Partida Rol por web

Siete aprendices llegan al Santuario buscando una Armadura Sagrada. El misterioso guerrero Altieon el Rojo derrota al maestro Eleas en el Lago de las Lágrimas y huye con su armadura, Argos de Navio, considerada la más poderosa armadura de Plata. Pero el Caballero de Atenea, lejos de estar derrotado, encierra al lugar en una burbuja de espacio-tiempo con su Técnica Suprema "El Viaje del Argos".

Los aprendices son los únicos que pueden recuperar la armadura de Plata antes de que Eleas muera y Altieon escape con ella.

Hoy Presentamos: Batir de Alas Heladas
 

- Vamos Lucio, no hay tiempo que perder. - digo mientas tomo el camino acordado.

El oscuro camino no se presentaba nada agradable a la vista, sin esperarlo todos se han separado en diferentes equipos y por fortuna tengo la compañía de Aioras quien ha aceptado acompañarme por este camino - Bien Aioras, gracias, así me sentiré más seguro, tenemos que apresurarnos, no se por cual camino ha ido Altieon así que en cuanto podamos hallar pistas de su paradero mejor - concentro mi mirada hacia el interior de ese oscuro agujero, frío y lúgubre que incluso se mantenía oculto a la vista normal y ha sido casi una suerte hallarlo. Doy lentamente uno, dos, hasta tres pasos hacia el frente esperando ver algo más a fondo pero me es imposible, un suspiro sale de mi boca - Por Athena y por Eleas, vamos - sin decir más mi carrera al interior de este agujero empieza mientras el sonido de mis pisadas se hace cada vez más distante y solo es impactado por el eco que se ha generado

El camino desciende levemente. Los aprendices deben estrecharse en algunos tramos para lograr pasar entre las afiladas estalagmitas y estalagmitas.

Un resplandor al frente se hace cada vez más intenso; así como el frío y el ruido a agua cayendo sobre agua.

Vamos, vamos! A por Altieon! no pueden dejar de pensar Lucio y Orrin, mientras sus alientos formas extrañas formas delante de ellos.

El camino se abre.

Todo el techo parece hecho de cristal, y el frío es casi una pared delante de ellos. La caverna se cierra, no hay otra salida. 

Cuando los dos se vuelven, tampoco hay vuelta atrás. Una pared de hielo cubre el túnel de regreso.

Una presencia, como el aleteo de un insecto en la periferia, parece manifestarse. Las gotas de lluvia suenan cantarinas contra el congelado suelo y los charcos de agua; una voz risueña?

A medida que avanzamos por el camino, el frío aumenta. En un momento la caverna se termina, el frío es una pared delante nuestro. Al girar sobre nuestros pasos, vemos que el camino que recorrimos segundos atrás está bloqueado por una pared de hielo.

-Ni siquiera Sadalsuud sería capaz de algo así, esto debe ser obra de un Santo de Hielo -susurro a Orrin-.

Al prestar atención al entorno, siento una presencia, como el aleteo de un insecto, pero también una voz risueña en el sonido de las gotas al caer. Aquí hay alguien que no llegamos a ver.

-No tenemos tiempo para perder contigo. Vamos, muéstrate. ¿Quién eres? -grito a ningún lugar en especial-.

- Todo esto es muy extraño. - pienso mientras veo la sala. ¿Como es posible que derrepente toda la sala sea hielo?

Las palabras de Lucio me sacan de mis pensamientos.

- No sé si será cosa de un Santo de Hielo o de qué. Lo que te puedo decir es que no me gusta que el pasillo por el que hemos venido ya no esté. - digo entre susurros a Lucio.

Escucho el sonido de un aleteo. Intento buscar su procedencia con la mirada. Justo entonces Lucio grita una pregunta ¿Quién eres?

- No creo que sea muy conveniente gritar. El hielo y el cristal suelen ser quebradizos cuando hay fuertes sonidos cerca. - le digo a Lucio mientras observo las paredes y me acerco a tocar la más cercana para comprobar tu tacto.

