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Star Trek - Bajo la sombra del Raptor

Capitulo Cuatro - æthēr

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30/03/2018, 02:11
En´ar

La luz cegadora que lo abarca todo acaba en el mas absoluto silencio de un paraje irreal, donde el linde parece deformarse y cambiar a medida que el observador intenta examinar que hay más allá. Un sitio blanquecino completamente encapotado, cuya luminosidad equivale a un mediodía en la Tierra pero que la aparente falta de distancias y puntos cardinales lleva a la confusión de todos.

Toda la tripulación sobreviviente de la Excalibur al momento previo de su destrucción se encuentra allí, de pie y con pleno conocimiento de lo sucedido así como del segundo y definitivo intento por detener a los Romulanos y a X´agroron.

Excusando las diferencias físicas del sitio con todo lo conocido hasta el momento no acaba en un mal sitio, porque los pesares, la desdicha y las preocupaciones se esfuman para dar lugar a la serenidad y por consiguiente a un cierto nivel de paz.

El tiempo, difícil de cronometrar cuando nadie posee equipamiento tecnológico de ningún tipo, transcurre de forma inusual, solo siendo aprovechado por aquellos tripulantes que se reencuentran luego de un momento critico que es merecedor de ser olvidado.

Solo entonces es cuando el Tercer poder se manifiesta ante todos. Seres incorpóreos, de energía pura y forma humanoide, se dirigen a los presentes con palabras que llegan directamente a la mente de cada uno sin pasar por sus oídos. Es telepatía en su estado mas puro.

- Somos En´Ar. Vuestras acciones y sacrificio merecen la recompensa que ninguna forma de vida podrá jamás alcanzar, una eternidad de dicha a cambio de una existencia plagada de peligros. Deben elegir ¿Unirse a nosotros y ser eternos o regresar al mundo físico por una existencia insignificante?-

Entonces aquellos que en su momento fueron de misión a la Esfera-nave saben quienes son los En´Ar, los creadores y protectores de la Esfera-Semilla y los protectores de mundos como B-Sygnus. Seres transdimensionales que ahora libres del control Romulano desean premiar a la tripulación de la Excalibur por detener la destrucción del multiverso.

Notas de juego

Todos se encuentran aquí, con pleno conocimiento de todo lo sucedido, así como sus pnjs tripulantes. Cualquier inquietud será resuelta en sus escenas personales.

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31/03/2018, 15:50
Shirrazz zh'Irín

 

Unirse a ustedes y ser eterna suena muy bien. -sonrió la embajadora.   ¿Son felices así? 

Pero antes de esto, ¿me pueden explicar que pasó?  Estábamos nosotros en ingeniería repeliendo un abordaje cuando todo se resolvió. 

 

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01/04/2018, 13:30
Aakesh Kush Mukherjee

Aakesh estaba asombrado, no daba crédito a lo que sus ojos veían. Todos estaban allí. Observó a todos sus compañeros, quería comprobar que no faltaba nadie.

Escuchó las palabras de los seres que tenía delante mientras los observaba con detenimiento. Su vista se fijó en su capitán, y luego en el resto de oficiales. No dijo nada, aunque multitud de preguntas se agolpaban en su mente. Esperó pacientemente mientras evaluaba la situación

Vida eterna.....

Las palabras de la embajadora le sacaron de sus pensamientos brevemente, espero la contestación de los seres mientras de nuevo los observaba con detenemiento. En ese momento comenzó a rebuscar entre su memoria toda la información que tenía sobre mitos terrestres.

Tal vez unos seres así hayan intervenido en otras ocasiones y estén escondidos entre los mitos.

No pudo evitar ver cierta similud entre estos seres y los dioses griegos, salvando las distancias

- Tiradas (1)

Notas de juego

Pues eso, tiro por los conocimientos de Aakesh en mitología (estudio mitos griegos) para ver si encuentra algo que le pueda aportar información, o no.

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01/04/2018, 20:51
Gaheris Soong

 Mientras acariciaba a Dientes de Sable para que estuviera tranquilo, miré a los misteriosos seres, sin saber muy bien que hacer o decir. ¿Vida eterna?. ¿Y que costo?. Porque no se imaginaba a estos seres tan perfectos disfrutar de los simples placeres de la vida: Comer, beber, aprender cosas nuevas,...

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02/04/2018, 02:09
Johnny "Trueno" Lightman

Una enorme cantidad de sensaciones pasan por mi cabeza, haciendo que casi exploten todos mis sentidos. Casi no logro comprender lo ocurrido, aun con el mensaje telepático de esos extraños seres hay conceptos que aun se escapan de mi mente.

Intento serenarme, aun estoy turbado por los últimos acontecimientos acaecidos en el puente. He dicho muchas cosas que querría olvidar o no haber dicho. La oferta de estos seres puede resultar muy tentadora, ¿quien podría desaprovechar una oportunidad así? La eternidad, aun con peligros, nos permitiría poder explorar todo el universo, todos los mundos posibles, ver evolucionar a planetas, a todos los seres de todas las galaxias. No preocuparnos por el mañana, pues el mañana seríamos nosotros.

¿Pero a cambio de que? ¿De perder nuestra humanidad? ¿Esa humanidad que hace que pueda ser un ser horrible? ¿Y por que estos seres no se nos habían mostrado antes? ¿Y por que en este momento?

No se que responderán mis compañeros, pero yo si se qué voy a responder.

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02/04/2018, 02:29
En´ar

Pero antes de esto, ¿me pueden explicar que pasó?  Estábamos nosotros en ingeniería repeliendo un abordaje cuando todo se resolvió. 

