Partida Rol por web

-¡Es suficiente!

Lucio estaba sorprendido por la reacción de Souga, pero sobre todo de Orrin. Orrin había dado un gran vuelco, de presentarse respetuosamente pasó a plantarse ante Sika. Ganarse la enemistad de un santo dorado no ayudaría.

-Estamos ante el hermano de nuestro maestro. Dejen de provocar a Sika y presenten los respetos por Eleas.

Lucio miró al resto severamente. ¿Era que nadie se había percatado de que Eleas había muerto?

-Sr. Elean, ¿nos conduciría con su hermano por favor? Quisiera unos minutos junto a él para despedirme. Por cierto, yo había dejado atado a un árbol cerca de su hermano a un soldado Altieon, para que el Patriarca pudiera interrogarlo. ¿Sabe si aún se encuentra allí?

Elean apoya una mano sobre el brazo de Sika. El Santo Dorado de Capricornio parece a punto de quebrar el toque del Santo de Tauro, pero finalmente, mantiene los brazos bajos. El gran guerrero del Toro gira el torso, observando a los aprendices. Extiende la mano libre, dos dedos hacia arriba.

Souga y Orrin se elevan del suelo, sufriendo un centenar de impactos por todo el cuerpo. Aprietan los dedos por no gritar; han logrado ver a través de los poderosos golpes de Altieon pero el movimiento de Elean es realizado a la velocidad de la luz, imposible de esquivar. Caen al suelo, gimiendo, apenas pudiendo levantarse.

- Niños! Son soldados del Santuario! Esas armaduras... no les pertenecen. No hasta que el Patriarca lo diga. Y un Santo Dorado solo merece respeto!

En un instante tiene a ambos tomados del cuelo, cerca de su crispada cara. Souga, ya no eres un invitado del Patriarca. Eres un aprendiz. Y te comportarás como tal, o yo mismo desataré mi furia y esparciré tu sangre. Quieren ser Santos? pregunta en la cara de Orrin. Entonces compórtense como tales! Una rodilla en tierra! grita mientras los suelta. 

Sika se vuelve, sonríe y se aleja, murmurando: Si consigues enojar al Gran Toro... hahahaha!

Finalmente Elean inclina la cabeza ante Lucio. Al menos alguno de ustedes parece tener un poco de cordura y respeto. Recogan los pedazos; deberemos llevarlos a la Sala del Patriarca y encomendar su reparación a un especialista.

Les hace un gesto, indicando que lo sigan. Hecha a andar hacia la primer casa, Aries. Eleas fue llevado a la cripta, donde le prepararemos un entierro digno de alguien como él. Capturamos un hombre, si fuiste tú... bien pensado.

La vida se me fue en un instante. Ahora lo que pensaba como esperanza parecía mi muerte, irónica situación. Este no era el final, así no lo había visto mi maestro en alguna de sus visiones, me vio vestida de linos dorados y sedas preciosas; aun así temí mas que nunca. Solo cerré los ojos. Fue absurdo, solo pensé en la posibilidad de que Sika hubiera perdido el control o un rayo de luz en su rostro, alguna estúpida solución para que mi vida no culminara en ese sitio y no fue así; alcé mis ojos y el brillo de la armadura del toro me cegó.

Mis amigos, algunos de ellos saltaron ante tal situación. Aun cuando mi vida corría riesgo no dije nada, pero agradecí en completo silencio el gesto de todos y del santo de oro hermano de nuestro maestro.

Baje la mirada aun mas de lo que podía. Me sentía insignificante, mi armadura no me pertenecía no era digna. Aun así escuchaba su llamar, en mi corazón. 

De ahora en adelante los retos serán mas grandes. Palabras así eran las que me decía mi maestro. Pero el destino tejió en mi un hilo de oro. Hay pocas cosas que harán que se corte, si mi Diosa sigue conmigo seguiré mas que solo firme; mi temple será envidiable. No diré nada ante las palabras del caballero de Capricornio, no soy digna no siquiera de dirigirme a él, pero se que un acto noble y verdadero le dirán mas que mil palabras. Se que sus palabras cambiaran, con el tiempo.

Pensé en silencio. Sabia de los poderes de los caballeros dorados, en mi interior rogaba porque pudieran también leer la mente o mi corazón, porque eso era lo que pensaba y sentía pero no diría. Comencé a recoger los pedazos de la armadura de mi maestro con ternura. Ya se había ido y expiro por conseguir de nuevo esta armadura, no dejaría ni el trozo mas pequeño de ella. 

