Partida Rol por web

Una vez reunido el equipo de salvamento y tras recibir instrucciones de la primera oficial, suben a bordo de las lanzaderas y se preparan para iniciar la operación de rescate. Prallax puede sentir la emoción y los nervios de la joven tripulación, todos son estudiantes brillantes pero requieren de mayor experiencia para convertirse  así en una tripulación verdaderamente eficaz.

Resulta extraño que en su gran mayoría, la tripulación sea tan joven. En especial si se tiene en cuenta de que la Corvus es la nave más avanzada de la federación. ¿Por qué entonces seleccionar una tripulación tan joven? Sabe que hay algo que la Federación no les cuenta, la gran pregunta es  ¿Qué es lo que sucede realmente?

Dejando a un lado esos pensamientos, se pone a los mandos de la lanzadera y se prepara para el viaje por el espacio.

En la segunda lanzadera, János se prepara para cumplir con su deber de la mejor manera posible. Aquella es su oportunidad de ganarse el respeto del primer oficial y del, sin duda, implacable capitán. Alguien cuya paciencia es más bien limitada y con quién es mejor congraciarse, al menos así debe ser si János tiene la intención de que su carrera continúe brillando.

Prallax lidera el equipo, por lo que su lanzadera es la primera en despegar y salir al basto y profundo espacio. Activando los escudos, aguarda durante unos instantes para comprobar si realmente las mejoras funcionan. A diferencia de lo sucedido en la Corvus, donde en un primer momento las esporas se lanzaban contra los escudos, ahora rebotan contra los escudos de forma inofensiva ante el paso de la lanzadera. Tras ella, el controlador de vuelo de la Corvus la sigue de cerca a los mandos de su propia lanzadera.

El viaje por el espacio es corto y seguro gracias a la pericia de ambos pilotos, por lo que no tardan en alcanzar la Uss Magallanes. Tal y como ya sabían, las compuertas del hangar están abiertas por lo que pueden acceder al interior de nuevo, sin mayor problema. 

Al descender de las lanzaderas, sienten la falta de gravedad que en aquellos momentos, gobierna en la nave. No supone un mayor problema para ellos, pues sus trajes ambientales les permiten caminar gracias a las botas magnéticas.

-Primer oficial....   -Indica la joven oficial médico enviada por Elung, que responde al nombre de Kaila. Una Bajorana cuyas calificaciones en la academia la sitúan como alguien con un futuro prometedor.    -No logro obtener una lectura clara con el tricorder.

Gracias al comunicador, no solo el personal que forma parte del equipo de rescate recibe esa información, sino también el personal que permanece en el puente.

La respuesta a lo que sucede les llega poco después. El hangar se encuentra sin atmósfera, por lo que disponen de dos posibles opciones. La primera es la de sellar el hangar y dejar que el lugar se llene de aire. Aunque dado el precario estado del soporte vital, quizás no sea buena idea. La segunda opción, es la de colocarse en las estancia que separa el hangar del resto de la nave, aguardar que sea esa habitación la que se llene de aire y después acceder a la nave.

De una forma u otra, cuando por fin logran acceder al interior de la Magallanes, las comunicaciones comienzan a fallar con la Corvus. El interior de la nave se encuentra sumida en la oscuridad, al menos así es al principio. El lugar está repleto de pequeñas esporas que de alguna manera, han logrado penetrar al interior de la nave. Esporas que emiten un ligero resplandor verdoso ante la presencia del equipo de rescate.

La esporas flotan libremente por el interior de la nave, pero salvo la luz que emiten, no realizan ninguna otra acción. No se sienten atraídas por la energía de sus equipos ni nada por el estilo. Pero si se adentran en el interior de la nave, las interferencias que ahora hay en sus comunicaciones, pasarán a ser mucho mayores y es más que probable que se pierda toda comunicación con el puente.

Una vez dentro de la Magallanes, János comenzó a notar la adrenalina recorriendo su cuerpo y tuvo que respirar hondo un par de veces para no sentir el cuerpo agarrotado. Se sentía mucho más seguro a los mandos de una nave que caminando dentro de ella, y era peor si estaba en las condiciones en las que se encontraba la Magallanes.

