Partida Rol por web

Regresé junto a la Suplicante a uno de esos balcones para seguir observando la ceremonía. Debía mostrarme tranquila, concentrada en el evento como una mas para que mi acompañante se relajara y no me prestara atención.  Pero mi mirada se mostraba inquieta buscando cualquier indicio que Sirril había actuado.

Cuando eso ocurriera buscaría la forma de escabullirme, no debía ser difícil si el centro de atención era la sala y proteger el símbolo sagrado del incendio

Jankowsky rescata, con ayuda de Lightman, al tripulante restante de la Valiant. Ese último esfuerzo de los dos hombres sirve para que la doctora Walker realice un rápido escaneo en todos los prisioneros, en búsqueda de la mejor forma de ayudarles a recuperar la conciencia.

Lo que descubre es poco prometedor. El estado comatoso es el producto de la mala compactibilidad del sistema de soporte vital de Los pozos de la Desesperación, así como la posible mal función del equipo arcaico que allí se encuentra.

El daño cerebral es tanto que el cuerpo de los prisioneros entro en coma a fin de salvaguardar las funciones vitales, e intentar despertarlos podría causar más daño neurológico, hasta incluso la muerte.

¿Fuego? ¡Fuego, fuego en los jardines! – advierte un guardia al momento en que acuden todos los presentes al sitio del incendio.

Segundos antes Sirril provocó las llamas en algunas plantas de tallo seco y hojas marchitas por el proceso artificial de otoño dentro de la Pirámide. El fuego resultante trepó hasta un conducto eps procedente del subsuelo y provocó un cortocircuito que amenaza con dejar sin energía el nivel entero.

Es ahora o nunca, para que Aleksandra y Sirril puedan cruzar por la puerta.

Las llamas aparecieron instantes después del disparo de Sirril, rápidamente se extendieron provocando la alarma entre los habitantes de la pirámide, el vulcano hizó una señal a Aleksandra había llegado el momento. Sirril se acercó a la espalda de la suplicante que miraba el fuego y le hizo un pellizco vulcano para dejarla inscosciente.

Una vez la suplicante estaba fuera de combate cubriendo así su movimiento corrió hacía el nivel superior junto a la alferez.

La distracción de Sirril había sido completamente genial, no esperaba que con tan poco se hiciera tanto, que pudiera arrastrar a ese grupo tan grande y darnos una necesaria oportunidad.

Ahora tocaba escabullirse entre el ajetreo y descender al nivel que nos interesaba, sortear guardías...

Esperé estar de nuevo con el Vulcano y vi pronto que se disponía a hacer. Deshacerse de nuestra incómoda guía por las malas.

Pero viendo que no las tenía todas consigo decidí atajar a lo seguro. Un disparo de phaser en modo aturdir.

- Por favor, perdona.- Dije en cuanto el haz de luz salía e impactaba en la Suplicante

- ¡Maldición!- mascullo al oír el diagnóstico de la doctora - Tanto esfuerzo para nada... Ya me dirán como acarreamos con tantos cuerpos nosotros tres.

Golpeo con la bota un guijarro, que cae dentro del pozo.

- Casi no nos queda tiempo, si es que la nave aun no ha caído. No hemos desconectado la energía y no podemos llevarnos a estos compañeros... no es muy alentador, la verdad...

Estaba de acuerdo con el piloto, la situación era extremadamente compleja, llegados a ese punto abrió una comunicación con Sirril.

-Sirril, aquí Jankowsky. Hemos rescatado a 6 supervivientes, pero están inconscientes. Tratar de despertarlos podría ser peligroso para su integridad, pero somos muy pocos para mover estos cuerpos y huir. La verdad es que no tenemos muchas opciones, a no ser que los habitantes del planeta colaboren algo que veo complicado a estas alturas. Podríamos tratar de meterlos en el pozo de sanación pero encontraríamos a demasiados enemigos como para hacerles frente. Espero que usted tenga mejores noticias.

