Partida Rol por web

T'saris oyó atentamente las explicaciones de la capitana y bajó la mirada hacia Annaith un instante. Lo que le estaba pidiendo no era cualquier cosa y atentaba contra sus principios más fundamentales, así como contra los de la Teniente. Así que su respuesta, no podía ser más que una.

-Lo lamento, capitana, pero no puedo hacer lo que me pide. Los vulcanianos no realizamos fusiones mentales en contra de la voluntad de otros porque iría en contra de los mismos derechos que defendemos, de la vida y la individualidad e infinita diversidad que nos rodea. Además, por lo que estoy viendo, ella todavía no ha dispuesto de la oportunidad de responder a sus acusaciones por lo que es prematuro aventurarse a realizar un proceso que alberga cierto peligro. Así que recomendaría que la despertara para poder preguntarle y, eventualmente, solicitar su permiso para llevar a cabo la fusión mental.

La argumentación de la joven vulcaniana no parecía mostrar fisuras, pero además, la acompañó de una última consideración.

-Desde luego, su obligación, al haber desobedecido una orden directa, es detenerme. Estoy dispuesta, capitana.

Al oír los argumentos de la teniente de ingeniería solo hubo un camino a seguir para que todos pudieran actuar bajo los códigos éticos y regulaciones de la Flota Estelar.

-No voy a detenerla por negarse. Solo necesitaba saber su posición y hasta donde llegaría. Usted llegará lejos con su proceder, solo que por el momento deberá esperar a que la teniente Annaith pueda responder. Hasta tanto deberá acompañarme -respondió a su oficial vulcaniana.

-Doctora. La teniente Annaith ha sido aturdida por mi arma cuando intentaba robar y destruir los datos capturados que hay en esa caja. Necesito, hasta que la investigación termine, que mantenga a la acusada durmiendo a fin de evitar otro suicidio o perdida de información. Cuando los señores Shon y Daq terminen su trabajo entonces llegará el momento de interrogar a la tripulante. La teniente Tsaris y yo le acompañaremos a la enfermería cuando trasladen a Annaith.

Junto a la mujer desmayada se encuentra la caja con el módulo de datos, en donde se congregan los presentes.

-Computadora. Proteja la caja con un campo de fuerza protegido por mi autorización -ordena por consiguiente a la computadora.

Luego Cira habla a sus oficiales allí presentes.

-Deben examinar los registros de actividad de las últimas 48 horas de la teniente así como su camarote. Porque estando en servicio necesito saber cómo hizo para llegar aquí. Luego de todo eso la despertaré para las preguntas de rigor. Procedan -indica a Shon y Daq.

También habrá que examinar a la teniente a fondo, en caso que lleve encima algún artilugio oculto en sus ropas o en su propio cuerpo, como sucedió con Da'Par -dijo a todos y a nadie en particular.

Finalmente la capitana esperó por cualquier inquietud de los presentes antes de cambiar de sitio.

Con pitido, la computadora ejecutó la orden dada por la capitana y apareció un campo de contención alrededor de la caja, que rodeaban todos los presentes, quedando a partir de ese momento, aislada completamente.

Las órdenes de la capitana no dejaban lugar a duda. No había tiempo que perder. Así que el andoriano miró a Jor para coordinarse.

-Señor tova'Daq, usted registre a la Teniente. Yo iré a comprobar los movimientos de la Teniente.

Shev se giró y se dirigió hacia la terminal para buscar la información directamente, en lugar de dejarle el trabajo a la computadora. Confiaba mucho más en su habilidad para adentrarse en en los datos, dado que podría ver si habían sido alterados de alguna manera.

Desde luego, capitana -dijo la vulcaniana, ante la respuesta de la capitana a su actitud.

Sintió una pequeña punzada de orgullo en su interior por haber actuado correctamente y no haberse dejado amilanar por la autoridad. A pesar de que entendía el requerimiento, por la gravedad de la situación, sus enseñanzas le habían mostrado a ser fiel a sus propios ideales, que a la postre debían ser también los de la Flota Estelar.

Jor se puso a revisar a la teniente, especialmente concentrado en cosas de espionaje y sabotaje. 

