Partida Rol por web

Jor volvió a disparar torpedos contra el carguero de la izquierda, visto desde las naves de la Federación, esto es. 

   La maniobra había surtido efecto, los cardassianos estaban enloquecidos por la veloz maniobra de la Enterprise, que seguida de cerca por Heino Falke y la Equal Rights ponían una peligrosa cantidad de potencia de fuego en el lado del tablero dónde los cardassianos menos deseaban.

    Sonreí maliciosamente al oír la órden de la capitana y lancé nuestra nave en un agresivo rumbo de intercepción, ofreciendo una buena oportunidad a nuestro artillero de masacrar al carguero que se encontraba a babor.

    -!Listos para procesar unas carteras nuevas! Yeee-Haaa!- festejé con un grito, anticipando la destrucción del carguero, lo que estabamos haciendo, podía ser interpretado como una division de nuestras fuerzas, pero en realidad ibamos a sacudir frente a los ojos de nuestros pereguidores, el cadaver calcinado de su precioso carguero, ganando tiempo para las naves en retirada.

    Casi podía saborear la carne chamuscada, una receta Klingon-Betazoide hecha al calor de torpedos de fotón finamente espolvoreados.

El triplete de naves de la Flota Estelar avanzaba con toda la potencia de impulso que eran capaces de transmitir, en busca de las dos naves cardasianas que parecían haber abandonado ya la idea de continuar con su acción de transporte.

El encuentro entre todas ellas se produjo como si se tratase del choque entre dos trenes.

La habilidad del joven Corbin, que estaba demostrando a los mandos de una gran nave como el Enterprise su valía, permitió a Jor acertar de pleno en uno de los cargueros.

Las otras dos naves, la Heino Falcke y la Equal Rights, al ver a dónde apuntaba la Enterprsie, se abrieron en abanico e igualaron el objetivo de sus disparos. Si bien los impactos no destruyeron a la nave, si parecieron dejarla bastante dañada e inmóvil en el espacio.

Por el contrario, las naves cardasianas lo lograron acertar en ninguna de ellas, gracias de nuevo a las habilidades de Corbin y los otros dos pilotos, fueran quienes fuesen.

Annaith monitorizaba cada una de las cinco naves que conformaban aquel pequeño drama. Cuando los disparos empezaron a llegar a sus objetivos, su panel se iluminó como un árbol de navidad, mostrando los daños pertinentes.

-Capitana, la nave cardasiana ha perdido sus escudos y tiene algunos daños menores. Seguramente no podrá soportar más impactos. No hay daños en ninguna de las naves de la Flota.

Por otro lado, también controlaba la situación del resto de la flota cardasiana, que a pesar de encontrarse dispersa...

-La Winipeg y la Magallanes están saliendo de la zona de batalla. La flota cardasiana se reorganiza y parece poner rumbo hacia aquí.

- Puente, aquí ingeniería. Vamos a sacar más energía de los sistemas secundarios de la nave, reduciendo su consumo energético para derivarlo al sistema de refrigeración del núcleo.

Las noticias de Annaith eran como la brisa fresca en una tarde calurosa. En una primera ronda habían dejado fuera de combate al primer carguero. Nada mal para una estrategia improvisada de último momento. Por otro lado el alivio de saber que ambas naves de la federación lograban salir en una pieza también era meritorio de dicha. Solo que aun restaba mucho para festejar.

-¡Muy bien! Con eso los tendremos ocupados. ¡Ahora hay que girar y utilizar ese carguero inmóvil como escudo frente a la flota enemiga! Ganaremos nuevamente el tiempo necesario para inmovilizar o destruir el otro carguero. ¡Vamos! – festejó e indicó a continuación el siguiente movimiento de las naves de la federación.

Si había que jugar una partida de ajedrez, que así sea.

- Enterado señor Lightman. Apague todo lo no necesario. ¡Falta poco para terminar este combate! - respondió Cira al jefe de ingeniería.

La batalla estaba siendo durísima, pero debía reconocer que la capitana estaba manejándola extraordinariamente bien, aprovechando todos los recursos de los cuales disponía y moviéndose entre aquella manada de lobos como un auténtico leopardo. Su táctica de atacar y huir, había sido perfecta.

