Partida Rol por web

-Capitana -dije-, puede ser realmente útil tener la tecnología que hayan encontrado en nuestras manos. En caso de que el tema de los clones sea algo verdaderamente serio y complicado, poseer los aparatos nos puede dar una visión muy amplia sobre su naturaleza.

Comentarios como ese causaban desastres impredecibles en el futuro, cambiando para siempre la historia como realmente debería desarrollarse. ¿Si al rapiñar tecnología alienígena otro desastre aparecía? Cristina ya no estaba tan segura sobre interferir en culturas pre warp. Tal como los vulcanos citaban y recalcaban a los humanos la importancia de no interferir, ahora le tocaba el turno a De alba para decidir.

Una cosa es destruir tecnología alienígena probada por la Valiant, pero muy diferente es interferir en otras culturas y robar su tecnología. Más aun cuando ella ni siquiera entendía a esa raza.

Archer por algo decía lo mismo, una y otra vez...

La orden fue ejecutada sin demoras y la oficial de tácticas cedió de mala gana su arma y su intercomunicador al tripulante Fisher, que contemplaba todo con la boca semi abierta y los ojos como un besugo.

Luego el soldado MACO retiró a la andoriana del puente.

A la orden capitana. – respondió antes de abandonar el puente.

Como le acabo de sugerir capitán, no nos podemos fiar de ellos. Si hay que hacer algo en esa nave, hagámoslo ya, con o sin rayo tractor. Sugiero que estemos listos por si nos liberamos atacar con lo que tengamos.

- En eso estoy deacuerdo señor Mukherjee, según un informe anterior tenemos una pequeña sorpresa lista para ser usada- dijo De Alba recordando haber recibido esa información de armería antes de que hubieran realizado la incursión a la nave enemiga

Capitán, si atacan primero pondrán en preaviso a la nave enemiga y si no puedo transportar a nuestro equipo no habrá segundas oportunidades. Puedo intentar transportar al equipo y ponerlo a salvo primero.

El vulcano escucha la conversación mientras revisa mentalmente la posición de todos dentro de la pirámide.

La mente del vulcano se fusionaba más y más con la pirámide...escudriñando y comprendiendo sus secretos. La información se le presentaba como si de sueños se tratara pero con la claridad de la verdad más absoluta.

Ahora lo comprendo...

La voz del vulcano sonaba ausente como en un estado de estasis
El tiempo se acaba estoy listo para el transporte, cuando de la orden desactivaré el rayo y realizare el transporte

De Alba meditó rápidamente, el vulcano tenia razón.

- Entendido. Procederemos según nos ha sugerido usted señor Sirril. Desactive el rayo y realice el tranporte- dio vía libre al oficial cientifico mientras se giraba hacia Ollander, Sulu y McTagger- Caballeros, en cuanto nuestro equipo esté a bordo prepárense para disparar al enemigo y realizar maniobras evasivas

La negativa ante la obtención de la tecnología me había desanimado, pero existía una esperanza de compensarlo con otra acción igualmente fascinante: volar la nave enemiga en pedazos.

-Capitana, prepararé un Protocolo de Penetración del sistema enemigo con el Código del Armamento -dije-. De ser efectivo tendremos algunos minutos de ventaja sin que el enemigo pueda atacarnos. Además, prepararé el detonador de los explosivos que puse sobre los tanques de Deuterio. 

A continuación, cargué el código que tenía en mi DataPad en la consola de mi puesto, establecí un protocolo de activación y lo dispuse para ser enviado, como frecuencia, hacia los rivales. Inmediatamente, sincronicé todos los explosivos colocados en los tanques de la otra nave a un botón en mi consola.

-Listo, Capitana -informé, mientras los dedos indice y medio de mi mano diestra esperaban suspendidos sobre los dos botones-. Cuando ordene.

Aakesh permaneció atento. No discutió con la orden de la capitán, seguía pensando que podrían disparar a la vez que se teletransportaba al equipo y hacían detonar las bombas de la nave enemiga. Pero no tenía sentido discrepar ahora, la decisión estaba tomada y se encontraban en un momento crítico.

Quedó a la espera de los acontecimientos, sintiendo un nudo en el estómago, algo que siempre le pasaba cuando estaba a punto de entrar en combate. No pudo evitar rememorar, brevemente, acontecimientos pasados en la guerra contra Rómulo.

