Partida Rol por web

Atención, aquí el alférez Perkins. Hemos levantado el aislamiento de la enfermería. Situación bajo control. A todos los miembros del departamento médico. Vayan trayendo a los enfermos de regreso a medida que sea posible. Perkins fuera.

Siento el tacto de la hermosa y cuidada mano de la doctora sobre la mía y la acaricio con ternura, relajándome casi al instante. Todos mis miedos frente a ella, toda mi inseguridad, se desvanece de golpe, dejando que mi corazón se acelere sin quererlo. Nuevamente la biocama detecta la nueva arritmia y eso empieza a ser molesto de veras, puesto que si se quiere guardar el secreto de lo que el corazón esconde, aquel aparato no lo permite. Perkins no necesita muchas pistas más para darse cuenta del todo de que hay algo entre nosotros.

La intervención del pipiolo nos pilló a ambos por sorpresa, pero al contrario que la doctora, yo estaba casi hipnotizado mirando sus labios y sintiendo el calor de su mano, como para responder a las palabras del alférez. Algo que no hacíamos los romulanos, al igual que nuestros antepasados los vulcanos, era sonreir, aunque Annatih me enseñó el valor de la sonrisa entre los humanos y su significado, aún debía aprender mucho de ello. Pero ver a la fría doctora enrojecerse de aquella manera, si logró hacer que mis labios dibujasen una pequeña sonrisa en mi rostro.

Ante la proposición de este y las palabras de la doctora, me senté en la biocama, contento por perder a aquel aparato traidor, tanto o más que Jor y sus lecturas de mente, de vista. Con mi mano en el costado aguanté el pequeño dolor que sentí al sentarme. - No creo que... - Ya empezaba con mi actitud de romulano duro. - ... me cueste mucho ponerme los pantalones... si me los alcanza. - Corregí al instante. - Quizás con la parte de arriba del uniforme si necesite más ayuda, si no es molestia. - Esta vez no bajé la voz. No había necesidad de ello.

Una vez vestido, la doctora me ayudó a colocarme bien el uniforme, sobre todo por la espalda, donde yo no podía alcanzar ahora debido a la limitación por el dolor. Caminamos juntos hacia la salida de la enfermería y antes de salir me di la vuelta y miré al pipiolo. - ¡Eh! - Exclamé al hombre y esperé a que me mirase. - Muchas gracias por todo, señor Perkins. - Le dije a modo de despedida, junto con un guiño de ojo.

Lena entró en enfermería dirigiéndose rápidamente hacia el lugar ocupado por la alferez Zoe, confiando en que se encontrara bien y buscando a Perkins para que le diera el informe.

Una enfermera se acercó para indicarte que Zoe estaba mucho mejor, pero que Perkins se había ido con el equipo de salida a la estación y aún no habían regresado.

Cuando te acercaste a Zoe, ésta levantó la cabeza.

¿Qué ha pasado? ¿Dónde... estoy? -preguntó, confusa.

Lena arrugó el ceño cuando le informaron sobre la marcha de Perkins, no debía haber salido de la enfermería... tendría que haber ido ella en su lugar... si le pasaba algo, no se lo iba a perdonar, pero como de nada le iba a servir lamentarse decidió ir por partes y comprobar personalmente el estado de Zoe.

- Se encuentra usted en la enfermería- respondió con amabilidad- sufrió una severa radiación que a punto estuvo de costarle la vida, pero hemos conseguido estabilizarla... ¿Cómo se encuentra?- le formuló la pregunta de rigor mientras seguía evaluando su estado, no faltaría mucho para que el comandante volviera a pedir un informe sobre su tripulante preferida.

Zoe abrió los ojos completamente, pero parecía todavía no entender del todo lo que había sucedido. No obstante, eso no impidió que se quitara la sábana que la cubría y se levantara, a pesar de estar completamente desnuda.