 

Esa es una respuesta que los demás pueden iluminar. A ti te toca responder por si o por no. -

Las entidades incorpóreas conocidas como En´Ar dejan en claro que no se encuentran allí para responder a las nimiedades de los presentes. Solo para agraciar la decisión de cada uno de los presentes. Elevar sus conciencias al infinito o regresarlos a su universo material.

Las similitudes para Mukherjee son absolutas. Para el sin lugar a dudas se han topado con aquellos seres que en el pasado de la Tierra se han hecho pasar por Dioses Olímpicos. Exceptuando su descubrimiento el primer oficial se alegra de poder ver entre el gentío a Ollander, Naun, Blake y los demás tripulantes con los cuales alguna palabra ha cruzado últimamente. En especial Blake y su cabello rubio, tal como debería ser.

- Tiradas (1)

Notas de juego

Tirada total de Muk: 1 (estas lejos de batir el record de Sirril XD)

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02/04/2018, 06:55
Shirrazz zh'Irín

 

Bien, yo me uno a ustedes.  A ver que pasa... la embajadora sonrió.  Era un nuevo encargo. 

 

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02/04/2018, 11:59
Cristina de Alba

Los latidos del corazón de Cristina eran tan acelerados que parecía que le iba a estallar la cabeza, con una última orden desesperada, la capitana había ordenado por un lado a Lightman que cerrase la boca y por otra a Eduard que disparase las cargas de tricobalto a la entidad de los tentáculos, en apenas otra fracción de segundo se vio reflejada en los celestes ojos del ex MACO sintiendo como el corazón se le volvía a acelerar para después, cuando en otra fracción de segundo se vio obligada a mirar la pantalla por el extraordinario resplandor de la explosión, descubrir que iba a morir... su último pensamiento antes de sucumbir se centró en su oficial táctico, no pudo recordar que llegó a pensar sólo haber lamentado perder el tiempo.

Entonces al abrir los ojos nuevamente se encontró en un lugar extraordinario, donde la pena no existía, la capitana fue reconociendo a todos sus oficiales al ver a Muk sonrió, se sintió aliviada por su presencia y especialmente cuando se puso a su lado como todo buen primer oficial que se preciara, definitivamente sus diferencias estaban más que superadas. Al escuchar a los En´ar en su cabeza De Alba se tomó un tiempo para observarlos, así como hacer un repaso mental de los que estaban y no estaban... especialmente se detuvo en la mirada azul de Jankowsky.

Imagen relacionada

La española se había quedado tan ensimismada observando al oficial táctico que le costó unos segundos centrarse en los Aénar a los que examinó sin tener muy claro que podían ser.

- Señora Shirraz, pasaron muchas cosas en el puente y estoy segura que en la esfera, le puedo contestar a lo que yo se. Luchamos lo mejor que pudimos contra dos aves de presa, los aliados romulanos nos pidieron que siguiéramos sus instrucciones para detener el bucle temporal en el que estábamos inmersos, a cambio, ellos nos darían cobertura, sin embargo el señor Lightman se las bastó, con la ayuda del señor McCall, para realizar maniobras evasivas casi imposibles, por esa razón y a pesar de los múltiples daños y el abordaje que sufrimos ante la pérdida de nuestros escudos, conseguimos mantenernos el tiempo suficiente para inhabilitar a las aves de presa enemigas y acceder a las coordenadas necesarias, para que el señor Jankowsky disparara a la entidad responsable del bucle los torpedos de tricobalto. La última interrogante que nos quedaría sería saber si usted pudo averiguar quien era nuestro traidor.

Tras dar la información Cristina guardó nuevamente silencio, ninguno de los presentes excepto la andoriana se pronunció sobre el ofrecimiento de los aliens. Pero ella, tenía muy claro lo que iba a contestar. Se dirigió en aquella ocasión a los En´ar.

- Mi agradecimiento por darnos estas dos opciones es inmenso- la capitana hablaba con el corazón, lo más importante para ella era el bienestar de su tripulación, de todos, sin excepción- En esta ocasión hablaré por mi misma- se giró hacia sus hombres y mujeres- puesto que mi tripulación es totalmente libre de elegir lo que desee, por favor hacedlo sin remordimientos pensad en vuestros anhelos y vuestros deseos pues es un regalo maravilloso el que nos acaban de hacer, sabéis que a pesar de mi mal humor y mis insultos en español, estoy orgullosa de todos y cada uno de vosotros, lo único que siempre he pretendido es hacer lo correcto, cumplir la misión y llevaros sanos y salvos a casa, no podía haber tenido mejor tripulación- les sonrió abiertamente para acto seguido volverse a los En´ar- llevar una vida eterna sin sufrimiento es todo un honor y un privilegio, pero yo prefiero llevar una vida insignificante como Cristina de Alba, no deseo renunciar a mi humanidad... ¿Donde estaría entonces la diversión?- finalizó con una sonrisa tan radiante como pícara, la capitana no podía dejar de ser ella pese a todo el sufrimiento que sabía... estaba por venir.

 

Resultado de imagen de eva green smile

- Tiradas (1)

Notas de juego

Utilizo el bono de Navidad, que daría un +2... pero si no pifio creo que no soy yo ^^U

 

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02/04/2018, 15:06
Sirril

Los ojos de Sirril volvieron a abrirse, una vez más pensó que no lo volverían hacer pero lo hicieron como si el destino, ese mismo en el que nunca creyó no hubiera quedado satisfecho reservando un nuevo capitulo para él. Sus ojos pudieron contemplar el cálido resplandor que aquellos seres desprendían, se tomo un segundo para mirar sus propias manos, su propio cuerpo allí presente para después calar en sus compañeros...

