Partida Rol por web

El camarote de la capitana.

 

La embajadora se encontró con una habitación ordenada y limpia, donde se exibían varios objetos los cuales era difícil que pasaran desapercibidos.

En las estanterías destacaban varios libros impresos en papel, las ediciones coleccionistas del Sabueso de los Baskerville, Drácula y Don Quijote de la Mancha. Al lado se encontraba una espada colgada en la pared perteneciente a la familia de Alba, dicho objeto denotaba antiguedad y parecía bien cuidada y lista para ser usada. Cerca del escritorio de Cristina, entre algunas fotos familiares y otras de la antigua tripulación de la capitana como primer oficial al mando del capitán Kane. También se podía apreciar un mapa de la Europa del siglo XVI, correspondiente con el máximo apogeo del imperio español, dicho objeto se encontraba perfectamente enmarcado.

Además de todo aquello, se podía observar colgada en una percha una bufanda extralarga de colores, que nunca se la habían visto puesta a De Alba, pero que sin duda debía de gustarle por la posición que ocupaba en la habitación, apartada del trasiego pero a la vista. El otro objeto que también chocaba con el entorno en general que transmitía el camarote de la capitán era un pequeño despertador con una extraña forma, una especie de cabina azul que mostraba la hora.

       

Pero lo más destacable, sin duda alguna era el cuadro que se encontraba presidiendo la estancia, se trataba de un retrato de un hombre ataviado de militar español del siglo XVI, cuya mirada penetrante parecía clavarse en todo aquel que osaba molestarlo, no hacía falta mucho para darse cuenta de la similitud de mirada del individuo con la de Cristina.

El retrato rezaba el siguiente nombre Fernando Álvarez de Toledo y Pimentel, Gran Duque de Alba.

Aparte de eso también hay  una taza de té rota junto a la puerta.

_{La situación ha empeorado en la Excalibur debido al compromiso emocional de la Capitán De Alba al denegar el apoyo Vulcano tras haber estado al tanto de la Misión suicida que la misma Flota Estelar dictaminó.}

_{Se ha enviado a una Andoriana para que sirva de apoyo con sus habilidades, no obstante, se sabe que hay espías dentro de la tripulación y pocos saben que en este preciso instante se debe viajar Wolf 424 recibir indicaciones ahí por parte de un tercero (codificado) para dirigirnos a pleno corazón Romulano. Declarando así, la calidad de la misión y el riesgo de todos los que en la misma viajan.} 

_{Solicito directivas para mis futuras acciones.} 

_{Erika Schmidt.}

La Excalibur al encontrarse tan cerca de la Tierra permitió que el mensaje llegara rápidamente y fuera respondido de igual manera.

El canal codificado para tal propósito se mantenía estable y seguro.

- Recibido. Estamos al tanto de la Embajadora y sobre el espía no hay información viable. Tenga cuidado. Aguarde instrucciones según comunicación prevista. -

El mensaje de vídeo cuyo interlocutor se encontraba camuflado por las sombras del despacho y la voz como de costumbre también estaba alterada para seguridad del emisor. Todo indicaba que la comunicación continuaba vigente para la madrugada.

Una vez que recibió el mensaje, apagó el ordenador con la intención de centrarse en otra cosa mientras espera al vulcano. 

Por esa razón, tras dedicarle una dulce mirada al cello que allí descansa, se incorporó no sin antes abrir uno de sus cajones para coger el frasco de píldoras, tenía que mantener su mente en cero para el encuentro con el Oficial Científico.

Una vez que la pastilla desapareció de su boca, sacó el instrumento de su estuche y comenzó a tocar Winter de Vivaldi, una oscura pieza que denota furia, intensidad y bastante tensión. 

Justamente lo que en verdad habita en el interior de la Comodoro, lo que no puede expresar o permitir manifestar. Ese lado oscuro que la luna no se atreve a mostrar, el mismo que comparte Erika.

Cristina dió pasó a la embajadora con amabilidad, dado que su despacho estaba ocupado, el lugar que mejor Le permitía tener una conversación privada era su camarote. De Alba mantuvo una ligera sonrisa a la andorrana pese a la preocupación que la embargada, su deber como anfitriona era procurar que la piel azul estuviese cómoda, además solían gustarle más los andorianos que los vulcano... A pesar del incidente con su antigua oficial táctica. No obstante cuando la capitana cayó en la cuenta de los fragmentos de taza se sintió muy azorada.

