Partida Rol por web

A bordo de la Nave No Identificada

De Alba avanza cautelosamente por el desolado pasillo con todos sus sentidos al máximo, y por eso mismo Cristina logra encontrar cobertura en una esquina para evitar ser sorprendida por dos humanos que se dirigen con velocidad al turbo ascensor.

Sus uniformes son de color negro, sin distinciones y en sus manos llevan una pistola phaser y un tricorder. Parece que buscan algo…

Luego la capitán queda libre de avanzar, entonces descubre que el nivel donde se encuentra es uno de los superiores, cercanos al puente para ser preciso. Cerca se encuentra el hangar de lanzamiento y el núcleo de la computadora central. Por el pasillo, hacia el sur, se encuentran algunos camarotes.

Cristina había logrado avanzar sin ser interceptada por el enemigo, era plenamente cosnciente de haberse metido ella solita en la boca del lobo pero si actuaba con rapidez podría recopilar la información necesaria para salvar a la Excalibur, valía la pena intentarlo.

 Con el corazón más acelerado de que le gustaría y la adrenalina a cien, buscó unos segundos de reflexión para calmarse y decidir por donde seguir, al ser una nave terrestre sabía perfectamente donde estaba el puente y si sus suposiciones eran correctas, no debería de haber demasiados oficiales operando la nave, de ahí la premura por reclutar a nuevos tripulantes por parte del capitán desconocido, de manera que se dirigió al puente con el fáser a punto para ser utilizado, esperaba poder ver al malnacido que había atacado su nave.

Cristina entonces decide utilizar la escalera de mantenimiento junto al turboascensor y de ese modo llegar al nivel del puente sin que nadie la encuentre hasta que es demasiado tarde. Desde un conducto de aire ubicado en el techo Cristina observa el puente a escondidas.

El sitio es bastante lúgubre, por la poca iluminación y la ausencia de conversaciones. Aparte del ambiente siniestro del puente, las estaciones son bastante similares para la capitán de la NX. Ella reconoce la estación de ciencias, la de ingeniería entre otras.

La silla del capitán se encuentra vacía, sin que nadie la ocupe, pero en cambio el puesto del timonel, el de ingeniería y el de tácticas están ocupados por tres humanos. Dos de ellos pertenecen a la tripulación de la Excalibur y el tercero tiene un uniforme desconocido para Cristina.

Los tres tripulantes trabajan en el mas absoluto ensimismamiento, sin atender los sucesos a su alrededor.

La capitana de la Excalibur no pudo evitar sorprenderse por encontrar el puente del enemigo semivacio y encima tripulado por dos de sus hombres, observó el traje de uno de los oficiales de aquella nave, no conseguía ubicarlo. Entonces decidió tratar de reconocer el máximo número de objetos y mandos de la nave para elaborar un plan, le decepcionó no encontrar al capitán pero tal vez aquello podría ser una ventaja. Aunque su instinto le decía que lo más sano sería utilizar su faser contra aquellos tres, sabotear la nave y volver echando leches a la Excalibur...

Por mucho que Cristina se esfuerza en otear el puente de mando desde su escondite nada descubre que realmente llame su atención. Desde allí arriba la capitana del Excalibur se encuentra en un punto muerto, incapaz de actuar para beneficio de ella y de su nave.

En algún momento ella deberá bajar y obrar con rapidez para que todo no termine mal. 

Quizás tendría que mirar más de cerca para ver como podía actuar en beneficio de su nave, pensó Cristina viendo que desde su posición lo único que podía pasar es que terminaran por descubrirla antes de que pudiese hacer algo. Así pues, asegurándose de que tenía el fáser en modo aturdir se aventuró a bajar para apuntar al tripulante del uniforme oscuro y disparar para dejarlo fuera de combate. Después se ocuparía de sus hombres y trataría de sabotear la nave y ponerse en contacto con su tripulación.

Cristina dispara al humano que no es de su tripulación con su phaser en modo aturdidor. El ataque por sorpresa toma desprevenido a los ocupantes del puente, dejando fuera de combate al hombre de uniforme oscuro.

Los otros dos, en cambio reaccionan casi con lentitud, como si les costase coordinar sus movimientos. Sin demostrar ningún tipo de emoción, los dos tripulantes desenfundan dos armas de mano y se prestan a abrir fuego a la capitán que por el momento lleva la ventaja.