La doctora al entrar se había esperado casi de todo menos lo que presenció, los ojos de Connor se posaron directamente sobre el cuerpo inerte de la vulcana.

-Doctora. La teniente Annaith ha sido aturdida por mi arma cuando intentaba robar y destruir los datos capturados que hay en esa caja. Necesito, hasta que la investigación termine, que mantenga a la acusada durmiendo a fin de evitar otro suicidio o perdida de información. Cuando los señores Shon y Daq terminen su trabajo entonces llegará el momento de interrogar a la tripulante. La teniente Tsaris y yo le acompañaremos a la enfermería cuando trasladen a Annaith.

- Aturdida por su arma...- en otro momento habría soltado algún comentario por al aficción que la capitana parecía tenerle a las armas, pero como el horno no estaba para bollos y a ella tampoco le apetecía hacer sangre se apróximó rápidamente hacia Annaith y le hizo un escaner para ver como se encontraba antes de suministrarle ningún sedante, preservar la vida de los tripulantes era la prioridad de la doctora- primero examinaré su estado luego veré lo de mantenerla dormida- informó a Greystone- no se debe suministrar un fármaco porque sí y mucho menos con el agravante de un disparo aturdidor, si quiere interrogarle no querrá que muera- mientras trabajaba Connor volvió a hablar- No puedo creer que Annaith esté relacionada con los ataques a la Enterprise... es la novia de mi hermano y siempre me ha caído bien... lo mismo vamos a tener que hacernos revisar mi hermano y yo la vista, porque vaya un ojo...

La capitana no esperaba una reacción tan equivoca por parte de su medica en jefe. En parte entendía el porque de tales palabras, porque la doctora a veces solía mezclar su vida personal con su profesionalismo al servicio de la Flota Estelar. Pero aquí y ahora no había cabida para algo así. Incluso Cira debía pasar por algo mucho peor en su interior que no correspondía ventilar a los cuatro vientos en este preciso momento.

- Los lazos personales déjelos para sus momentos de ocio. Si sus emociones comprometen su capacidad actual entonces debería optar por asignar esta tarea a Perkins u otro subalterno suyo. La teniente Annatih no solo comparte lazos con usted y no por ello el deber se encuentra primero que las interrogantes que usted pueda plantear. No soy tan descuidada como para actuar sin pruebas. Examine a gusto a su paciente porque deberá mantenerla dormida tal como indique previamente. -

superando rápidamente la decepción Graystone optó por también examinar con su tricorder a la sospechosa desde su posición para no molestar la labor de la doctora. Era mejor llevar adelante un doble control que permitir obviar cosas y que todo acabe igual que con Da´Par.

Luego debería hacer un par de llamadas de larga distancia, porque las novedades interesarían a más de uno...

Lena, que estaba haciendo su trabajo y terminando sus lecturas con el tricorder mientras evaluaba que sedante utilizar con la vulcana, se paró en redondo ante el comentario de la capitán al tiempo que se giraba para mirarla con la ceja e arcada y cara de incrédula. ¿Le acaba de decir a ella que no era profesiónal? Definitivamente la abuela estaba chocheando.

- ¿Perdone? Me aparece a mí que usted necesitaría un descanso, la idea de que me acompañe a enfermería va a ser de lo más acertado, no debí pasar por alto que no se presentara a su revisión médica... Porque parece ser que con usted... Señora Greystone, si que he pecado de exceso de confianza. Me ha pedido que sede a la teniente y no he hecho otra caso que examinar su estado para administrarle el sedante adecuado, sin cuestionar en ningun momento su juicio para sospechar de ella... Creía que me conocía lo suficiente para saber diferenciar lo que es un comentario irónico... Los cuales utilizo con mucha frecuencia, de lo que sea que se haya pensado usted, de la misma manera que yo no dudo de su juicio no vuelva a usted a dudar de su oficial médico-esto último se lo dijo muy seria como una advertencia, Lena no toleraaba que se dudara de su profesionalidad y menos por alguien que se suponía era amiga y la conocía desde hacía años, Connor no supo decir si se sentía defraudada o engañada.