Las palabras de ambos aprendices rebotan en las paredes de cristal, volviendo a ellos como un tintineo de campanas. Entre ese mismo sonido, se mezcla una risa cristalina, que va subiendo de tono.

La tenue luz celeste del lugar parpadea durante unos minutos. Todo el lugar se vuelve irreal, sus bordes suavizados.

Y de repente, en el medio de la habitación, está ella:

Flota en el medio de la habitación, redonda como el útero de una madre, de la misma forma que si estuviera completamente sumergida. 

- Oh, oh, oh... dos pequeños niñitos, justo en mi territorio... la voz es sibilina, dejando a la vista dientes pequeñas como perlas, pero afilados como los de un tiburón. No sabía que hubieran abierto las puertas de mi prisión... seguramente ese Cosmos, tan poderoso, tan familiar... es posible que haya debilitado mis ataduras? Y que, como postre, me haya dejado aquí a estas dos preciosas sardinillas?

Su espalda se endereza, mientras de sus palmas surge un npequeño pececillo formado simplemente por vapor de agua y gotas que se condensan. El pececillo se retuerce y desaparece, para volver a crecer, de la nada, a los pocos instantes. El lejano Océano... la Náyade inclina la cabeza, Padre, cuanto hace que no oigo tu voz...

- ¿Eres una náyade? Creía que estabais extinguidas. - digo intentando recordar todo lo que me enseñaron acerca de ellas.

- Sois ninfas de agua dulce, dotados de gran longevidad pero mortales. La esencia de una náyade esta vinculada a su masa de agua, de forma que si ésta se seca, ella muere.

- Todas las fuentes y manantiales célebres tienen su náyade o su grupo de náyades, normalmente consideradas hermanas, y su leyenda propia. Son a menudo el objeto de cultos locales arcaicos, adoradas como esenciales para la fertilidad y la vida humana. Los jóvenes que alcanzan la mayoría de edad dedican sus mechones infantiles a la náyade del manantial local. Con frecuencia se atribuye a las náyades virtudes curativas: los enfermos beben el agua al que están asociadas o bien, más raramente, se bañan en ellas. En algunas ocasiones incluso se ahogan ritualmente a animales. Los oráculos pueden localizarse junto a antiguas fuentes.

- Las náyades también pueden ser peligrosas. En ocasiones, bañarse en sus aguas se considera un sacrilegio y las náyades toman represalias contra el ofensor. Verlas también puede ser motivo de castigo, lo que normalmente acarrea como castigo la locura del infortunado testigo. Las náyades son también conocidas por sus celos.

- Hilas,un tripulante del Argo, fue raptado por la ninfa de la fuente Pegea en Misia, Hay quién dice que fué a instancias de Hera otros que la náyade se enamoró de su belleza, luego se convirtió en eco para seguir viviendo con ellas dado que se había enamorado de las náyades. No pudo continuar su viaje en el Argos.

Dicho esto espero para ver la reacción de la náyade.

- Por cierto, has dicho algo de una cárcel y unas ataduras. Explicate.

- Ahh, no cometas el error de considerarnos sardinillas. No serías la primera en lamentar el hecho de infravalorarnos.

El recuerdo de Arthas se hizo vivo en Lucio. A Lucio le gustaban las historias y Arthas disfrutaba de contárselas. Una de las muchas historias que Lucio escuchó de su maestro fue la de las Náyades, las ninfas de agua dulce. Nunca pensó que fuera a encontrarse cara a cara con una, ni mucho menos que fuera a tener que pelear con ella.

Antes de que Lucio pudiera hacer nada, Orrin comenzó a hablar, confirmando que también él tenía un conocimiento sobre las Náyades. Lucio, muy serio, hizo un gesto de aprobación cuando aquel calló.

-Veo que tú también la reconociste y que conoces bien la historia. Está claro que nadie puede escapar a su destino, compañero. Como has dicho, Hilos era un tripulante del Argo que se enamoró de una Náyade y decidió quedarse con ella.

