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Armería

Aunque las armas se guarden principalmente en la armería de la nave, ésta posee un total de catorce puestos diseminados por todas las cubiertas. La armería se utiliza para lanzar los torpedos fotónicos y puede usarse para disparar los cañones fáser de pulso. La armería también fue originalmente configurada para utilizar torpedos nucleares.

Dos tubos de lanzamiento y torpedos fotónicos al centro          Baterías de cañones fáser de pulso

Unger abandona el puente y con ello todo el gentío que tanto le desagrada. Sin demora visita la armería por primera vez desde la última misión y distingue los cambios.

Algunos sistemas ha sido mejorados pero todo es más o menos igual. En cambio sus muchachos se encuentran realizando prácticas de tiro al blanco porque otra cosa para hacer no tienen aparte de las rondas estipuladas.

La misión anterior fue un trabajo sin igual para los MACO, pero ahora la paz reina en la nave y con ello la oportunidad de aceitar las habilidades de los militares.

Dio un par de pasos nada más. Se cruzó de brazos, y con estos al pecho, observó todo lo que hacía los hermanos que allí habían. De paso, calculó los que eran y las rodas que en este momento estaban desplegadas.

Miró a los tiradores. Se fijó muy mucho en los que demostraba una puntería especial, y si cometían algún tipo de falló, para mejorar aún esa habilidad. Tras eso, hizo lo propio con los que peores resultados estaban teniendo. Podía ser por muchas cosas, ya que no solo existía la posibilidad de mala puntería. Podía ser una deficiencia en la visión, en los elementos de puntería, en las posturas y régimen de respiración del disparo. O incluso desidia. Había gente que más que disparar, se dedicaban a hacer ruido para pasar el rato; sin fijarse realmente que hacen; sin realmente aprovechar las sesiones de adiestramiento.

Cuando Unger se encontraba corrigiendo el entrenamiento de puntería y tiro al blanco, un llamado directo del puente llegó a la armería.

Es el comandante Jankowsky, quien busca al sargento Urmoz.

- Chicos, empezó levantando la mano y agitándola en el aire sobre su cabeza, a trabajar.

- 7, equipados para el combate conmigo, libres de servicio, y sin rondas pendientes. Dejó dos minutos para que se preparasen y organizaran. Tras eso, empezó a andar por el pasillo, a su paso habitual, con sonoras pisadas, y con el fusil de francotirador de su viejo mentor, el comandante Silky, a la espalda. A parte del equipamiento reglamentario, que siempre portaba puesto y encima.

Por el camino empezó a explicar: - Un diplomático viene con un mensaje, pero todo el mundo desconfía de él. 2 Se van a encargar de las inspecciones personales, que serán exhaustivas. No le pienso meter el dedo en el culo para estar seguro de que no escuende nada, ... pero casi. Se giró y sonrió a los soldados, pero sin dejar de caminar. - Dos van a ser el apoyo de fuego, que van a  tener encañonados a inspeccionados y el resto, vigilará tanto otros tripulantes y acompañantes del diplomático, como la seguridad de zona.

Y aclaró: - Yo supervisaré los movimientos y reacciones de los inspeccionados. Luego nos dividiremos, para escoltar, con ayuda de una ronda, a la comitiva, y los que queden conmigo, revisaremos la nave entera, por si hiciera falta. Si se nos resisten, usaremos la fuerza de manera proporcional.

Imaginaba las risas de los soldados con su último comentario.

Comunicador en mano, estrujado como si fuera un peluche ordenó: - Ronda zona hangar, modifiquen su ruta, para en un momento dado, estar en la zona de embarque y ayudar a una escolta o una posible intervención de ser necesario. No se dejen ver en ningún momento, hasta iniciarse la escolta o hasta ser preciso. Si hay disparos intervención; si se ordena, aparezcan. Tiempo estimado de reacción no mayor a 8 segundos. Y cortó comunicación.

Los hombres que le seguían pudieron escuchar su poco amigable voz: - ¿Alguna duda?

El equipo de Unger asiente al detallado plan del sargento, que sin dejar nada suelto al azar.

Y solo cuando ninguna duda surca el aire es cuando el equipo comienza su caminata hasta la bahía de las lanzaderas y allí esperar por la capitana para dar el recibimiento al pez gordo.

Las patrullas mediante la notificación se pusieron a una distancia no mayor a ocho segundos de ellos, con la finalidad de obtener la mejor respuesta ante cualquier inconveniente armado.

- Personal MACO reagrupándose. Listo para entrar en acción a la orden.

Sabía que no todos estaban allí, pero también sabía que los que no habían llegado, eran los de las rondas, y se le podía ordenar reorientarse de inmediato.

- Solicito instrucciones. Esperaba no tener que enfrentar otra vez a aquello lagartos. Si piel era muy dura y no tenían un buen sabor al masticar.

- Nos hemos leído la mente- contestó al primero, pues la posibilidad de un abordaje tras la experiencia anterior era algo que tenía muy en cuenta- Señor Urmoz- accionó el comunicador- disponga a sus hombres por la Excalibur, que estén listos para un posible abordaje. En esta ocasión se tratarían de klingons.

Con las novedades de la capitana los demás MACOs se reportaron a la armería y aquellos que estaban de ronda lo hicieron por el comunicador personal.

Formando línea y con el equipamiento preparado aguardaron las ordenes del sargento ya que aun la nave no había entrado en combate estelar ni había amenaza de abordaje inminente.

Usando viejos modales respondió parcamente: - A la orden de usía.

Tras cortar la comunicación dio un sonoro puntapié a un arcón de municiones que lo desplazó unos palmos hacia delante.

- Hermanos despliegue por parejas, como en las patrullas, pero vamos a tomar posiciones fijas de seguridad. 6 Rondas, un grupo de intervención de 4 en el hangar de lanzadera y otro grupo de intervención aquí de apoyo. Armas en letal. Ellos no vienen a hacer amigos. Si quedan heridos y no mueren, ya veremos que hacer con ellos, pero sutilezas las mínimas. Cada uno por lo menos con 3 granadas. Y los despidió como siempre: - Suerte y tiento hermanos.

Él fue el último en hacerse con esos explisvos de mano.

- Señor Urmoz... tenemos a bordo un shelat- indicó al sargento MACO a través del intercomunicador personal que portaba

- ¿Posición y órdenes?

- Señor Urmoz, el shelat se encuentra en la bahía auxiliar de lanzaderas, localícelo y arréstelo para interrogarlo.

¿Qué hace a bordo de la nave una bestia del planeta Vulcano? ¿Cómo llegó es otro asunto importante? Y no es una bestia de guerra que usen los klingon precisamente.

La bahía de carga auxiliar sirve para estacionamiento de las capsulas de examen exterior de la nave. Son como pequeñas lanzaderas biplaza cuya única alcance es limitado.

Entonces Unger se dirige allí con su grupo, listos para la acción.