Aquello que ahora sus ojos veía era tan diferente, tan distante a lo que sus ojos vieron por última vez que por un instante Sirril pensó que estaba muerto... había cerrado los ojos viendo la muerte a su alrededor, el miedo y la desolación en sus compañeros, el desconcierto en los ojos de Aakesh por lo que presenciaron y el odio en los ojos de Erika, aquella mirada que el vulcano jamás podría olvidar antes de que quedaran vacíos.

Quizá realmente ya estuviera muerto pues recordaba bien lo que sucedió, cuando literalmente se miro a los ojos sin reconocerse a si mismo, el vulcano ahora veía claramente todo lo que había sucedido, comprendiendo cada uno de los sucesos que le habían llevado hasta allí, aquel otro Sirril que despertó en la pirámide pareció haber ganado la batalla contra sí mismo, una batalla por su esencia, por aquello que los humanos llamaban humanidad, aquella misma humanidad que sacrificó para poder controlar a la bestia, dejando así que aquel ser tomará consciencia de su cuerpo desterrando al verdadero Sirril a una existencia en otra realidad.

Sirril ahora lo comprendía, aquel suceso había hecho que los demás hubieran existido en las dos realidades, pero no él... la doble esencia de Sirril que compartían un cuerpo y una realidad se desdoblaron para siempre, dejando a cada una de esas entidades en una de las realidades cuyas vidas estaban ligadas la una a la otra.

Quizá ya estaba muerto o quizá no, aquello ya no importaba a Sirril quien había visto más de lo que su propia mente podía comprender, como vulcano había visto sucesos que ni su mente era capaz de razonar o calcular, había experimentando los sentimientos más potentes vetados para su especie, amor, odio... se había enfrentado a la muerte, mirándola cara cara pero nada de aquello le había hecho sentir algo como lo que ahora sentía... miedo, miedo de si mismo... de que aquel otro ser estuviera de nuevo esperando su momento y volviera a hacer daño a quienes ahora ya irremediablemente apreciaba, no podría fiarse nunca de si mismo y no volvería a pedirle a nadie que lo hiciera...

Al fin Sirril dio un paso adelante de sus compañeros dándose la vuelta para mirarles los ojos a cada uno de ellos...

Señor Mukherjee, me ha demostrado una valentía que no todos en su puesto tienen, presentándose voluntario a una misión que bien podría haber significado su muerte y lo hizo por sus compañero no por si mismo, estoy seguro de que algún día será un gran capitán.

Jankowsky, luchamos juntos en aquella pirámide, no dudaría en confiarle mi propia vida en cualquier misión al igual que usted nunca perdió la confianza en mi.

Los ojos del oficial se tornaron hacía Johnny y McCall

No lo hubiéramos logrado sin su pericia a los mandos, usted tiene algo de lo que yo carezco y es su instinto... no lo pierda...

McCall, sustituyo a una persona muy importante para mi con un don innato, no pensé que nadie pudiera sustituirla hasta que usted llegó.

Sirril avanzaba a pequeños pasos, su voz era tranquila y suave transmitiendo la sinceridad que solo un niño sabe ofrecer.

Señor Urmoz, Soong, no tuve la fortuna de tratar tanto con ustedes, pero si todos los demás están vivos estoy seguro que en parte se lo deben a ustedes y su pericia en combate.

Embajadora, siento que no pudiera rescatar a sus congéneres, pero le aseguro que ellos dejaron este mundo hace tiempo, no piense que ha fracasado, pues nada hubiera podido hacer ya por ellos... aunque sin duda su esfuerzo y dedicación honra su memoria.

Al fin llegó al final de la fila donde se encontraban Cristina y Erika, se paró frente a ellas levantando la mirada una vez más.

Capitán, ha sido un verdadero honor servir a sus ordenes. Se que nunca lo tuvo fácil y que siempre ha tenido que demostrar más que los demás, pero sin duda tendrá un hueco en la historia donde se hablará de las proezas de la capitán de Alba, sin su padre estaría orgulloso de usted. Siempre contó con mi confianza a pesar de todo.

Las últimas palabras fueron para Erika, Sirril se acercó y tomo una de sus manos.

Perdoname, perdoname por todo el daño que haya podido haberte hecho, ojala pudiera cambiarlo pero no puedo... siento que todo no haya salido como planeaste, mereces algo mejor, quiero que vivas quiero que lo hagas por ti, por mi, pues nadie se va del todo si hay alguien que lo recuerda en su corazón...

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02/04/2018, 16:30
Erika Schmidt

 El eco silencioso de sus pisadas no advierte que allí está de una forma determinante como solía hacerlo en el interior de la Excalibur, siempre con su uniforme impoluto y esa mirada que denota seguridad, dando la impresión de comerse el mundo con tan solo una palabra. 

Allí caminando se encuentra otra mujer, no la misma que sentenciaba a De Alba o la que reía junto a Muk recordando los viejos tiempos, nada de ello existe en las expresiones de su rostro mientras que la tristeza decora sus rasgos de una forma grácil, delicada. 

Su rojo cabello ya no resplandece como antes, ni siquiera sus profundos ojos azules brillan entre tanta luz, todo se ha opacado, diluido ante el recuerdo de lo vivido, ante los errores cometidos y el no perdonarse así misma tantas cosas. 

De momento se mantuvo en silencio contemplando la lejanía de la nada mientras algunos toman sus respectivas decisiones, ella en los más profundo de su interior era consciente de lo que debe hacer y tras las palabras del vulcano, en donde aquella petición es tan dolorosa o más que lo vivido entre los dos, no dice nada al respecto mientras no le suelta la mano y le pide que aguarde un segundo. 

