Partida Rol por web

Una vez que salen del Camarote, Annaith camina a paso tranquilo junto a Vrako mientras continúa con alguna que otra conversación banal, hasta que la enfermería se muestra delante de sus ojos. Cuestión que les permite ingresar no sin antes saludar y reconocer cómo está la situación, conoce a Lena desde que mantiene un relación con su hermano, siendo muy consciente de lo dedicada que es en su área, algo digno de admirar. 

Así que tras obedecer como niña buena, toma asiento mientras se dispone a romper su propio silencio, ya ubicada junto al Romulano. 

- Doctora, no se preocupe. -  afirma al mantener las formas. - Me uno a correr, si no les molesta la presencia de una mujer en la práctica. - comenta entusiasmada, le gusta realizar actividades físicas y más aún si son compartidas. 

Y mientras termina de revisar a los que están, Annaith se mantiene en silencio, expectante. Esperando que no le de una reprimenda al estar bastante delgada, muchas veces se salta la comida por trabajar. 

Zoe estaba contenta con su trabajo pero nunca estaba satisfecha del todo, no al menos mientras aun quedaran piezas por poner en el inmenso rompecabezas que era el enterprise. Muchas cosas aun no funcionaban y tardarian en arreglarlas pero había muchos ingenieros trabajando en ellas...seguramente ninguno con sus capacidades pero aveces había que delegar. De ser por ella habría mandado a todos a casa y se hubiera quedado a disfrutar del gran placer de interaccionar con las maquinas para ella sola, sin tener que compartir espacio con otras personas... No obstante era un pequeño martirio que debia afrontar.

Su mente se concentro en el programa que debía desarrollar para que todo funcionara, era su idea, su bebé, le molestaria mucho que cualquier idiota metiera las manos en eso, por lo que decidido empezar a desarrollar el programa para tenerlo listo cuando el resto hubiera terminado su parte del trabajo.

- Creo que me sentaré por aquí y esperaré mi turno, no quisiera molestar.

- Usted nunca molesta señor Vakro- le respondió al romulano mientras guardaba la muestra del klingon en su lugar correspondiente, una especie de estantería fichero donde se podía observar que la doctora lo tenía todo escrupulosamente clasificado y ordenado.

Cuando el teniente Jor salió ataviado con la bata no pudo evitar mirarle el trasero... era cierto eso de que los klingon no usaban ropa interior... interesante, así como las posaderas del teniente. Pero como la doctora era ante todo una profesional no le dio mayor importancia a eso de que el oficial se pusiese a correr con el culo al aire y continuó haciendo su trabajo.

- Señor tova´Daq- le dijo a su lado poniendo en marcha la cinta- en su caso, dada su fisonomía mitad klingon mitad betazoide... deberá correr durante unos cinco minutos más- hizo unos ajustes y le puso un dispositivo en el cuello al klingon para después acercarse a Lightman y detener la cinta- es suficiente señor Lightman- le dijo quitándole el dispositivo y leyendo los resultados del ordenador con el ceño fruncido.

Señor Lightman, ¿haciendo honor a su apellido?  ¿Quiere unirse a mi rutina de correr una vuelta a la nave cada tercer ciclo, o mejor en el holodeck con una simulación de ultramaratón en el Sahara Terrestre?   Dicen que es una maravilla.   - sólo quería ayudar.

- Es una idea magnífica teniente- agradeció el ofrecimiento del klingon betazoide relajando el rostro- pero en su caso señor Lightman, va usted a tener que hacer a parte de más ejercicio, una dieta más equilibrada- le dijo mientras cogía su datapad y tecleaba con rapidez para después mostrarla al ingeniero- a partir de ahora va usted a realizar estas comidas, me encargaré personalmente de que el dispensador de comidas se las facilite- a continuación y antes de que se le escapara sacó la jeringuilla que llevaba el nombre de Liam y sin contemplaciones extrajo la muestra de ADN, una vez satisfecha sonrió a su paciente- Ya puede usted marcharse señor Lightman, seguiremos en contacto para ver como va con la dieta.

