rol por web

Cuando me acerca la cuchara con un trozo de tarta de lo que parece fresa cierro los ojos como un niño malcriado mietras me acerco a la cuchara y engullo su contenido con una enorme sonrisa...

Mmmm, está muy rico. Había probado el gusto a fresa con los chicles, pero esto parece una variante, es como fresa pero sin serlo.
¿Sabes? De donde yo vengo nuestra dieta consistía -si había suerte- en arroz, patatas, leche y agua, mucha agua. Lo único bueno de vivir en las afueras de Madrid era que viviamos cerca de dos de los enormes depósitos de agua. Estaban muy alto y solíamos hacer carreras para ver quien subía y bajaba antes a aquella mole con las botellas de agua llenas. Una vez me caí desde siete metros... suerte que cai encima de todas las botellas y bidones de agua que habíamos llenado. Eso sí, me pase dos días subiendo sin parar para abastecer a todos los que había dejado sin agua. Al menos me sirvió para hacer deporte

Me pongo rojo al darme cuenta del discurso que había acabado de hacer, seguro que la había aburrido sobremanera. Ella hablando de cosas interesantes como Dementores y yo hablandole sobre Depositos de agua...
Para disimiular un poco cojo algunas piezas de fruta y mas aguardo cerca de mi por si empiezan a recoger.

Yo también les guardo un poco a los otros, se van a quemar sin comer.

Jajaja, se llama arándonos. - Los ojos de Sofía están clavados en Salomón. Mientras come y bebe, atiende a Salomón como si le estuviera contando lo más interesante del mundo. No era para nada, por intentar agradarle. Sofía sabía escuchar a los demás. - Jajaja.

Sofía va apartando un poco de comida en 3 distintos platos: para Sara Carbonés, Sara Lago y África.

Acompañada por las dos chicas entro en el Gran Comedor.

Vaya, parece que estos dos nos van a dejar sin nada... haciendo la primera broma y esbozando una leve sonrisa. Solomon y Sofia ya estaban sentados y parece que etan animados hablando de sus cosas.

Me suenan las tripas después del dia que he tenido tan estresado... Tengo mucha hambre... digo algo sonrojada.

Oigo llegar a las chicas, la primera en hablar es Sara C
Pues por poco, cinco minutos más y me pillas comiendome los platosle digo siguiendole la broma, luego muestro un montoncito de servilletas con cosas enrolladas dentro Yo e guardado fruta para los chicos...no se que deben de esta haciendo

Y luego sigo mirando la comida, en busca de mi sigiente víctima...

Los otros estaran al llegar, me parecio ver alguno llendo hacía la mesa de profesores al llegar. Si yo tambien tengo bastante hambre... y dentro de un rato tendremos que ir a hablar con la profesora Me siento a la mesa y me sirvo una rodaja de carne con una buena guarnición de verdura.

Señor, bendice estos alimentos

que recibimos de tu generosidad

Te lo pedimos por Cristo Nuestro Señor

Amén.

Una vez echa la oración para bendecir la mesa empiezo a comer a bocados pequeños.

Menos mal que llegamos a tiempo, digo aliviada. Con el hambre que tengo estaba como para perderme la cena. Comienzo a servirme comida, algo de carne, verdura, puré y zumo de calabaza y me pongo a comer rápida pero educadamente, no vaya a ser que me desaparezca la comida en la boca.

¿Cómo os quedáis sin comer? ¿Pero es que no veis lo que os hemos guardado? - Sofía pone cara triste amulada mientras les acerca los platos. - Aunque no ha hecho falta. Llegáis justo a tiempo. Que sea la última vez, ¿entendido? - Estas últimas palabras lo dice erguiendo la espalda y alzando el dedo índice parodiando a los profesores.

Luego les sonríe. - Comed tranquilas, que os va a dar una indigestión.

Asoma la cabeza hacia Sara Carbonés. - ¿Qué tal, Sara? Perdona que te esperara, pero era mejor separarnos, para guardaros el sitio o la comida. Si no, nos quedamos todos sin comida, jeje. - Luego añade con delicadeza - ¿Te encuentras con mejor ánimo para... contárnoslo?