Mientras caminaba, no podía evitar rozar cada cierto tiempo el fáser que tenía a la altura del muslo, preparándose por si tenía que desenfundar rápidamente en caso de encontrarse con un peligro. Sabía que estaba bien protegido por Heralvsson y sus hombres, pero aún así le gustaba notar la seguridad de se su arma.

Que las comunicaciones fallaran era otro problema añadido a la misión, y sólo esperaba que al arreglar el estado de la nave estas pudieran volver a funcionar correctamente. Se acercaba el mometo de que los grupos se separasen, y János sólo deseaba estar a la altura de la responsabilidad que le habían confiado.

Asentí a la propuesta del señor Heralvsson de que los oficiales de seguridad se repartieran equitativamente y luego nos pusimos en marcha hacia la Magallanes. Al mirar el rostro de los jóvenes oficiales que nos acompañan no puedo evitar sentir una fuerte empatía y admiración hacia ellos, después de todo han decidido, aun de manera tan precoz, unir su vida y su futuro a los ideales de la Flota Estelar... Y han excedido las expectativas al ser comisionados a esta nave. Sin embargo, no puedo dejar de pensar qué estará planeando el almirantazgo con todo esto, porque se sabe que no dan puntada sin hilo. Lo peor sería mandarlos a una misión suicida porque se sabe que son prescindibles; otra opción sería enviarlos a misiones duras para curtirlos y que este sea el semillero de futuros capitanes.

Todos estos pensamientos se diluyen frente a la realidad del hangar abierto frente a nosotros. Al arribar reúno a los dos equipos antes de separarnos y les digo: -Hasta ahora pensé en el hangar abierto como el fruto de una posible evacuación de la tripulación, pero también podría ser que hayan sido abordados -expreso mis sospechas -Por qué o quiénes no lo sabemos, ni podríamos saberlo a causa de las esporas -manifiesto ligeramente fastidiada mirando en derredor a las pequeñas luces verdosas -Así que sugiero que mantengan sus fásers en aturdir y estén atentos a cualquier movimientos sospechoso.

Hago una breve pausa para que mis palabras se asienten y anuncio -Y voy a cambiar la estrategia dados los problemas de comunicación que estamos padeciendo, por si estos empeoran: sus órdenes son las mismas señor Császár, vaya a ingeniería con el equipo de seguridad asignado y ayude con las reparaciones, una vez alzados los escudos quiero que trabaje en una forma de sacar a las esporas del interior de la nave, podría ser disparando un torpedo de fotón que las llame fuera -sugiero pensativa.

-Pero ustedes dos -miro a la médica bajorana y al oficial subalterno de Heralvsson -Vienen conmigo al puente por si es necesaria atención médica y algo más de apoyo -aclaro y alzo las cejas enfáticamente sin desviar la mirada de ellos -En todo caso, cuando logremos levantar los escudos y desviar a las esporas o cerciorarnos de que el puente está fuera de peligro usted y la oficial médico irán a buscar al embajador klingon como había dicho anteriormente, el motivo es simple: si no podemos comunicarnos no podremos saber en dónde ustedes están y si hay una presencia hostil que los tome por sorpresa no podremos saberlo y no podemos arriesgarnos... Vaya a ingeniería señor Heralvsson, yo tengo entrenamiento en seguridad también, serví en la USS Akira antes de ser asignada a la Corvus y puedo cuidar el puente con su oficial -aseguro -Pero al tener que recorrer la nave hasta ingeniería el equipo del timonel Császár estará más expuesto -explico, luego siento la urgencia de ponerme manos a la obra -Tienen sus órdenes -digo de pronto y comienzo a avanzar haciendo un gesto con la mano a mi equipo -Nos vemos cuando los escudos estén arriba.

En ese momento inclino mi cabeza al oír un mensaje del capitán en mi casco y luego notifico a los equipos:

-Me ha dicho el capitán que una vez que perdamos contacto utilicemos el código morse para intercambiar mensajes con la Corvus. Podemos utilizar los rifles con la configuración simple de dispersión o alguna señal luminosa.

Una vez repartidas las tareas, ambos equipos se adentran en la nave y se separan en busca de cumplir con sus objetivos. Las comunicaciones con el exterior fallan por completo y tan solo en algunas ocasiones logran recibir algo de señal.

