Partida Rol por web

Enterado hermano, estoy en el acceso de esta.

Se notaba que estaba tapándose la boca para hablar.

Sirril bajo el phaser lo suficiente como para que el soldado no temiera por su vida de forma inmediata, pero lo dejó apuntando al suelo sin recojerlo de tal forma que pudiera dispararle si intentaba lo más mínimo.

El rostro del vulcano portaba una mueca por la cual podía interpretarse que estaba cabreado.

¿Soldado, usted y el orionita estan siguiendome? espero por su bien que si esta siguiendo ordenes vengan de la propia capitana y me lo haga saber de inmediato, porque de otra forma le leeré la mente y obtendré las respuestas que busco.

El soldado retrocedió un par de pasos ante la imponente mirada del Vulcano. Entonces respondió luego de tragar algo de aire – Son órdenes de un superior al Orionita. No sé nada más. Es la verdad, no sé nada más.- afirma el soldado al mostrar sus manos tras colgar de su hombro el rifle reglamentario.

El tono de voz del vulcano no parecía cesar en su enfado.

Esta espiando y siguiendo a un oficial, más vale que no se haya conformado con la orden de un cabo para hacer semejante acción que le puede conllevar un consejo de guerra.  Es su última oportunidad ¿De quien es la orden?

El soldado continúa retrocediendo, casi hasta volver a la intersección; entonces las nuevas palabras de Sirril obligan al soldado a profundizar su explicación. – El superior de Unger dio la orden. Es el comandante Silky. Lo juro – responde el hombre sin ánimos de permanecer allí un segundo más.

El comandante Silky no tiene autoridad para dar una orden así, váyase de aquí

Parecía que el soldado decía la verdad, desde luego el comandante no tenía autoridad para aquello, por lo que sin duda el vulcano apuntaba a la propia capitana muy a su pesar pues el primer oficial no hubiera dispuesto una orden así sin su consentimiento.

El vulcano volvió sobre sus pasos para compro ar si el oronita custodiaba ahora la puerta de Simón o si le seguía acechando

El soldado se retiró por donde vino, doblando la esquina en dirección al pasillo donde se encuentra el camarote de la comandante Simon.

Allí fue cuando el oficial científico se vio sorprendido por el Orionita que muy bien oculto lanzó sus fuertes brazos en dirección a Sirril con intención de alzarlo por los aires.

Tal es la ventaja del MACO que Sirril no tiene un ángulo fácil para disparar con su pistola. Ahora deberá hacer uso de sus habilidades físicas…

El oronita pareció sorprender al vulcano con una habilidosa maniobra, pero Sirril no resultó ser la presa fácil que podía imaginar. Con una perfecta llave el vulcano giro sobre si mismo para sacarse de la verde amenaza.

Está atacando a un oficial superior, sabe lo que eso significa? Detengase ahora o le aseguro que acabaré con usted sin necesidad de un consejo de guerra.

El MACO sonríe con malicia al ver la reacción felina de Sirril y su posterior postura defensiva. El Vulcano es muy hábil para no ser un militar pero en este caso los reflejos de Unger anticiparon el movimiento.

Solo dando un paso atrás el soldado apunta con su arma al oficial científico.

-Me importa un carajo sangre verde. Son órdenes. Tu, maldito traidor chupasangre, arroja tu arma y lo resolveremos con los puños.-  responde el soldado, dejando de lado su ataque ante las palabras del oficial pero sin bajar la guardia ni un instante.

El vulcano había conseguido safarse de la presa de Unger quien ahora le apuntaba con su phaser. Desde luego parecía decidido, pero su excesiva violencia hacía el vulcano sorprendió a Sirril pues dudaba que le hubieran dado tales ordenes.

Su elevado ego parecía ser su punto débil aunque no así sus puños, Sirril dejó su phaser en el suelo y se preparó para el combate cuerpo a cuerpo donde se desenvolvía muy bien.

¡Aquí me tienes!

El coloso verde tras levantar su guardia con el estilo de combate marcial de la milicia descarga su brazo en un imponente puñetazo, que va dirigido al rostro del Vulcano.

-¡Rrrrhaaaa!- grita el MACO al lanzar el golpe, bajando levemente la guardia por un instante.

Mientras tanto las luces se tornan en un tono amarillo suave por algunos segundos. Sirril reconoce la señal.

Desde el puente han decretado el estado de emergencia previo a la alarma general.

El impotente oronita se abalanzó contra el vulcano quien volvió a intentar esquivar el golpe pero esta vez no lo consiguió del todo sintiendo la dureza del puño de su contrincante.

El espacio del pasillo era limitado y a corta distancia los musculos de Unger eran un gran rival... quizá demasiado.

El golpe envió un par de pasos hacia atrás al Vulcano sin llegar a derribarlo. Su esquiva fue insuficiente pero alcanzo a desviar gran parte del golpe, y con ello rescatando un knock-out completo.

Por donde mirase al Orionita este no presenta ningún signo de control mental o similar. Más bien parece disfrutar de la pelea tras su primer golpe exitoso.

El vulcano pudo desviarse lo suficiente para no recibir el brutal impacto de lleno. Aprovechando la maniobra y que el oronita se había acercado lo suficiente, Sirril amarro el brazo para lanzarse a aplicar su pellizco vulcano con toda la fuerza que fue capaz de reunir.

Asió sus dedos sobre el cuello verde buscando los puntos críticos del sistema nervioso para desactivar al forzudo

La agilidad del Vulcano en esta ocasión es superior a la masa de músculos del soldado MACO. Sirril moviéndose con gracia y estilo se ubica detrás del orionita para realizar una prensión vulcana a su contrincante y dejarlo fuera de combate plenamente desmayado.

Entretanto la nave continúa temblando, como si esta tuviese un mal viaje

La fuerza bruta se vió superada por la técnica del vulcano, quien con un preciso pellizco paralizó el sistema nervioso del oronita haciéndole caer al suelo incosciente.

Sirril tomo unos instantes para recuperar el aliento mientras notaba las vibraciones de la nave que indicaban que algo estaba pasando. Sirril le daba vueltas a toda aquella situación, a lo que estaba pasando. Habían dado ordenes de deterle? de acabar con él? fuera lo que fuese podía estar relacionado con las muertes de los ingenieros y sería mejor averiguarlo antes de que algo más sucediera.

Con Unger fuera de combate y sin poder resistirse, Sirril puso sus manos sobre el cuerpo para hacer una lectura mental y encontrar respuestas

La mente del Orionita es un completo misterio para el oficial científico. Más de un minuto intentando establecer un enlace telepático con el grandulón de piel verde resulta en una completa pérdida de tiempo.

Sirril toma un respiro antes de volver a intentar y entonces ve la habitación de Simón abierta y el otro soldado tendido boca abajo entre el pasillo y el interior del camarote.

Una sensación de que las cosas no marchan para nada bien invade al Vulcano.

La mente del oronita parecía cerrada y la visión del otro soldado caído no era buena señal, Sirril se levanto recogío su fase y el del oronita arrastrando su cuerpo incosciente hasta el camarote para dejarlo encerrado allí. El otro MACO caido era perfecto para intentar otra lectura mental para después entrar en el camarote de Simón la cual sin duda ya no se encontraría allí.

La alarma amarilla sin duda no era una buena señal, Sirril estaba convencido de que algún ser de la pirámide había llegado a la nave en algún cuerpo y sin duda Simon era la perfecta candidata. Hacía tiempo que no sabía nada del resto pero sin duda las vibraciones de la nave no eran buena señal, quizá más muertos o quizá un sabotaje... fuera lo que fuese había que actuar rápido.