- Aakesh, no hubiera resistido un día en la Flota sin ti y lo sabes bien. Gracias por ser mi amigo, por estar e incluso por vengar mi muerte. Tu lealtad es lo que me llevo hacia donde voy y recuerda que viviré en ti, por favor sigue mi legado. No olvides mis últimas palabras... - expresa nerviosa, quebrada. - A ver cuando te dignas a ser Capitán. 

Luego de saludar a los presentes con un gesto, se detiene en De Alba esbozando una cálida sonrisa y una mirada que denota una disculpa evidente, clara. 

- Lo siento mucho, sigue así y tus proezas estarán escritas. 

Tras decir aquello simplemente se encoge de hombros, el amor es bastante injusto e irracional, para qué negarlo. Más aún cuando contradice las palabras de Sirril mientras mantiene su mano unida a la suya, sin querer soltarlo, quizás porque realmente jamás lo tuvo tan cerca y necesitó morir para conocerlo en verdad, descubrir lo que en realidad sentía por ella. 

- Nos vamos juntos, mi camino ha terminado cuando el tuyo hizo lo propio... - luego de decir aquello, avanza hacia donde el Oficial decida ir, perdiéndose en la nada, entre los recuerdos que fluyen entremezclándose. Su decisión estaba tomada desde la esfera, nada era una novedad, simplemente es una repetición de los hechos y un claro ejemplo de que el sacrificio por más doloroso que sea, es mejor que vivir con el recuerdo y la ausencia. No puede estar sin el vulcano, así de cruel es su corazón. 

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02/04/2018, 21:38
Aakesh Kush Mukherjee

Aakesh seguía dándole vueltas a todo lo que estaba pasando. Tenía una decisión desde el primer momento pero esa decisión pasó a un segundo plano al escuchar las palabras de sus compañeros.

Sonrió al escuchar a la capitán, sus diferencias quedaron atrás, tal vez en otra dimensión, tal vez en el pasado, ¿quien sabe?, lo importante era que su relación era como debía de haber sido desde el principio.

Las palabras de Sirril le sorprendieron, no supo que contestarle, simplemente le estrechó la mano y le sonrió asintiendo con la cabeza. Su mirada lo decía todo.

Pero el golpe más duro lo recibió de Erika. La había visto morir y a la vez revivir, cuando pensaba que la había perdido, pero ahora la volvía a perder, tal vez para siempre. Las palabras se atragantaban en su garganta. No sabía que decir. Al fin, se adelantó y le dio un abrazo.

-El que te está agradecido soy yo Erika, ahora lamento no haber estado más en contacto contigo estos años, son momentos que ya no viviremos. El camino que sigues no puedo seguirlo yo.

Las lagrimas se amontonaban en sus ojos, luchando por salir, pero Aakesh intentaba evitarlo con todas las fuerzas

-Has sido mi amiga, mi camarada....mi hermana....Y te voy a echar de menos, mucho....nada volverá a ser igual. Aunque no estés, cada vez que me tome un trago brindaré por tí, estés donde estés.

Sonrió

-Aunque lamentaré no tenerte a mi lado cuando me pelee en un bar.

Rió, y una lágrima asomó por su mejilla

-Disfruta de la inmortalidad Erika. Y no te olvides de tus amigos mortales

Dicho esto, respiró hondo y miró a los seres

-Dado que han dejado claro que no responderán a nuestras preguntas, iré directamente al grano. Elijo una vida mortal. La inmortalidad se me haría muy pesada, además, he de enseñarle a bailar a mi capitán el típico baile bollywoodiense y no puedo faltar a mi palabra...

Rió, aunque un ligero sollozo se entremezcló y de nuevo abrazó a Erika y le susurró

-Ya que vas a ser inmortal, intenta visitarnos en algún momento. Me gustaría volver a verte antes de iniciar mi último viaje, espero que dentro de muchos años.

Respiró hondo y se puso firme, y de nuevo se dirigió a los seres

-Ya que elijo ser mortal, ¿podrían hacernos un favor? hemos perdido a mucha buena gente en este viaje, ¿podrían devolvernos a unos cuantos, sino a todos?, ya que hemos salvado dos universos....¡no creo que les cueste nada!

¿Qué coño haces Aaskesh?, ¡estás vacilando a unos seres inmortales multidimensionales para que resuciten a tus camaradas muertos!. Como lo consigas ya puedes hacer una peregrinación como Visnhú manda

De nuevo miró a su amiga y sonrió. Su mirada lo decía todo, al igual que la lagrima que de nuevo descendía por una de sus mejillas.

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02/04/2018, 23:12
E.M. Jankowsky

Lo primero que hizo Jankowsky cuando se vió en ese lugar fue comprobar si llevaba su pistola phaser. Aunque su cartuchera estaba vacía no le importó, de algún modo aquel lugar y las tranquilas voces de aquellos seres en su cabeza hicieron que se sintiera en paz.

Jankowsky no sintión que la proposición e los En´Ar fuera con él, como si estuviera siendo un mero espectador. Comprendió la decisión de algunos de sus compañeros de irse con ellos pero para nada se creyó capaz de hacerlo, le parecía una especie de ¿suidicidio? quizá no fuera la mejor forma de definirlo pero así lo veía, así lo sentía él.

De Alba le miró y el comandante mantuvo su mirada respondiéndole con una sonrisa suave y tranquila. Asintió levemente con la cabeza cuando la capitana rehusó el ofrecimiento de aquellos extraordinarios seres, Jankowsky sabía que no era la primera vez que Cristina había optado por el camino difícil, era una rica heredera de la aristocracia española, había nacido de pie y isn embargo se enroló en la flota. Por todo esto a Jankowsky no le sorprendió la decisión de su capitan de seguir con su vida "insignificante". Y se alegró de que lo hiciera.

