Partida Rol por web

Los aguerridos piratas/contrabandistas, dirigidos por su misterioso capitán se lanzan a la caza de un jugoso botín desconocido.

Buzz:

La situación es desesperada, Buzz intenta salvar a Jenks, pero éste alza la cabeza y el garromeano distingue una expresión de angustia tras la escafandra. Tus compañeros te cubren desde el pasillo, prestos a restroceder, y los biosoldados no parecen otorgaros mucha atención, tansolo disparan hacia el ventanal; pero ahora estás en "la trinchera", la zona baja del puente de mando, y desde allí se observa perfectamente hacia qué disparan esos asesinos mitad humanos mitad máquina. La fragata Nautillae aguarda ante la proa del Chamaleon, tapando la luz, y en su casco, por el lado de estribir, distingues unos movimientos robóticos, como si un extraño mecanismo, con la forma de la garra de una mantis religiosa, se preparase para saltar como un restorte.

De pronto hay una ignición en el conglomerado mecánico del Nautillae y el resorte se activa disparándose hacia el Chamaleon. En el mismo instante exacto, Alfie desactiva la gravedad del puente y te sientes más ligero, pierdes el equilibrio y dejas de sentir la presión del suelo en tus pies, flotando.
El restorte se extiende a la velocidad del rayo, impacta contra los últimos restos de grueso material transparente del ventanal, cruza el espacio sobre vuestras cabezas hasta acabar anclado en el puesto del capitán e inyecta una solución espumosa, casi líquida desde su monstruosa extremidad, llena de tubos y garfios.
La solución espumosa se expande rápidamente, flotando por ahí por la falta de gravedad, te cubre, te rodea y dejas de ver a tu alrrededor, no encuentras puntos de apoyo y la espuma empieza a rebosar por el ventanal, escapándose al espacio exterior.
Entonces, el extremo del apéndie deja de bombear la sustancia esponjosa y blanquecina, y empieza a inyectar aire, que empuja la espuma contra lasparedes y hace que cubra los huecos, creando una burbuja de oxígeno entre la vorágine de líquido y nubes blancas.
Te descubres a tí mismo inmerso de pronto en un torbellino esponjoso, con poca visivildiad. Entre las ráfagas, en algún momento, te parece ver a Jenks, pero rapidamente desaparece, como un ilusión.

Cuando al fin caes al suelo, resulta que no estabas a tanta altura como te parecía, unos centímetros, ni te habías movido tanto de tu lugar original. Pero cuando no hay puntos de referencia en el vacío, nisiquiera los visuales, al mente le juega a uno malas pasadas.
Las luces del techo, las paredes y las consolas del puente de mandos se encienden, puesto que hay aire y presión en la sala, y te encuentras con que la espuma se ha endurecido por el contacto con el aire y lo que ha echo ha sido crear una presurización de emergencia. Hay costras de la misma por todas aprtes, pegada al suelo, al techo y a los paneles de mandos, e incluso hay zonas de tu traje sucias por el conglomerado.

En realidad era un antiguo sistema militar, que los piratas y contrabandistas conocéis bien, llamado "asalto hermético": Se satura de ésta sustancia el casco agujereado de una nave, se inyecta aire en la masa informe, empujando el material contra todos los recobecos y fisuras, y cuando se endurece por el contacto del mismo aire, se ha creado una presurización prefecta y rápida, lo cual facilita el asalto al no necesitar trajes espaciales.

La gavedad artificial a vuelto, hay aire y se han encendido todos los aparatos del puente de mando. Por mucho que te cueste reconocerlo, y por fea e incómoda que sea la nave, reconoces que el Chamaleon es un buen aparato, capaz de funcionar incluso en la más dificil situación. La clasica nave de las películas sobre naufragios espaciales que realmente te puede salvar la vida.
Ves a Jenks sentado junto al cuerpo amoratado de Rachel Morgan, la capitana del Chamaleon, y ves a los biosoldados levantándose. Al hallarse en la parte superior del puente y no en la trinchera, el torbellino de aire y espuma blanca los ha trastocado más, pues no están diseñados para la ausencia de gravedad. Todas las salidas están obstruidas por la masa endurecida, el pasillo por el que retrocedía Nakon taponado, y el ventanal parece tener una gigantesca roca blanca incrustada.