El avance por la nave resulta de lo más perturbador. Sumida en la oscuridad y sin una sola alma vagando por los pasillos, tienen la sensación de estar caminando por una nave fantasma. Lo único que logran encontrar en todo momento, son las esporas flotando libremente por la nave. Las cuales emiten una luz verdosa al pasar cerca de ellas, iluminando así su camino, pero volviendo a apagarse una vez se alejan unos pocos pasos.

El tricorder indica que ni las esporas ni la luz que emanan son nocivas. Se trata de algún tipo de radiación inocua, aunque de no ser así, los trajes que portan les protegerían igualmente. 

Al no poder tomar los ascensores, el camino se hace un tanto largo, pero todo se muestra tranquilo. Quizás demasiado...después de todo, se habían detectado formas de vida en la nave. La pregunta es...¿Dónde están? La mejor manera para descubrirlo es sin lugar a dudas reactivando la energía en la nave y recuperando el control de los sistemas.

El avance es lento, pues el oficial de seguridad se muestra atento ante cualquier posible peligro, pero finalmente, todos logran llegar al puente sin mayor impedimento. El lugar está tan solo iluminado por el brillo de las estrellas y la luz que la nebulosa desprende.

Nadie les está esperando, ni encuentran signos de lucha. Simplemente no hay nadie allí. El oficial de seguridad, tras comprobar que todo está bien, sale de nuevo al pasillo a montar guardia, permitiendo que la primera oficial pueda trabajar con tranquilidad en los sistemas una vez la energía regrese a la nave. La doctora trata de ajustar el tricorder para poder localizar las formas de vida que detectaron desde la Corvus.

Todo está tranquilo y entonces, estalla el caos.

El inconfundible sonido de un faser disparando pone en alerta a los presentes. Un quejido de dolor llega hasta ambas mujeres, cuando el oficial de seguridad que les acompaña es impactado por un disparo. Su cuerpo queda flotando, sujeto tan solo al suelo por las botas magnéticas. El arma que apenas ha logrado llegar a desenfundar, flota a su lado girando sobre sí misma.

Por el final del pasillo, algo avanza hacia el puente. Resulta difícil saber de qué se trata, pues las esporas no reaccionan ante su avance. Aunque Prallax juraría que se trata de un ser con forma humanoide formado por algún tipo de sustancia de aspecto gelatinoso. En una de sus grotescas manos, porta de forma poco apropiada un faser que dispara en varias ocasiones. Aunque debido a su torpeza y el tamaño de su mano, los disparos se pierden logrando tan solo alcanzar uno al oficial de seguridad.

Una vez repartidas las tareas, ambos equipos se adentran en la nave y se separan en busca de cumplir con sus objetivos. Las comunicaciones con el exterior fallan por completo y tan solo en algunas ocasiones logran recibir algo de señal.

El avance por la nave resulta de lo más perturbador. Sumida en la oscuridad y sin una sola alma vagando por los pasillos, tienen la sensación de estar caminando por una nave fantasma. Lo único que logran encontrar en todo momento, son las esporas flotando libremente por la nave. Las cuales emiten una luz verdosa al pasar cerca de ellas, iluminando así su camino, pero volviendo a apagarse una vez se alejan unos pocos pasos.

El tricorder indica que ni las esporas ni la luz que emanan son nocivas. Se trata de algún tipo de radiación inocua, aunque de no ser así, los trajes que portan les protegerían igualmente. 

Al no poder tomar los ascensores, el camino se hace un tanto largo, pero todo se muestra tranquilo. Quizás demasiado...después de todo, se habían detectado formas de vida en la nave. La pregunta es...¿Dónde están? La mejor manera para descubrirlo es sin lugar a dudas reactivando la energía en la nave y recuperando el control de los sistemas.

El avance es lento, pues prefieren pecar de cautos en lugar de meterse de lleno en una trampa. Finalmente, el equipo logra llegar a la bahía de ingeniería, János no tarda en darse cuenta del caos que hay allí montado. Alguien ha manipulado todos los sistemas de la nave para hacer algo, aunque resulta imposible saber qué. La energía de múltiples sistemas ha sido desviada y amplificada para lograr algo que se escapa a su entendimiento. Al menos por el momento pues revisar todo aquello puede llevarle algo de tiempo.

No se ve ni una sola alma allí, todo se muestra sumido en el más profundo de los silencios. Todo está tranquilo y entonces, estalla el caos.

