Partida Rol por web

-Veo que su pasión por las mujeres no te ha perdido el cerebro, también había pensado en causar un buen petardazo, menos mal que no lo hice, pensaba que era la única a bordo... dijo la andoriana -A unos pocos metros he visto los depósitos de deuterio, seguro que harán unos bonitos fuegos artificiales si sitúa ahí sus cargas... pero será peligroso, sus cabinas no estaban muy alejadas y seguro que han reforzado su presencis comentó señalando hacia el pasillo -Y Silky, disculpe lo de antes, el engaño era necesario.

Cristina agradeció el apoyo del Maco, la herida del hombro le estaba pasando factura pero aún debía hacer algo... quizás lo más cómodo sería dejar hacer a sus hombres pero había algo que la inquietaba, la duda había sido sembrada en ella y simplemente no podía marcharse de aquella manera, en aquellos casos ser capitán era una mierda.

- Debo ir al puente. Preparad las cargas y tenedlo todo preparado- dijo De Alba muy seria consciente de la dificultad que aquella orden entrañaba para su tripulación- Necesito unos minutos, si los comunicadores funcionan me pondré en contacto con vosotros, es posible que consiga resolverlo todo sin necesidad de volar la nave, no obstante no pienso arriesgar a la Excalibur ni a sus hombres. Si no recibis noticias mías seguid a cabo con el plan

Asentí ante las palabras de la Capitana, era indudable que ninguna de las dos podía quedarse un segundo más sobre aquella nave. Tomé el brazo sano de la comandante y lo pasé por encima de mi cabeza, para ayudarla a movilizarse. A continuación, hice un gesto a uno de los soldados para que hiciera lo propio con la Oficial Táctica.

Llegamos hasta donde se encontraba Silky y dejé a De Alba bajo la custodia de uno de los MACO.

-La Capitana ha ordenado continuar con la operación -le indiqué a Gauntle-, es tu decisión si las escoltas de vuelta a la Excalibur o si permaneces en la nave hasta que terminemos con esto.

Hice una pausa, esperando la respuesta del jefe de los soldados. No sabía que gritaría su espíritu. Su deber para con la misión igualaba a su obligación de asegurarse el bienestar de la Capitana, el viaje de regreso podría ser tan mortal como profundizar en la nave enemiga.

Aguardé a que me respondiera y luego, sin más, ordenaría a tres de los MACO que me siguieran y me dirigiría hasta los depósitos de deuterio. En el camino, consultaría mi Datapad, accediendo rápidamente al mapa de la nave enemiga y ubicando la posición de sus sistemas críticos, especialmente núcleo de energía, motores, control de armas, comunicaciones y soporte vital. Podríamos volar los depósitos de deuterio, pero yo quería tener el absoluto control sobre le destino de aquella nave.

De Alba continuaba pálida pero tras tomar la decisión pareció recobrar seguridad en sí misma,lo que le permitió avanzar por el pasillo con más autonomía.

-Una última cosa señor Ollander, esté atento al comunicador, manténgame informada en lo posible. Mi intención no es inmolarme con la nave. Si puede hacerse con el control será de más utilidad que si la destruye. Iré al puente sola-indicó caminando por ella misma

-Si, señora -afirmé-. Trataré de conseguir la nave, pero no puedo quedarme tranquilo si insiste en volver sola. Perdimos dos hombres en el abordaje. No es un viaje sencillo.

Miré a Silky.

-¿Qué opinas?

En cuanto vio a las "chicas" hizo que los trajes vieran la luz. - Mira que los sabía. Se repetía a sis mismo una y otra vez. Menos mal que los trajimos. Para cuando el ingeniero le comentó que los sacara, ya estaban extendidos y listos para ser puestos. Una sonrisa picarona destelló durante un instante, por el orgullo, pero eso enseguida se transformó.

Los odiaba a los cuatro. Incluido a si mismo. Los odiaba y los odiaría siempre por esto. 

- No va a ir sola. 

Iría con ella, y nadie más. Dejó a los comandos MACO en la escotilla para control y acceso y comentó: - Ustedes ya no hacen falta aquí. Señaló a la pitufa que en cuanto le dijo lo del comentario de engaño sonrió. - Más motivos para odiar a los navales. También había señalado al ingeniero. - Regresen.

