Partida Rol por web

Me quedé pensando unos instantes en aquellas palabras y la explicación de la doctora, para luego mirar mi entrepierna y dedicarla media sonrisa. - Entiendo. - La dije mirándola a los ojos con gesto travieso. - Procuraré recordarlo. 

Respecto a la conversación sobre la Capitana, ya no tenía nada más que aportar, salvo mal humor y recelo. Si realmente me necesitaba como la doctora Connor decía, iba a tener que bajarse de su pedestal de diva y buscar trabajar conmigo. Yo no iba a ir corriendo tras ella en busca de una caricia ni un hueso que roer. Ya tenía a más de uno de esos en la tripulación, de eso no cabía duda. Y menos aún después de aquella patada sin motivo ni sentido.

- Gracias, doctora. - Dije antes de levantarme, esperando su respuesta a mi invitación, la cual no se hizo esperar demasiado. Aún sigo dudando que fue lo que de alguna manera me provocó más, si su respuesta inicial o aquel sugerente cruce de piernas. Fuese cual fuese daba igual, pues se las ingenió para aplazar la invitación.

Así pues, sin decir nada más, me encaminé hacia el lugar indicado y me desvestí con calma, dejando todo bien doblado cerca de la ducha. Abrí el grifo del agua y me metí debajo en cuanto la temperatura alcanzó mi agrado. En ese instante escuché a la doctora decirme algo,  pero con el sonido del agua, no me enteraba de nada. Así pues, cerré el grifo y asomé desde la ducha, cubriéndome mis vergüenzas con la toalla que me había prestado la doctora y completamente empapado. El agua había borrado de mi cabeza el peinado de mi raza y ahora tenía todo el pelo hacia atrás. 

- ¿Me decía algo, doctora? - La pregunté una vez la tuve en mi campo de visión. - Con el sonido del agua no la escucho... quizás debería asomarse a decirme lo que sea la próxima vez. - La sonreí con picardía. - No me gustaría tener que estar asomándome así a cada minuto, más que nada porque no quiero coger frío y acabar resfriado.

Esperé unos segundos antes de regresar a la ducha y acabar con ella de una vez, atento a las palabras y gestos de la doctora.

Connor, que había visto conveniente dejar las cosas con el romulano como estaban se giró para ver como había salido de la ducha para preguntarle que le había dicho... "No sigas Lena, es tu paciente y juega bien" "Me lleva picando desde que entré a enfermería" "Menos mal que están todos de descanso"

Se dijo a sí misma mientras lo miraba de arriba a... abajo.

"¿Que oculta la toalla?... no quieras saberlo, es mejor no saberlo... vamos no va a pasar nada... demasiado juego has tenido con él... mera terapia anti estrés... al paciente no le interesa enfadarse... ni a tí hacer más ejercicio de la cuenta te llaman leona por algo... leona es en todos los sentidos soy buena en TODO lo que hago... si te acercas te pierdes... ¿Y quien quiere ser encontrada?... te vas a arrepentir... fines terapéuticos..."

Lena tras unos segundos se levantó alisándose el uniforme para acercarse a la ducha con los brazos cruzados a su espaldas, caminando hacia él con un movimiento elegante de caderas, una vez estuvo enfrente se inclinó posicionando su rostro a escasa distancia de la él en un gesto tan pícaro como descarado.

- Le decía que debe usted alimentarse adecuadamente puesto que es parte de su tratamiento

Sonreía divertido viendo la expresión que tenía Lena en ese momento en el rostro y como me miraba. Me estaba haciendo un chequeo médico en toda regla con aquellos bonitos ojos azules. Pero no me esperaba que se levantase y caminase hacia mí con ese sutil movimiento de caderas y esa seguridad. Hubiera matado por saber que se le pasaba por la cabeza a aquella mujer que parecía ser un torbellino.

Se detuvo frente a mí, a escasos centímetros de mi rostro. Mis ojos oscilaban entre sus ojos y sus labios mientras la doctora hablaba. Sonreí levemente antes de fijar mi vista en sus labios y acercarme lentamente hacia ellos, para luego esquivarlos con delicadeza y colocar mis labios en el oído de la doctora. - Quizás debiera preocuparse un poco menos de mí en este momento... y un poco más de usted misma. Para no querer acompañarme en la ducha, está tan solo a dos pasos de la misma.  - Susurré lentamente. - Podría terminar mojándose demasiado...

Prácticamente realicé el mismo recorrido con mi rostro, denteniéndome unos segundos frente a los labios de la doctora y mirándolos con deseo, la sonreí y me aparté de ella. - Pero no se preocupe, disfrutaré de la ducha por los dos. - Añadí dándome la vuelta casi de inmediato y retirando la toalla justamente cuando la daba la espalda. dejándola ver mi bien formado trasero segundos antes de volver a meterme en la ducha.

La cercanía de los labios del romulano de los suyos a punto estuvo de hacer que Connor perdiera los papeles, el susurro del teniente sobre su oído, su manifiesto deseo y la forma tan descarada y sutil de invitarla pero dejarle a ella la decisión de entrar a saco o dejarlo estar, hicieron que el deseo de la doctora se activase... de echo si hubiera tardado unos segundos más en retirarse se habría avalanzado sobre él para quitarle la toalla y estamparlo contra la pared para ya después dejar volar la imaginación... 

Sin embargo el muy... romulano se dio la vuelta dejando su escultural trasero a la vista de Lena, que lo admiró en todo su esplendor.

La que iba a necesitar una ducha de agua fría era ella... "No puede ser Lena... déjalo ya" la voz interior de Lena se hizo hueco y fue entonces tras los segundos de duda y deseo cuando la doctora dio un paso atrás, lástima que fuera su paciente y que ella fuera tan estricta con esas cosas... una verdadera lástima...

Pues está claro. Como buena oficial médico, te examinará de arriba a abajo, por delante y por detrás, por dentro y por fuera jajajajaja

Lena que había echado un paso atrás para alejarse de la tentación que le suponía el romulano. Pensó que lo había superado.. Sólo tenía que volver a sus quehaceres y no mirar el trasero de su "invitado", miró a su alrededor... La soledad de la enfermería y consultó la hora, faltaban más de 10 horas para que finalizaran los turnos de descanso del primero de los auxiliares. Lena había decidido proporcionar un descanso largo puesto que en 17 horas no se esperaba ninguna novedad importante a bordo.

Una parte de ella agradeció haber impuesto aquella rutina, la otra no... Puesto que su lado bueno conocía a su lado malo y al final se le iba a ir todo de las manos... Como iba a ocurrir... Con la mirada fija en la anatomía de Vakro la mano de la doctora recorrió la cremallera de su uniforme para quitárselo, el traje cayó al suelo con suavidad, sin ruido... Después se quito las botas, quedándose vestida únicamente con su ropa interior y fue entonces cuando se metió en la ducha posando con suavidad una mano sobre el hombro del teniente para a continuación obligarlo a girarse con fuerza, las palabras sobraban, así como los preliminares puesto que sin mediar explicaciones empujó a Vakro contra la pared, dejando que el agua los recorriese a ambos y lo beso casi con furia... Lo mismo el romulano no sabía donde se acaba de meter, la leona había aceptado el reto y estaba hambrienta.