- Disculpe... Ha debido de caerse...
- dijo recogiendo rápidamente los fragmentos y arrobándolos a la papelera. —Siéntese por favor...-Le indicó-[B]tenemos poco tiempo y mucho de que hablar-anunció tomando asiento frente a ella

mm, una espada familiar, la idealización de un ancestro militar que expandió un imperio a sangre y acero, y una tasa rota, mm, a mí más me parece que estoy en el camarote de la capitana de una nave klingon que otra cosa... 

Ciertamente es un recordatorio de lo que esta raza puede ser, los humanos serán más difíciles de aliados que lo que esperaba.  Y pensar que yo quiero una Federación.  ¿Estas segura, Shirrazz? 

Gracias Capitana, creo que lo mejor será oir la comunicación encriptada.  Mire que pasar por muerta allá en nuestros sistemas no fue fácil.  Bastante tejemaneje de espías y noticias.   Oigamos que nos tienen que decir los almirantes. 

Tras unos minutos Sirril llegó al camarote de la comodoro llamando a la puerta.

El sonido del cello se filtró por aquel pasillo mientras el Vulcano llama a la puerta, era Winter de Vivaldi esa composición tan oscura y muy bien ejecutada por la precisión de Erika que generaba una dulce sensación de que ella misma era la melodía, ese desgarro interior que oculto entre las sombras, ahora se refleja sin más. 

Sólo que el sonido de aquel llamado alertó a la Comodoro que tras darle un ajustado final a la obra de aquel autor, dejó el cello apoyado sobre su cama mientras se acomodaba el uniforme. Ya adoptando una actitud más determinante, como si volviese a ser la misma de siempre, se encaminó hacia la puerta y tras abrirla sonrió de lado. 

- Oficial.-  saludó. - Adelante. -  te invitó a pasar. 

Una vez que Sirril se adentró, dejó un suspiro escapar de sus labios mientras te invita a sentarte. Tenía para elegir la silla o la misma cama, daba igual. Lo que estaban por tratar era algo meramente privado y no se podía hablar en cualquier sitio, siendo un punto muy fuerte el estar en un camarote los dos para ello. 

- Tenemos que hablar de muchos asuntos, algunos muy importantes y a tener en cuenta. Por eso la privacidad. - aclaró, sin negar que disfrutaba de ello también. 

De Alba, tras escuchar a la embajadora le respondió.

- Señora zh´Irin- procuró pronunciar correctamente el apellido para no ofenderla- me temo que no puedo mostrarle ningún mensaje, puesto que la misión que tenemos por delante es de alto secreto y por esa razón dicho mensaje se ha autodestruido- la miró unos segundos a los ojos serena, Cristina era consciente de la gravedad del asunto pero también lo era de que debía actuar con sangre fría a partir de aquel momento- Voy a ser breve puesto que el tiempo corre en nuestra contra y tenemos que ponernos en movimiento- entrelazó los dedos de la mano para proseguir muy seria con la narración de los hechos-Vamos a adentrarnos en territorio romulano para descubrir el peligro que se está gestando a nuestras espaldas, la red de espías andorianas es quien nos han dado el aviso. Se me ha prohibido por motivos de seguridad, revelar los pormenores de la misión, tanto usted como la comodoro Erika Schmidt, nos han sido enviadas para ayudarnos en la consecución de la misma. Además, he sido informada de que a bordo de la Excalibur hay un traidor y debemos desenmascarlo. 

Bien, entiendo.   Y entonces a mi me ocultan los secretos también. 

Pues entonces le debemos platicar el vulcano Sirrin y yo lo que soñamos lúcidamente hace no mucho.  Sueño colectivo, al parecer fue. ¿Él ya les informó?  

En todo caso, podría contarles mi parte del sueño, o casi toda, por lo que debería ser para su staff de confianza, en el que seguro está la espía, pero bueno, no habrá manera de desenmascararla tan fácil.   Como andoriana podemos descubrir espías, -movió sus antenas- pero los servicios secretos de enemigos y aliados, al ya saber nuestras capacidades, han desarrollado contramedidas, como bien sabrá.   En todo caso, apúnteme a la oficial encargado de ello y me dirigiré a apoyarla. 

Cristina enarcó una ceja cuando la andoriana le dijo lo del sueño colectivo, no tenía ni idea de lo que era eso.