Se emociono al saber el aprecio que Sirril le tenía y le hizo un gesto de aprobación cuando se despidió.

Hubiera comprendido perfectamente que le hindú se fuera con los En´Ar pero no lo hizo incluso se atrevió a hacerles una valiente petición, sin duda el segundo de a bordo era un gran hombre. Sintió alivio al saber que seguirían contando con él.

Jankowsky sintió que había llegado su turno y les dió una respuesta.

-Es todo un honor pero tengo responsabilidades en esta vida.- Lo decía por su hijo, que seguía formándose en la academia de la flota.- Además, yo también tengo un baile pendiente con la capitana y no me gustaría estar toda la eternidad arrepentido de habérmelo perdido.- Dicho esto miró a la capitana y le guiñó un ojo con descaro.

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03/04/2018, 00:16
Johnny "Trueno" Lightman

Cita:

No lo hubiéramos logrado sin su pericia a los mandos, usted tiene algo de lo que yo carezco y es su instinto... no lo pierda...

Acepto el halago de Sirril, aunque me quedo sin saber exactamente qué decirle. No he tenido demasiado trato con él, no lo conozco tanto como quisiera para poder darle la despedida que se merece. La que sí me sorprende es la comodoro, realmente no esperaba que se uniera a estos seres, pero es su decisión y tendrá sus motivos.

- Buena suerte, señor Sirril. - alcanzo a decirle. - Y buena suerte a usted también, señora Erika. Les deseo lo mejor a ambos.

Aprovecho para despedirme también de la embajadora.

- Buena suerte en su eterno viaje, embajadora. Me sabe mal no poder proseguir nuestra charla, aprendí mucho con ella.

Me aparto un poco del grupo, y con la mirada la busco. Y allí está, con su melena rubia. Me acerco a Blake, la Blake que yo conozco.

- Blake, solo quiero decir que aceptaré tu decisión, sea la que sea, pero ya te adelanto que yo me quedo. Me quedo porque he descubierto que lo que más deseo es poder seguir a bordo de una nave, e ir descubriendo la Galaxia paso a paso. La vida eterna no está hecha para mi, aunque pasaría la eternidad contigo. He dicho que ir a bordo de una nave es lo que más deseo, pero eso sería lo segundo que más deseo. Lo primero que más deseo es envejecer junto a ti, a tu lado, los dos juntos. Eso si quieres.

Y permanezco callado a su lado, pero sin implorarle una respuesta, simplemente esperando que comparta su decisión, decida lo que decida. Irse con estos seres o seguir aquí, aunque no sea a mi lado.

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03/04/2018, 08:00
Cristina de Alba

 Capitán, ha sido un verdadero honor servir a sus ordenes. Se que nunca lo tuvo fácil y que siempre ha tenido que demostrar más que los demás, pero sin duda tendrá un hueco en la historia donde se hablará de las proezas de la capitán de Alba, sin su padre estaría orgulloso de usted. Siempre contó con mi confianza a pesar de todo

Cristina, había esperado que parte de la tripulación aceptase el ofrecimiento de los En'ar, que la embajadora ni dudase en ir con ellos era algo bastante claro, pero que también lo hiciera Sirril la descolocó por completo. De Alba se quedó paralizada mirando a los ojos al vulcano, sin saber en un principio que decir, a su mente acudió la imagen del Sirril del futuro que tanto daño le había causado, el despotismo, el maltrato a la que la sometió y el odio infinito que percibió cuando escaparon del asedio de su nave en B-Sygnus, con aquel grito espantoso donde la maldijo y que aún resonaría en sus pesadillas, todo eso se mezcló con el deseo más profundo de querer ayudar a su Sirril, de tratar de evitar por todos los medios que acabase como aquel ser oscuro que sólo albergaba odio en su ser, sintió que a pesar de todo había terminado por fallarle, puesto que había escogido dejar de ser él. La española no había estado con él el tiempo suficiente, simplemente sus obligaciones la habían mantenido alejada de su oficial científico pero para ella aquello no era excusa, sintió mucha pena

 - El honor ha sido mío señor Sirril... pero no busco el orgullo ni el reconocimiento de mi padre... - la voz de la capitana se quebró, al tiempo que de manera inconsciente posó su mano derecha sobre la mejilla de Sirril regalándole una suave caricia, el tacto de Cristina era cálido- siempre he querido ayudarte, siempre he confiado en tí, lamento no haber conseguido hacer más-una traicionera lágrima surcó su mejilla, Cristina tenía un serio problema con sus emociones, era demasiado humana y no podía evitarlo- Sé feliz Sirril- deseó con sinceridad alejándose unos pasos para evitar ponerse a llorar como una gilipollas y terminar de perder los papeles.

- Lo siento mucho, sigue así y tus proezas estarán escritas. 

El rostro de la capitana se endureció al escuchar a la comodoro, no la perdonaba... no podía hacerlo, sobretodo porque su trato para con ella había sido violento desde el principio. Cristina podía entender que por su posición Erika supiera más cosas que ella, pero ambas estaban en el mismo bando y la española era lo suficientemente inteligente para entender las cosas y saber como actuar en caso de traición o secreto militar, pues al fin y al cabo era capitana de una nave estelar de la Flota. Lo que no podía perdonarle era las formas que había empleado, su despotismo, su arrogancia más parecido a un régimen dictatorial que a un oficial superior de la Flota, cuestionando en todo momento su profesionalidad y obligándola a acatar sus órdenes según su propio proceder delante de su tripulación, sin dar lugar a réplica.