 Doctora, no se preocupe. -  afirma al mantener las formas. - Me uno a correr, si no les molesta la presencia de una mujer en la práctica. 

- Por supuesto que no querida Annaith- le sonrió abiertamente- ponte la bata, después necesitaré una extracción de sangre y analizarte con el tricorder- fue pulsando los controles de la cinta y esperó a que la vulcana se subiera a la cinta para ponerle en el cuello el pequeño aparato con el que controlaba las constantes vitales, una vez realizada la operación, se dirigió hacia el romulano con el tricorder en la mano.

- ¿Han vuelto las molestias?- le dijo a su lado pasando el tricorder alrededor de Vakro

Miré a la doctora en el mismo momento que el klingon sin barba se alejaba de ella. No pude evitar mostrar una pequeña sonrisa al verla mirar así el trasero del alienígena el cual, al igual que hacía su raza, no llevaba ropa interior. Sin duda es un klingon acogido por la Flota Estelar pues debió ser una deshonra para los suyos. No veo más motivos para que no lleve la barba con el orgullo que debería. - Pensé para mí, pero las siguientes palabras de la doctora me dieron la respuesta. Un mestizo.

No sabía mucho de los betazoide, pero si de los klingon y no solo me pregunté como alguien podría fijarse en uno de ellos, salvo los de su propia raza, como ser capaces de irse a la cama con uno de ellos, con lo agresivos que eran. Elevé las cejas con gesto de sorpresa cuando Annaith dijo que quería correr en nuestra presencia, no por el hecho de correr en sí, sino por la poca indumentaria que llevaría puesta y esa bata que dejaba ver demasiado por la espalda. ¿Tanto les costaba hacerlas con un poco más de tela?

Mis ojos siguieron a la vulcana por la sala con el mayor disimulo que pude. Curiosamente, mientras lo hacía, mi dolor de cabeza se esfumaba o al menos a penas lo sentía. Me parece increíble que a alguien le quede bien esa bata. - Pensé para mí al ver a Annaith ataviada con ella. Mis ojos se perdieron por su espalda tan pronto me la dio y observé como la doctora la preparaba para su prueba, dejando de mirarla en el mismo momento que la doctora Connor vino hacia mí con el tricorder en su mano, volviendo a sentir nuevamente ese dolor de cabeza.

- Me temo que nunca paran. - Esbocé una media sonrisa amable a la doctora mientras me examinaba. - Y hoy no quiere darme tregua. Se ve que empezar hoy aquí, me está afectando más de lo que pensaba. Trataré de hacer un poco de Mok’bara cuando tenga algo de tiempo, a ver si me ayuda un poco. Solo espero que me permita correr para poder pasar el reconocimiento sin dejar nada pendiente.

-Espere un momento...- dijo Lightman cuando la doctora hizo su aparicion con la jeringuilla. Pero no tuvo tiempo a decir nada mas, ya que cayo desmayado una vez la doctora le extrajo la muestra de ADN.

 Sin problema alguno, la Vulcana se dirige hacia un rincón para quitarse el uniforme sin vergüenza alguna ya que suele usar ropa interior deportiva, cuestión que le facilita en las misiones y en caso de tener que deshacerse del traje de Oficial. Por esa razón, un tanto ajena a las miradas de sus compañeros, en especial de Vrako, coge la bata mientras se sube a la cinta. 

Antes de activarla, espera a que la Doctora la conecte al equipo, así puede correr tranquila pese a fastidiarle esa tela tan suelta. Pero como ya es una obligación aquel proceso, ni siquiera se queja mientras activa la cinta para comenzar a caminar, trotar y ya después correr. Lo bueno es que Annaith se encuentra en un estado físico bastante bueno, pese a estar bastante delgada. 

- Lo que gustes Doc, estoy a tu disposición. - comenta al acelerar su trote. 