Pero nada de eso improta, el instinto de supervivencia de tu raza, perfeccionado durante miles de años de evolución en las estepas ecuatoriales del planeta Garromean, Shaigón según los humanos, te agita con inquietud; al fin y al cabo, si sabes algo de estrategia militar, tras la violenta presurización con "espuma aislante" llega el inmediato asalto a bocajarro. Y, desdeluego, si hay algo de lo que estás seguro es de que sabes de estrategia militar.

El peligro es inminente, lo sabes, por un lado los infames biosoldados se recuperan para reemprender la labor para la que han sido creados y por el otro, a través del ventanal, se prepara una furibunda violencia, no puedes ver a traves de al espuma solidificada pero lo sabes, están ahí, los sanguinarios tripulantes de la fragata Nautillae, sin escrupulos de ninguna clase, van a entrar al asalto. Quizás veas a su misterioso capitán antes de morir, quizás tansolo dispongas de unos segundos para hacer algo y cambiar la situación en tu favor... quizás...

-¡Posiciones defensivas! -Grita uno de los biosoldados con una siniestra voz antinatural, que parece salir directamente de su garganta. A diferencia de los demás, éste, tiene forma de mujer y da ordenes a diestra y siniestra. El misil la lanzó despedida por los aires, pero no se le ven daños graves bajo las costras de masilla blanca que tiene sobre el cuerpo.

Las demás máquinas se cubren apresuradamente entre las consolas con un sonido de pasos que se arrastran y su lider dispara en tu dirección.

-¡Mierda, mierda! -Dice Jenks, quitándose el casco y poniendose a cubierto de los biosoldados pero no del ventanal. Arrastra el cuerpo de Morgan, que aprece haber recuperado algo de color.

Tres impactos de bala te dan en el pecho. La armadura los desvía sin que logren atravesarla, pero son tan directos que el golpe te hace daño y caes al suelo. Notas un sabor metálico en la boca.

Escuchas los sonidos amortiguados por el casco, los disparos, los movimientos, pero, inconfundiblemente, tras la espuma aislante se oye una especie de sierra mecánica, como lejana.

La situación es confusa, hace unos instantes no estabas solo, no había atmósfera y el frente de batalla estaba definido. Ahora tansolo reina la confusión.
Escuchas a Nakon a través de los auriculares: -Mierda!! -Buz, ¿Cual es tu situación?, aguanta!

Buzz se levanta, con dificultad.  Su armadura es acorazada y lo acaba de salvar del fuego enemigo, pero ponerse en pie, desde el piso y con gravedad, es un gran desafio, aun para un garromeano, que tiene el centro de gravedad tan bajo. Ya de rodillas, le grita a Jenks: JENKS!!!! PONTE EL CASCO INMEDIATAMENTE!!!

Luego, corre agachado hasta donde esta Jenks. Escucha a Nakom por su comunicador, y le responde. Capitan, nos ha abordado la nave pirata, han hecho un "asalto hermetico", y ahora hay aire nuevamente en la cubierta. Los biosoldados estan preparados para ofrecer resistencia. Por el momento Jenks y yo estamos bien. La mujer esta muriendo. Intentaremos escapar de alguna forma. Eso si, cualquier ayuda me vendria bien. y rie.

Cuando llega hasta Jenks, lo agarra del hombro con su poderoso brazo. Le dice de nuevo "Ponte el casco ya mismo" y sin mediar mas palabras, levanta el cuerpo inerte de la capitana, y lo carga con cuidado a lo largo de la trinchera, alejandose del ventanal (para evitar el asalto), y bien agachado (para evitar los soldados) con dirección a la escotilla 2. Aprovecha para mirar el cuerpo de la capitana, y ver si hay signos vitales, y el aspecto general de su traje de vacio.

Al llegar le dice a Jenks. Conozco la reputación de la nave que nos a abordado y son unos salvajes asesinos. No toman prisioneros. Han sellado la cubierta para asaltar la nave sin trajes de vacio. Por eso, en cuanto logren romper la aislacion, entraran como una tromba, corriendo y disparando por doquier. No lo permitire. En ese momento, en cuando se abra su nave y entren los piratas y no antes, disparare misiles contra el ventanal, para destruirlo y volver a crear vacio. En el vacio tenemos ventaja "nosotros" y con nosotros me refiero tambien a los biosoldados, ya que ellos nos serviran de distracción. Intentaremos escapar a pie por el agujero. Sugiero que te agarres fuerte de mi en ese instante. Si tenemos suerte, nos llevaremos unos cuantos de esos piratas. Solo tenemos un pequeño problema, que yo mismo he creado... y baja lentamente la mirada al cuerpo de la capitana, a la que aun esta cargando.