Motivo: Tricorder médico

Tirada: 3d10

Resultado: 2, 4, 6 (Suma: 12)

Tú tricorder médico no te dice gran cosa, aparte de que está aturdida. No le ocurre nada más, que tú sepas.  Así que en principio, puedes sedarla sin problemas. Qué debas hacerlo o no... ya depende de ti.

Shev regresó a tiempo para oír la pequeña discusión entre la doctora y la capitana. La vulcaniana continuaba desmayada, así que no entendía cuál era el problema.

-Capitana, la Teniente Annaith vino directamente desde el puente. No hay constancia de que alguien le diese orden alguna. Estuvo trabajando en su estación hasta que la abandonó para llegar aquí. 

Al mirar el rostro de la doctora, visiblemente molesta, intentó mediar en la situación.

-Eh, capitana, la Teniente está inconsciente. No existe ningún peligro, así que no creo que sea necesario sedarla. Bastaría con transportarla a la enfermería o una celda. 

Su alguna vez, durante su estadía en el hospital, Cira supuso que Lena mezclaba su vida personal con sus jornadas de profesión la actual situación solo confirmaba sus sospechas. La capitana, como tal y por mucho que le pesara, debía separar con un gran abismo lo que otros no podían. Y sin importar el precio porque su posición lo requería. Era una responsabilidad demasiado grande como para mezclar todo y nublar su juicio. Quizás en sus horas libres lo pagaría a su manera, pero no sería hoy ni ahora.

-Doctora. En mi jornada de servicio no utilizo comentarios irónicos ni nada por el estilo. Por lo tanto exijo lo mismo, al igual que las regulaciones lo permitan. Solo que la gravedad de la situación actual no concibe tratos o comentarios de esa índole. En cambio poseo plena confianza en su habilidad como doctora en jefe de esta nave. No por nada es la nave insignia de la Federación. Como verá una cosa no se mezcla ni interfiere con la otra para mi, pudiendo usted trabajar en la teniente como crea necesario si al final el resultado que he pedido es el mismo. Por ultimo mi duda queja justificada por sus palabras, las cuales se registran en este momento al igual que las palabras de todos los presentes en esta bahía de carga. Como le dije antes, no actúo sin pruebas.

Y coincido en no solo ir a la enfermería por la teniente Annaith. También lo haré por la revisión. -

La respuesta de Cira fluyo sin otras intenciones mas que rebatir los argumentos de la doctora, principalmente porque en ese momento Graystone hurgaba en su tricorder con la finalidad de obtener datos y continuar con la investigación. Todo lo demás era secundario hasta su debido momento.

Luego el primer oficial respondió a la pregunta inicial de Cira y añadió otra apostilla. La información era aun mas relevante que todo lo hablado hasta el momento.

- Eso significa que la teniente deliberadamente abandono el puente para llegar hasta aquí. Y sobre la teniente yo no estaría tan confiada como usted. La teniente conoce las artes marciales vulcanas como nadie a bordo del Enterprise. De ahí nace mi insistencia en mantener dormida a la sospechosa luego que se hagan todas las comprobaciones medicas oportunas. - Advierte Cira sobre la habilidad quizás desconocida de Annaith. Una pericia que es posible no haya sido advertida por Shon ante la falta de tiempo para leer todas las fichas de los tripulantes de a bordo.

Cira empezó a pasar su tricorder por encima de la vulcaniana, sin detectar nada anormal en ella. A todas luces, lo único que llevaba encima era el uniforme. Las razones que la llevaran hasta allí, tendrían que esperar, sin duda.

Desde luego, capitana. La mayoría de los vulcanianos están entrenados en las artes marciales de su propio planeta, pero dudo mucho que la Teniente fuese a utilizarlas. Creo que la confianza que depositamos en ella no debería desaparecer tan pronto. Solicito que sea transportada a una celda de aislamiento, reanimada y entonces, interrogada sobre sus acciones. 

El andoriano solo hizo aquella sugerencia pensando en que desde luego, era la manera más rápida de proceder. Además, si no se equivocaba, los orejas puntiagudas eran famosos por no mentir, al menos en su mayor parte, y deseaba comprobarlo de primera mano. No terminaba de creerse que fuese una espía.

No lo veía posible.