Camino de todos los caballeros, mas que todo como un signo de respeto con ellos.

¡Gracias!. Fue todo lo que dije. Y mas como una respuesta natural de mi cuerpo frente a todo lo sucedido que como algo completamente voluntario. Baje la mirada y comencé a caminar.

El dolor era insoportable, los musculos le quemaban, la sangre se atoraba en su garganta impidiendole hablar. Sabía que por su actitud recibiría una reprimienda, así como que ninguno de los dos santos podría matarlo, es por ello que trás sus palabras se había quedado de pie, erguido esperando lo sucedido.

Los golpes de Tauro lo golpearon por cada milimetro de su cuerpo haciendo que el dolor que se sintiera multiplicado por 10000 veces,"El Cosmos que me ha liberado es como el tuyo, es como una supernova, Souga del Viento! Es algo que estos simples humanos no podrán entender! Pero tú, y yo... sí podemos! Podemos ser mucho más que simples sombras mortales, podemos trascender!" "Oh! El pobre aún no lo sabe. Bueno, no seré yo quien te revele ese secreto!" (las palabras de Shallone resonaron en su cabeza con cada uno de los golpes de Elean). Luego su enorme mano lo tomo por el cuello como una gigantes tenazas, el castigo estaba llegando a su fin.

Aturdido y sin poder hablar Souga se arrodillo y luego levanto su cabeza para mirar a los ojos de Elean, un nuevo acceso de tos con sangre hizo que bajara la mirada. A continuación se incorporo haciendo uso de la poca voluntad que le quedaba y una sonrisa de satisfacción fue dedida al santo de Tauro y apenas con un susurro garraspero hablo.

-:Gra..ci..a..s

Nuevamente se puso en camino hacia el santuario necesitaba descansar y recuperar sus fuerzas, su cuerpo estaba quebrado, pero su espiritu no, las palabras de Shallone no eran olvidadas y seguian golpeando en su cabeza, haciendo eco, especialmente el hecho de que un secreto le era ocultado.

La reprimenda no se hizo esperar a los impertinentes, al menos Reyhan estaba salvada…por ahora.
El gran patriarca era la persona que decidiría si éramos dignos de ser santos o solo aprendices y conocerlo estaba solo a un momento de distancia.
Elean finalizo su castigo para luego comentarnos sobre el estado del cuerpo de su hermano, nuestro maestro, Sika se retiro riéndose mientras Elean nos ordeno recoger los restos del armadura a fin de llevarla a reparar, ante un especialista, mientras comenzó a caminar hacia la casa de Aries.
Recogí los fragmentos que pude ya que mis compañeros parecían desesperados por la tarea, a fin de luego seguir los pasos del Toro Dorado sin decir palabra alguna…

El Ataque del Caballero de Tauro me pilló totalmente por sorpresa haciendome soltar los trozos de la Armadura de Plata de Argos que llevaba conmigo.

Ningún ataque de los recibidos hasta ahora había sido tan doloroso como este y lo peor es que ha sido un ataque controlado y sin singún esfuerzo. A pesar del tremendo dolor que recorría mi cuerpo a cada impacto del ataque ningún sonido salió de mi boca.

Al acabar el Ataque apenas consigo mantenerme en pie. No quiero pensar que puede hacer si se emplea al 100%. Por lo menos Reyhan está a salvo.

Herido en mi orgullo y me agacho para volver a recoger los trozos de la Armadura de Argos que se me habían caido tras el ataque del Caballero de Tauro.

¿Quién eres tú para decirnos que no merecemos estas Armaduras cuando han sido ellas las que nos han elegido para portarlas? - pienso. Mi cabeza no para de pensar. El respeto hay que ganarselo. Tú, Elean, Caballero de Tauro, tienes mi respeto por haber salvado a Reyhan del ataque de Sika pero Sika ... ese Caballero Dorado que muestra tal indiferencia por la Armadura de Plata de Argos hasta el punto de romperla y un total desprecio por los portadores de las Armaduras de Bronce, él pagará por todo lo que ha hecho en este día.

Fue Elean, en lugar de Sika, quien dio una reprimenda a Souga y Orrin. A Lucio le habían sorprendido las reacciones de sus compañeros. Souga había vivido allí siempre. Si bien jamás se molestaba en ocultar su orgullo, él más que ninguno sabía cómo debía comportarse frente a hombres de una jerarquía más elevada, como eran los santos de oro. También lo sorprendió el cambio de actitud de Orrin. De presentarse educadamente ante el hombre que acababa de destruir la armadura de Argos Navi, comenzó a increparlo de una manera que le hubiese costado la vida, de no haber estado allí Elean.