El inconfundible sonido de un faser disparando pone en alerta a los presentes. Un quejido de dolor llega hasta János y Mark cuando uno de los ingenieros que los acompaña es impactado por un disparo. Su cuerpo queda flotando, sujeto tan solo al suelo por las botas magnéticas.

Surgidos de la nada, aguardando agazapados en una zona oscura en la parte más alta de la sala, dos figuras se impulsan hacia el grupo alzando pistolas faser y abriendo fuego. Resulta difícil saber de qué se trata, pues las esporas no reaccionan ante su avance y la oscuridad reinante logra enmascararlos lo suficiente, como para no poder verlos con claridad, al menos de momento. Aún así, jurarían que se trata de dos seres con forma humanoide formados por algún tipo de sustancia de aspecto gelatinoso. En una de sus grotescas manos, portan de forma poco apropiada, un faser que disparan en varias ocasiones. Aunque debido a su torpeza y el tamaño de sus manos, los disparos se pierden logrando tan solo alcanzar a uno de los ingenieros.

Mark, debido a su intenso entrenamiento es el primero en reaccionar ante el peligro y poder defender al equipo contra aquellos misteriosos atacantes.

Nada asalta a las lanzaderas en su trayecto, ni naves enemigas, ni las misteriosas esporas que rebotan inofensivas en los escudos modificados de las lanzaderas. Lo que si persisten y se incrementan son los problemas en las comunicaciones, y la sensación tensa que siempre acompaña a la incertidumbre de enfrentarse a lo desconocido. En un punto intermedio entre la preocupación y la excitación Mark llega a los hangares de la Magallanes.
El desembarco se hace rápido, con profesionalidad. La comandante rápidamente asume el mando y reparte los equipos, con profesionalidad, y Mark esta gratamente sorprendido, no solo muestra seguridad,firmeza y experiencia, sino que sabe valorar las apreciaciones de sus subalternos. Finalmente recibe la orden de acompañar y escoltar al timonel a ingenieria junto al equipo de seguridad.
A sus órdenes mi comandante.
Nos vamos teniente júnior Császár?

Con el fáser en ristre y en posición de aturdir Mark espera a Janos para comenzar a avanzar con cautela hasta ingeniería.

Todo esta tranquilo, demasiado, no hay rastro de supervivientes. Eso alarma a Mark, pero no puede ver nada hasta que es demasiado tarde y caen en la emboscada. Un disparo mata a uno de los ingenieros, y dos humanoides, que por fortuna disparan con torpeza, como con armas que no fuesen suyas. Un gelatinoso escudo los envuelve.

En ese momento Mark reacciona, y mientras con el láser abre fuego sobre las dos figuras para dar fuego de cobertura al grupo, con voz firme pide al grupo que retroceda.

Atrás, es una emboscada,todo el mundo a cubierto!

La primera impresión del oficial Heralvsson es que el ingeniero ha muerto, pero las armas de las criaturas que les están atacando disparan también en modo aturdimiento. Aún así recibir un disparo directo no resulta para nada agradable, menos aún si eso te ha quedar a merced de algo que ha tomado el control de una nave de la federación.

Desactivando momentáneamente sus botas magnéticas, Mark se impulsa (gracias a la gravedad cero que reina en la nave) con un poderoso salto, hacia una gran carcasa que seguramente esos seres, han retirado de los sistemas de la nave para poder acceder mejor a los sistemas de energía de la misma. No se trata de una protección especialmente resistente, pero los materiales han sido diseñados para disipar el calor y la energía, al menos hasta cierto punto. Por lo que parapetarse tras ello es sin duda mejor que quedarse al descubierto.

Las botas magnéticas emiten un ligero zumbido al ser reactivadas y un suave sonido metálico al quedar de nuevo fijadas en el suelo. Mark, con una sola mano, aferra la carcasa que flota en la bahía de ingeniería, mientras que con la otra efectúa un certero disparo que impacta a una de las criaturas, provocando que emita un desagradable sonido que creen que puede ser resultado del dolor que siente. Su cuerpo sale propulsado de nuevo hacia arriba a la vez que suelta su arma y cae inconsciente.