- Si quisiera que mis proezas sean escritas me hubiera bastado con ser la duquesa de Alba, el título de mi casa me pertenece por derecho de nacimiento y puede acceder a el en el momento que lo reclame, de hecho es lo que mi padre desea, sin embargo mi prioridad es cumplir con mi deber, siendo consciente que puedo perder la vida de mil maneras y ser sólo un nombre más dentro de la Flota... te habrías dado cuenta de ese detalle, si te hubieses dignado a conocerme. Pero no te preocupes, no pienso volver a discutir contigo... que te vaya bien- sólo quería perderla de vista y no volver a verla nunca.

Tras aquello dejó que Muk se despidiera de su amiga haciéndose a un lado, le llamó la atención que Sirril y ella hubieran terminado por estar juntos, aunque eso era algo que ya había sospechado por las veces que la pelirroja había insistido en estar junto al vulcano. Por lo que sólo elevó una ceja cuando vio como se entrelazaban las manos... cosas más raras se habían visto.

-Dado que han dejado claro que no responderán a nuestras preguntas, iré directamente al grano. Elijo una vida mortal. La inmortalidad se me haría muy pesada, además, he de enseñarle a bailar a mi capitán el típico baile bollywoodiense y no puedo faltar a mi palabra...

Al pronunciar aquellas palabras su primer oficial la capitana volvió a enarcar la ceja... más bien las dos. No le hacía especial gracia volver a bailar ese endiablado baile, le daba verguenza.

- Tenga cuidado, lo mismo termino por bailar mejor que usted- terminó por sonreir a Muk, contenta de que hubiera decidido permanecer en el mundo de los mortales.

Tras aquello varios más fueron los que expresaron sus deseos y sus inquietudes... y entonces llegó él...

-Es todo un honor pero tengo responsabilidades en esta vida.- Lo decía por su hijo, que seguía formándose en la academia de la flota.- Además, yo también tengo un baile pendiente con la capitana y no me gustaría estar toda la eternidad arrepentido de habérmelo perdido.- Dicho esto miró a la capitana y le guiñó un ojo con descaro.

 

Al escucharlo y sobretodo al guiñarle el ojo, un rubor repentino le encendió las mejillas coloreándole hasta las orejas. ¡Como le gustaba aquel hombre!  

- Claro...- balbuceó asomándole una nerviosa sonrisa... estaba delante de toda su tripulación ¿se estaba volviendo loca? "Sí... por los huesos de Eduard" pensó tomándose unos segundos para recomponerse- lo tengo anotado y pendiente, me lo debe- consiguió responder esbozando una radiante sonrida, que les dieran a todos, quería el puto baile con Jan

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03/04/2018, 08:33
Unger Urmoz

Unger sabía que su sino era morir en combate, igual que su predecesor, pero esta oportunidad, por insignificante que pudiera parecer, era la única que cabría esperar en su vida, para cambiar su destino.
Miró a la capitán con ojos de pena: - Señora, siempre aspiré a crecer como persona, como alma y como mente. En algunos detalles puede que esté limitado, pero en esta ocasión ... puedo avanzar sin mis limitaciones.

Miró a los entes brillantes: - Yo daré el paso y me uniré a su propuesta. Mientras pensaba para si: - I seguro que podré ayudar a la vida más desde ese lado que desde este.

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03/04/2018, 11:50
Dameon McCall

 

 

Todo brillaba. Blanco, impoluto, inmenso, como la sabana infinita que tanto amaba su madre. Sobre un cielo níveo parecían brillar galaxias pálidas, sólo matices de argentinos de un mundo eterno y lechoso. Y allí, en medio de aquel espacio inconcebible, los En´Ar y la tripulación de la Excalibur, toda ella, y ante los mortales una decisión que cambiaría todo para siempre. Un futuro, mortal. O la existencia eterna, sin sufrimiento... pero quizá, sin emoción. McCall se estremeció. Tal blancura, tal extensión infinita y vacía le aterraba: su vida siempre había estado llena, llena de música, de palabras, de gente. Hasta la infinita pradera africana de sus afectos estaba llena de vida, a pesar de su aparente desolación. Y, sin embargo, la posibilidad de no pasar más angustia, no más guerras, ni violencia, ni perdida, le resultaba tremendamente tentadora. Dameon siempre había dicho que era un hombre de paz. Y había descubierto, por las duras, que la galaxia no era un lugar pacífico y que las almas gentiles como la suya no tenían cabida en ella. No excepto para arder en fuegos ajenos, consumidas por la violencia que les rodeaba. Quizá era posible un futuro mejor y más brillante, pero no en ese momento, no en ese lugar. Quizá era mejor aceptar lo que se le ofrecía y permanecer allí, eterno, ajeno a los sufrimientos de la condición humana.

 

Mientras se debatía sobre la decisión que debía tomar, la embajadora Shirrazz fue la primera en dar un paso adelante, feliz de emprender un nuevo viaje, una nueva aventura. Dameon envidió su resolución, atenazado por la duda. También lamentó no haber podido conversar con ella en su idioma natal, como habían acordado. El sentimiento de las oportunidades perdidas le oprimió el corazón hasta convertirse en un dolor físico.

 

La siguiente en dar el paso fue la Capitana, pero ella decidió quedarse en el mundo mortal, siempre tomando la decisión difícil, pero la que el deber le imponía. Abrazando sus obligaciones como a un amante. Y exponiendo en voz alta su orgullo por toda la tripulación. McCall sintió una oleada de afecto por la sufrida española: a pesar de la diferencia de rango y el agrio exterior que gastaba la noble, sabía que había una persona llena de humor y decencia en su interior. Alguien a quien facilmente podría llamar amiga. Decía que quería llevar la insignificante vida de Cristina de Alba ¡No se daba cuenta de que nada en su vida era insignificante?

