Partida Rol por web

Lo había visto otras veces. Antes de escapar. Una fuerza interior, superior, que no solo era una fortaleza muscular sino mental. Pero tenía la solución.

Una voz: - ¡¡¡Comandante!!!. Era todo lo que precisaba como advertencia.

Había lanzado sus manos contra el comandante, así que estaba preparando una agresión contra este. El Sargento, como buen "hermano" propinó un puñetazo con todo su ser a la base de la mandíbula del prisionero. Luego se lanzó sobre Gaheris para inmovilizarlo mientras da tiempo a separarse al comandante de la agresión sufrida.

La presa sobre las manos de Jankowsky por parte de Gaheris era similar a un martillo hidráulico aplastando un melón. Incluso el dolor y la posibilidad de algún hueso roto era real para el comandante.

Afortunadamente el sargento optó por actuar rápidamente lanzando su mejor golpe, el mismo que en la anterior ocasión hizo volar por los aires a uno de los terroristas en el cuartel general.

Desafortunadamente la situación solo acabaría mal. Muy mal.

Unger saca una de sus cosas afiladas y se lo clava en el antebrazo al polizón.

Si quiere esquivar ... será porque suelta la presa???

Dolía, Jankowsky no esperaba esa fuerza de aquel mequetrefe de tres al cuarto, debía tomárselo en serio. Como pudo y en parte gracias a la ayuda de Unger, se zafó de la presa del cautivo y le lanzó un derechazo directo al hígado con repetición quería dejarlo fuera de combate pero evitar hacerle marcas, aún así era consciente de que su acción tendría represalias pero ya habría tiempo de arrepentirse.

Demonios chico, eres fuerte, pero es mejor que te calmes y comiences a hablar.

Si el joven no bajaba el tono habría que dejarle encerrado, una escalada violenta así acabaría mal para ambas partes.

Sargento, prepare su arma en modo aturdir  y si el prisionero no se calma dispare

Esperaba que Unger le hiciera caso pero quien sabe viniendo de un orionita.

Poco a poco los experimentados soldado comenzaban a dar batalla al aguerrido mercenario, el cual empezó a recibir ataques a diestra y siniestra, ocupando toda su atención en la defensa.

Por el momento ningún MACO se percato del incidente, porque en caso contrario la sala de las celdas pronto sería un hervidero de soldados armados.

 Tras soltar mi presa, realicé una serie de acrobacias, con piruetas en el aire y subiéndome por las paredes, con el fin de esquivar los ataques cuerpo a cuerpo de mis adversarios. No pensaba quedarme quieto para que me arrinconaran unos matones del tres al cuarto y me dieran de lo lindo, así que opté por convertirme en un rabioso y impredecible objetivo en movimiento, aprovechando cada espacio de la celda.

 A continuación, me dispongo a Saltar por encima de ellos, con el fin de dejarlos atrás y salir fuera de la celda y dejarlos encerrados dentro...

No había tiempos para sacar el arma y ponerla en modos extraños. Si se disparaba era para matar. Para aturdir sacudía con ella, pero aún así tenía intención de matar. No se demoró y con las mismas cuchillas que portaba siempre lanzó otro tajo a las saltarinas piernas de aquel mono de feria que se empeñaba en no estarse quieto.

- Tienen que pagar bien por esto. Tras esto dispararé. O por lo menos eso pensaba el grandullón verde.

La situación se le escapaba de las manos, estaba visto que el prisionero no daría su brazo a torcer y la bola de nieve ser haría cada vez más grande. Jankowsky estaba furioso pero herir o matar a un prisionero le podría meter en serios problemas, no.

Sacó su phaser, se aseguró de que estuviera en modo aturdir y disparó al infausto personaje.

-¡Venga, estate quieto de una santísima vez!.

Tanto el puñetazo como la finta asesina del coloso verde encuentran su oportunidad contra el mercenario que no logra evitar los ataques pero la ventana de sus movimientos permite que dé un salto acrobático para llegar hasta la puerta y de allí al pasillo.

El pequeño corte en la espalda de Gaheris no le impedía en su próximo movimiento salir al pasillo y tomar carrera hacia la libertad momentánea. Claro, a menos que el disparo aturdidor de Jankoswky diera en el blanco…

El Sargento MACO no podía esperar más y sacó su arma y disparó al objetivo, que no parecía estarse con intenciones de estarse quietecito. Ya no era un alcance cuerpo a cuerpo, así que su pistola sería lo más adecuado. Además no podía permitir que se escapara así como así, ya que las consecuencias podrían ser catastróficas, no solo en el sentido de la disciplina, sino también para la nave, tener semejante "bicho" suelto podría ser mala cosa. Aún asín no quería alertar a la tropa, ya que podría haber más heridos de lo necesario. - Aún no.

-Maldita sea

Jankowsky temía que el hábil prisionero se les escapara, sin duda la situación se les estaba yendo de las manos al haber subestimado al enemigo. Jankowsky estaba furioso, hacía tiempo que no se sentía así. Pero debía controlar su ira o podría ocurrir algo de terribles consecuencias. 

Salió tras el desgraciado y disparó de nuevo, esperaba no volver a errar como un novato.

-Estate quieto de una vez ¡joder!

 Mientras me disparaban, y me maldecían ordenándome que me quedara quieto, yo les respondí, con todo descaro:

 - ¿Quedarme quieto?. ¡Si, claro, para que me podáis pegar un tiro tranquilamente!.

 Mientras hablaba, seguía realizando fintas y acrobacias asombrosas, con el fin de ser alcanzados por los disparos de los perseguidores. ¡Esto me recordaba aquella vez que aquel comerciante me pillo en la cama con su hija... Y su segunda esposa!.

Gaheris era un problema mayúsculo, semejante a un felino encerrado. Y semejante caos dejo a su paso en su nueva huida, que en esta ocasión es desde las celdas de contención.

El primer disparo de Jankowsky dio en el marco de la puerta de la antesala de las celdas, posibilitando la escapatoria del mercenario que por medio de comentarios hilarantes emprendía la carrera por el pasillo.

Y Gaheris huera logrado su propósito de no ser por los dos guardias que custodian el acceso a las celdas. Los dos soldados MACO apostados en el pasillo ahora son la siguiente valla a superar por el mercenario que es de inmediato atacado.

Va más o menos así:
Puedes hacer dos esquivas sin penalización y la tercera acción (sea cual sea) cuenta como acción múltiple. Y así todas las siguientes en el mismo turno.

 Moviéndome como una rana saltarina hiperactiva, continuo realizando fintas y acrobacias, con el fin de esquivar los disparos de todos los MACOS, con una gracia que haría morirse de envidia a un acróbata de circo y a un patinador artístico. Todo esto me recuerda a cierto noble que me pilló en su harén, con sus concubinas, y tuve que huir de sus guardias para salvar a mis joyas de la familia. ¿Quien diría que tanta experiencia huyendo de catres serviría para algo?.