En la mirada de los dos tripulantes nada se puede rescatar, la cual es similar a la de un muñeco de escaparate, o también a un Vulcano carente de todo sentimiento.  

Cristina se quedó pillada al ver como sus hombres reaccionaban como si no la conocieran, debían de estar sometidos a algún tipo de control, pero no tenía tiempo para pensar en eso, pues estaban más que dispuestos a abrir fuego contra ella así pues se apresuró a apuntar y disparar.

Los dos tripulantes apenas logran reaccionar ante los movimientos de Cristina. El primero cae aturdido por el disparo y el segundo salta detrás de la estación del timonel.

La capitana le hubiera dado pero un desperfecto en la pistola phaser arruina su disparo dejando inutilizada el arma. En ese momento el último enemigo extrae de sus ropas una pistola phaser de color negro y dispara contra De Alba que se halla sorprendida por la falla de su arma. Tan solo cuatro metros la separan del tripulante atacante…

Critina miró su arma con estupefacción para mirar a su oponente y tenerlo todo muy claro... si no se movía se tragaba el disparo de su extripulante. Sin dudarlo un segundo se tiró en plancha a un lado para cubrirse tras una de las consolas de mando, necesitaba un mínimo de protección mientras trataba de reparar su pistola... que en menudo mala hora se ponía en huelga. Pero la capitana con los nervios no sabía ni por donde empezar, tan indignada como cardiaca se puso a zarandear el dichoso faser ¿Y si se lo tiraba a la cabeza?

Cristina evita la muerte por escasos centímetros al encontrar cobertura detrás de la estación y silla de Ingeniería. El rayo de la pistola phaser da en una esquina de la silla del puesto para destruir una parte de la misma y producir un poco de humo al desintegrarse el tapizado.

Esta más que claro que el próximo ataque del tripulante “zombi” podría no fallar, ya que la escena se ha transformado en un juego macabro de puntería y De Alba es el blanco móvil.

A falta de problemas otro mas se agrega. En la silla del capitán se materializa una imagen humanoide. La imagen holográfica mal definida es la misma que hablo en el puente de la Excalibur y la misma que apareció en las celdas.

Después de todo la Andoriana no mentía. Me trajo un presente, la capitán De Alba. Si te rindes liberare a tus dos tripulantes de mis controladores mentales. –

La misteriosa imagen se levanta de la silla del capitán y avanza hasta la mitad del puente. Allí espera la respuesta de la humana que nuevamente se encuentra entre la espada y la pared.

Cristina estaba sopesando muy seriamente la opción de arrojarle la pistola fáser a la cabeza a su extripulante, cuando se materializó el capitán enemigo. De Alba miró atónita la imagen... ¿pero que coño...? entonces el holograma se puso a hablar

Después de todo la Andoriana no mentía. Me trajo un presente, la capitán De Alba. Si te rindes liberare a tus dos tripulantes de mis controladores mentales.

La capitana de la Excalibur se quedó unos segundos sin poder moverse, en uno de esos momentos en los que si te pinchan no sangras, pero su orgullo la ayudó a articular palabra. Era plenamente consciente del lio tan tremendo en el que se había metido, pero no se dejaría amedentrar tan fácilmente.

- Yo un presente... vaya que cosas, si llego a saber que tenía un admirador secreto me habría arreglado el pelo- tiró de ironía- y veo que sigue siendo tan poco educado como para seguir ocultándose, ¿Cómo quiere que me rinda y confie en la palabra de un fantasma incorpóreo como usted? Debería tener la decencia de presentarse como es debido y de  paso me gustaría saber entre otras cosas, que desea usted de mi nave, de mi tripulación y de mi.

Con expresión neutra, como si no supiese lo que está haciendo y ni siquiera dándose cuenta de la nueva presencia en el puente de mando, la mujer que ha atacado a Cristina, y ha fallado por poco, se mueve unos pasos para tenerla a la vista de nuevo y vuelve a efectuar un disparo.

El haz atraviesa el holograma y se dirige hacia la capitán de Alba, ésta está respondiendo a la oscura figura y parece un blanco desprevenido.

De Alba se encontraba mirando atentamente el holograma cuando algo inesperado pasó, un rayo de fáser atravesó la negra silueta para dirigirse directamente hacia la capitana.

Quizás la aparición de la figura misteriosa fue una treta para acabar con De Alba, porque el tercer disparo hiere gravemente a la capitana en el hombro.