 

Sirril tuvo una palabra con cada uno, y Dameon se vio sorprendido al comprobar que tenía una dedicada especialmente para él.

McCall, sustituyó a una persona muy importante para mi con un don innato, no pensé que nadie pudiera sustituirla hasta que usted llegó.

Oír semejante declaración del estoico vulcano rompió algo en el interior del oficial de comunicaciones. Los ojos claros del oficial científico tenían una calidez dolorosa, una aceptación de su destino que recordaba al de un condenado. El africano apoyó suavemente la mano en el hombro del alienígena, intentando reconfortarle a pesar de que sabía que era imposible. Cuando habló, su voz sonó quebrada.

- Ojalá hubiésemos tenido más tiempo Sirril, sólo un poco más...- no fue capaz de terminar y decir para qué necesitaba ese tiempo ¿Para conocerse? ¿Para trabajar juntos? ¿Para ser amigos? Para todo y para nada a la vez. Para existir quizá.

 

La comodoro Schmidt siguió al vulcano, aceptando el sino de Sirril como el suyo propio. Al principio no lo entendió, Schmidt... Erika, siempre había parecido vital, llena de energía y de vida. Pero cuando vio como los pálidos dedos de la comodoro se entrelazaban con los del oficial científico, lo entendió. Había cosas demasiado fuertes para dejarlas marchar. No pudo evitar lanzar una mirada a Mukherjee en ese momento, y el corazón se le cayó a los pies al ver que daba un paso adelante.

 

Observó con angustia como el indio interactuaba con su mejor amiga y, por un momento, temió que partiese con ella. Vió las lagrimas pugnando por salir en los ojos de Aakesh y Dameon no pudo reprimir las suyas, por pura empatía. Del mismo modo que no pudo reprimir el suspiro de alivio y el hundimiento de hombros aliviado cuando declaró que se quedaba e, incluso, tuvo la osadía de pedir por la vida de los que habían caído en la batalla. Siempre tan gallardo, tan leal a pesar de todo. Tan buen primer oficial de tan buen capitán, a pesar de sus diferencias.

 

Jankowsky, impasible en apariencia, lacónico, declaró su intención de vivir. Y a nadie se le escapó la mirada cálida que relampagueó en sus ojos al mirar a Cristina, ni su declaración de intenciones. Dam se alegró por la capitana: se merecían uno al otro. A pesar de poner ambos el deber por delante de todo necesitaban que sus vidas fuesen algo más, se lo habían negado demasiado tiempo. Al africano le hubiese encantado ver hasta donde llegaba esa relación incipiente, pero una parte de él ya sabía que lo más probable es que no lo viese. Su decisión estaba empezando a formarse y empezaba a tener claro donde permanecería... y no sería en la Excalibur.

 

Lightman, anárquico e independiente, como siempre, en lugar de dar un paso al frente, retrocedió. Retrocedió para encontrarse con la chica por la que tantos problemas había dado en el baile (parecía que correctamente rubia, esta vez) y le susurraba su decisión a ella. Dameon no pudo escuchar con claridad lo que decía, pero tenía bastante claro que viviría. John era demasiado joven, demasiado vital. La eternidad no era para él. Viviría deprisa, como los rockeros.

 

Finalmente, Dameon sintió que era su turno. Dio un paso al frente y se colocó entre el grupo que se quedaba con los seres de luz y los que vivirían como mortales. Sonrió a ambos grupos con esa sonrisa amplia que le caracterizaba, lo único claro en su rostro oscuro, destacando como una mancha de tinta en una hoja en blanco. No pudo evitar que unos lagrimones se le escurriesen por el rostro, contribuyendo a la expresión angustiada y emocionaba que le apagaba los rasgos.

- Bueno, hasta aquí hemos llegado.- comenzó.- Mi viaje en la Excalibur ha sido corto pero intenso y he... aprendido mucho de mi y de vosotros en el poco tiempo que hemos compartido. Sin embargo, creo que la vida en la Flota, la vida en guerra y peligro no es para mi...

Se tomó un tiempo para tomar aire entrecortadamente, incapaz de continuar, mirando a de Alba, Jankowsky, Lightman y todos los que no se habían decidido y, finalmente a Aakesh. Después giró su rostro hacia el grupo que permanecería en aquel limbo blanco.

- ... pero me temo que tampoco puedo partir con vosotros. Es... tentador... pero creo que aún tengo mucho que hacer en vida, aún no he escuchado esa última llamada.- Dio un paso en dirección de los que permanecerían vivos.- Tan pronto como regresemos a la Tierra, presentaré mi dimisión. Por mucho que haya amado este puesto y esta nave... por mucho que aprecie a los que han servido conmigo, soy un hombre de paz. Tanta violencia no es para mi. Y creo que la Flota Estelar puede ser mucho más, puede ser un cuerpo de descubrimiento, de exploración, de unión entre culturas. Es por ello que una vez mi renuncia esté completada, presentaré mi candidatura para el cuerpo diplomático de la Coalición de Planetas: creo que es allí donde puedo contribuir a la creación de algo mejor para todos.- miró a la andoriana y asintió, reconociéndole la contribución que había tenido en su decisión.

 

Avanzó hacia el grupo de los vivos y se mantuvo ligeramente apartado, intentando controlar las emociones que le embargaban.

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03/04/2018, 18:33
Gaheris Soong

 Negué con la cabeza antes de responder:

 - No, gracias, pero no me interesa eso de vivir para siempre, en un plano superior. Lo mío es vivir nuevas aventuras, experiencias y emociones y tengo la sensación de que no tendría nada de eso con vosotros. No se ofendan...