Era una suerte haber tropezado con los que querían rescatar tan de pronto, y por lo menos mandara uno de ellos a la nave, y poder decir que por lo menos, la misión había sido un éxito, aunque solo fuera en parte. La cabezona de la capitana quería liarla más aún, cuando con lo que traían podían destrozar la nave desde allí mismo. Entonces mostró las cargas de demolición que traían. - Jefa. comentó con sorna. Igual podemos hacer el trabajo desde aquí.

La mirada determinante y la correspondiente orden de la capitana no dejaban lugar a cuestionamientos. El plan se llevo a cabo y un pequeño grupo volvió a la Excalibur, entre ellos la oficial de tácticas Isathaa que necesitaba pronta atención medica. El resto – Ollander y Silky - aguardo en la entrada a la nave por su capitana luego de colocar las cargas explosivas en las inmediaciones.

Los explosivos estaban colocados de tal forma que podrían destruir toda la red EPS central de la nave, desconectando de forma permanente el puente de mando de la sala de ingeniería. De ese modo la nave perdería la capacidad de ser pilotada desde el puente así como de asistir los motores. Luego lidiarían con el armamento enemigo, por supuesto si salían del rayo tractor.

También llevaron de regreso a la NX un tripulante desaparecido en el primer ataque. El tripulante, un alférez de ciencias, había actuado aparentemente contra su voluntad hasta que fue reducido por la oficial y la capitana. Quizás algún artilugio, al igual que el del Gorn, controla su voluntad.

Sin saber cuál será su próxima carta a jugar la capitana De Alba regresa por el pasillo que la lleva al puente, tan solo para ser interceptada por cuatro uniformados al servicio de la nave no identificada.

Los cuatro humanos llevan sus armas en mano, listas para disparar. Uno de ellos sin decir una sola palabra extiende una especie de Hipospray y con la otra mano le ordena a la mujer – Extienda su brazo. Ahora. –

Entonces sin más opción Cristina deja su brazo a manos del equipamiento médico que para su sorpresa contiene una medicina que alivia su malestar por la herida. Por el momento apenas siente una ligera molestia.

La escoltaremos al puente. No intente nada estúpido. – ladra otro, un poco más alto que los demás, que para afirmar su orden empuja levemente a su cautiva.

Al parecer el sujeto del futuro no desea más contratiempos ni juegos de niños por parte de la gente de la NX…

Con el tiempo agotado y sin opciones más que ingresar al puente y encarar – tal vez por última vez- al hombre del futuro, quien organizo todo el mal que ocasiono tantas penurias a De Alba y a su tripulación por igual, para tal vez sacar algo de información antes que Ollander y Silky vuelen por los aires la nave.

Entonces la puerta de acceso recibió a Cristina, que al cruzar con determinación una sorpresa aguardaba por ella. Nada que pudiera adivinar, por supuesto.

De Alba se encontró literalmente en el espacio, a solas, flotando pero no flotando a su vez, en un estado extraño pero familiar al mismo tiempo. Efectivamente ella estaba de pie sobre la nada, sobre un planeta que se asemeja a la tierra – por la idéntica geografía – apoyada sobre una especie de cristal, y tal vez dentro de una habitación invisible.

Tal vez reconozca el continente. Es la tierra, tan solo diez años a partir de ahora, pero su atmosfera es metano, monóxido de carbono y fluorina, con una población de nueve billones de… no-humanos. –

Una voz familiar le explica a De Alba lo que ve, alguien ligeramente oculto desde la esquina de la inexplicable habitación que mantiene una órbita sobre la Tierra alienígena.

- Vamos señor Ollander. Ya ha hecho este viaje una vez. Ahora solo hay que regresar. Lo animó con sorna, tras haber ayudado a la capitán a volar el puente. Dejó las cargas de demolición preparadas para que en unos instantes estallasen y tras eso, salió. Había que poner "tierra" de por medio, antes de que esto se transformase en un infierno.

Cuando Cristina se vio rodeada maldijo su estupidez... lo más sencillo hubiera sido volar la puñetera nave por los aires, que no era otra cosa que lo que se merecía. Sin embargo y para su sorpresa la intención de aquellos tripulantes era escoltarla y aliviarle el dolor. El capitán/almirante de aquella nave parecía estar decidido a tener una conversación con ella.

