Crucero de batalla Klingon clase D5 - Puente de mando

Capaz de operar con una tripulación de puente de tres personas, la configuración del puente de crucero de batalla D5 compartía muchas características que se encuentran en los diseños contemporáneos.
En la parte delantera del puente, contra el mamparo delantero, estaba la pantalla de la nave. Directamente detrás de la pantalla, cerca del centro del puente, estaba la silla del capitán. Directamente detrás de la silla del capitán estaba la entrada al puente, con dos consolas tripuladas ubicadas a cada lado de la puerta. La posición de la silla del capitán también podría moverse hacia la parte posterior del puente para complementar la adición de una consola delantera. A lo largo del perímetro del puente había varias estaciones, cada una designada para una tarea específica.

En el primer intento James no lo consigue. Los mecanismos Klingon son más difíciles de trabajar que todo lo que conoce, lo que supone dedicar más tiempo pese al martilleo constante del cañón disruptor que la D5 disparando hacia el planeta una y otra vez.

Porque los primeros disparos sirvieron para ajustar la puntería y compensar la rotación del planeta con la órbita de la nave, y los siguientes fueron más certeros hacia donde fueran dirigidos. Eso hasta James podía asegurarlo.

Y mucho tiempo después, más del que le gustaría admitir, pudo finalmente abrir la escotilla de emergencia y entrar directamente a la intersección de aire. Luego, abriendo una escotilla interior, accedería directamente al puente de mando.

Debía preparar meticulosamente sus próximos pasos o podrían ser los últimos…

Por fin la escotilla pareció ceder ante los intentos de James para entrar en la nave, tras acceder a la exclusa y volver a asegurar la escotilla se tomo un respiro para su próximo movimiento.  Apenas otra escotilla le separaba del puente de mando, donde sin duda ya estarían sobreaviso de que alguien se encontraba en la salida de emergencia.

Ni tan siquiera podía determinar si lo que le esperaba tras aquella escotilla era amigo o enemigo, pero lo que estaba claro es que algo sucedia en aquella nave, la cual había decicido no comunicarse deliberadamente.  James pensó en sus posibilidades, en como atravesar aquella última escotilla y no morir en el intento, James constato que el soporte vital volvia a hacer el aire respirable lo que le dio una idea.

El comandante se quitó el traje de vacio, accedió a su depósito de oxigeno.  James accionó el control para abrir la escotilla hacía el puente, en aquel momento perforó deliberadamente el depósito de oxigeno del traje y lo dejo caer mientras empuñaba su arma.

El traje cayo por la escotilla hasta el suelo del puente... ya solo quedaba que alguien o el mismo prendieran la mecha para dejarse caer por la escotilla.

La treta de James en efecto dio sus resultados porque apenas la escotilla interior se abrió y el traje espacial cayó junto a su mochila de oxigeno una lluvia de disparos perforó la vestimenta espacial hasta que una pequeña explosión, brillante y con grandes llamaradas iluminó por un instante la estancia que en primer lugar estaba en penumbras, tan solo iluminada por las luces de las pantallas de las estaciones de trabajo.

Desde la intersección de las escotillas James pudo discernir la dirección de los disparos, los cuales provenían desde las estaciones de trabajo situadas al sur del puente.

James aprovecho el fogonazo para dejarse caer intentando no ser visto por la escotilla y pegarse al lateral elevado de la sección del capitán, desde allí pensó obtener algo de cobertura y visión sobre sus atacantes antes de su siguiente paso.

El corazón del comandante comenzó a latir con fuerza por efecto de la adrenalina de combate que mantenía alerta a sus sentidos 

Entre fogonazos y humo James toca la cubierta del puente y ágilmente se oculta detrás del puesto del capitán de la nave. Detrás de él la pared de la sala ha sido destruida por el breve fuego y los disparos de su atacante.

Oteando levemente, entre el humo agonizante, James ve una figura enorme, de gran porte y altura. Una figura que ha visto antes, solo que ahora se le antoja más poderosa y brutal. Una figura de un peligro supuestamente extinto y que de alguna manera ahora podría poner en peligro a James y a todos por igual. Porque la D5 a manos de un ser como ese supone el fin de todos.

-Tu respiración te delata. ¿Lucharas en el puente de mando? Sin puente de mando la nave no servirá para ninguno de los dos – pregunta la familiar voz artificial. Una que James reconoce al instante y un escalofrío recorre su espalda.

Esa voz pertenece a Napoleón…el robot lunático y asesino de la Discovery.

James aprovecho la distracción para colarse en el puente sin ser acribillado, tras una posición parapetada intentó identificar a sus atacantes... pero su cuerpo quedó helado al escuchar una familiar voz.  Aquel maldito androide había sobrevivido... no importaba como lo había hecho, lo que importaba es que estaba allí de nuevo.

James supo al instante que no se encontraba ante un enemigo cualquiera al que abatir de un disparo, aquel enfrentamiento era desigual y por un momento temio por la tripulación de la nave, aquella máquina no tenía remordimientos y sin duda era capaz de cualquier cosa por conseguir sus objetivos.