La otra criatura, pese a su falta de habilidad con el fáser, parece conocer bien las capacidades del arma. Asumiendo que Mark es el más peligroso de los recién llegados, debido en parte a su gran puntería y su capacidad para reaccionar ante el peligro, decide que es él a quién debe de derribar. Pero al situarse tras una cobertura, la criatura modifica el haz del fáser para que su energía se concentre y así, crear un rayo capaz de penetrar el blindaje improvisado tras el que se refugiar el oficial de seguridad.

La torpeza innata de la criatura o más bien, sus grandes manos, le impiden disparar con precisión y el haz de energía golpea contra el suelo a dos metros de donde se encuentra Mark.

La falta de comunicación con la USS Corvus hacía que János se sintiera un poco abandonado, aunque la presencia de Heralvsson ayudaba a sentirse seguro. El camino a oscuras junto con las esporas brillantes, recordó al joven timonel las noches de verano en la tierra con esos insectos llamados luciérnagas, y pudo apreciar cierta belleza en la situación. 

Esa belleza se disipó al escuchar el disparo de un fáser y ver cómo impactaba en uno de sus hombres. Pudo reaccionar en parte gracias a las palabras de Heralvsson, y acto seguido buscó un lugar donde parapetarse mientras sacaba su arma. La primera oficial les había sugerido que pusieran los fáser en modo aturdir y así lo hizo János, que quería atrapar a sus enemigos con vida para poder interrogarles. 

Antes de parapetarse, János pudo ver cómo Mark abatía a uno de los seres mientras que el otro se abalanzaba contra él, por lo que por el momento estaría a salvo y no iba a necesitar ponerse a cubierto. Sintiéndose más tranquilo, János apuntó su arma contra el ser que quedaba en pie y respiro hondo antes de efectuar su disparo 

A medida que nos internamos en la nave tomo conciencia de la ciudadela fantasma que parece, lo cual le da un toque de terror y otro de adrenalina. Finalmente en el puente me sorprendo al ver que no hay nadie allí, al parecer la idea de que se han ejectado hacia la superficie del planeta es más factible de lo que parecía.

Inmediatamente me pongo manos a la obra tratando de comenzar con las tareas que nos ayuden a recuperar los escudos. De pronto, una de las formas de vida hace acto de aparición y su apariencia es más desconcertante de lo que podría definir, en el proceso aturde al oficial de seguridad.

-Alto -vocifero -Venimos a ayudar, no dispare -intento aclarar pero el ser dispara repetidamente. Odiaría que este fuera el primer encuentro con una nueva especie, pero al parecer no lo es porque sabe disparar un fáser, o eso deduzco.

Me veo obligada a disparar para que el oficial de seguridad no agrave su condición, luego trataré de meterlo dentro del puente.

La violencia de la que hace gala aquella criatura, por suerte, no va acompañada precisamente por una gran destreza marcial. Tampoco se muestra receptiva a escuchar las palabras de la primera oficial, por lo que la única opción que la deja a la Trill, es disparar.

Su disparo cruza el pasillo, disipando a su paso la oscuridad que reina en la nave. Un grito o más bien, un sonido desagradable y extraño resuena cuando el haz de energía le impacta y lo arroja flotando hacia atrás, hasta que golpea finalmente contra una pared.

Prallax está segura de haber visto cómo suelta el arma al ser impactada, pero la oscuridad que vuelve a reinar la impide ver si el disparo ha sido más que suficiente como para acabar con la criatura o si aún continúa moviéndose. El silencio reina en la nave, tan solo interrumpido por el sonido de su propia respiración.

La doctora que la acompaña, aprovecha la ocasión para desactivar las botas magnéticas del hombre herido y arrastrarlo hasta el interior del puente. Un sonido, lejano e imposible de saber de si se trata o no de algún otro enemigo, es escuchado por la primera oficial.

-Solo está inconsciente, primer oficial. Sus constantes son estables, despertará en unos minutos.

La doctora revisa los sistemas de soporte vital del traje del hombre herido y evalúa su estado. Prallax puede apreciar cómo la doctora respira aliviada al descubrir que vivirá. La idea de perder a alguien de la tripulación la estaba torturando.

-¿Cree que habrá más de esas cosas? Y lo más importante...¿Cree que ha logrado acabar con ella?