Adora correr, así que esto no es más que un juego para ella. Lo cual le permite estar atenta a la conversación que se gesta entre la Doctora y el Romulano, más aún cuando tratan el asunto de los dolores de su cabeza. 

- Ya le dije que voy a ayudarlo, hoy tuvimos un intento de meditación pero creo que es mejor por la noche así no hay imprevistos. - va contando mientras continúa la marcha, cada vez más rápido ya que le atrae probarse así misma todo el tiempo. 

Cita:

Ante la acción de la doctora, Liam solo puede emitir un quejido y una mirada fulminante por su "ataque a traición"

A parte de sufrir un ligero mareo, se sorprendió que NO se hubiera desmayado. Tal vez la rapidez y la pericia de la doctora contribuyó a que no pasara la cosa a mayores.

Mientras los demás charlaban y unos se quitaban la ropa, Liam se vistió para volver a ingeniería, dónde no habían agujas. No pudo evitar mirar a la Teniente Annaith. Pese a su delgadez, poseía una gran belleza. Liam se sintió culpable por su furtiva mirada. Esperando que nadie lo hubiese, se vistió aprisa y salió de la enfermería emitiendo un saludo genérico de despedida.

La doctora temió que Liam besase el suelo, en su afán por hacer su trabajo no se dió cuenta de que un tío de pelo en pecho como Lightman le tuviese miedo a un simple pinchacillo... de manera que Connor se quedó con cierta expresión de besugo mientras el marido de la capitán se vestía todo lo rápido que podía y la miraba mal, para salir por patas... Lena pensó que al próxima vez cogerían una aguja más grande...

Una vez que Lightman se fue continuó a lo suyo, sin pasarle desapercibido la mirada del romulano hacia su querida cuñada a quien escuchó con aprobación.

- Por la noche la meditación es mucho más efectiva...- corroboró mientras cerraba el tricorder y hacía unas anotaciones en la datapad- correr puede relajar la mente señor 

 Me temo que nunca paran. - Esbocé una media sonrisa amable a la doctora mientras me examinaba. - Y hoy no quiere darme tregua. Se ve que empezar hoy aquí, me está afectando más de lo que pensaba. Trataré de hacer un poco de Mok’bara cuando tenga algo de tiempo, a ver si me ayuda un poco. Solo espero que me permita correr para poder pasar el reconocimiento sin dejar nada pendiente.

- Correr puede relajar la mente señor Vakro, acompáñeme a la cinta- le dijo tirando suavemente de él para ponerlo justo al lado de la vulcana y proceder a encender la cinta- deberá correr el mismo tiempo que Annaith... ah querida, si te resulta poco confortable la bata puedes quitártela, suelo darla para los pacientes más pudorosos- a continuación miró al romulano- puede desvestirse en aquella habitación, dentro hay batas de su talla... 

+Atención. Aquí la Alférez Cecile. Todos los tripulantes a sus puestos. Enterprise preparándose para partir. Repito. Todos a sus puestos.

Liam acababa de entrar en ingeniería cuando suena el mensaje de la alférez.

- ¿Partir? ¡Si encendemos los motores lo que partiremos es la nave!

Se acercó a la alférez Zoe.

- No sabe de la que se ha librado. Esa doctora va por la enfermería clavando agujas a todo el que se le pone cerca. - miró a Zoe y recapituló - Es una broma, no me haga caso. Lo que no es broma es que tiene que hacerse el chequeo médico, es algo ineludible. Y créame si le afirmo que no hacerlo puede hacer que le retiren del puesto. Le pido encarecidamente que vaya a ver a la doctora y se someta a su examen. - meditó un momento para pensar cómo hacer que realmente Zoe se sometiese al examen médico - Es una orden.

No le gustaba demasiado usar el rango, creía más en convencer por otros medios, pero visto lo ocurrido creyó que era la única opción.