Luego el Gran Toro habló de reparar la armadura. Lucio no pudo contenerse y levantó la mirada, con alegría en el rostro.

-¿Puede... puede repararse?

La armadura de Eleas no estaba lastimada como por ejemplo la de Ave del Paraíso, que mostraba los rastros de la batalla. La de Eleas directamente estaba hecha trizas, al punto que sería casi imposible encontrar todas las partes. Pero si Elean decía que era posible su reparación, debía ser así, de modo que Lucio comenzó a buscar en el terreno, aunque pronto su sonrisa desapareció al recordar que Eleas no podría ver su armadura reparada. Ni siquiera el cumplido de Elean lo animó. Una vez tuvo todas las piezas que podía cargar, siguió al santo de tauro. Parecía dirigirse a la casa de aires.

Todo estaba ocurriendo muy pronto, dos santos dorados aparecían, uno de ellos destruía uno de los ropajes de Athena, nuestros ropajes nos abandonaban, Tauro atacaba a los insensatos e imprudentes, me mantuve al margen de todo, sin siquiera haberme arrodillado pero si en una postura formal y firme guardé silencio, el ataque de Elean de Tauro fue impresionantemente rápido, no tuve tiempo para verlo y así lo hubiera tenido segúramente no hubiera podido, una velocidad descomunal sacudió los cuerpos de Orrin y Souga que a duras penas podían moverse, cuando Reyhan y los demás recogieron los trozos de nuestro ahora difunto maestro me acerqué a Orrin - Vamos hermano - extendí mi mano derecha - el combate ha sido duro y arduo, permíteme ayudarte a llegar al templo de Aries que allí segúramente podrás descansar - mi mirada se depositó en Souga que estaba igual o si se quería peor que Orrin - Souga también necesita ayuda, maestro Elean, solicito su ayuda para llevarle al templo de Aries, el combate ha sido muy duro para todos nosotros pero creo que Souga es el más herido de todos, solicito su ayuda noble Santo de Tauro - unas lágrimas recorrieron mi rostro recordando a Eleas, había sido muy poco el tiempo junto a él pero mucho lo aprendido, y ahora, le habíamos fallado, con mis ojos vidriosos por el llanto pero firmes y decididos miré nuevamente a Elean - Le he fallado al maestro Eleas, pero juro que seré un digno representante de Athena nuestra señora y combatiré el mal en su nombre hasta la última chispa de mi cosmos, juro que seré tan digno de mi ropaje como de su respeto maestro Elean - sin decir más empezé a caminar hacia el Santuario apoyando a Orrin en mis hombros

El León a penas podia caminar y hablar le resultaba aún más doloroso, pero ante el  comportamiento de Sadalsuud solo contesto con un movimiento negativo de su cabeza, no queria la ayuda de nadie, en este poco tiempo habia comprendido la necesidad de tener amigos y los lazos entre compañeros caballeros, pero aún en su interior se negaba a demostrar debilidad y necesitado de ayuda, era él quien estaba para defenderlos y protegerlos a TODOS!!! el no estaba para ser protegido.

Souga no sabía si a los demás les habia impactado personalmente este enfrentamiento, pero a él le habia marcado el camino a seguir, le habia mostrado el faro en la distancia, el lugar al cual queria llegar ya no porque se lo estuvieran repitiendo desde niño, sino porque ahora era firme su convicción de ser caballero de Athena.

Aioras escucho atentamente las palabras del caballero de oro de tauro,apartandose un poco de todos le comento.

-Teneis razon caballero aun no soy nada mas que un aprendiz ,aceptare sin dudarlo la resolucion del patriarca.

Dijo arrodillandose delante del caballero, haciendo caso a lo que este habia dicho.Se puso a recoger trozos de la armadura y lo siguio
Quizas como pensaba ni siquiera tuviera el eprmiso del patriarca despues de todo su cosmos nunca habia brillado de verdad ,nunca habia alcanzado el 6to sentido.Seguramente seria enviado de nuevo a casa.
Si pudiera liberar por fin aquel cosmos agresivo que mantenia aprisionado...

Los cuerpos de los aprendices estaban cansados, sus piernas se movían casi mecánicamente. Sin embargo, la presencia del gigante dorado entre ellos parecía conferirles una última brizna de energía mientras ascendían lentamente.