-Sss... si.-Tartamudea Jenks, siguiéndote por la trinchera mientras se ajusta el casco.

Los Biosoldados os disparan una ráfaga, pero ahora que os habéis cubierto convenientemente los disparos nisiquiera se acercan. Mientras, el incesante sonido de la sierra cortando la dura espuma se acentúa y la pared de formas irregulares empieza a ceder mas o menos en su punto medio.

Los cálculos de Alfie te llegan casi instantáneamente. No dice ni una palabra, sencillamente te llegan: en el ventanal, por el lado de estribor, el mas alejado de vosotros, hay una zona menos densa de espuma que podría desprenderse con una pequeña explosión.

Cuando, en vuestra posición segura, dejas a Morgan en el suelo y preparas el lanzamisiles, Jenks, que caminaba justo detrás tuyo corre a abrazarla.
Mientras la llevabas en brazos ya notabas como se estremecía aquel cuerpecillo maltrecho, pero ahora se convulsiona, tosiendo violentamente y un hilillo de sangre le resbala por la barbilla. A pesar de estar amoratada y de tiritar por el frio, indudablemente vive, a sobrevivido al vacío, no un vacío absoluto, pues en una nave espacial siempre quedan partículas flotantes, pero desdeluego tansolo una persona con una resistencia asombrosa podría haberlo conseguido. En realdiad, al burbuja de aire creada por los asaltantes es la que le ha llegado a salvar la vida.
Afortunadamente la explosión no la hirió directamente chamsucando, tansolo, el resistente traje espacial que ahora no es más que un despojo.

-¡No puedes destruir esto! ¡¡La matarás!! -Grita Jenks desesperado desde el interior de su escafandra, y te pone una mano en el hombro.

En ese preciso instante, la pared de espuma cede y una plataforma que se despliega empujda por sendos gozones mecñanicos arranca los últmos pedazos soltando un polvillo blanquecino. Los biosoldados disparan con violencia y saltan chispas por todas partes. ¡No hay alternativa, hay que tomar una decisión rápido!

Buzz mira a Jenks, luego el cuerpo de la capitana... a Jenks... Ahrggg... Mierda... los humanos y su amor por los moribundos... Esta terriblemente enojado y frustado. Sabe que si no hace vacio nuevamente, y en este preciso instante... todo este perdido...

Mira a los humanos nuevamente... Nos van a hacer morir todos! Se da vuelta, Apunta precisamente y dispara un misil. El minimisil expulsa una nube de humo y sale a toda velocidad del disparador en el hombro de Buzz. Parece ir en linea recta al ventanal, Jenks mira atonito su recorrido, pero en el ultimo segundo, describe un giro e ingresa por la boca negra que se abrio en la espuma. Mueran bastardos!!!!

-¡Mierd...! -La explosión lanza despedido a Marcus Meehr a través del hueco de la compuerta abriéndose. Su cuerpo humeante queda colgando del bordillo y finalmente se posa en el suelo cuando la pesada plataforma de metal se apoya sobre el suelo del puente de mando.

-¡Fuego a discreción! ¡Cerdo, hacia ese punto! ¡¡Al asalto todo el mundo!! -Grita la que parece la lider, y acto seguido se abalanza dentro del puente de mando seguida por su banda. Lleva un loro en el hombro y éste se agita y suelta plumas rojas cada vez que un disparo le pasa demasiado cerca.
Los demás invasores son un grupo heterogéneo bien armado, por lo que puedes ver son profesionales y se dispersan velozmente, cubriéndose en posiciones estratégicas entre las consolas de la trinchera. Ves a un tipo alto y moreno, que parece fuerte, un buen soldado silencioso y meticuloso; a una mujer bajita con unas enormes gafas de soldador en la cabeza, pero que dispara como una leona; a un cíclope con una gran coleta en lo alto de la cabeza, como les gusta llevar el pelo a los Alamos y que curiosamente es el estilo que "alguien" eligió apra los biosoldados; y el último es un garromeano, que muestra una sonrisilla maliciosa y con la cara desfigurada por la sed de sangre.

Pisando el cuerpo del pobre Marcus, al que conocías por que frecuentaba el Tagliattelas, sus compañeros corretean entre los paneles de mandos esquivandos los disparos de los biosoldados y disparando a su vez. El garromeano se dirige hacia vosotros empuñando una pesada escopeta de combate, pero le resulta imposible apuntaros por el fuego continuado de los biosoldados.

