Partida Rol por web

Harjas sonrió, más para si mismo que para su rival. Nunca cometía el error de creerse superior en un combate, a fuerza de derrotas con su maestro. Sin embargo, sabía cuando un rival no alcanzaba su poder. Ya había ganado. Decidió no jugar con las emociones de su contrincante, porque a pesar de ser un enemigo, era aun una persona. 

"Muy bien, prepárate para ser derrotado" Elevó sus brazos a los costados y subió una rodilla a la altura de la cadera, quedando en un perfecto equilibrio parado en un solo pie. De repente saltó y se dirigió directamente hacia su enemigo "¡GOLPE DE ALAS BRILLANTES!" (60/15)

Delenias notó cómo el poder del enemigo crecía de forma considerable. No podía entender cómo era capaz de lograrlo, cuando él apenas se mantenía en pie. Su último ataque apenas había conseguido rozarlo, a pesar de haber puesto todo su empeño.

Si todo sigue así, me derrotará, y no podré vengar a Eleas.. Mis compañeros luchan con valentía, no puedo quedarme atrás.

En ese momento, pudo ver a Foon Xao caer bajo los golpes de su contrincante, y las dudas lo abandonaron. Como si hubiese estado esperando hasta ese momento para hacer su aparición, las palabras que tiempo atrás pronunció su maestro aparecieron en su cabeza.

Una forma de obtener cosmos, superando la propia resistencia humana.. La única forma que tengo de hacer frente al enemigo.. Una técnica capaz de reunir la energía que permanece escondida en mí, pero que no obstante reducirá mi vida, me dañará físicamente, y si la efectúo mal podría causarme la muerte... Tengo que conseguir dominarla.

Con decisión, hizo caso omiso de todo su alrededor, de los combates que aún seguían, de las enormes explosiones de cosmos, de los ruidos que podía percibir, y de los mensajes de dolor que su maltratado cuerpo le lanzaba. Sólo estaba centrado en reunir un cosmos que no podía sentir, pero que sabía por su maestro que existía.

Reunió la concentración que pudo, las energías de las que aún disponía, y de la fuerza que no había agotado. Con la mayor rapidez que pudo, fue explorando su propio interior, y con una sensación de triunfo, detectó un escondrijo donde un poder desconocido hasta entonces yacía latente.

Reunió la determinación de la que hacía gala y, con calma, fue sacando poco a poco ese poder. Conforme avanzaba, empezó a notar los primeros síntomas de realizar tal esfuerzo, ya que los dolores de los que hasta entonces sufría se incrementaron. Pero no le importaba, no cuando estaba tan cerca.

Con un último esfuerzo, logró sacar a relucir la nueva energía, e hizo uso de ella como siempre utilizaba el cosmos. Lo retuvo dentro, esperando el ataque de su enemigo para poder utilizarlo. No pensaba perder esa pelea, y estaba decidido a no caer ante él.

(Cambio vida por cosmos - 9)

Shimi sabía que el combate no diraría mucho más así que trató de arriesgar su defensa para asestarle a aquel caballero negro su famosa patada voladora y asi fue, saltó al aire y rodando en volderetas en el aire se lanzó contra el caballero impactando en su cabeza con una patada y dejándolo incosciente

Patada voladora!!! 5/0 melee

El Soldado que enfrenta a Céfir gira en el lugar, cayendo de bruces en el intento de huir. Sus cabellos están llenos de escarcha, así como sus ojos.

Mientras, Acacia se lanza como un pequeño proyectil contra su oponente y en el momento del impacto, su Cosmos estalla en una luminosa bola y destroza la armadura al completo. Las astillas caen rodeando el cuerpo, desmadejado sobre la arena de la orilla.

Harjas vuelve a demostrar una potencia increible, lanzando un ataque brutal que lacera al soldado. Con la ropa y la armadura hecha jirones, este cae de rodillas, se toma la cara y finalmente cae con los ojos en blanco. Sobre él aún persiste durante unos instantes una forma iridiscente, el Pavo Real, mientras Harjas recupera el aliento.