Me coloco bien en la silla y me sirvo algo de comida en el plato. Parece que estamos la mayoria en la mesa, almenos de las chicas. Mientras el resto se sirve empiezo a hablar mirando al plato...

Todo paso muy rapido y casi sin darme cuenta... hago una pausa para cojer aire.

Después de comer al mediodía teniamos todos un rato libre, me apetecía estar sola y tranquila. Miro a mis compañeras y pienso que con chicas así no me hacia falta aislarme.

Continuo mi historia diciendo... Salí del Hall hacia los jardines y alli me dirigí al jardin de levante. Era un jardin precioso y no me importaria volver a ir muchas més veces. Paseando por el jardín me encontre a una de las chicas Gryffindor. Ella recitaba unas palabras... algo que, yo que vengo del mundo de los humanos no entendía, seguramente algun tipo de conjuro. La chica empezó a adentrarse en el bosque y algo... una voz me decía que la siguiera... Me paro unos segundos a pensar.

Puede que si no la hubiese seguido esa chica ahora estuviera muerta... susurro muy flojo como pensando para afuera.

Yo la seguía de lejos sin molestarla en lo que estaba haciendo. Pasamos cerca de un pentáculo, supongo que algo hacía allí aquel símbolo mágico... Me las miro a todas y me pongo seria. Ni se os ocurra volver allí para averiguar que era aquello. Mis palabras suenan como una severa advertencia.

Me tomo un respiro, dejo tiempo para que asimilen el principio y de mientras como algo, pues estoy muerta de hambre...

Sofía escucha a Sara atentamente. El asunto parece algo bastante serio. ¿Qué es lo que estaría haciendo esa chica Gryffindor?

Alcanza a oír el casi imperceptible susurro de Sara Carbonés. Quizás tuviera razón. Si no hubiera sido por Sara, podrían haber tenido una pérdida de alumno en el colegio, y eso no sería nada bueno.

Espera respetuosamente a que Sara pueda comer y beber tranquilamente, pero está ansiosa por seguir escuchando la historia.

Cuando ve que ella ha tenido unos segundos de relax, pregunta de nuevo.

- Y... ¿Qué ocurrió?

Cuando Sara empieza a hablar me quedo quieta con un bocado a mitad de camino del plato a mi boca, esa Gryffindor parece saber demasiado para ser una alumna de primero... aunque más bien supongo que es mi propia ignorancia lo que me hace parecer eso, cuando Sara hace una pausa lo vuelvo a dejar el bocado en mi plato.

Despues de lo sucedido hoy no creo que nadie se aventure a ir allí... supongo que tu motivo era bueno para ir, y al final no acabó demasiado mal pero quizás debiste avisar a algun profesor para que se encargara, te arriesgaste mucho. Mis palabras suenan más a preocupación que a regañina.

Vuelvo a llevar el tenedor a mi boca para seguir comiendo.

Había escuchado con atención -pero sin parar de comer- toda la história. O mejor dicho todo lo que nos había contado porque estaba claro que faltaba el trozo más importante y seguramente terrible.

No dije nada para no interrumpirla.

Paro de comer y dejo mis cubiertos apoyados en el plato. Me mantengo en silencio respetuosamente, escuchando atenta la historia. Aunque varias opiniones y preguntas pasan por mi mente a gran rápidez decido callar y dejar que continue la historia. Ya habrá tiempo de todo eso.

Sofía se queda paralizada. No puede emitir ningún sonido. Ni siquiera un solo movimiento. Siente un escalofrío por todo el cuerpo. Una baja. Una compañera había fallecido. Y no ha pasado aún ni un día de clase...

Sofía ni siquiera se atreve a mirar a las demás. Simplemente fija su mirada hacia la directora y traga saliva. En todo el gran comedor reina un silencio sepulcral.

Me quedo literalmente blanca ante el anuncio de la directora, no pense que fuera tan grave, ¿que clase de escuela tiene sitios tan peligrosos tan poco vigilados? cuando me recupero del shock me giro para ver la reacción de Sara, sin duda a ella le afectara más que al resto, pero soy incapaz de decir nada tengo un nudo en la garganta.

