Partida Rol por web

La doctora se acercó a Lightman realizando anotaciones sobre los resultados arrojados por el tricorder sobre Liam. Su objetivo era la revisión del oficial, de Zoe ya se encargaría.

-Me temo que si es necesario señor Lightman - sonrió casi con picardía, dejando la data pad para coger una nueva jeringuilla- como también va a ser necesario que se descubra el brazo derecho y que pase a cambiar el uniforme por la bata, para realizar la prueba de resistencia- Le informó mientras esperaba para realizar la extracción de sangre- No le va a doler...

- Ya... bueno... eso de que no va a doler... - Liam intentaba mantener la calma - ¿No han conseguido otro método para obtener sangre? ¡No somos unos bárbaros!

Retrocedió uno o dos pasos.

- Si acaso primero hago la prueba de resistencia.- dijo mientras se cambiaba y se ponía la bata ofrecida anteriormente por la doctora.

La historia de Vrako sorprende de sobremanera a la Vulcana, que atenta a cada palabra va interpretando con total facilidad, disfrutando de aquel relato mientras empatiza de forma agradable, muy amena. Comprendiendo que el ser profeta de otra tierra, genera controversia por donde vayas, sin importar lo que eres realmente ya que una imagen habla más que mil palabras. 

- Vaya... Te entiendo. Calculo que en Vulcan me echarían, todo por haberme criado con un humano... Con esto quiero decir que a la larga siempre hay una excusa para hacer a un lado. Somos perfectos desconocidos aún entre los nuestros. - responde sincera, empatizando. 

Luego cuando le da la razón con respecto a los humanos, a la aceptación positiva de su presencia en la flota, asiente mientras continúa escuchando ahora las preguntas del Romulano. 

- Es normal que se desconfíe, pero bueno no tengo motivos para hacerte mal. Aún así, si gustas simplemente cierra los ojos y haremos unas respiraciones profundas. Nada raro, solo para aliviar tu malestar. - explica en un tono suave. - A todos nos adoctrinaron de esta forma, no es malo, es normal. 

- ¿Echarla? Creo que no la sigo. - Dije extrañado a la vulcana. - Por lo que veo conoce los rituales propios de su raza o eso parece, pues no soy ningún experto... Y en la USS Nautilus... se comportó como una auténtica vulcana. Mantuvo la compostura en todo momento, mientras la nave estuvo varada y tras el... trágico desenlace. - Haciendo memoria, no la había visto llorar en ningún momento por la pérdida de su ser más querido. Su padre. O quizás no presté suficiente atención, asumiendo que por ser de aquella raza no tendría emociones que mostrar. Pero esta vez miré atento a los ojos de la joven, buscando en ellos una mínima emoción.

- Perfectos desconocidos aún entre los nuestros. Me gusta como suena esa frase. - Sonreí a Annaith, buscando quizás reparar el daño que hubiese podido causar tras mis palabras sobre los sucesos pasados con aquel gesto. Lo cierto era que cada vez me sentía más cómodo con ella. Más tranquilo y confiado. - Se nota que somos... - Guardé silencio, buscando las palabras exactas para describir aquello que pasaba por mi mente. Pero no encontraba forma alguna de expresarlo. - ... que tiene una mente privilegiada, casi tanto como la de mi raza. - Sonreí, dando por sentado que aquel acto de arrogancia por un lado, era un nuevo halago para la vulcana.

Sus palabras sobre la fusión mental, a pesar de sonarme sinceras, no me calmaban al respecto. - Creo que lo mejor será empezar por lo más básico y, si logro entender como funciona eso de la fusión mental, sin los prejuicios instalados en mi mente, quizás me anime a probarlo... pero más adelante. - Y así fue, como en un acto de confianza hacia la mujer, me recosté nuevamente en la cama y cerré los ojos, dispuesto a seguir sus instrucciones y ver si aquello realmente funcionaba y aliviaba parte de mi mal.

Computadora, termina la simulación.  

Se secó con una toalla el sudor y se dirigió a la puerta mientras el holograma se iba desdibujando en oleadas de pixeles. 

Recuerdame que revisemos juntos como modelar los pensamientos de los atacantes.  Esta vez no pude percibir nada.  Recuerda que modelas un espacio de ondas alfa y beta en un cerebro virtual.  "Brain inside a box which is a brain and is a box".  Lo importante es que sean las mismas ondas-semióticas. 