El comandante alzó la mirada buscando en el suelo inconciemente algun cuerpo de sus compañeros, no quería ponerse en lo peor, no era momento de tener la más minima duda.  

Napoleón tenía un objetivo y un plan y la D5 sin duda jugaba un plan importante, quizá eso mismo era lo que podía proporcionar a James una oportunidad así que decidió seguirle el juego.

A diferencia de ti no necesito esta nave para nada, no me importa morir aquí y ahora con tal de detenerte sin embargo eso es algo que tu programación no puede permitirse.  Tienes un objetivo que esta por encima de todo y la destrucción de esta nave te llevaría al fracaso.

James trataba de jugar al juego de la lógica con el robot, con la esperanza de que precisamente sus propios objetivos le impidieran hacer daño a la propia nave. 

Una vez hechas las presentaciones y con la declaración de intenciones  James armó su rifle y disparó en dirección a la voz que resonaba al otro lado de la sala probando las defensas del androide.

Al disiparse poco a poco el humo James se percata que el puente es solo para Napoleón. Allí no hay otros tripulantes más que James. Tampoco hay signos de lucha previa.

Los disparos del comandante dieron de lleno en el androide, el cual pobremente intentó apartarse de la ráfaga. Pero para sorpresa de James los disparos apenas producen mella en el nuevo y reforzado cuerpo del androide. Un pequeño escudo de fuerza protegió gran parte del daño de su enemigo mecánico.

-Tus compañeros huyeron cual ratas en una capsula de escape hacia el planeta, dejando la nave a mi merced al igual que la increíble tecnología. Ahora los avances de esta nave Klingon están en mí, como podrás observar. –

El alarde de Napoleón es real. El escudo deflector del robot es una muestra que ha tenido tiempo para actualizar y mejorar su cuerpo. Incluso su habilidad de actuar y disparar una milésima de segundo antes que James lo demuestra pese a su gran porte y aparentes torpes movimientos.

Los disparos del androide llueven sobre el comandante, amenazando nuevamente con herirlo gravemente sin importar que el puente de mando sea reducido a escombros.

-Humano arrogante. Mi objetivo ha terminado minutos antes de tu llegada. El escondite absurdo del inmortal ha sido revelado a sus peores enemigos. El mensaje que envié a los Primigenios no tardará en ser recibido y pronto llegarán con sus máquinas de muerte. La horrible humanidad esta vez no sobrevivirá a mi traición. –

La revelación de Napoleón de ser autentica supone un grave peligro para todos y nadie lo sabría hasta que sea demasiado tarde si James cae en esta pelea. En el planeta y en la Discovery desconocen el peligro que el comandante acaba de descubrir.

Si aquella máquina había sido una pesadilla en su anterior encuentro, aquel no iba a ser diferente... James pudo constatar aquello antes de lo que hubiera esperado, cuando apuntaba con su rifle y antes si quiera de que pudiera hacer fuego un disparó del androide sorprendió al comandante alcanzandole en un costado.

Las malas noticias no llegarían solas pues el disparo de James fue parciamente absorvida por una especie de campo de fuerza o de estructura reforzada que parecía recubrir al robot.  James en seguida se dio cuenta de que aquel combate no era equitativo, las buenas noticias era que la tripulación pareció poder escapar pero las malas era que se dirigian a una trampa al igual que el equipo de tierra ajeno a lo que sucedia.

Aquel enfrentamiento directo daba ventaja al androide, James debía buscar una alternativa y debía hacerlo rápido.

Veo que solo tengo una alternativa y es destruir esta nave contigo dentro.

Tras aquello James emergió desde su posición apuntando directamente al pecho de Napoleon echando a correr tras aquello en dirección a la salida del puente.  Aquellas palabras eran el cebo para que aquella máquina le considerará una amenaza y le siguiera.

El robot no respondió a las palabras de James. Tan solo volvió a disparar y fallar cuando el hombre salió de su escondite y echo a correr fuera del puente por el pasillo que conecta con el resto de la nave. Los disparos del comandante en esta ocasión también dieron en el blanco y a diferencia del ataque anterior esta vez sí penetraron su escudo de energía para dañar superficialmente su grueso blindaje.

La distancia entre ambos se incrementó porque Napoleón se tomó su tiempo para ir detrás de su enemigo, que corría hacia la popa de la nave.

Si James pretendía ocultarse en la cocina lo tendría difícil, porque los Targ allí almacenados chillarían al verlo entrar. Si es que toda la cubierta inferior estaba presurizada, porque al menos la bahía de carga y la parte de la rampa de descenso estaba expuesta al vacío del espacio.

De todas formas el paso lento del robot le daba el tiempo suficiente a James para cambiar de ruta.

James pudo ver como su disparo volvió a impactar en el androide aunque una especie de escudo protector pareció disipar parte de la energía del rifle de James.  El humano consiguió salir del puente con facilidad antes de que Napoleon pudiera devolver el fuego con precisión.