La oscuridad reinante, rota tan solo por las linternas acopladas en los trajes de la valiente tripulación de la Corvus, ayuda en gran medida a que el combate se torne más complicado de lo normal. La criatura, la cual en ocasiones resplandece con hermosos brillos multicolor, es capaz de apagar toda su luz para quedar envuelta en casi una oscuridad total.

Se trata de un ser de aspecto extraño, pese a que es humanoide no posee un rostro. En lugar de ello hay algo en la cabeza que les recuerda vagamente a la cabeza de una medusa de la tierra. El resto del cuerpo, es algo viscoso y blando. Claro que no disponen de apenas tiempo para fijarse con mayor detalle, pues la criatura vuelve abrir fuego, salvo que en esa ocasión dispara a János al ofrecer un blanco mucho más sencillo.

János apoya todo su peso sobre la pierna y se impulsa hacia un lateral, logrando esquivar el disparo que sin duda buscaba alcanzarlo en el pecho. La criatura continúa descendiendo, sin preocuparse lo más mínimo en buscar cobertura alguna. Ofrece un blanco fácil, pero la oscuridad y los nervios pueden jugar una mala pasada a los héroes de la confederación.

Los reflejos del entrenado cuerpo de Mark son claves en su reaccion, tras aparrtarse y conseguir cubrirse con un trozo de fuselaje a modo de improvisado escudo logra devolver el fuego y neutralizar un enemigo. El restante modifica el haz de su faser y por fortuna falla al disparar a Mark. Le llena de confianza ver como el timonel, lejos de quedarse pasmado se cubre y le da fuego de cobertura, aunque sin acertar al enemigo.
Decidido a evitar más daños colaterales y asegurar la posición Mark, aún cubierto avanza un par de pasos disparando su faser aun en posición de aturdir.

En caso de neutralizar al enemigo se acercara con producencia a los cuerpos caídos y apartará los faser lejos de los aliens para después recogerlos cuando confirme que no queda nadie mas en la sala . En caso de que allá más oficiales de seguridad disponibles con el les pedirá que inmobilicen y vigilen a los aliens mientras el termina de asegurar la sala. En caso de que no asegurara la sala, y después los inmobilizara él.

En caso de no derribar al enemigo, aguantara la posición esperando atraer la atención para que Janos pueda acabar el trabajo.

Experimento el mismo alivio de la doctora al ver que el oficial solo está aturdido e inmediatamente mi preocupación se traslada a los ruidos que oigo a lo lejos y a la imagen de esa gran y amorfa sombra a la que le disparé. -No creo, debo haberla aturdido -manifiesto con sinceridad. -Doctora, no tengo idea de qué era eso, pero si hay más no tardarán en venir hasta aquí. Tengo que constatar que el ser esté noqueado -explico y me dirijo hacia la puerta -Permanezca aquí y dispárele a todo lo que vea que le resulte sospechoso. Enseguida vuelvo.

Salgo al pasillo en busca del ser que acabo de aturdir.

Envueltos bajo un manto de oscuridad, tan solo la luz de sus linternas y los brillantes haces de energía de los Fáser les permiten vislumbrar lo que acontece a su alrededor. Los intercambios de disparos resultan tan rápidos como tensos. Un miembro de la tripulación yace inconsciente y los disparos de los enemigos buscaban acertar a nuevos miembros de la federación. Por suerte, las duras horas de entrenamiento dan sus frutos para los jóvenes oficiales, quienes con gran maestría se logran refugiar y devolver el fuego con gran puntería.

El último enemigo, al menos el último que pueden ver y que continúa en pie, es acertado en el pecho por un preciso disparo del ex-jefe de seguridad. La criatura no emite sonido alguno, simplemente detiene su descenso hacia el equipo de rescate y sale disparado hacia el techo de la bahía por efecto del disparo. Su arma cae lejos de él y su cuerpo finalmente choca contra el techo, donde permanece inconsciente...al menos en apariencia. No muy lejos de su posición, se encuentra también la otra criatura que han ayudado a derribar.

Actuando tal y como les dicta el protocolo, aseguran la estancia y con gran alivio, comprueban que no hay más enemigos en los alrededores, momento que aprovechan para ver a qué se han enfrentado. Desactivando las botas magnéticas, se impulsan hacia el techo con los fáser preparados por si deben de volver a abrir fuego. Una vez llegan a lo más alto, con una elegante voltereta, posan los pies sobre el techo y reactivan las botas magnéticas.