-¡¡Cerdo!! ¡Bastardo cobarde! ¡Te he dicho que hacia ese punto! ¡Si no acabas ahora mismo con el tipo del lanzamisiles te juro que te voy a freir a tiros y te voy a entregar al enemigo en una bandeja de plata con una manzana en la boca, como corresponde a tu especie!

Otro mas! al parecer cada vez que disparo este misil doy con la vida de una persona importante.

Al disparar apresuradamente el ordenador no termina de calcular los datos telemétricos y el cohete sale dando vueltas salvajemente. El garromeano que está cerca de vosotros se echa a un lado, y dibujando espirales de humo, el proyectil acaba por estrellarse en el techo, hundiendose en la estructura y apagando algunos focos.
Tras un crujido y el chirriar del metal doblándose, una gruesa tubería cae desde el techo acompañada por un sinfin de cables que sueltan líquido refrigerante y vapores en todas direcciones.

La confusión reina en el frente de la trinchera, los asaltantes del Nautillae se intentan reorganizar y los biosoldados, que a pesar de estar tras sus aprapetos, no se cubren totalmente, no cesan de disparar excepto para recargar sus armas.

-¡No se cubren! ¡Por qu... no... cubren! -Grita la lider entre jaleo de la batalla y el techo desmoronándose.

Los soldados-máquina actuan con una inhumandiad pasmosa. Descargan sus armas sin contemplaciones acribillándolo todo y nisiquiera intentan cubrirse para esquivar las balas del enemigo. Algunos de ellos, mutilados horriblemente e imposibiliados de usar sus armas, se lanzan la combate cuerpo a cuerpo recibiendo tiros sin inmutarse.

Aún intacto, el lider de los biosoldados, con forma de mujer, no parece gritarles las ordenes ni decirlas a través de un comunicador, sin embargo, obedecen.

Tras su último disparo, cuatro de las máquinas asesinas se lanzan al combate cuerpo a cuerpo, las más deterioradas o las que se han quedado sin munición, mientras las otras cuatro, incluyendo al lider, les cubren a tiros.

-¡¡Arrrggg!! -Suena un alarido de dolor en la otra punta de la sala. Y acto seguido la mecánico del Nautillae cae hacia atrás.

La batalla se desarolla mas o menos apartada de vuestra posición, Jenks intenta cubrir el cuerpo de la capitana y ésta, tosiendo, ya empieza a poder articular palabras. Pero eso ocurre detrás tuyo, desde tu posición apenas tienes visibilidad del frente de los biosoldados, pero puedes disparar con más o menos facilidad a los integrantes de la tripulación del Nautillae y ves al fondo la enorme compuerta de la fragata abierta de par en par.

El garromeano está encarado hacia ti y cubre a sus compañeros con su escopeta, pero no tiene muy buena puntería. Es extraño que se haya prestado a trabajar con humanos, y más si le tratan tan mal. ¿Será un esclavo?
Viste con pieles pardas de Tawn-Tawn del norte, el atuendo típico de los habitantes de las montañas del continente occidental y sus movimientos son claramente los de un garromeano acostumbrado a las escarpadas pendientes y a los bosques del árbol de creosota.

-On Garrkk! -Increpa el hombre cerdo en su idioma nativo y en ese instante uno de los biosoldados, aquel con un enorme agujero en el pecho debido a tu primer misil, salta desde la parte elevada del puente abalanzándose sobre David Bluewater.

Empleanzo toda la potencia de los músculos de su poderosa especie, el garromeano se alza contra su enemigo, saliendo de su cobertura, e impulsa con toda su fuerza la culata de la escopeta contra la cabeza del soldado-máquina. El golpe le da de lleno, nisiquiera intenta esquivarlo, y es tal su contundencia que, recibiendo el impacto justo debajo de la barbilla, le deforma el rostro horriblemente tras un crujido de huesos y tejidos.

El biosoldado, deformado y mutilado, soltando una especie de pus blanquecino por el agujero del pecho, alza los brazos no obstante y agarrando al hombre cerdo, lo reduce contra el suelo con su infinita fuerza mientras tiemblan los músculos del que intenta resistir. Después apoya la rodilla sobre su cabeza y empieza a aplastarlo mientras su víctima gruñe con desesperación.