No tardo en darse cuenta que no podria moverse con libertad por la nave, varias de las puertas y accesos estaban bloqueadas a causa de la falta de atmosfera lo que sin duda era un inconveniente a tener en cuenta.  James obtuvo la suficiente ventaja sobre Napoleon para poder pensar en su siguiente movimiento, se aseguró de alejarse de la visión del androide pero de seguir escuchando su avance a fin de saber su posición en todo momento.

Aque trozo de metal sin duda era más inteligente que el resto de robots pero al fin y al cabo no era un droide de protocolo y no de seguridad por lo que probablemente no estaría dotado con rutinas ni equipo de vigilancia.  James se dirigió hacía la parte trasera de la nave, ingeniería podría ser el cebo que James necesitaba, la sección se encontraba al fondo pero James se escondió cerca de la enfermería con la intención de que Napoleon pasará de largo, mientras echaba un vistazo en busca de un equipo de reanimación.

James se movió tan rápido como le fue posible hasta salir del puente y del pasillo que conecta este con el resto de la nave. A su derecha la restaurada enfermería estaba en penumbras, donde algún que otro objeto había sido arrojado al suelo y su panel de energía había sido destruido de un puñetazo.

Cuando el robot psicópata pasó de largo por el pasillo el comandante respiro aliviado. Ahora debía buscar entre las sombras un objeto...

Nuevamente James regresa al puente sin dar con Napoleón. Con algo de suerte el robot homicida podría seguir en popa, buscando por él sin resultados.

Solo que un escalofrío recorre la nuca de James cuando al llegar al puente descubre que el robot ha plantado cargas espaciales por todo el puente, bloqueando las estaciones de trabajo del puente que no fueron destruidas por la balacera.

Las poderosas cargas espaciales tienen la capacidad cada una por si solas de abrir un boquete considerable en el casco de la D5 además de inutilizar el puente de mando de la nave. Las mismas se activan de múltiples formas y James solo tiene una pequeña oportunidad para quitarlas de forma segura.

De no quitarlas la D5 quedaría en esa orbita por siempre… o hasta que los Xhaguar llegaran al sistema, gracias al aviso de Napoleón. Entonces nada importaría.

James aseguró el puente, pero Napoleón se la había jugado, unas brillantes luces delataban que las minas encima de los puestos de control estaban activadas.  Aquello era sin duda un gran contratiempo,. James las observó y pronto se dio cuenta de que no sería capaz de desactivarlas.

La llamada hecha por Napoleón no tardaría en traer el fin par años suyos, la D5 estaba varada e incapacitada y una sensación de impotencia se apoderó del comandante.

Por un momento todo pareció perdido pero James fijo su mirada en la escotilla por la que había descendido, un pensamiento una idea lleno su mente, tan loca como desesperada pero por encima de todo posible.

No había tiempo de pensar en las consecuencias pues la probabilidad de acabar muerto era más que plausible.

El traje de vacío de James estaba inservible pero las botas pudieran estar bien,. James rebusco entre los restos y se enfundó las botas.  Se preparó para activar la apertura de la escotilla provocando un fallo en el sistema de doble exclusa, apenas tendría unos segundos para arrancar las minas y rezar porque salieran del puente antes de detonar.

Las botas todavía servían, por lo cual James igualmente se ató con un cinturón de armas a la silla de la consola que controla el soporte vital del puente de mando.

Desde allí él podría quitar las cargas espaciales y arrojarlas por la escotilla directo al espacio, porque las bombas difícilmente serian arrastradas al espacio sin ayuda debido a su capacidad magnética de aferrarse a las paredes y todo lo que toquen.

De arrojarlas luego el comandante debería anular la apertura de emergencia, volver a presurizar el puente y asegurar su entrada antes de perder la conciencia por la rápida descompresión. Y todo esto suponiendo que Napoleón se haya dado cuenta de la treta y no regrese al puente pronto.

Las pequeñas luces alojadas en los laterales de las botas parecían indicar que aun funcionaban, James se preparó situandose funto a las cargas mientras activaba las botas que le mantendrían en el puente.  Se concentró sin pensar demasiado en lo que iba a hacer pues no era el momento de tener dudas.

Tomó una última bocanada de airé, activo la escotilla y extrajo las cargas, las cuales emitieron un ligero sonido que sin duda indicaba que habían sido activadas.  El comandante lanzo las minas hacía la escotilla para que la propia subcción las expulsará al exterior de la nave antes de que detonaran, Una de las cargas pareció rebotar en el borde de la escotilla aunque finlamente pareció salir al espacio junto al resto.

La explosión debía estar a punto de producirse cuando James trato de volver a cerrar la escotilla, su visión comenzó a nublarse debido a la descomprensión y la falta de oxigeno cada vez más acuciante, su cabeza contaba mentalmente los segundos que pasaba en espera de la detonación,  4, 5, 6... hasta que todo enmudecio.

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