Ahora por fin pueden ver bien a las criaturas  y resultan ser realmente extrañas. El lugar donde se encuentra su cabeza, está ocupado por algo tremendamente grande de aspecto gelatinoso y transparente, que en ocasiones se ilumina con tonos azulados. Al principio no logran comprender bien qué es lo que están viendo, hasta que a acercarse e iluminarlos se dan cuenta de lo que está pasando.

Lo que están viendo es, a falta de un término mejor, una gran medusa similar a las que habitan en los océanos de la tierra. Salvo que se encuentra pegada y envolviendo por completo a un ser humano, que porta el uniforme de la federación. ¡Se trata de un miembro de la Magallanes!

La medusa se ha pegado a su rostro y extendiendo sus largos tentáculos, ha cubierto por completo el cuerpo del oficial de la flota estelar. Aquella extraña criatura, unida al oficial, actúa como un simbionte del cual al menos por el momento, resulta imposible de separar.

La otra criatura es exactamente igual, otra medusa que se ha aferrado a un miembro de la Magallanes y ha usado su cuerpo para sus propósitos.

Mark comprende a la perfección lo que algo así puede suponer para la seguridad de la federación. János por su parte, no tarda en percatarse de que el trabajo realizado en la bahía de ingeniería, o más bien, el caos reinante que han montado allí, ha sido desarrollado por manos poco expertas. Las medusas controlan los cuerpos de los miembros de la federación, pero su simbiosis no es perfecta y parecen tener problemas para poder operar con la precisión apropiada. Algo que se puede deducir también por la forma tan sumamente torpe con la que disparaban.

Gracias a la buena puntería y experiencia en combate de Mark Heralvsson, pudieron reducir a sus atacantes y descubrir la horrible verdad de su identidad. Unas especies de medusas parásitas habían tomado el control de los miembros de la Magallanes y desconocían la manera de separarlas de sus "huéspedes" - No sabemos si hay más medusas de esas sueltas, así que sugiero que nos pongamos el casco para no estar tan expuestos. Dijo el joven János mirando en todas direcciones por si alguna de ellas hacía acto de presencia. - Ya sabemos por qué detectábamos vida dentro de la nave. Ahora tenemos que descubrir cómo liberar a los compañeros de la Magallanes. Tenemos que terminar cuanto antes nuestra misión para tener toda la ayuda posible de la Corvus, ¡Vamos! 

Tras comprobar que no hay más enemigos, al menos en la bahía de ingeniería, el ingeniero que aún queda en pie se encarga personalmente de cerrar las compuertas. De esa forma espera evitar que nuevas criaturas los tomen por sorpresa, eso contando de que haya más en la nave.

Las dos criaturas capturadas, son inmovilizadas por los miembros de la flota. Pero algo curioso comienza a suceder alrededor de ambas medusas. Las esporas se arremolinan alrededor de las criaturas y emiten una brillante luz verdosa. La conclusión a la que logran llegar, es que las medusas y las esporas forman parte de un mismo ecosistema. Las esporas absorben energía y la transmiten en forma de radiación a las medusas, las cuales parece que utilizan para sanarse. Al menos es lo que parece por la rapidez con la que despiertan. Por suerte, un par de nuevos disparos fásers son suficientes para dejarlos una vez más inconscientes.

-Teniente...  -Informa el ingeniero que permanece en pie, un humano joven (quizás demasiado) de cabello rubio y rizado y de ojos grandes e inquietos.    -Tengo dos noticias, una mala y la otra, bueno, quizás buena. La mala es que no tengo ni idea de lo que pretendían hacer con la nave. Han derivado energía de una gran cantidad de sistemas, pero para descubrir lo que pretendían tendría que revisar todo. Eso me llevaría varias horas...como poco. La buena es que creo que puedo restablecer la energía. Pero sin saber a ciencia cierta qué sistemas han sido manipulados, puede que al reactivar la energía pasen...eh...cosas malas, señor.

El ingeniero se ve claramente superado por la situación. Podría realizar reparaciones sin ningún problema, pero la manipulación a la que han sometido a la Magallanes es abrumadora. Nada está donde debería y la bahía de ingeniería se encuentra plagada de conexiones que no deberían de estar ahí.