Entonces la figura misteriosa intercede con aparente enfado mal disimulado. - ¡Alto! Quiero a la mujer con vida. Pon tu arma en aturdir. – luego el hombre enigmático se dirige a Cristina nuevamente.

- Mi condición aquí es esta. Una imagen, una proyección desde un sitio que escapa a la comprensión. Por lo tanto sus jugarretas no servirán conmigo. – la figura hace una pausa intentando ganar tiempo y termina su frase, como si planease algo entretanto - Deseo lo mejor para el cuadrante y para ello hay que hacer pequeños sacrificios. Uno de ellos es que usted entregue a su doctora y al Vulcano; desde luego mi demanda ya es conocida por usted. - 

La capitana de la Excalibur no había podido hacer nada por esquivar el disparo, había sido del todo imprevisto y no tuvo de reaccionar, Cristina cayó al suelo de espaldas pero consiguió sentarse sobre sus rodillas con lentitud aferrándose el hombro con la diestra mientras la sangre manaba profusamente de su herida. El dolor le recorría todo el cuerpo pero no tenía intención de morir de rodillas, con gran esfuerzo se sostuvo a una de las consolas para ponerse de pie y encarar al holograma.

Deseo lo mejor para el cuadrante y para ello hay que hacer pequeños sacrificios. Uno de ellos es que usted entregue a su doctora y al Vulcano; desde luego mi demanda ya es conocida por usted

- Y una mierda, usted no es más que un burdo asesino. Aniquiló a toda la tripulación de la Valiant y también pretende aniquilar a la mía. ¿Para que quiere a la doctora y al vulcano? ¿No posee una tecnología superior? Pues apáñese con lo que tiene. ¿Quien me asegura que mis tripulantes vayan a estar bien, quien me asegura que son requeridos para un bien mayor? El destino de ellos si se los entrego será la muerte, al igual que el mío y el del resto de mis hombres, dudo de su palabra y de sus intenciones. Si va a matarme hagalo ahora- lo desafió, de todas formas ella no daba una peseta por su propia vida, aquel hombre, sombra o lo que fuera desconocía lo que era la piedad

La sombra meditó por un momento la respuesta para De Alba, entonces conteniendo una carcajada habló para la capitana – Duval es un inepto que desatendió las ada vertencias y cayó en la misma trampa que usted en este planeta. Quizás si sus hombres sortean los obstáculos del planeta su nave pueda salir de esta encrucijada. Yo solamente me encargue de los reptiles y de su nave pero no puedo hacer nada por la estupidez humana. ¿Quiere seguridad para su tripulación? Pues le permitiré que usted misma vaya a la consola de tácticas para desactivar las armas. – Entonces la figura señala al tripulante que actúa como un robot – Tu. Permite que De Alba desconecte las armas. No le dispares. – y en respuesta el tripulante baja su arma y se aleja de su sitio hasta una esquina del puente.

- Ahora es su movimiento capitana. Sea inteligente y salvara no solo a su tripulación; también a las próximas generaciones. - advierte el figura misteriosa para luego aguardar la acción de Cristina. ¿Duval lo sabia? ¿Hasta donde es mentira y desde donde comienza la verdad? Aquellas preguntas no dejan de girar en la mente de la mujer.

Cristina no se encontraba bien y mucho menos delante de aquel holograma que la hacía quedar como a una idiota. Le jodía que la tratara como a una niña pequeña y que estuviera tan seguro de sí mismo puesto que eso la hacía sentir inseguridad en sí misma y aquello era algo que no se podía permitir en aquella situación.

Duval... el capitán de la Valiant, estaba vivo tal y como habían sospechado. Pero lo que empezó a atormentar a De Alba eran varias cosas, entre ellas la información recogida de la Valiant y lo poca información que estaba recopilando del extraño. Podía matarla en cualquier momento e ir directamente a por la doctora y el vulcano, no necesitaba su permiso, ignoraba por qué razón la prefería con vida, pero si le ofrecía la posibilidad de desactivar las armas era algo que no podía desaprovechar.

La capitana con la respiración entrecortada por el dolor del hombro observó como su tripulante se alejaba para después mirar al holograma, a continuación tomó asiento en la consola con cierta dificultad y procedió a desactivar las armas... o al menos intentarlo.

- ¿Qué me estás queriendo decir con que te encargaste de los gorn? Y aún no me has contestado a mi principal pregunta. ¿Por qué necesitas a Sirril y a la señora Walker?