De Alba sin dejarse intimidar por el gradullón que la empujó se permitió mirarlo de medio lado retándolo a que la tocara otra vez, algo que no volvió a suceder pues la capitana de la Excalibur tenia mucha curiosidad por hablar con el supuesto Sirril del futuro.

Al acceder por fin al puente De Alba miró a su alrededor completamente descolocada, entonces comenzó a recordar las aventuras del capitán Archer y su Enterprise, ¿sería posible que otra vez la flota estelar estuviera envuelta en una nueva guerra del tiempo?.

Mientras cavilaba todas estas posibilidades con la vista clavada en la Tierra una voz la sacó de su ensimismamiento, sobresaltada se giró hacia el lugar de donde provenía el sonido.
- ¿Sirril?

-Espera un momento, Gauntle -respondí, luego de haber colocado las cargas explosivas en los depósitos de deuterio. 

Me aproximé hasta la consola más cercana, y accedí al Sistema de Seguridad, atravesé los controles internos y los cortafuegos, mi intención era implantar una subrutina que me diera entrada al Sistema del Armamento desde la Excalibur, otorgándome control total sobre el mismo. 

Si era capaz de desarmar la nave enemiga desde el Puente de nuestra nave, le demostraríamos al enemigo que su superioridad tecnológica tenía mucho que envidiarle a nuestra pericia e ingenio.

Ollander inhalando profundo avanzo lentamente por el largo pasillo hasta donde se encuentran los cuatro enormes depósitos de deuterio, con sus correspondientes tanques contenedores de color verde oscuro. Por muy avanzada que sea la nave el color verde oscuro siempre perteneció a los tanques de deuterio, siendo una regulación de la Flota Estelar que al parecer no cambiaría por mucho tiempo.

Desde la esclusa de aire hasta los tanques de deuterio Ollander recorrió casi setenta metros con su mochila repleta de cargas espaciales y su pistola en mano, temeroso de dar de bruces con algún alíen horrible u hombre uniformado con el cerebro lavado. Pero nada de eso encontró a la ida y durante la colocación de las cargas explosivas.

Luego obtuvo las claves del sistema de armas, cosa que permitía apagar el armamento por un tiempo vital que podría salvar a la Excalibur durante otro enfrentamiento. Solo tendrían que recuperar los sensores de largo alcance para poner en práctica los códigos enemigos.

Minutos después el jefe de ingenieros emprende el regreso, tratando de ser tan sigiloso como antes…

¿Sirril? ¿Su oficial científico y enlace del Consejo Vulcano? No capitana, nada que ver. Tal vez ahora comprenda un poco mejor las cosas. –

Responde la voz desde las sombras para luego dar un par de pasos y dejar que la luz del Sol y de la Tierra revele su imagen.

La persona allí de pie es Darek Donalson, el jefe de cocina de la Excalibur. Quien dio caza a un Gorn mientras saqueaba los depósitos de alimentos. El mismo Darek, quien había sido asignado como reemplazo de original jefe de cocina, que oportunamente enfermo un día antes de partir.

Capitán, disculpe la abducción pero no tuve otra alternativa. Incluso es posible que me aguarde una reprimenda por hablar con usted en persona fuera del espacio-tiempo. Sirvo a la flota, igual que usted pero no en el mismo departamento ni en la misma época desde luego. ¿Tengo su atención? ¿Puedo continuar? –

Al parecer el destino de Cristina era lidiar con problemas Temporales y enemigos futuristas.

¿Quizás es momento de tener un aliado de otro tiempo para equiparar la balanza?

La andoriana asintió a las órdenes recibidas pues no estaba para muchas discusiones. Había recibo un par de impactos de phaser y su especie no era conocida precisamente por su resistencia a las armas energéticas. -Aguardaremos su regreso. Dijo antes de dejarse llevar a enfermería.

Cristina parpadeó varias veces cuando descubrió que quien creía que era Sirril y el ente que le había estado hablando era su jefe de cocina... pero ¿Qué demonios estaba pasando allí?

- Por supuesto que tiene TODA mi atención... empiece a desembuchar, ¡Maldita sea! o le juro que le sacaré yo misma la información ¡¡Y a sartenazos si es necesario!!-para dar más énfasis a sus palabras se acercó a él visiblemente enfadada, tuvo incluso que refrenar el instinto le asestarle un derechazo.