 A continuación miré a Dientes de Sable y le pregunté:

 - ¿Y a ti?. ¿Te interesa?. - El anima inclinó la cabeza hacia un lado, mientras me miraba con curiosidad, antes de responder con un amplio bostezo, indicándome su opinión. - Ya me parecía... Él tampoco está interesado, gracias de su parte...

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03/04/2018, 23:35
Johnny "Trueno" Lightman

Uno tras otro van exponiendo su decisión. Algunos no me sorprenden, era evidente que se iban a quedar, pero la decisión de McCall me asombra. Dejo a Blake, aun meditando su decisión, con una leve presión en el brazo para indicarle que voy a hablar con el oficial de comunicaciones y que luego volveré.

Me acerco a McCall, y reclamo su atención poniendo mi mano en su hombro.

- Daemon, quisiera disculparme por lo que ha pasado en el puente... antes, supongo. No se cómo definir el concepto tiempo en esta situación. No tengo excusas, lo que dije fue horrible y no se que me empujó a hacerlo. Era como si el Johnny "malo" que decían que era en la fiesta hubiera tomado posesión de mi cuerpo. Yo he decidido quedarme, aceptando las consecuencias de lo que pueda acarrear si la capitana decide acusarme formalmente y termino en un consejo de guerra, me lo tengo merecido. Solo decirte que la Flota va a perder a una excelente oficial, incluso me atrevo a decir a un fabuloso capitán, pero la Coalición de Planetas gana un enorme diplomático. Me entristece que hayamos acabado así, y espero que algún día puedas perdonarme, pues no me sentiré completo sin tu perdón.

Sin poder contenerme, le doy un fuerte abrazo.

- Aunque no lo creas, formamos un buen equipo. Nunca hubiera logrado esas maniobras sin tu ayuda.

Sin decir nada más, me aparto del africano y aprovecho para dirigirme a la capitana.

- Capitana de Alba, solo quiero decirle que he decidido quedarme, y que acataré lo que venga si decide acusarme de insubordinación y que me juzgue un consejo de guerra. Es lo que me merezco por mi comportamiento en el puente. Siento todo lo ocurrido.

Dicho esto, reinicio mi camino para volver al lado de Blake. Quiero mostrarle mi apoyo en este momento tan delicado.

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03/04/2018, 23:54
Dameon McCall

McCall contestó al abrazo del piloto con la misma intensidad, sin poder impedir que las lágrimas que habían ido escapándosele a intervalos irregulares volvieran a caer de nuevo.

-¿Cómo no te voy a perdonar Trueno? Estás como las maracas, pero eres un buen tipo... siempre lo he sabido aún cuando me sacabas de quicio.- intentó sonreír entre las lágrimas, pero le salió una mueca extraña.- Eres mi amigo, tío, esa maniobra Lightman va a recordarse, te lo prometo.- añadió mientras se apartaba de John, consciente de que el apretado abrazo podía estar pareciéndole incómodo. Se restregó los ojos, para intentar secarse las lágrimas, pero estas seguían fluyendo a su pesar.- Espero que el Cuerpo de Embajadores piense lo mismo que tu amigo, voy a necesitar ayuda para aprender a cerrar la boca.

Soltando esa última broma, dejó marchar al piloto, de vuelta con Blake, para que recibiese la respuesta que tanto ansiaba.

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04/04/2018, 00:24
Cristina de Alba

Cristina estaba acostumbrada a esperar cualquier cosa. Pero hubo varias detalles que le pillaron, como vulgarmente se dice, en bragas... Una fue la decisión del orionita de ser inmortal, de ninguna manera se lo había esperado.

- Señor Urmoz... ¿Usted?-no supo realmente que decirle por el desconcierto que le produjo, quiso tratar de convencerlo de que no lo hiciese, pero si lo hacía rompería con lo que hacía un momento había dicho a todos los presentes, que respetaba la decisión de cada uno... -espero que consiga lo que anhela, buena suerte soldado- terminó por sonreírle, como su capitán era su obligación apoyarlo.

Entonces habló Mccall, por un momento temió que siguiera al MACO, algo que le hizo contener el aliento, había tomado mucho cariño al oficial de comunicaciones... Entonces al decir que elegía ser mortal estuvo a punto de aplaudir y lanzarse a darle un abrazo de oso, pero aquella alegría le duró poco, el tiempo que declaró que no deseaba seguir siendo un tripulante de la Excalibur, lo que hizo que en aquella ocasión se quedara sin palabras, tan sólo fue capaz de quedarse mirándolo, medio en shock, habría sido un amigo además de un gran tripulante, se sintió sola durante unos instantes mezcla de decepción y tristeza por la pérdida que le suponía su deserción.

Y cuando fue capaz de articular palabra Lightman se le anticipó en rapidez. De Alba miró primero la disculpa para con Daemon y después como se dirigía a ella, como si de un partido de tenis se tratara...el rebelde de la Excalibur pidiéndole disculpas, ¡acababa de ver otro milagro!

- Señora Mccall... Respeto su decisión, pero a ver ahora como me apaño sin usted
y su máster en relaciones diplomáticas con los klingon
-Le dedico una sonrisa, no quería ponérselo difícil ni coaccionarlo, Daemon era un hombre de paz y lo entendió a pesar de que acababa de perder a un gran oficial. Al volverse a Lightman su expresión fue más dura- Tengo que pensar que hacer con usted, pero que haya decidido pedir perdón ya es un logro-después de haber sobrevivido gracias a su pericia a los mandos, su enfado por su ida de oya se le había pasado, pero su actitud no podía quedar impune, y era algo que tenía que sopesar.-Cuando estemos en la Excalibur le comunicaré personalmente su castigo