La patada de Shimi dobla al oponente por la mitad, dejando al aspirante parado sobre su cuerpo roto.

El soldado que se enfrenta a Delenias observa la derrota a su alrededor, y con un rugido de rabia y desesperación junta todo su último aliento en un golpe demoledor contra el rubio aprendiz. Al menos me llevaré tu alma conmigo!! Proyección Oscura, golpe mortal!!! (30/15). 

-¡No caeré ante alguien como tú! - Usando las últimas fuerzas que le quedaban, usó el cosmos que había reunido con un gran coste, y realizó su técnica defensiva más poderosa. (Intuir ataque 25/10)

A pesar de haberse enfrentado ya con tal ataque, y de utilizar su más poderosa técnica, la ola de energía oscura que le lanzó el soldado le golpeó fuertemente, tan sólo consiguió salvar su vida gracias al leve movimiento que pudo hacer para esquivarla en parte.

Se sintió desfallecer, la transferencia de energía le había dejado agotado, y sentía que tan sólo un simple soplido le haría caer al suelo. Pero no se rendiría, cuando le quedaba tan poco para vencer. Podía sentir cómo todo el poder de su adversario se había agotado con el último ataque. Sólo debía hacer gala de mayor resistencia que él.. Y habría vencido.

Superando el agotamiento, utilizó las últimas reservas de energía que le quedaban para lanzar un puñetazo contra el torso del soldado.(Melee 5/0) Casi con sorpresa, sintió cómo impactaba contra él y, a pesar de la poca energía con que había realizado el golpe, el soldado recibió el golpe definitivo.

Una sonrisa cansada asomó a sus labios, al comprender que había vencido, pero estaba demasiado agotado para hacer nada más. Con un suspiro, se dejó caer al suelo, derrotado, mientras obligaba a su dolorido pecho a seguir moviéndose.

Recuperando el aliento tras aquel golpe, Acacia se pone de pie, lleno de una conviccion que pocas veces habia sentido. Su oponente, aun con vida, pero ya agotado y con la armadura en algunas zonas rota, se intenta de incorporar aunque no lo hace tan rapido como quisiera. La sangre manchando la arena y las olas lavandola, relajan el Cosmos de Acacia, quien se acerca despacio hacia su casi derrotado enemigo.

-Como veras, nos han subestimado. Solo unos idiotas se meterian en terreno enemigo de esta manera. Han tenido suerte que solo meros aprendices se enfrentaran a uds, porque cualquier Santo de Athena los hubiese aplastado como a cucarachas. Acacia hablaba algo agitado y entrecortado, pero con una furia contenida. Una furia que demostraba incertidumbre y desconfianza. Algo muy extraño estaba ocurriendo. Hacia poco que habian llegado al grandioso y poderoso Santuario de Athena y parecia un parque de niños para el enemigo. Quien fuera este.

-Ahora me vas a decir quien era tu jefe. Y porque es que se ha llevado el Cloth de Plata de Eleas. Y te recomiendo que respondas, aqui ya no tienes aliados, y aunque cansados cualquiera de nosotros podria acabarte sin mas.

Acacia se paro enfrente al caido soldado, y encendio su Cosmos con lo poco que le quedaba, mas que nada para intimidarlo.

-¡Señor Eleas!

Salió corriendo en dirección al cuerpo inerte antes de que el soldado terminara de caer. En primeras instancias no supo que hacer, pero con cuidado,  le volteó esperando que el movimiento le hiciera reaccionar. Había reparado en Foon también, pero a diferencia de Eleas no estaba sangrando, y le parecía que su estado era menos grave.

Deseó que su cosmos aumentara, y este así lo hizo llevandose gran parte de la resistencia que le quedaba. Apretó levemente los dientes, la fuerza de los músculos le abandonaba y su energía crecía, pero se mantenía alejada de causar cualquier gelidez al hombre de cabellos blancos.

Reptimiendo un quejido, volvió a insistir.

-¡Señor Eleas!

(Cambio de 9 de vida por 9 de cosmos)

Con el último oponente derrotado, los aprendices lentamente comienzan a perder el calor en los miembros, la adrenalina abandonándolos con cada latido.
 