- Bien, pero ahora lo principal es poner en marcha esta nave. Álferez, informe de situación.

Gracias Lena.  Salimos. 

Jor entendía porqué la doctora insistía tanto en tomar las muestras de sangre y DNA-RNA de todos.   Habían sido ambos parte de la misma expedición liderada por el Dr. Bashir para rescatar a la población de un planeta de un ataque biológico.  Casi pierden en esa ocasión.   Nunca habían visto tanto dolor y crueldad en un ataque así.  Y la doctora Connor, en ese tiempo una joven cadete de Starfleet como él, había dedicado noche y día y el tiempo entre ellos a sus muestras e intentos de solución; la había oído maldecir a los mismísimos ángeles porque esa civilización no tenía un backup del genoma de cada habitante, cada habitante que no habían podido salvar.   -La tristeza de cada familia con pérdida inundó al betazoide que había en Jor.  Mientras su lado klingon gritaba interiormente en rabia completa contra los perpretadores.

¿Y luego, cómo hacer paz con quien fue tan cruel en guerra?   

Los humanos lo habían hecho en su época pre-warp con su primera y segunda guerras atómicas.  Y seguro en todas las anteriores; su primera guerra química llena igual de crueldad en masa.   Y en todas las otras, a escalas más pequeñas, pero tanto o más crueles.  Tan prácticos ellos siempre, es su ventaja.  ¿De donde creen que el honor de guerra klingon había venido?  Era como la lógica vulcana, y la practicidad y olvido humanos, un necesario contrabalance ante un instinto, y su expresión a escala, que traía muchas peores consecuencias, en este caso, ante los horrores de las guerras donde "todo se vale", como dice el dicho.

Que bueno que tenemos ya las muestras de todos.

- Valeeee. - afirma al continuar corriendo mientras se quita la bata. 

Tan molesta era que podría terminar enredada con ella, además su ropa interior podría pasar tranquilamente como ropa deportiva, no le preocupa en absoluto capturar miradas de más. Annaith no es muy consciente de lo que puede generar desde su apariencia, cuestión que pasa desapercibido por completo. 

Ya mucho más libre continúa ese ritmo y esboza una sonrisa al escuchar que la Doctora quiere que Vrako siga ese ritmo de trote. No sabía cómo le iba a quitar el dolor de cabeza de aquella forma, pero tal vez el desviar la atención a otra parte de cuerpo, gastar energías lo ayuda, pero no estaba del todo segura. 

- Pues... a ver si me sigues. Voy bastante rápido. - comenta divertida, hasta que escucha el comunicador. - Doc... ¿Le queda mucho conmigo? Debo ir al puente, supongo que prontamente necesitarán una Oficial de Comunicaciones. - afirma sin parar de correr. 

Miré a ambas mujeres alternativamente con incredulidad en mi rostro al escuchar sus afirmaciones sobre "la noche". Que una humana lo dijese, bueno... pero una vulcana, con su fría lógica. - En el espacio es siempre de noche. - Pensé para mí sin decir nada. Si hubiesen sido palabras del mestizo seguramente que le hubiese respondido, pero ellas... no, no era lo mismo.

- O aumentar el dolor si es que este depende de la presión sanguínea. - Respondí con celeridad a la doctora. Era un dato que había descubierto recientemente y quería saber su opinión al respecto. - Pero ese no es mi caso, ¿no es así? Pero correré el tiempo que estime oportuno, doctora Connor. Me sentará bien la carrera para liberar tensiones y algo de estrés. - Dije sin borrar la sonrisa de mi rostro.

Tras escuchar a la doctora invitar a Annaith a quitarse la bata, miré a Lena con desconcierto, hasta que lo entendí. - Me parece que alguien quiere ver que más esconde el klingon bajo la bata... - Susurré a la doctora entendiendo que aquella invitación era para todos igual y que aquella mirada hacia el trasero del mestizo, fue el inicio de algo más. Pero el semi-klingon se bajó e la cinta y se dispuso a marcharse. No le presté demasiada atención pues Annaith había aceptado la oferta de la doctora y se estaba deshaciendo de aquella horrible bata.