Siguieron caminando, subiendo por interminables escaleras de piedra. Pasaron por el Templo de Aries, vacío y oscuro.

- Es una lástima que Yaten de Escultor halla rechazado el Cloth del Carnero. Su habilidad con las armaduras es maravillosa; tal vez... tal vez aún hay esperanza para Argos Navis. Su cara era seria, preocupada. Las Cloth Sagradas son una con sus dueños; se dice que están predestinados a usarla, a poder utilizar su poder. Pero al ser uno con ellas, los guerreros sobreviven en ellas más allá de la muerte. Un poco del alma de cada portador queda grabado en la armadura; si Argos Navis no puede ser reparada me temo que el último resto de Eleas se ha... perdido.

Luego por Tauro, lugar que Elean presentó con un gesto de la mano, sonriente. Era un lugar lleno de flores, perfumado y apacible.

Las escaleras los conducieron entonces a un templo extraño. Géminis. Elean se cuidó de que lo rodearan, nombrando al pasar sobre las peligrosas trampas mortales que allí acechaban. Los aprendices, con sus sentidos aguzados por los combates e increíbles experiencias recientes, podían sentir su Cosmos arder plácidamente como un mar sin fin, cobijándolos. De qué? Imposible saberlo, o verlo.

Luego llegaron a la Cuarta Casa. A su alrededor las piedras, el horizonte mismo parecía torcerse, como si estuviera cercano y lejano al mismo tiempo. Elean levantó una mano, ordenando detenerse, y esperó pacientemente en las escaleras de ingreso.

continue caminando con el resto de caballeros por las 12 casas doradas. Pensativa en mi futuro pero retraída por todo lo que veía, no era algo que se divisará todos los días, era abrumador.

La primera casa, la casa de Aries. No había nadie que la protegiera por lo que había dicho el caballero de Tauro. Pensé que todas las casas tenían a un santo destinado. ¿donde andas?.

Continuamos por la casa de Tauro y a diferencia de la imagen de su protector esta era dulce, suave, y algo colorida; tal vez el complemento que el necesitaba. Me sentí mas que solo acogida en su santuario.

La siguiente fue la de Géminis, extraña y peligrosa. Me acerque casí instantaneamente hacia el resto, casi hombro a hombro. Había escuchado de mi maestro cosas fascinantes sobre esta casa, bueno el las veía así, por mi parte solo era tenebroso y escalofriante, no quería que me pasará nada. Caballero de Tauro. Dije en tono apenado mientras avanzabamos. ¿donde se encuentra el protector de esta casa?. Ojala me perdone por mi forma de dirigirme, trato de ser lo mas cortes con ellos. El cambio será todo un proceso.

salimos, me sentí aliviada por eso. Pude respirar de nuevo y soltar aire. Pero, Elena nos había detenido antes de entrar a la cuarta casa. ¿cual era la razón?. ¿que había en la casa de Cancer?.

Perdone señor. ¿Porque nos detenemos?.

Souga subio las escalera de cada templo paso a paso, parecia que una pierna pidiera permiso a la otra para moverse, agradecía por sus adentros a Elean por detenerse, eso le permitia respirar, no tranquilo, al parecer algunas de sus costillas deberían de estar rotas ya que cada soplo de vida le causaba un dolor agudo en su torax. Pero el volver a  caminar entre las 12 casas le reconfortaba el alma desde que se habia dado por comenzado el entrenamiento y conciderado un aprendiz se le habian sacado todos los privilegios de que gozaba, hacia ya tiempo que no veía a su maestro o al patriarca y el hecho de estar subiendo quería decir que cabia la menor posibilidad de verlos, una sonrisa se dibujo en su rostro, rapidamente dejada de lado ante el dolor.

El cuato templo, nunca habia entrado en él y hasta habia sido advertido de no hacerlo sin el permiso del santo de aquel templo.

Avanzamos siguiendo los pasos del santo de Tauro, primero la casa de Aries donde nos comento que un tal Yhure había rechazado el Cloth del Carnero Dorado, algo que creía imposible, pues armadura y dueño solían elegirse el uno al otro.
Luego la propia casa de Elean, un lugar tranquilo y agradable, seguramente representación de los propios sentimientos del guardián.
Géminis nos obligo a rodear su casa, aunque creía que eso era imposible, el santo de Tauro parecía conocer un camino, un camino que nos libraría de aquel ambiguo peligro, si es que para ese entonces había un santo en ella.
Por ultimo llegamos a la 4º casa, la de cáncer.
Me adelante unos pasos y pregunte a Elean: -“Será posible que veamos al señor Jhure, señor Elean?”-

Humm la casa de cancer,la casa de la muerte ,aquel lugar poseia cierta reputacion.