Como oficial al mando, János es quién debe de tomar la decisión final. Las criaturas que han capturado deben de ser puestas en cuarentena cuanto antes, por otro lado, la doctora puede que logre estudiarlas para así, separarlas de los miembros de la federación a los que se han unido. También recae sobre sus hombros la responsabilidad de tomar la decisión de si deben o no reactivar la energía. Claro que él mismo puede tratar de analizar la situación para obtener una mejor visión del problema.

La situación parecía más complicada a cada momento, y encima ahora se enfrentaba a su primera decisión importante en la que tanto su equipo como los miembros de las dos naves podían sufrir si se equivocaba. Durante unos segundos que le parecieron eternos, János pensó en las distintas opciones que tenía y finalmente pensó en una tercera posibilidad que estuviera entre medias. - ¿Cuanto tardaría en reparar las comunicaciones? Preguntó al joven ingeniero esperando que pudiera hacerlo rápido para ponerse en contacto con las Corvus o por lo menos con Prallax para comentárles la situación.

Tras otro intercambio de disparos ambos enemigos caen. Tras retirarles los fasers procedió a bajarlos e inspeccionarlos mientras Janos ponía al equipo a trabajar. No eran alienígenas desconocidos, o al menos no totalmente, esas horribles medidas estaban unidas como parásitos a oficiales de la flota. Eso explicaba porque estos seres manejaban armamento de la flota. Un escalofrío recorrió la espalda de Mark. Si esto se extendía fuera de esta nave, seria un seria amenaza para la Federación o incluso su fin.

Justo cuando se disponía a hablar con Manos vio como se arremolinaban nubes de esporas alrededor de los cuerpos y como estos se reanimaban. Por suerte sus hombres reaccionaron rápido y neutralizaron de nuevo a sus seres.

En ese momento ingeniería acude y comenta que la nave a sido modificada y no conoce el resultado si lo reactivase.

A mark le parece un error, la prioridad debería ser reestablecer comunicaciones y fijar una zona de cuarentena y destruir la nave para contener la invasión.
Por suerte Manos demuestra que no solo es un gran timonel, sino que razona y pregunta si es posible reestablecerlas.

Debería ser nuestra prioridad, tenemos que avisar a la ciencia para que establezca una zona de cuarentena en el sector. Y que contemplen la posibilidad de destruir la Magallanes, no podemos permitir que estos seres lleguen a la Federación.
Tengo algunos conocimientos de ingeniería,como puedo ayudarle Ingeniero?

La juventud e inexperiencia de los jóvenes ingenieros, unido a la amenaza de las criaturas y a que uno de ellos ya ha caído, impiden que logren centrarse adecuadamente en su trabajo. No están preparados para tareas así, mucho menos en una nave que ha sufrido tantas modificaciones y realizadas todas de una forma tan abrupta y rápida.

-Toda ayuda será  bien recibida, necesitaríamos saber qué es lo que ha sucedido aquí para saber si es seguro o no reactivar la energía. Eso podría llevarnos horas, a no ser claro, que posea conocimientos que ayuden a suplir la perdida de nuestro compañero. Él era el experto que iba a llevar el peso de las reparaciones, nosotros eramos más bien el personal de apoyo. Respecto a las comunicaciones, no somos capaces de restablecerlas. Las esporas crean una especie de campo de distorsión, no sabemos cómo poder superar esa barrera.

János y Mark llegan a la conclusión de que si desean poder resolver cualquiera de los dos problemas que tienen, van a tener que tomar cartas en el asunto y hacerlo por ellos mismos. El equipo de reparaciones no está preparado para manipular tantos sistemas a la vez y se encuentran inseguros sin su jefe y más aún, después de lo que acaban de ver en lo referente a las criaturas.

Aquel es su momento para lucirse, ninguno de los dos está preparado realmente para ninguna de ambas tareas. Pero para llegar a convertirse en los primeros de sus respectivas promociones, se vieron obligados a tocar todos los campos y convertirse en verdaderos expertos. La presencia del jefe de operaciones en la Magallanes habría ayudado en gran medida, pero el capitán tenía otros planes para él, por lo que ahora depende únicamente de ellos.

Por otro lado, siempre pueden regresar a la Corvus para pedir instrucciones. ¿Cuál será la decisión que tomen finalmente?