Se agarró a la butaca más cercana fuertemente mientras comenzaba a rezar a Visnhú, como sus abuelos le enseñaron hace tiempo. No era muy creyente, pero en esos momentos, cuando no podía hacer mucho más, agarrarse a las tradiciones de sus ancestros le daban la calma necesaria para enfrentarse a lo que el futuro les deparase.

Cristina, que no se había sentado en ningún momento en la silla de mando por el estado de nervio en el que se encontraba, a pesar de su aparente tranquilidad, aguardaba la respuesta de Sirril para dar la orden a Ollander de que atacara, mientras le hacía una señal a este con la mano indicándole que esperara un poco.

- Señor Sirril...- dijo espectante tratando de guardar la calma.

El silencio resulto ser perturbador durante unos instantes, como si la conexión se hubiera ido... pero tras unos interminables segundos.

Ahora

La angustia y los nervios por aquellos interminables segundos hicieron que Cristina terminase por dar una vuelta a la silla de capitán y aferrarse al respaldo, incapaz de aguantarse. Por eso en cuanto escucho la voz del vulcano giro la cabeza como un resorte para mirar a Ollander, quien aguardaba en tensión la orden.

- ¡FUEGO!

Ni siquiera respondí con un gesto o una palabra. Simplemente reaccioné, enviando primero el código de desarme y a continuación, con una minúscula diferencia cronológica, detonando los explosivos.

La alarma de combate inunda los pasillos, el puente y cada sección de la nave cuando esta se encuentra a segundos de dar de narices contra los muros de roca de la cordillera del planeta.

Entonces el timonel Takeshi empleando toda su habilidad logra estabilizar a tiempo el curso de la nave, todo gracias a la última acción del oficial científico. Rápidamente el platillo de la NX levanta su ángulo para realizar un vuelo rasante sobre la cima de la cordillera que bloqueaba su paso, solo dejando algunos rasguños en la parte inferior de la nave.

Mientras tanto la nave del futuro también hace lo mismo, que con gran facilidad equipara la distancia inicialmente perdida por el efecto sorpresa.

¡De Alba! ¡Esta roca será tu tumba! – les amenaza el capitán de la nave enemiga desde una comunicación de solo audio.

 En su voz se puede apreciar una ira sin control ...

Por fortuna esa comunicación de intimidación es la herramienta perfecta para que Ollander pueda enviar la señal de desactivación enemiga. El código deja sin efecto las armas del oponente para que la Excalibur abra fuego con todo lo que tiene.

Es el momento de la venganza…

Y para sorpresa de los presentes, Aleksandra y Johnny se materializan en el puente sin entender nada por la aparente sorpresa de ni siquiera saber que los iban a energizar.

A Cristina se le heló la sangre cuando escuchó la amenaza del capitán enemigo, quedando durante unos segundos paralizada, jamás llegó a imaginarse que su primera misión como capitana iba a ser tan endiabladamente complicada como aquella, cada decisión tomada, cada segundo transcurrido había sido finalmente clave para la resolución de la misma y la propia supervivencia de la tripulación y... todo lo que acarrearía después. La capitán había estado llegado a perder toda esperanza, cuando Sirril obró el milagro. A pesar de los sentimientos encontrados que el vulcano despertaba, les había salvado a todos. En cuanto la Excalibur se defendió descargando su arsenal contra la nave enemiga y se materializaron los dos oficiales la capitán en un principio se sobresaltó, pero al reconocer las siluetas sonrió.

- Bienvenidos a bordo- saludó De Alba a Lightman y a Kuznetov en el puente- ¿Y los demás, y el señor Sirril?- dijo de Alba con una ceja elevada al notar las ausencias de sus otros tripulantes.
 

Sirril, siguiendo lo planeado, nos liberó épicamente del Rayo Tractor en el último segundo. El piloto evitó las montañas de puro milagro y la pintura de la Excalibur quedó en las olvidadas piedras de la cordillera. A continuación, la batalla estalló, luego de ser paralizada en el tiempo por aquella trampa colosal.

Las armas del enemigo fueron dormidas por el código robado pero los explosivos no detonaron. ¿Qué demonios había sucedido? 