Y de paso, a corregir esa simulación de jem'hadar.  ¿De cuando acá atacarían con cuchillo un sólo corazón?  Ya la información de que tenemos de lo que saben-saben tiene que estar integrada computadora.   Era bueno que esa bio-redundancia de corazón hubiera nacido bien con él.  No así el hígado, del que betazodicamente había heredado uno sólo, aguantador y grande, pero uno sólo. 

Subo doctora. -Avisó.

- Ya... bueno... eso de que no va a doler... - Liam intentaba mantener la calma - ¿No han conseguido otro método para obtener sangre? ¡No somos unos bárbaros!

"Cobarde" pensó la doctora enarcando una ceja, pero si se creía que se iba a librar del jeringazo iba fino...

- Por supuesto que no somos unos bárbaros- dijo acercándose de manera sigilosa al ingeniero mientras hacía un gesto con la cabeza a sus subalternos para que lo acorralasen en caso necesario- antes había probabilidad de que se rompiese una vena, pues el instrumental dependía mucho de la habilidad del practicante, bien era cierto que las antiguas agujas estaban echas de unos materiales sacados directamente de la materia prima, lo que hacía el método más natural... sin embargo ahora sólo hay que posar sobre la piel o más concretamente, sobre la vena y la extracción es casi automática, aunque si lo prefiere puedo hacerlo a la vieja usanza, soy una experta ¿sabe usted?- Liam pudo sentir prácticamente el aliento de al doctora en su nuca, pues se había situado a su lado, controlando que su presa no se le escapase.

- Si acaso primero hago la prueba de resistencia.- dijo mientras se cambiaba y se ponía la bata ofrecida anteriormente por la doctora.

- El orden de los factores no altera el valor de la suma- dijo esperando paciente a que se subiera a la plataforma para proceder a ponerle un sensor en el cuello con el que monitorizar sus respuestas mientras en la otra mano seguía portando la jeringuilla con el nombre del oficial puesto.

Al verse abrir la puerta miró hacia Jor, a quien recibió con una sonrisa.

- Teniente tova´Daq- lo saludó guardando la jeringuilla de Liam en uno de los bolsillos- señor Lightman comience a correr durante unos veinte minutos, en seguida sigo con usted- le indicó mientras se dirigía hacia su siguiente paciente con el tricorder en ristre.

- De acuerdo doctora. Puede estar seguro que por mucho que corra no me moveré de aquí...

Jeje.  Se rió del comentario de Lightman. 

Todo suyo doctora.  Dígame que hay que hacer. 

¿Esto de revisarnos ahora, es por algo especial?   -Indicaría que la capitana algo se trama. 

- De acuerdo doctora. Puede estar seguro que por mucho que corra no me moveré de aquí...

La doctora ante el comentario de Liam se giró y lo miró con su omnipresente sonrisa mientras pensaba, tu ponte tonto que verás como me de por hacerte una inspección renal...

- Por supuesto que no lo hará... señor Lightman- no pensaba dejarlo escapar como había pasado con Zoe, así tuviera que anestesiarlo.

Todo suyo doctora.  Dígame que hay que hacer. 

¿Esto de revisarnos ahora, es por algo especial?  

- De momento le haré un análisis con el tricorder para comprobar su estado general... después procederemos a la prueba de resistencia, donde tendrá que deshacerse del uniforme y ponerse una bata como aquella, puede utilizar aquella habitación para cambiarse- señaló a Liam que se encontraba corriendo ataviado con una bata azul con aberturas en la parte trasera que dejaban al descubierto la espalda y la ropa interior del paciente- y ponerse a correr durante unos minutos y finalmente procederé a la extracción de una muestra de su ADN, es un procedimiento habitual que se lleva a cabo en todas las naves estelares de la flota y me temo que sí, tengo que extraerle sangre para obtener dicha muestra, ¿tiene usted algún tipo de animadversión a mostrar su ropa interior o a que le pinchen?- indagó con la ceja elevada algo cansada de la actitud de sus anteriores pacientes, mientras le pasaba el tricorder a su alrededor leyendo los datos que le ofrecía.

¿Ropa interior?  Los klingon no usaban. 