Haru regresa de la boca de la cueva, tan solo ha dado un par de pasos en la oscuridad cuando escucha el fin del combate y vuelve con sus compañeros.

A alguien se le ocurre levantar la vista entonces, y señalar el cielo. El cielo... extraño. Ese NO es el cielo normal, las constelaciones se marcan como brillantes en un impoluto paño de seda negra. Y además la posición es incorrecta, parece que toda la esfera celeste se hubiera corrido para dejar en el centro a una enorme aglomeración de estrellas...
 

Argos Navis...

El cuerpo de Eleas se mueve ante el contacto con las suaves manos de Céfir; su blanco cabello teñido de rosa por la sangre que se derrama de su coronilla. Con un quejido, los ojos blancos, el Santo se sienta a la orilla del lago. Las aguas lamen sus piernas, llevándose hilos de sangre con cada reflujo.

- Aprendices... lo han hecho bien. Han sobrevivido una prueba de fuego, pero mucho me temo... tose, escupiendo sangre, mucho me temo que aún más se requerirá de ustedes.

Calla, y todos jurarían que ha muerto, o se ha convertido en una estatua de sal, si no fuera por la leve y rítmica contracción de su pecho. 

- Ese soldado, aquel que se hace llamar Altieon el Rojo, me ha arrebatado mi armadura antes de siquiera poder usarla. Sus ataques eran poderosos, pero ante la última oportunidad, no tuve otra opción que utilizar mi Técnica Suprema: El Viaje del Argos. 

La Constelación en el centro del cielo brilla ante sus palabras, iluminando a Eleas. El Viaje del Argos, una técnica que cierra el espacio-tiempo alrededor de los combatientes. Una técnica tan poderosa capaz de detener al tiempo mismo. Ahora, Altieon se ha marchado con la armadura pero... no puede escapar con ella. Por desgracia, o gracia de la Diosa, ustedes tampoco pueden salir ahora.

Todo alrededor, el espacio brilla con un baño de Cosmos. Pulsa con el latido de Eleas, vibra con el aire que escapa trabajosamente de sus pulmones.

- Las cavernas son profundas, dentro de las colinas del Santuario. El plan de escape del ladrón está impedido momentáneamente. La cantidad de sangre en el agua aumenta. Las aguas sagradas de Atenea me mantienen con vida, y así mantengo al Viaje del Argos en pie. Pero cuando caiga mi cuerpo, en tan solo 3 horas, el efecto se desvanecerá y será demasiado tarde para detenerlo.

- Por eso les ruego, aprendices míos, perseguid a Altieon en las cuevas, dadle caza, para que mi sacrificio no sea en vano.

Eleas cerró los ojos, quedándose inmóvil. Es claro que cualquier movimiento, cualquier perturbación, solo tendrá el efecto de reducir en minutos su capacidad de mantener el efecto que mantiene a Altieon encerrado.

Pero también... las aguas del lago refulgen. Si las leyendas son ciertas, si lo que Eleas ha dicho es cierto, son milagrosas y curativas. Probablemente sea una buena idea probarlo antes de buscar enfrentarse al misterioso caballero de rojo...

Automáticamente se puso de pie, alejando su tacto del caballero de plata. Se tambaleó algo, mirando con una expresión de ceño fruncido que denotaba contradicción, contradicción en dejarlo a su suerte, pero también una nueva urgencia. Tenía que encontrar a aquel maldito antes de que pasara el tiempo, entendió perfectamente que Eleas no iba a acceder a levantar la muralla de su tecnica y permitir que el ladrón escapara con su armadura por salvar la vida. Tenía que apostar mas fuerte ahora, y con el apoyo de su recien descubierta fuerza de voluntad sentía que podía hacer frente al reto.

Y no quería ganar de forma parcial, sino todo: mantener la vida de Eleas, recuperar la armadura e incluso prender al ladrón.