-Me temo que el señor Sirril no ha tenido tiempo de informarme sobre el sueño colectivo, si tuviera usted la bondad de hacerlo, le estaría muy agradecida. Con respecto a lo de mi staff de confianza... - para que negarlo, ninguno de sus oficiales contaba con su plena confianza, habían pasado muchas cosas y Cristina había aprendido que debía caminar sola, no había nadie que la comprendiera o quisiera conocerla y por tanto, debía ceñirse a lo estrictamente profesional con respecto a sus oficiales y el resto de su tripulación - he de decirle que la relación de mis oficiales se ciñe a lo extrictamente profesional, por lo que en todo caso serían los oficiales de mayor rango los que podrían escuchar el contenido de ese sueño. Debo añadir, que mi primer oficial va a permanecer al margen del mensaje del almirante y que tan sólo la comodoro y yo estamos al tanto.

Shirrazz sonrió, esto era lo que le gustaba de los humanos, la permanente confusión interna que daba lugar a debate, reflexión y aprendizaje interior.  Tendría que ver con la estructura bi-hemisférica de su cerebro seguramente.

Bien pues, llamemos al vulcano.  Esto lo deben oír en conjunto, pues es acertijo de muchas piezas.

Dígame si es bueno momento para hablar de ello; no quiero interrumpir lo táctico, pero esto quizá nos revele muchas cosas de nuestro quehacer en las esferas del espacio del ave de dominio y rapiña.   -La imágen que los andorianos usaban para hablar del imperio Romulano.

Puedo esperar aquí o donde usted me indique, capitana. 

El vulcano entro cuando la comodoro abrió la puerta, Sirril se sorprendió al comprobar que el sonido potente y elegante que emanaba del camarote era producido por la propia comodoro.

Toca usted muy bien, no sabía que tenía aficción.

Tras aquello Sirril espero a que Erika tomara asiento para hacerlo él en la silla manteniendo la distancia que el protocolo marcaba.

¿Que sucede?

Sonriendo asintió mientras se sienta en la cama junto al cello negro que se encontraba apoyado sobre la misma. Siempre mostrando una actitud determinante, pese a lo distendida que se encontraba ante la privacidad de su camarote.

- Hay muchas cosas que no sabe de mi, Oficial. - respondió mirándolo a los ojos. - No es necesario que cumpla los protocolos, puede relajarse aquí ya que es una reunión algo íntima. - aclaró dibujando una sonrisa. 

Al notar el interés de Sirril en saber, dejó un suspiro escapar de sus labios y comenzó a explicar. 

- La Capitán rechazó el apoyo de los Vulcanos para que la Doctora Walker siga en la Excalibur, sabiendo que nos han enviado a una misión suicida dónde ni siquiera hay posibilidades de salir con vida. Ahora tendremos que ir solos siguiendo el trayecto que nos llevará al corazón Romulano con un armamento especial sin apoyo de nadie.- explicó manifestando seriedad en su rostro.

- Está comprometida emocionalmente, no he logrado hacerla cambiar de parecer y lo peor de todo esto... Es que rechazar las fuerzas Vulcanas solo genera más mella y diferencia de la que existe. - terminó por decir, esperando alguna respuesta de Sirril.

Cristina asintio ante la propuesta de la andoriana, debían de partir lo antes posible y tenía que saber que era eso de sueño colectivo.

-Si usted se encuentra cómoda en mi camarote, será un honor que espere aquí, pero si desea que le prepare una habitación, dígamelo-ofreció a la embajadora, dejando que eligiera el lugar donde se encontrara más confortable

Si claro, gracias por la confianza.  Avíseme donde nos reuniremos e iré para allá al instante.  -se refrescaría un poco, pidiéndole al replicador una muda de ropa adicional.  Debía cambiarse del outfit diseñado para hipersueño.   Siendo 2nda femenina tenía un instinto natural al ir bien vestida a toda reunión.  En cambio, las 1eras femeninas tendían a interesarse poco en eso, a menos que fuera en la confluencia de lunas, y los masculinos, pues nunca.  Eso explicaba que de los tres géneros en Andoria, las fuerzas diplomáticas estuvieran mayoritariamente ocupadas por las zh'. 