“Darek” arquea una ceja y da un paso atrás con las manos levemente inclinadas hacia adelante en clara señal de defensa ante el arrebato de ira de la capitana.

No es necesario que se enoje. En esta habitación el tiempo no cuenta y por ello mismo pretendo informarle todo lo posible, aunque por motivos históricos deberé saltar algunas cosas. Despreocúpese, saldrá de aquí con la información necesaria para lidiar con el terrorista temporal que tiene a su nave en jaque.- responde tratando de conciliar la paciencia de Cristina. Luego el hombre camina hasta la par de ella, situándose junto al cristal para observar la “tierra” y continuar con su historia – el siglo veintidós es un caos temporal por tantas facciones tratando de inclinar la balanza a su favor. Sucede que en los años inmediatos algo importante sucederá y la Tierra será el factor decisivo. Afortunadamente un compañero mío en conjunto al capitán Archer han logrado desbaratar a casi todas las facciones terroristas. Todas menos una, precisamente la que inicio todo esto al trabajar con los Suliban del Cabal, los cuales terminaron de trabajar para la facción al destruir un túnel temporal y dar por finalizada la Guerra fría temporal. Supongo que usted tiene conocimiento sobre esos archivos clasificados por su rango.
Desafortunadamente esta facción, representada por un terrorista temporal que aun desconocemos, ha vuelto a las andanzas luego que mi agencia diera por finalizada sus incursiones en el siglo 22. Su regreso ha sido más de un dolor de cabeza al interceder en la guerra de la Tierra con Romulus.
Desde la agencia creemos que la Valiant y la Excalibur –por su consecuente misión de rescate- fueron envueltas en las maquinaciones de la facción temporal remanente en un intento de nuevamente prevenir que la consolidación de la Coalición de planetas se convierta en algo mas grande. Por ello mismo han jalado los hilos necesarios para que la Tierra desempolve material alienígena descubierto en la Antártica y reanude su proyecto de integración tecnológica.  Son piezas de tecnología avanzada del futuro, las cuales pueden generar la extinción de todas las especies del cuadrante, comenzando con la Humana. Por eso mismo usted debe destruir toda la tecnología alienígena que rescate de la Valiant porque esos aparatos contienen un “caballo de Troya” letal para todos. La activación de esos objetos dará inicio al apocalipsis. Literalmente hablando.
Disculpe capitana pero entrar en detalles acarreara más problemas que soluciones pero puedo aclarar los puntos que necesite para su mejor comprensión. En definitiva la Tierra que vemos ahora es el resultado del uso de esa tecnología.-

Finalmente el agente temporal termina su discurso esperando las preguntas de la capitana.

Previamente: 

Desde la recamara del la escotilla de acceso Ollander pudo ingresar al sistema de la nave y descargar algo de información importante para ellos y la misión, además de obtener el código de desbloqueo de todos los accesos. Luego tendría tiempo de revisar la información almacenada en su Padd porque la puerta de acceso al interior de la nave se abre de improvisto dejando ver su interior oscuro, solamente iluminado por las luces de emergencia rojizas.

El tiempo corre y todavía no hay novedades de la capitana. Cinco minutos han pasado pero quizás es pronto asumir que algo malo haya pasado.

Mientras tanto Silky vigila la posición y Ollander examina los datos recogidos del sistema de la nave enemiga.  Lo que descubren es realmente sorprendente y por demás increíble, casi sacado de una broma del Día de los inocentes.

Mensaje prioridad uno, Alto Mando de la Flota Estelar, sección codificada A3B1Z.

Fecha estelar 51050.

Almirante, se le ordena cesar toda actividad y regresar con el prototipo de inmediato.  Es una orden directa de A3B1Z. El prototipo fue construido para propósitos militares y el uso para misiones personales sin autorización de la Sección queda prohibido bajo pena de muerte. Cabe aclarar que su exposición en público acarreara la ruina de la misma sección. Debe mantener en todo momento la filtración por holograma activa.

Tiene doce horas para responder antes de que su acto sea considerado Alta traición bajo el código de la Sección.

¿Pero no la había acompañado?

No erty, fíjate que De Alba fue expresa en ese punto.
Puedes preguntar a ella por comunicador. ;)