Aquel cuerpo sonrosado, con esos pechos turgentes y sus sensuales curvas, no parecían corresponder a la Zoe que ella conocía, al igual que tampoco lo era el hecho que no le importase que la viesen así, teniendo en cuenta las dificultades de socialización que presentaba.

-Tengo que ir... a ingeniería. Aún quedan... cosas -consiguió decir, mientras miraba al suelo, a su alrededor -. ¿Dónde está mi ropa?

La ceja de Lena se elevó de manera desmesurada cuando Zoe se levantó y se quedó frente a ella como había venido al mundo, al ver su cuerpo desnudo hizo una mueca, la alferez era más joven, pero Lena tenía mejores curvas... ¡Donde iba a parar! además hasta se dio cuenta de que si no se cuidaba le iban a salir varices, pero esa información se la guardó.

-Tengo que ir... a ingeniería. Aún quedan... cosas -consiguió decir, mientras miraba al suelo, a su alrededor -. ¿Dónde está mi ropa?

- Me temo que no es aconsejable que vaya de esa guisa a ingeniería... a no ser que quiera hacer sus cosas con una legión de mirones a su alrededor...- le dijo cogiendo una sábana y cubriéndola, echándole la tela alrededor de los hombros e indicándole que se sujetara los bordes con las manos para terminar de taparse-  tuvimos que destruir su ropa, por la radiación. Pero le conseguiré otra si se porta bien y descansa- con amabilidad la condujo nuevamente a su camilla- deme unos segundos- le indicó con su habitual sonrisa mientras se giraba y utilizaba el replicador para hacerse con un uniforme para Zoe mientras pensaba que definitivamente el "rollo bollo" no era lo suyo.

Una vez obtuvo el uniforme se volvió a acercar a la alferez y se lo tendió.

- Si necesita ayuda o tiene algún mareo dígamelo- le dijo mientras se sentaba en una silla, delante de Zoe y se giraba ligeramente cogiendo su datapad para dejarle intimidad y que no se sintiera violenta. Después del primer encuentro no se fiaba de ella... era capaz de salir en bolas de allí.

Zoe miró a su alrededor y fue entonces cuando se dio cuenta de que estaba completamente desnuda. No es que le importara demasiado, pero entendió entonces la reacción de la doctora al taparla con una sábana. Afortunadamente, no tardó mucho en venir con uniforme para ella.

 Si necesita ayuda o tiene algún mareo dígamelo

Sí que estaba mareada y con nauseas, y sentía debilidad en todo su cuerpo, pero no sabía cuál sería la situación de la nave y quería volver a su puesto por encima de todo.

-¿Cuánto tiempo ha pasado? -le preguntó a la doctora mientras terminaba de vestirse, con dificultad -. ¿Cuál es... la situación de la nave?

No era la primera vez que se sentía mal y seguramente, tampoco sería la última. Ella era más fuerte.

Lena cogió su tricorder y se dió la vuelta cuando consideró que la alférez se había vestido.

Mientras Zoe hablaba, Lena había aprovechado para realizarle un escaner con el tricorder, su gesto... torciendo el labio hacia un lado era algo bastante ilustrativo de lo que iba a venir a continuación.

-¿Cuánto tiempo ha pasado? -le preguntó a la doctora mientras terminaba de vestirse, con dificultad -. ¿Cuál es... la situación de la nave?

- En realidad no ha pasado mucho tiempo- le dijo cerrando el aparato y dejándolo en una mesa- y la situación de la nave... no es catastrófica, por eso me temo que le voy a pedir que se quede en enfermería... está débil y probablemente se sienta mareada... teniendo en cuenta que ha estado a punto de morir, es lo más leve que podía haberle pasado- le soltó con tranquilidad cogiendo una jeringuilla y mirándola con cierta amenaza- su pulso y sus valores sanguíneos están por debajo de lo normal, necesita descansar si quiere estar operativa en el menor tiempo posible... no puedo darle el alta o puede ocurrir que conforme salga de la enfermería esté usted de vuelta porque haya sufrido un desmayo o un colapso- le dijo con toda la sinceridad y profesionalidad que utilizan los doctores cuando no están dispuestos a hacer horas extras con el mismo paciente- ¿Me hace entonces el favor de volver a su camilla?- aquello había sido una petición amable... la siguiente sería utilizando otros métodos...