No, ninguna doctora.

Los betazoides tampoco tienen uso para el pudor.  Mente abierta ante todo. 

No, ninguna doctora.

- Estupendo...- dijo mucho más relajada mientras operaba con el tricorder, centrándose por fin en su trabajo.

- ¿Qué tipo de dieta está siguiendo señor tova´Daq? parece que sus niveles de arsénico están bajos... entiendo que al ser mitad betazoide tenga ciertos remilgos, pero no debe descuidarse...- dejó el tricorder en la mesa para dirigirse a uno de los muebles de al enfermería y sacar un pequeño frasco- tómese un comprimido por la mañana, antes de desayunar con agua. Lo hará durante dos meses, después venga otra vez a verme para comprobar como va... ahora- cogió una de las jeringuillas que tenía preparadas con el nombre del teniente y lo miró- necesito extraerle una muestra de sangre, se trata de un procedimiento protocolario de la flota, para conservar el ADN de todos los miembros de la tripulación. ¿Puede descubrirse el brazo derecho, por favor?

- Lo dicho, puedo comportarme como tal pero mi raza es muy elitista, incluso cerrada a la hora de pensar. -  responde siempre sincera, amable. 

A sabiendas de que en Vulcan todo se define a través de una decorosa forma de mantener el control, tan agobiante que incluso para cualquier persona nacida allí, termina siendo un calvario. Tan sólo por contrarrestar una impulsividad que encauzada, puede fomentar a la inteligencia, ya que tanta restricción coarta acciones, pensamientos y el factor imprevisto, que la razón censura con cierto descaro. 

- ¿Somos? -  pregunta curiosa al incitarlo que se incorpore. - Venga, como aún no confía en mis métodos, iremos a hablarlo con la Doctora. Lena seguramente tendrá alguna forma más invasiva de tratar contigo. Te acompaño, que será divertido. -  lo invita ya a sabiendas de que será mejor usar el método tradicional en estas cuestiones. 

- Y eso la acerca más a los romulanos de lo que jamás hubieses querido imaginar. - Elevé las cejas y sonreí a Annaith con aquella frase. - Está en el punto intermedio de ambas razas. - La dije refiriéndome a la suya y la mía. Era increible encontrar a alguien en ese estado, donde deja atrás lo primitivo y se adentra en el mundo de la evolución. Sin duda alguna, algo realmente extraordinario y digno de admirar. Al igual que su belleza. Sin duda sería la romulana más hermosa de todo el universo.

Pero algo va mal y mientras me pregunta con curiosidad, me incita a levantarme de la cama. - Sí, somos genéticamente casi idénticos. - Las palabras vinieron a mi mente por fin. - Y sin duda su mente destaca por encima de los de su raza, siendo comparable a la nuestra. Pero, ¿dije algo inapropiado? - Pregunté a la teniente mientras me incorporaba, recibiendo la respuesta enseguida.

- Soy un caso muerto ahora mismo para la doctora. Y... desconfío de lo que no conozco, en este caso de la fusión mental. Pero estaba dispuesto a probar aquello de las respiraciones. - Dije pensando que era lo que podría haber dicho o hecho que hiciese reaccionar así a Annaith, puesto que me había quedado en la cama, con los ojos cerrados y receptivo a sus palabras, cuando detuvo todo esto.

Me incorporé con desgana y mi semblante se ensombreció. - Los tres sabemos que la ciencia no puede aliviarme. - Me sentía como si me hubiesen puesto delante una fresquita cerveza romulana, me hubieran dejado olerla y dar un pequeño sorbo para luego quitármela de golpe. - Supongo que esta es la mejor forma de descubrir que no se puede confiar en nadie. - Y los tres sabemos que cebarme a pastillas tampoco funciona. - Sentirme así no hizo más que aumentar mi dolor de cabeza un poco más y eso me llevó a poner mis manos sobre ella, cambiando mi gesto a uno más serio y ahora sí, empezando a recuperar mi mal humor habitual.

(jadeo) (jadeo)

- Tendré que hacer más ejercicio...

Cuando la vulcana y el romulano accedieron a la enfermería, encontraron a la doctora jeringuilla en mano, preparada para clavarla en el brazo del teniente Jor, y al fondo de la habitación al señor Lightman corriendo sobre una plataforma, resoplando y vestido con una bata azul que dejaba la espalda y su trasero... cubierto con la ropa interior del teniente... al descubierto.

