Partida Rol por web

Cristina, asintió tras las palabras de la doctora,

- Doctora, señor Jankowsky- se despidió de ambos sin añadir nada más, dado que lo único que podía hacer en aquel momento era esperar los informes, se dirigió hacia el puente de mando.

Las órdenes eran claras, aquí no teníamos nada por lo que tirar así que sería mejor que la doctora inspeccionara a fondo los cuerpos.
 

Señor Jankonsky me gustaría que se encargase de la seguridad en enfermería...

-De acuerdo, llevaré unos cuantos hombres y me quedaré yo mismo por la zona.

La doctora también sospechaba del vulcano, no podía negarle nada hasta que no hubiera pruebas.

-Entonces, si Sirril es sospechoso deberíamos vigilarlo de cerca tratando de evitar que se entere. Avisaré a Silky y haré que un par de hombres se conviertan en su sombra.

Entonces usé mi comunicador y avisé para que trajeran unas camillas con las que poder transportar los cadáveres. También ordené a una patrulla de seguridad dirigirse a la enfermería y mantenerla vigilada. Yo mismo acompañaría a los camilleros hasta la enfermería.

No esperé a llegar a la enfermería para avisar a mi compañero, abrí un canal de comunicación con el y hablé.

-Silky, aquí Jankowsky, tenemos motivos para sospechar de que Sirril puede haber tenido que ver en las muertes de estos hombres, tienes que buscarlo y mantenerte pegado a él. Pero evita que se entere que lo estás vigilando, lleva un par de hombres contigo y ten cuidado, si realmente ha sido él puede ser muy peligroso. En estos momentos estamos transportando los cuerpos hasta la enfermería, me quedaré allí con una patrulla para asegurar la zona. Corto.

- Enterado. Procedo.

Su voz se había ido endureciendo por momento y antes de proceder a cortar la comunicación llamó a los dos compañeros que más conocía.

Al tirador le dijo que se quedara en latente. Quería que fuera una unidad de respuesta rápida por si le necesitaban con un compañero de más. Al orionita le había confiado la vida en varias ocasiones. Vendría con Silky y otro soldado más que su amigo elegiría al gusto. - En el que tú más confies.

Ya advertidos todos, fueron a buscar al tipo. No le tenía ganas ni nada al pelele aquel. Luego se percató que estaba en un error. No era el indio, era el vulcaniano. Se referían al vulcaniano. - Cachissss.

Silky alcanzo a leer algo sobre el informe general de la misión en el planeta. El Vulcano había muerto pero en el proceso transportó a todos a la nave, incluyendo su clon. Ahora la casualidad reside en las muertes de los tripulantes por causas desconocidas.

El Orionita hace sonar su cuello y estira sus brazos, ansioso por comenzar la cacería de brujas. En realidad el tripulante de sangre verde jamás le agradó. – Sven es confiable. Ahora lo mando a llamar. – responde Unger a Silky.

De esta forma los MACOs ya podrían comenzar a vigilar al oficial científico…

Silky ya tenía un plan para cuando fuera descubierto. El preguntarle, con interés de aprender cosas de él, para enseñárselo a sus tropas. Si les descubrían, ya daría las explicaciones oportunas, saldrían a la luz con toda naturalidad, y el acoso sería de "LAPA". Ni la pintura de uñas estará tan pegada a él como nosotros.

- Se va a cagar. Va a estar de MACO's hasta los COCO`s.

Sirril acudió al camarote de Simón, los escáneres a la tripulación habían resultado infructuosos y sin duda tenía la seguridad de que los tripulantes de la valiant nunca despertarían, esa sería una noticia que comunicar después.

Simón era la única superviviente real y sin duda podría tener alguna explicación si había sido deliberadamente o poseída de alguna forma.

Sirril se presentó en su camarote para hablar con ella y realizar el examen de actividad cerebral par comparar patrones aunque sin duda no sería eso lo que le cotaria

Cuando el Vulcano abandonó la enfermería Unger lo siguió desde lejos con la única finalidad de saber en todo momento que hacia el oficial científico. Finalmente este se detuvo en la cubierta C, específicamente en la sección de los camarotes. – Comandante, el Vulcano se detuvo frente al camarote de la oficial Simon Ellie, una de los supervivientes de la Valiant. Veremos cómo se las arregla con nuestro compañero que custodia el acceso. – informa Unger a su jefe desde un recodo en la distancia.

Sirril al regresar a la cubierta C, específicamente donde se encuentran los camarotes de los oficiales, encuentra un guardia frente a la puerta donde se aloja la comandante Simon.

El humano frunce el seño y responde al Vulcano – Señor. Por orden de la capitana se prohíben las visitas. Si insiste tendré que informar al comandante Jankowsky. – y su tono no admite negociación.

En el instante que el MACO detiene al oficial científico en la puerta del camarote de la comandante Simón, él descubre al soldado gigantón de piel verde, que desde el otro extremo del pasillo parece vigilar la escena.

Adicionalmente en ese instante Sirril y el soldado escuchan parte de una discusión en la cual Ellie es participe.

Bajo ningún concepto voy a rebajar mi autoridad ante usted y sus formas arcaicas de mando. ¡Quiero que sepa que sus días de servicio están contados! ¡Antes exijo hablar con el capitán y el primer oficial! ¿Está claro? 

Al parecer la comandante discute acaloradamente con alguien por el intercomunicador cercano a la puerta. 

Por un momento el vulcano parecío conterse ante la respuesta del MACO pero algo llamo su atención, una silueta que intentaba permanecer oculta tras una esquina llamo su atención.  El vulcano no hizo además de darse cuenta pero pudo identificar la inconfundible piel verde del orion.

¿A caso le estaban siguiendo? aquella posibilidad pareció casi enfurecer al vulcano pues parecía que la única opción lógica pasaba porque estuviera interesado en el o en Simon.  

Esta bien respondió el vulcano al MACO mientras se iba en dirección opuesta al espia, el vulcano aceleró el paso intencionadamente y tras doblar una de las esquinas del corredor el vulcano se quedo esperando con su phaser preparado para ver si le seguía.

- Gracias hermano. Contestó el comandante: -Voy para allá.

Y no dudó en marchar, solo con el equipo justo (No voy a pasear el fusil de francotirador por la nave sin una escusa especial y adecuada), como la pistola fase y alguna granada (eso que no falte).

Jefe. El orejas puntiagudas salió pitando en dirección opuesta luego de pasar por el camarote de Simón y no poder entrar cuando nuestro compañero lo bloqueó. Creo que va armando, repito. Va armando. ¿Voy tras él?

Evitado y tenedlo controlado. Suspiró. Tráete a la enfermería a la chica que te comenté. Coscorrón incluido. y si da la lata, nokeala.

Entendido. Ordenaré al soldado que custodiaba el camarote de Simon que vaya detrás del Vulcano mientras llevo a la mujer a la enfermería. – dijo el coloso verde con su intercomunicador en mano.

Sirril espera por el MACO Orionita pero en su lugar sorprende al soldado que momentos antes custodiaba la puerta de la comandante Simón Ellie.
Aunque Sirril no se encuentra al acecho, algo advierte al soldado como para detenerse al ver al Vulcano.
El hombre se detiene sorprendido ante la posición del oficial Vulcano, dejando a este su oportunidad de actuar antes que el militar.