Mis ojos volvieron a recorrer cada línea del cuerpo de la vulcana, mientras la voz de la doctora sonaba lejana y perdida en mi cabeza. - Eh!? Sí... sí... claro... correr con ella. - Balbuceé y caminé hacia donde me indicó que estaban las batas. 

Debido a mi puesto como Oficial de Seguridad y mi rango de Teniente, me gustaba mantenerme en forma sin descuidarme demasiado ni muscularme en exceso, algo que veía habitual en la raza humana. Además, era el mejor en todo y debía demostrarlo. Y lo cierto era que no me avergonzaba de mi cuerpo, pero ver a Annaith correr así tan ligera de ropa, me dejó un tanto cortado y decidí cambiarme en el otro lado.

Regresé enseguida, con aquella ropa interior masculina que los humanos llamaban "boxer" y que me encantaron por su ligereza y la sensación de libertad que me daban. Era casi como cuando no llevaba ropa interior, gracias a mi educación klingon y mil veces mejor que llevar aquella prenda propia de mi raza, la cual no permitía movilidad alguna a nada. Y como no, con aquella ridícula bata puesta y holgada. La razón por la cual la había cogido una talla más grande que la mía, era evidente, o al menos para mí.

- No me subestime tan pronto. Le recuerdo que mi raza está más evolucionada y estamos mejor preparados. - Respondí a la vulcana mientras me subía en la cinta y miraba su panel de control. - Ajústelo con los mismos parámetros que el de ella, doctora. - Solicité procurando no mirar a Annaith esta vez. Necesitaba centrarme y lo mejor era evitar mirarla mientras siguiese corriendo con esa poca cantidad de ropa. 

Pero aquel anuncio por la megafonía de la nave irrumpió aquel divertido momento y más aún las palabras de la vulcana, anunciando que ella misma debía estar en el puente. - ¿Ya se rajas? - Pregunté divertido procurando mantener mi vista en su rostro. - No creí que me durases tan  poco... - sonreí con cierto gesto travieso en mi mirada sin dejar de correr ni un instante.

Zoe escucho a su superior sin variar el gesto mientras hablaba de que la doctora se había vuelto loca e iba clavando agujas a la gente, aunque resulto ser una broma que no comprendio. ¿Que tenía de gracioso que la oficial medico perdiera la razón?

Trago saliva y asintió con un - Si, señor.- como no podía ser de otra forma ante una orden directa.- Los propulsores estan operativos y funcionales, estamos trabajando en el resto de sistemas tanto como en el programa del que le hable pero no habido grandes avances en ellos. Si le sirve mi opinión, desaconsejaria el despegue de la nave encarecidamente, al menos pediría una horas más para garantizar la seguridad de la nave, señor.

Zoe le entrego la tablet donde había estado trabajando con los datos exactos y las primeras fases del programa que estaba diseñando para que diera su visto bueno.

- Señor, se que es obligatorio acudir a la revisión medica y no me niego a ello pero ¿tiene que ser en este momento? Hay mucho trabajo por hacer, donde se me necesita es aquí y....¿Tengo que pasarla con esa oficial?¿no hay otro medico cualificado en la nave? Es una revisión medica no una operación a corazón abierto....

Gracias Lena.  Salimos. 

- Gracias a tí Jor- le respondió al klingon con una abierta sonrisa terminando el informe sobre él, haber coincidido nuevamente con el teniente le resultaba bastante reconfortante pues ambos habían sabido coordinarse y respetarse, un aspecto de vital importancia para la doctora a quien le gustaba además de la profesionalidad el respeto.

Que bueno que tenemos ya las muestras de todos.

- Aún me faltan unas muestras... pero no tardaré en tenerlas todas, no volverá a ocurrir lo de aquel planeta...- con el klingon sobraban más palabras, así pues lo dejó marchar ante la llamada del aferez, la Enterprise se ponía en marcha.