Zoe te miró fijamente, no sabías si enfadada, o simplemente porque aún no estaba segura de comprender lo que decías, pero su mano se dirigió rápidamente a su insignia-comunicador, decidida a hacer, por lo visto, lo que le diera la gana.

Ingeniería, aquí la alférez Zoe. ¿Cuál es la situación?

Ingeniería, aquí la alférez Zoe. ¿Cuál es la situación?

Lena poseía una paciencia infinita que Zoe parecía tener la extraña virtud de agotarla en segundos, pues la doctora sí que se enfadó.

- ¿Hablo en chino señora Zoe?- comenzó muy seria clavándole la mirada- le acabo a usted de decir que no debe salir porque puede sufrir un desmayo y lo único que se le ocurre es ponerse a llamar a ingeniería porque según parece es usted imprescindible o la nave se nos caerá a pedazos ¿verdad?- el ego multiplicado por mil y la rebeldía sin causa, era algo que la doctora llevaba francamente mal, en especial cuando se le faltaba el respeto a ella como profesional- Me he jugado la vida, la de la enfermería y la de toda la nave para salvar la suya, por los niveles de radiación tan elevados que usted presentaba. Le hago sólo una petición, que descanse un poco para asegurarme que esté bien y pueda usted asumir sus tareas... y va y hace lo que da la gana... no tiene respeto, no tiene educación y no merece el uniforme- se levantó muy airada- no voy a tratar de retenerla, váyase y haga lo que venga en gana, pero tenga mucho cuidado de no volver a recaer... porque puede que la trate de la misma manera que usted lo hace conmigo.

Había pensado en sedarla y obligarla a dormir pero se había sentido tan dolida, que en verdad casi prefería que le diera un pasmo para que se jodiera y se le bajaran los humos.

Zoe escuchó las palabras de Shev, que estaba en ingeniería. Sin duda, la situación había requerido de su presencia para coordinar los trabajos de reparación y tanto por sus palabras, como por su voz, no parecía que hubiese ninguna urgencia, así que decidió hacer caso de los consejos de la doctora.

-Entendido. Zoe fuera.

Mareada, andando con dificultad, se acercó de nuevo a la camilla y se tumbó.

-No se enfade, doctora. Solo estaba preocupada por la nave, pero le aseguro que prefiero... dormir -dijo, antes de cerrar los ojos y caer en un sueño profundo casi sin darse cuenta.

-Entendido. Zoe fuera.

Connor observó atentamente como la alferez una vez hizo lo que quiso se volvió a meter en su cama, que era a donde tenía que haber ido desde el principio, aquella actitud era la que sacaba de sí a la doctora, pues Lena solía ser muy permisiva con todo, es más eran pocas las cosas que le importaban, pero en lo referente a su trabajo no admitía ese tipo de cosas.

-No se enfade, doctora. Solo estaba preocupada por la nave, pero le aseguro que prefiero... dormir -dijo, antes de cerrar los ojos y caer en un sueño profundo casi sin darse cuenta.

- Duerma, yo le diré cuando podrá irse- contestó muy escueta conteniendo la lengua, la cual quería liberar toda una serie de sapos y culebras que prefirió mantener encerrados.

En ese momento una llamada de la capitana le hizo volver a su trabajo.

-No será necesario doctora, dejelo dormir. El equipo es evacuado de la estación y no habrá más combate. Tal vez reciba un prisionero que necesitará un examen a fondo para corroborar su identidad. Este atenta. Garystone fuera. - responde la capitana mientras coordina la extracción del equipo en la estación.

- Entendido capitana, está todo preparado, Connor fuera.