-Lo que no se si sabes, es que Hilos era el escudero de Heracles, y ni siquiera el mismísimo Heracles pudo separalos, por más que lo buscó. Y ahora, en el mismo día en que Argos de Navío nos abandona, también nos abandonará una Náyade. Porque respondiéndote, si no he entendido mal, esta Náyade estaba aprisionada aquí, pero un cosmos la liberó.

Lucio se puso en guardia, no quería ser sorprendido por la Náyade, y pasó a dirigirse a ella.

-¿Me equivoco, acaso? Si fuiste aprisionada en el santuario, por Athena no podemos dejarte ir. Sé que puedo hablar por mi compañero cuando digo que lucharemos con todas nuestras fuerzas para impedirlo. Mi nombre es Lucio, ¿cuál es el tuyo, y por qué te aprisionaron aquí? ¿Ha sido el cosmo de Altieon ese cosmos familiar que ha debilitado tus ataduras?

Las palabras de la Náyade habían alertado a Lucio sobre la posibilidad de que hubiera otro cosmos allí además de el de Altieon, y quizás la Náyade pudiera confirmar o desmentir eso.

La Náyade rió, y su risa fue como campanas de hielo repicando. Pero al cerrar la boca, el sonido prosiguió, vibrante, burlón. Tan jóvenes, tan inocentes... No sé quién es ese Altieon que mencionas, solo sé que estoy libre. Libre! De nuevo, para escapar de aquí y servir nuevamente a mi padre, Poseidón, en su reino submarino! 

El ropaje de la Náyade vibró con los colores del océano, verdes, celestes, azules profundos. Subestimarlos? A ustedes dos? Pero si son solo fango marino comparados con el poder inbuido en mí por Poseidón, Dios de los Mares! Es Athena quien me ha encerrado aquí, ella y sus horribles caballeros, lejos de mi hogar. 

Su boca se expande en una sonrisa llena de filosos dientes. Fuera de mi camino! gritó, mientras de sus manos salían sendos chorros de agua caliente, directo hacia los aprendices. Chorro de Vapor! (20/10 Multiple, 10 para Orrin, 10 para Lucio).

- Si nuestra señora Atenea te ha encerrado aquí no te dejaremos salir con vida. Ríndete. Es la última oportunidad que te doy. - digo justo antes de que la Náyade lance su ataque.

Esquiva (10/5). Bien, parece que va a tener que ser por las malas. Tú misma, no digas que no te lo advertimos. ¡¡ALIENTO DE FUEGO!! (30/15).

Al decir esto una gran bola de fuego salió del puño de Orrin en dirección a la Náyade.

Lucio sabía que la pelea era inevitable y así fue, la Náyade no dudó en atacar, ignorando sus preguntas. Se sentía claramente que su cosmos era más poderoso que el que los aspirantes, pero Lucio no podía permitir que eso lo intimidara ni mucho menos que la Náyade sintiera segurada su victoria. 

-¿De modo que éste es el gran poder de Poseidón? -rio Lucio-. ¡Caricias destruyeataques! 10/5

Sin que nadie supiera cuándo había ocurrido, Lucio se encontraba rodeado de ovejas. Al grito de Lucio, la lana de las ovejas se expandió formando una especie de colchón delante de él, que absorvió completamente el chorro de agua caliente que le había enviado la Náyade.

_¿Lo sentiste? ¿Sentiste la delicadeza con que destruí tu ataque? Si ese es tu poder, el combate está decidido. Ya he visto el poder que Poseidón te ha dado, ahora siente el poder que Athena me dio a mi. ¡El vuelo del ave!  30/15

Cuando la lana cayó, no dejó visible a Lucio sino a un gran ave que ocupaba su lugar. El ave sin dudarlo cayó en picada sobre la Náyade. En el último momento, una de sus alas se inclino para adelante. Era el puño de Lucio buscando golpear a la ninfa.