Accedí como un rayo a mi consola, tratando de averiguar si era posible activarlos de todas formas o si los explosivos habían sido neutralizados totalmente.

La tensión se podía cortar con un cuchillo, incluso la capitán parecía nerviosa, o eso pensaba el Primer Oficial, el cual notaba como una gota de sudor se deslizaba por su frente. De pronto Sirril dio el visto bueno y la capitán ordenó que todo se pusiese en marcha.

Todo fue muy rápido, a duras penas Aakesh pudo agarrarse a un asiento para no salir disparado por la maniobra realizada por Takeshi. Justo cuando la voz del capitán enemigo clamó en el puente de mando, de una manera fantasmal pensó Aakesh, clamando venganza y se ponía en marcha todas las trampas preparadas por Ollander. La Excalibur, en ese momento soltó todo su armamento de forma imprevista, clamando venganza por el daño sufrido.

-¡Bien! -exclamó Aakesh cerrando su puño como señal de victoria

Pero la alegría no duró mucho, de pronto dos figuras se materializaron de improviso en el puente y Aakesh dio un salto hacia un lado por la impresión, poniéndose en guardia acto seguido. Eran la alferez Kuznetzov y Lighman. Aakesh se alegró de verles pero....¿y el resto?

-¡Me alegro de verles de nuevo! pero....¿y los demás?

No había nadie de la Valiant, ni otros tripulantes de la Excalibur. ¿Tal vez sería un transporte por etapas, habrían sido llevados a otros puntos de la nave o.....no se habían salvado? Multitud de preguntas venían a la cabeza del Primer Oficial pero tendrían que esperar, estaban en un momento crítico

-Capitán, sugiero que sigamos disparando hasta que esa nave acabe destruida o estrellada en la superficie, ¡ellos o nosotros!

En momentos así le venían a la mente sus recuerdos de la Ulysses y la batalla de Sirius C contra los romulanos. Pero en esta ocasión la Excalibur podría cobrarse su venganza.

No salgo de mi asombro cuando me doy cuenta de que estoy de nuevo... ¡en el puente de la Excalibur!

- ¿Qué ha ocurrido? ¡Hace un momento estaba peleando contra un guardián de la Pirámide y ahora estoy de vuelta al puente! No se dónde están los demás, la doctora, Syrril y Jankowsky estaban en la Pirámide, junto con los miembros que quedaban de la Valiant. Si no han sido teletransportados no sé si aun seguirán en el planeta...

Me fijo en que mi sitio de timonel está ocupado, pero creo que se desenvuelve la mar de bien. Deposito la vasija llena de agua en el suelo, cerca de alguna pared para evitar que se tumbe.

- Sugiero llevar este agua a la enfermería, para que pueda ser analizada. Es agua "curativa", puede sernos útil pero debemos vigilar y controlar sus posibles efectos secundarios.

Entonces veo que la otra nave permanece cerca de la nuestra, pero con todas sus armas inutilizadas.

- Si les parece bien me pondré en el puesto de artillería, aunque no veo el motivo por el que disparar a una nave indefensa...

Cristina estaba preocupada por el paradero de sus hombres, pero era posible que Sirril los hubiera transportado directamente a enfermería, era la opción más lógica por el puesto que ocupaba cada oficial... sólo que ¿Por qué no se había transportado él a su propio sitio, en el puente? Eran varias las interrogantes pero la situación apremiaba.

- Señor Lightman estamos sin oficial táctico por lo que le agradezco su ofrecimiento de ocupar su puesto y le sugiero que afine su puntería y dispare con todo a la nave enemiga... las razones, tenemos más que de sobra, entre ellas el secuestro de nuestra tripulación, yo incluida, disparos a nuestra nave y a nuestros hombres, yo incluida... amenazas a su capitán de muerte... ¿quiere que continúe o su código moral le impide obedecer una orden de su capitán?-le dijo molesta y con cara de no haber tenido un buen día.

-Señor Takhesi me haré cargo del timón, vaya a enfermería y entrégueles el agua. Cuando lo haga me presenta un informe del personal que se encuentra allí. Señora Kuznetov, ocupe su puesto por favor.-ordenó De Alba ocupando el asiento de timonel-Vamos allá... no se preocupen están en buenas manos-sonrió con cara de velocidad-Señor Lightman... apunte y dispare