Al verlos aparecer, la doctora Connor sonrió abiertamente.

- Bienvenidos llegan justo a tiempo para su revisión- tras la invitación giró la cabeza hacia el ingeniero- Señor Lightman le quedan cinco minutos...procure aguantar el ritmo- después de aquella indicación, clavó sin miramientos la aguja en el brazo del klingon betazoide y tras la extracción volvió a sonreir a los recién llegados.

Caminé en silencio desde el dormitorio de Annaith hacia la enfermería, tratando de descifrar que era lo que había pasado allí dentro. Todo iba bien, la compañía, el olor a incienso, su voz... la comodidad de su cama, la cual juraría que era mil veces mejor que la mía. - Seguramente doña Tiesa-Como-Un-Palo haya pedido un colchón especial para mí. - Y es que no andaba muy convencido de que la Capitana de la Enterprise, realmente me quisiera allí.

Al menos parecía que el dolor de cabeza se mantenía en el mismo nivel que adquirió tras la invitación de Annaith de dejarlo todo e ir a la consulta de la Doctora Connor. Era molesto, pero no parecía que aumentase. Un alivio en parte. - Si no hubiese ido a verla... me dolería menos ahora. - Me quejé para mí mientras caminaba con el semblante serio, volviendo a darle vueltas al tema inicial en lugar de prestar atención al camino que tomábamos. No conocía la nave y por alguna extraña razón no me habían enviado los planos de la misma que solicité para memorizar los pasillos y salas de la misma.

Al llegar a la enfermería las puertas se abrieron y la doctora Connor nos recibió con una sonrisa. Lo cierto era que tenía pocas ganas de sonreir en ese momento, pero se la devolví como pude. - Perfecto doctora. - Miré a los dos tripulantes que estaban con ella en ese momento y les saludé con un leve movimiento de cabeza.

- Creo que me sentaré por aquí y esperaré mi turno, no quisiera molestar. - Indiqué a la doctora y a Annaith justamente cuando esta pinchaba el brazo de aquel hombre. Una vez sentado, le miré con curiosidad. Sus galones me indicaban que era teniente también y sus rasgos faciales que era klingon, pero... - ¿Y su barba? - Precisamente su rasgo más característico e importante para esa raza estaba ausente en el rostro de aquel hombre.

Dejé de mirarle, pues no quería incomodarle y recliné mi cabeza hacia atrás, cerrando los ojos. Esperaba que así se aliviase un poquito ese estúpido dolor y poder pasar la revisión de manera rápida.

Si Doctora.  Los gagh del replicador que trae la nave salen perfecto, y si tienen suficiente arsénico, pero no se, temo que en términos de papilas gustativas, salí a mi madre.  -se recompuso-.   Haré lo posible con esos suplementos.    -Ah, uno de los problemas de ser híbrido, uno menor, pero uno de ellos.

Mientras la bata expuesta confirmaba a los presentes aquel rumor de que -efectivamente- los klingon no usaban ropa interior, Jor esperó su turno para subirse a la máquina de ejercicio. 

Señor Lightman, ¿haciendo honor a su apellido?  ¿Quiere unirse a mi rutina de correr una vuelta a la nave cada tercer ciclo, o mejor en el holodeck con una simulación de ultramaratón en el Sahara Terrestre?   Dicen que es una maravilla.   - sólo quería ayudar.

Cita:

- Le tomo la palabra - dijo el ingeniero entre jadeos - Me paso demasiado tiempo entre motores y no hago el suficiente ejercicio.

Lightman siguió corriendo en la cinta, entre sudores.

- ¿Doctora, falta mucho para terminar?

- Y las probaremos cuando comencemos a compartir más tiempo juntos. ¿Cree que se ha liberado de mi? -  pregunta esbozando una sonrisa. - Desde ya le digo que no,  estaba pensando que es mejor meditar cuando sea de noche y todo esté más tranquilo. -  responde ya con la intención de explicarse, la Doctora los ha reclamado y no quiere concentrarse en algo tan saludable mientras el comunicador fastidia. Además de que la Vulcana siente esto de que debe forjar cierta confianza con el Romulano, para obtener mayores logros en la meditación.