- Mientras le preparan una habitación, puede quedarse en mi camarote y asearse, tengo muda limpia de ropa en el armario que quizás sea de su agrado o puede utilizar el replicador.- Le señaló el armario, Cristina era una mujer y por instinto sabía lo que otra mujer, fuese de la especie que fuese, necesitaba - Para ocasiones especiales suelo utilizar vestidos largos- Le aclaró, Cristina solía tener buen gusto a la hora de vestir, además gustaba de utilizar vestidos de distintos estilos, ya fueran ajustados, formales e inclusos similares a los que se utilizaran en la tierra en el siglo XIX, pero lógicamente adaptados a su siglo.-Por favor siéntase como en casa,en seguida vuelvo- De Alba le otorgó la confianza necesaria para que la andoriana dispusiese de sus aposentos con libertad mientras buscaba al vulcano y le preparaban su propio camarote, al fin y al cabo era el mejor sitio donde podía dejar a Shirrazz

Sirril hubiera sonreído ante el primer comentario de la comodoro si no fuera un vulcano. Un vulcano no se relajaba o no conocía el significado de una conversación disentida.

No me extraña que la capitán haya rechazado la ayuda, si algo se de los humanos es que son tan orgullosos o más que los vulcanos y pecan de aquello que atribuyen a mi pueblo. ¿Que se supone que debemos hacer con ese armamento?
y ¿porqué piensa que la capitán esta comprometida emocionalmente?

Erika parecía nerviosa o frustrada de alguna forma quizá por eso busco el refugio de su camarote y la música en busca de la serenidad necesaria.

- No debería ser así, considerando que usted aquí es quien salva a la Excalibur gracias a sus ingeniosas ideas. No debería ser tan ciega, el problema radica en su odio hacia tu raza, lo que me lleva a preguntar: ¿Que ha pasado con ella en la misión anterior? ¿Has tenido algún enfrentamiento con la Capitan? - preguntó curiosa. 

Luego suspiró ante la pregunta, al margen de ser Comodoro, Erika era psicóloga. Llevaba años analizando a los miembros de la tripulación, esto no era una sorpresa.

- Muy simple, cuando tomas decisiones desde las emociones, difícil es que el razonamiento fluya con naturaleza y que el resultado sea eficiente. Somos Oficiales, tenemos protocolos y formas que cumplir. - aclaró y sigue. - El odio hacia quien no está de acuerdo con ella, la sobreprotección hacia Walker, los eternos conflictos con Mukjerhee, las malas decisiones, suman detalles que no podemos obviar. Ni hablar de cómo trató a Turak, despreciando por completo su ayuda con una necedad que no tiene parangón. - explicó. 

- Llevamos armamento para destruir todo, pero nadie sabe que siquiera lo tenemos. Es confidencial, por eso supongo que el Viceministro se personó aquí, para llevarse a su hija y evitar que muera. - respondió mientras escuchó a De Alba, podría esperar un poco.

Sirril permaneció pensativo durante unos instantes.

No tuve ningún enfrentamiento con la capitán en la pasada misión, pero desde el incidentedijo en alusión al clon nadie en esta nave a vuelto a fiarse al 100% de mi, en especial el primer oficial. Es típico de los humanos,
juzgar en base a conjeturas y no en hechos.

Entiendo por lo que dices que se tiene la certeza, de que el ataque a la tierra proviene de los romulanos y que estamos en guerra. Aún así todo esto me parece demasiado precepitado e impulsivo pero no conozco los detalles

El comunicador de ambos resono con el llamamiento de la capitana para que se personaran en el puente.

Parece que nos reclaman, si realmente piensa que la capitan esta comprometida emocionalmente ¿Porque no la releva del mando, o es que tiene dudas?

Será mejor que vayamos al puente.

Analizó las palabras del Vulcano detenidamente, recordando aquel incidente en la misión y las dudas que sembró su regreso. 

- Seguramente lo que diré es una obviedad, pero existe el que dice las cosas en la cara y el que lo dice de espaldas. ¿Cuál de los dos prefiere? - preguntó mirándolo a los ojos. -Soy humana y puedo asegurarle que muy diferente a lo que se ve a simple vista de mis pares. Siempre he respetado a su raza y más hubiera querido ser yo una Vulcana, pero es evidente que no se ha podido. - sonrió. 

- La verdad, estoy investigando. Me resulta muy raro que la Flota Estelar nos envíe a una Misión suicida luego del ataque en la base, forzando a que guardemos silencio. Demasiadas coincidencias, ninguna me cierra del todo. No obstante, no me gusta prejuzgar, por eso lo invito a investigar conmigo. Que esté atento a todo, su mente es perfecta para ello. - propuso ya al incorporarse.

- El Almirante le ha dado una oportunidad a De Alba, una que debo respetar. De momento no asumiré su puesto, pero está bajo mi supervisión y es consciente de que no puede cometer más errores porque es caro el precio. - terminó por decir, mientras abre la puerta del Camarote. 

- Tenemos asuntos pendientes, cuando quede libre conversamos.