Sin duda habia buenos motivos para pararnos alli,pense en la siguiente que tendriamos que traspasar y el corazon me dio un vuelco ,estabamos apunto de llegar a la casa de Leo...

Si una de las casa debia de dar miedo era la de cancer ,aunque ciertamente se supone que la guardaba un caballero de atenea este se trataria de un hombre temido y peligroso.

Tenia que aguantar esto para llegar ante el patriarca..

-Señor Elean ,perdone mi ignorancia pero,¿Podria decirme que caballeros de oro se encuentran en el santuario?

Aún con la incomodidad que le generaba tener que estar cargando las piezas de la armadura de Argos Navis, Lucio estaba disfrutando mucho el recorrido por las casas. Era conocimiento, ese que tanto lo había interesado desde que su maestro Arthas comenzara a enseñarle y a contarle historias de los santos, del Santuario y de Atenea. Por ese motivo, no pudo contenerse cuando Elean contó el rechazo de Yaten de Escultor a la armadura de aries.

-¿Quiere decir que que en estos momentos no hay santo dorado de aries? -preguntó, interesado-.

Al pasar por la casa de tauro, Lucio vio en las flores el parentesco que tenían los hermanos, que no se representaba en lo físico.

Al atravesar géminis, el joven se puso a pensar por primera vez que Arthas siempre se había detenido más en sus relatos sobre cosas respectivas a los santos de géminis y a esa armadura. Jamás hasta ese momento se había percatado de ello.

Finalmente se detuvieron al llegar a la casa de cáncer. Sus compañeros se le adelantaron a hacer preguntas a Elean, preguntas que también intrigaban a él. Sin embargo, había una pregunta que Artemias podía contestar.

-Artemias, ¿quién es ese Jhure de quien hablas?

-“Jhure es el santo de Cancer-respondí a Lucio- lo conocimos hace algún tiempo junto con Reyhan, mientras estábamos en el inframundo tras la prueba de Andromaca, supongo que podría decir larga historia, pero básicamente ahí tienes tu respuesta…”- digo mientras espero aun la respuesta de Elean.

-Gracias -respondió Lucio-.

Ya sabía quién era Jhure, pero... ¿Inframundo? ¿Andromaca? También quería saber sobre todas esas cosas, aunque evidentemente Artemias no estaba interesado en contarle. Ya más tarde preguntaría sobre todo eso a Rey.

Apenas puedo mantenerme en pie apoyado en Sadalsuud. El brazo izquierdo roto durante el combate con Alteion colgaba inerte de mi hombro, el dolor se incrementó tras el Ataque de Castigo de Elean, Cabellero de Tauro y la caminata hasta el Santuario no había hecho sino incrementarlo.

Tras una caminata que se me hizo larga debido a mi estado por fin llegamos al Santuario y empezamos a subir las escaleras que nos llevarían a través de las 12 casas.

La primera en atravesar fué la de Aries, oscura y vacía. ¿Habré entendido bien a Elean? ¿Acaso la Armadura de Aries no tenía portador en estos momentos?.

La de Tauro era todo lo contrario, un hermoso jardín rodeaba la casa y contrastaba con la apariencia de nuestro guía.

La siguiente en llegar fué la de Geminis, según nos dijo Elean está llena de trampas. ¿De qué tendrá tanto miedo el Caballero de Geminis?.

Al llegar a la siguiente casa, la de Cancer, nos detenemos y esperamos. ¿Por qué nos detenemos? Acaso el Caballero de Cancer se ta a unir al grupo?

El Santo de Tauro contestó las preguntas una a una, a medida que fueron surgiendo.

- La Casa de Cáncer, hogar de Jhure, como bien dices, tiene una influencia en sus alrededores tal que aún yo, un Santo Dorado, no me atrevo a penetrar o acceder a los caminos secundarios sin la bendición de su habitante. Especialmente cuando ese habitante... nos está esperando.

Bajó la voz entonces, para explicarle a Lucio y Aioras, lo que les preocupaba. El manto de Aries no tiene dueño, así es. Tampoco Leo. El primero fue rechazado por Yaten, como ya dije. El segundo... esperamos hace mucho a alguien que reclame la Armadura. O viceversa.