En cuanto al flujo de energía no hemos visto nada, los supervivientes compartían espacio con otros cadáveres flotando en una especie de sala esférica de ingravidez.

-No es necesario acarrearlos a todos; es una cuestión de prioridades, señor Lightman: ¿prefiere tratar inútilmente de salvar a seis hombres o verdaderamente rescatar a uno?- Preguntó Diane todavía acuclillada junto a los cuerpos inertes. No era la primera vez que se encontraba en una situación similar y sabía que dadas las circunstancias se verían abocados a tomar una decisión y a sobrevivir con las consecuencias. Pero de nada serviría cualquier tipo de elucubración en caso de que la Excalibur no se liberara de algún modo -Dadas las circunstancias, creo que la mejor opción sería centrar todos nuestros esfuerzos en detener el rayo tractor; de nada servirá tomar una decisión u otra si no hay ninguna nave para recogernos.

La prensión muscular del Vulcano no surgió efecto en la Suplicante, y con ello todo el plan se echaba a perder. Y así fue hasta que Aleksandra, que con gran determinación,  desenfundó su pistola y disparó a bocajarro a la Suplicante con su arma en modo aturdidor.

De ese modo los dos tripulantes lograron abandonar el nivel en dirección superior, siempre subiendo escaleras y cruzando niveles de oficinas, salas de reuniones y demás espacios preparados para el correcto funcionamiento de la casta conocida como los Guardianes.

En todos esos lugares nadie había para detener el avance de Sirril y Aleksandra. Por ende llegaron en menos de diez minutos al punto de acceso al anteúltimo nivel.

Casi llegando al final del nivel, otra puerta acompañada de dos guardias, les cierra el paso.

Ellos aun no han visto a los tripulantes de la Excalibur, y estos los observan desde el recodo de una salón gimnasio. 

Sirril asintió en señal de aprobación a la alferez, nuevamente había demostrado ser de lo más eficiente. Sin perder más tiempo ambos se encaminaron hacía los niveles superiores hasta llegar a una última puerta que daba acceso al nivel superior.

Mientras avanzaban por el corredor Jankowsky dio la situación del otro equipo, la respuesta de Sirril no se hizo esperar.

Dos guardias cerraban el paso, armados con aquellas especies de lanzas, Sirril y Aleksandra tenían el factor sorpresa de su lado, no había tiempo que perder así que en aquella ocasión tomarían el camino más corto. Sirril hizó una señal a la alferez indicándole su objetivo. Apuntar y disparar, eran un blanco asequible, estáticos, desprevenidos y sin cobertura.

¿Podría ser peligrosos despertarlos? no más que volver a dejarlos donde los encontramos. Estamos a las puertas del último nivel. Hemos provocado un incendio en la sala de la ceremonia que les mantendrá ocupados un rato pero no durará mucho, No pueden llevar 6 cuerpos hasta el pozo, pero quizá puedan llevar algo del pozo hasta ellos. La distracción que hemos generado puede que sirva para que alguien llegue al pozo y si algo de su agua puede ser suficiente, si no lo ven viable o encuentran resistencia aguanten junto a los cuerpos. Doctora Walker, determine el riesgo de despertarles. Si el pozo no es una opción a parte de eso solo puedo ofrecerle utilizar el transportador lo cual ya es un riesgo en si.

- Sabe doctora, en mi pueblo hay un dicho: no dejamos a nadie atrás. Esta gente depende de nosotros para sobrevivir, tenemos que encontrar una solución. Y lo que ha dicho Sirril del agua del pozo puede ser una buena opción. Si nos ha curado de las heridas, no veo porque no puede hacer lo mismo con ellos. Regresaré a la sala y traeré de ese agua, seguro que los revive.

Me levanto y busco algo con lo que llevar el agua.

- ¿Hay algún tipo de cubo o recipiente? Necesito algo para acarrear ese líquido.