Al escuchar a la Directora me quedo rígida y con la cara desencajada. Apenas puedo creermelo. Por suerte, consigo reponerme rápido para apoyar a quien de verdad puede hundirle la noticia. Cojo una de las manos de Sara Carbonés, le doy un pequeño apretón, y le susurro: Sé fuerte por ella, Sara.

Quedo en silencio, respetando el minuto de la directora y el dolor de mi compañera.

Me llevo la mano al cuello casi subconcientemente y toco la pequeña cicatriz...

La noticia cae como un mazo en la sala y de alguna manera, hace más real este lugar, este mundo dentro de otro mundo.
Hace apenas una semana que había recibido el disparo en el cuello y que había visto morir a mis dos únicos -últimos más bien- amigos.

Y luego había aparecido este mundo mágico, con su encantadora perfección, con Ravenclaw: una nueva familia con la que podía tener un futuro, con su mágia, con Sofía...
Todo tan perfecto que me era imposible acabar de creer que realmente esto era real. Esa muerte, sí era terrible, pero me alejaba un poco de mi más profundo miedo: Despertar en el hospital lleno de tubos y cables y ver que todo esto solo era un sueño febril inducido por el coma.

El dolor de los rostros, la desagradable intensidad del momento, los llantos de algunas chicas, todo es tan real.

La noticia me entristece, pero no tanto como a muchos de mis compañeros, así que prefiero no decir nada. En el sitio que vengo la media de vida son 20 años, tras eso estás muerto o en la carcel así que aprendes a llorar solo a los tuyos, es la unica manera de no volverte loco.

Mientras transcurre el minuto de silencio, con total respeto observo el entorno y las reacciones y me doy cuenta de que hoy, muchos de los chicos y chicas que me rodean, acaban de aprender qué es la muerte.

Tomas llego a la mesa con la cara descompuesta, mientras con una de sus manos acariciaba el suave pelaje de su gato, grandes lagrimas cayeron de su rostro angelical pero no demostro ese sentimiento en el resto de su cuerpo, ni un hipido, ni un temblor, simplemente las lagrimas, despues de eso se sento y empezo a coger algo de comida para el mientras daba algo de comida a su gato, entre el alboroto de las hadas y ahora esto seguro que el pobre no habia comido nada de nada, era un mínimo alivio dentro de la pena que tenia en su corazon ahora mismo

-Hola chicos

Saludo a Tomás con la cabeza.

Recuerdo la explicación de Sara y me pregunto hasta que punto la chica que a muerto se internó en el bosque prohibido por cuenta propia...

Esto va a volver a ocurrir...

Vuelvo a mirar a mis compañeros y me quedo observando a Sofía, no de manera inpertinente, sino como uno observaría un amanecer deseando que nunca acabe.

...Que no sea a ella.

Hola.

Saluda en voz baja Sofía. Sofía al igual que muchos compañeros de su casa, aún no se había atrevido a moverse. No se veía capaz de articular ninguna palabra (¿qué podría decir?) ni a siquiera levantar un dedo.

Siente la mirada de Salomón y ella también se gira hacia él. Sus miradas se entrecruzan y Salomón se encuentra con una de las miradas más tristes que ha visto hasta ahora. La alegría jovial de Sofía había desaparecido y sus ojos grises acuosos había perdido su brillo azul. No sabría decir si se le había escapado una lágrima, ya que su cara está como petrificada. Intenta mover los labios como intentando sonreír, como queriendo decir "Todo saldrá bien", pero se convierte en una mueca fría.

Hace un esfuerza abismal para poder controlarse y decir dos palabras escuetas que ahora mismo suenan vacías. - No te hundas, Sara.

El ambiente se va enrareciendo más y más con el silencio, al final casi resulta hasta doloroso el mero hecho de estar ahi sentado, observando como la tristeza crece en la sala.

Gente, creo que voy a ir fuera a tomar un poco el aire fresco y pasearme un poco. Necesito despejarme un poco.

Recojo mis cosas lentamente por si alguien quiere unirse a mi y me dirijo hacia la puerta.