Sin embargo, se sentía tan agotada...no podía perder tiempo, aunque fuera arrastrandose iría a perseguir al secuestrador de Argos Navis. Sin embargo, las aguas se le antojaban ahora como llamandole, con un suave murmullo que desprendía calidez. Podía parecer una tontería, pero los minutos que perdería en vacilar podía invertirlos en entrar en el agua. Giró sus pasos sobre si misma y haciendo acopio de las pocas fuerzas que quedaban, tomó a Foon Xao por los hombros. Siendo calculadora como siempre, ahora él tenía prioridad. Claro que su mueca no había cambiado demasiado, y a mas de uno ese rostro neutral perfectamente le podría haber transmitido una sensación de indiferencia o cinismo, en contraste con los llamados preocupados que había dedicado antes a Eleas.

Simplemente había tomado su lugar, aunque no de forma consciente: quería mantener a todos vivos, pero no quería que ninguno se le acercara demasiado como un animal lastimado que protege una pata herida de los extraños. Era bastante confusa su actitud, sin duda.

Arrastrando lo mejor que pudo al chico, con cuidado y respeto ingresó al río. Tenía fé y determinación ahora, si, pero seguía valorandose relativamente poco como para comportarse con soltura frente a algo relacionado a la diosa.

Con permiso, señora Athena.

De a poco el Cosmos de Acacia se fue apagando. Aun estaba a la espera de respuesta por el Soldado con el que habia peleado, pero este no responderia. Cuando Eleas hablo, se sobresalto. ¡Esta vivo! Y aun en su lecho de muerte, ha jodido a aquel ladron. Vaya...

El joven dio unos pasos hacia donde estaba el Caballaero de Plata. Escucho con atencion lo que decia, mientras comprobaba lo que comentaba. Aquella boveda celeste sin lugar a dudas era diferente. Eleas controlaba aquello. Aunque el precio era demasiado. Aquel sacrificio le parecio hermoso. Determinacion. Fe. Este hombre no piensa ni un segundo en salvar su propia vida. No. Aquella Armadura sera su vida. Y se la han arrebatado.

Algunas pequeñas olas llegaban hasta los pies de Acacia, y algo en su interior le respondia. El objetivo era claro, y aunque estuviesen la mayoria ya agotados, le debian a Eleas aquel favor.

El aire soplo, y al menos Acacia, sintio el aroma de las rosas que provenian de algun sitio. Casi de forma inconciente se agacho en el sitio donde estaba y bebio un poco de aquella agua.

Foon Xao se removió como en un sueño inquieto. Sus ojos se abrieron, claros y reflejando el brillo del Lago de Lágrimas de Atenea. Se encontró en manos de Céfir, quien a pesar de su tamaña lo sostenía con fuerza y amor.

La joven aprendiz se maravilló ante la recuperación de Foon Xao, pero entonces advirtió que ella también parecía despedir una luz, una fuerza... su cansancio y heridas se habían desvanecido, y se sentía capaz de vencer a todo aquel que se le pusiera enfrente. 

Shimi esuchó atento las palabras del sabio Eleas, sin duda cumpliria con su palabra. Asi que se limpió la sangre de su boca y se dispuso a entrar en el lago.

-Vamos Haru, ven aqui tú también.

Se introdujo en el agua, bebió de ella y se lavó con ella, esperando que la gracia de Athena la bendijese

"Garod del reflejo oscuro"

Poco a poco mi conciencia retorna, al abrigo de una calida sensación que parece llenarme con un amor que nunca habría imaginado, y junto a ella un cosmos helado, pero igualmente amable que parece sostenerme

Abro los ojos para contemplar el bello rostro de una muchacha iluminado por el brillo de Canopus

-¿Cefir?-

Comprendo que el cosmos helado pero amable es el suyo, durante estos dias se ha mantenido alejada de todos, siempre fria y distante, pero ahora me parece verla de un modo distinto, como a través de su máscara helada

Me incorporo preparado para el dolor de mis heridas, pero este no está, y nuestros enemigos estan en el suelo, la mayoría al menos.

Cuando me explican lo sucedido asiento dispuesto a borrar la verguenza de mi derrota

-bien, vayamos a recuperar la armadura-