Tras despedir a Jor, la doctora se apresuró a tomar las lecturas de sus dos pacientes, dado que eran oficiales superiores tampoco quería retenernos en enfermería puesto que era consciente de que el lugar de ambos estaba en el puente, de manera que tras pasar el tricorder sobre ellos y hacer sus anotaciones en la ipad, cogió dos jeringuillas para tomarles las muestras de sangre, cada una con el nombre de uno y de otro, Connor era muy escrupulosa con el orden.

- Pues... a ver si me sigues. Voy bastante rápido. - comenta divertida, hasta que escucha el comunicador. - Doc... ¿Le queda mucho conmigo? Debo ir al puente, supongo que prontamente necesitarán una Oficial de Comunicaciones. - afirma sin parar de correr. 

- Sabes que me encanta tu compañía querida Annaith- sonrió sincera a la vulcana- mi hermano no ha podido encontrar a una mejor compañera ni yo a una mejor cuñada... pero no quiero que la capitán os eche en falta- le respondió- tus resultados son excelentes- volvió a sonreir leyendo los resultado del ordenador- estás en plena forma- le quitó el artefacto del cuello, detuvo la cinta y le extrajo la muestra de sangre del brazo para después dirigirse al romulano.

- No me subestime tan pronto. Le recuerdo que mi raza está más evolucionada y estamos mejor preparados. - Respondí a la vulcana mientras me subía en la cinta y miraba su panel de control. - Ajústelo con los mismos parámetros que el de ella, doctora. - Solicité procurando no mirar a Annaith esta vez. Necesitaba centrarme y lo mejor era evitar mirarla mientras siguiese corriendo con esa poca cantidad de ropa. 

- Estaban igual de ajustados señor Vakro- comentó con una sonrisa indescifrable... doc se había percatado de todo lo que le había pasado al romulano- le quitó el aparato que le había colocado en el cuello para hacer las lecturas y tras unas últimas lecturas del ordenador realizó la misma operación que con Annaith para extraerle sangre- tras guardar los datos y las muestras en sus correspondientes ficheros le dijo- creo que su dolor de cabeza ha remitido un poco ¿verdad?- en su amable sonrisa había un atisbo de picardía que con toda su profesionalidad no había sido capaz de ocultar- le recomiendo que practique además de la meditación vulcana con la teniente Annaith, algo de ejercicio. Puedo reservarle una de las holosecciones y ponerle una rutina... pero no los entretendré más, pueden marcharse- concluyó sonriente.

Divertida al correr sobre la cinta, escucha las palabras del Romulano y niega con la cabeza, si esto era un desafío ella piensa darlo todo porque le divierte las competencias. Sólo que la Doctora ya controla los tiempos, organiza y dispone en función de la inmediatez con la que ambos oficiales deben partir por mera solicitud posiblemente de la Capitana. 

- No me rajo, la próxima la hacemos sin la cinta y corremos por la nave. -  responde a Vrako desafiante. - Pues, si... Lo echaré de menos a Connor, pero al menos puedo compartir tiempo contigo y videollamadas con él cuando está libre, que los hermanitos al escoger el mismo camino tienen bastante actividad. -  afirma al descender de la cinta mientras asiente por el estado de su salud según la mirada de Lena. 

Una vez que todo está terminado, se viste rápidamente mientras se recoge el pelo con una coleta. Le gusta lucir prolija ante la Capitán, más ahora que es su primer misión con ella, cuestión que conlleva un compromiso mayor si no se toman las responsabilidades como deben ser. No obstante, las miradas del romulano no le pasan desapercibidas, así que tras darle una amistosa palmada en el hombro a Vrako, lo invita a salir cuando termine de cambiarse. 

- Venga, a retirarnos. -  indica al oficial. - Te visitaré seguido Lena, ya verás. -  se despide sonriendo.