Sirril miró a los ojos a Aleksandra a fin de coordinar sus movimientos, el vulcano se alzó tras la esquina apuntando a su objetvo y con un certero disparo alcanzó a uno de los guardias antes de que pudiera darse cuenta.

No había tiempo que perder ni rodeos que dar. Sirril pensó lo mismo, lo vi en su mirada, decidido a cargar de frente contra esos enemigos para abrirnos paso.

Se abrió a un lado y disparó, yo hice lo mismo, en el sentido opuesto apuntando al otro guarda y no me templó el pulso. Me supo peor con la Suplicante que contra alguien armado y peligroso.

El ingenio Vulcano es puesto a prueba, además de servir para ayudar a sus compañeros en el subsuelo, cuando la idea de llevar liquido del pozo de curación surgió.

Lo único en contra es la imposibilidad de despertar a los tripulantes de la Valian; primero porque Diana no dispone de los elementos necesarios para realizar las reanimaciones; segundo porque tal vez el daño sea irreversible y despertarlos se iguala a una condena a muerte.

Miles de metros sobre todos la Excalibur se acerca irreversiblemente al planeta, mientras un grupo aguarda en la superficie buscando partes de repuesto y esperando por aquellos en la pirámide, y Jankowsky y los demás tratan de rescatar a sus compañeros terrícolas y a la vez intentar detener el rayo tractor.

Lightman, por su parte busca algo con que llevar agua desde el pozo a los tripulantes en coma.

El tiempo vuela…

Los guardias sin escapatoria ni previo aviso son aturdidos por los precisos disparos de Aleksandra y Sirril, los cuales ingresan al próximo nivel dejando confusión y caos en el incendio del jardín colgante, luego de cruzar el nivel de entrenamiento de los Guardianes.

El siguiente nivel de la pirámide se encuentra desolado en este momento, ya que aquí se hallan las habitaciones de la jerarquía y de los guardianes. Todos al encontrarse en la sala de la joya facilitan a los dos tripulantes en su tarea de llegar a la sala de control.

Finalmente llegan al último acceso, que se encuentra separado por un largo pasillo de diez metros, donde una especie de bóveda protege el paso.

Allí dos guardias custodian la impenetrable entrada al último nivel, a la sala del Devoto o sumo sacerdote como suelen llamarlo.

Inspecciono minuciosamente la sala hasta que doy con un recipiente adecuado para traer el agua del pozo curativo.

- Tendrá que servir - digo mientras lo cojo - No tenemos nada más... Regresaré a la sala del pozo y volveré con este trasto lleno, tal vez podamos despertarlos.

Los guardias habían sido derribados con dos buenos disparos, Pongamonos sus túnicas, no servieran para pasar por ellos pero a media distancia nos pueden dar unos segundos vitales.

Sirril se apresuró a colocarse la capa de la misma forma que solían llevar los guardianes mientras esperaba que Kuznetzov hiciera lo propio.

Los siguientes metros fueron sencillos, sin resistencia, las instalaciones estaban vacías por la ceremonia hasta que al fin llegaron a su objetvio.

La puerta era prodigiosa sin duda no podrían forzala, pero no había ni tiempo y opciones para dudar en aquel momento. La distancia era mayor que en el anterior disparo y Sirril sabía que esta vez las opciones eran pocas. Sus armas parecen de cuerpo a cuerpo, iremos de frente a ellos con suerte estas capas y las dudas inicales que tengan nos harán ganar los metros suficientes para tener disparos más fáciles y limpios. Estan acostumbrados al cuerpo a cuerpo con las bestias de hay fuera, es altametne probable que no esperen un disparo a distancia.

Dicho esto el vulcano volvió a mirar a los ojos a Aleksandra para sincronizarse, se puso en pie avanzando hacía las figuras para disparar cuando estuviera en una mejor posición mientras los guardias le daban el alto.