Ahora quedaba lo más fácil, pensaba el andoriano, pero también lo más crítico.

-Señor Corbin, ponga toda la carne en el asador. Desvíe toda la energía a los controladores inerciales y motores de impulso y llévenos tras el carguero.

Jor estudió la situación.  Parte de su entrenamiento en Starfleet había sido cómo minimizar la pérdida de vida de los derrotados. 

Y ese carguero probablemente ya lo esté.  

Estudió los datos en su terminal para ver si podían dejarlo sin destruírlo totalmente, para salvar la vida de la tripulación cardassiana.  Algo que diera, por ejemplo, tiempo de que usaran los escape pods.

Y usarlo como escudo funcionaría, ya sea haciendo a los perseguidores titubear en los disparos o desviarse para encontrar otro ángulo, pero también podría ser un tiro por la culata, un riesgo mayor si el Da'Par disparaba sobre el propio carguero hacerlo detonar junto a la Enterprise. 

Envió los datos y mejores trayectorias al resto de los oficiales.  

Espero a que Corbin maniobrara la nave en posición, y las manos del kbetazoide se movieron sobre las pantallas como con vida propia para disparar los torpedos necesarios vs. la jauría que se iba sobre ellos. 

     Los impactos se repitieron por toda la superficie del carguero enfrente nuestro, cercenando sus sistemas y silenciando sus motores, ahora no era nada más que un pecio en el espacio, lleno de una de las substancias más valiosas del universo civilizado.

    -¡Ahora hay que girar y utilizar ese carguero inmóvil como escudo frente a la flota enemiga!

    -De acuerdo!- Obedecí mecánicamente, pero en mi cabeza los cálculos se empezaban a complejizar, la maniobra que nos planteaba la capitana nos daría un respiro, pero era harto dificil de ejecutar. Comenzaba a sentirme como un escalador al que se le empieza a terminar la cuerda. Ibamos lanzados en una carrera alocada, vomitando phasers y torpedos; debia girar y ocultar la Enterprise, cási tan larga como un kilómetro tras la "sombra" de un carguero mucho más pequeño... hacía el giro demasiado cerrado, sería insuficiente la covertura, y si alargaba el giro para asegurarme, corríamos riesgo de que los Cardassianos nos dieran alcance... y entre nuestros cazadores y nosotros, venían la Heino Falcke y la Equal Rights, de siluetas más reducidas, pero demasiado cercanas a la prescencia protectora de la Enterprise.

   Una gota de sudor se desprendió de mi frente y trazó una sinuosa linea por el contorno de mi ceja. Era el momento de jugárselas todas.

Dos torpedos lanzados por Jor impactaron en el otro transporte cardasiano, pero la nave se mantuvo en pie.

Al mismo tiempo, las dos naves que acompañaban al Enterprise volvieron a disparar sobre el objetivo indicado por éste, pero erraron sus disparos o al menos, no provocaron daños evidentes.

El resto de la flota Cardasiana estaba detrás de vosotros, pero no al completo. Varias naves se habían quedado rezagadas o bien, estaban pensando en salir de la zona de combate. En cualquier caso, solo cuatro marchaban hacia vosotros y dispararon sus armas contra la Flota.

-Capitana, escudos del otro transporte dañados. Ambas naves están ahora indefensas. 

La nave tembló pero Annaith no varió su tono ni tampoco dejó de informar.

-Impacto en la USS Equal Rights. Han perdido el sistema de armamento y tardarán un tiempo en poder recuperarlo.

Pero algo más importante requirió la atención de la vulcaniana. Su semblante, en este ocasión, sí pareció cambiar al ver lo que fuese que estaba recibiendo en su terminal.

-Capitana, detecto un aumento súbito de la energía de los reactores en ambos transportes.

Halskim había estado observando toda la batalla sin intervenir. La capitana parecía ser lo suficientemente competente como para encargarse de todo y así había sido al final. Pero al recibir la información de la vulcaniana, no necesitó más para saber lo que iba a ocurrir, al igual que tampoco pudo callárselo.

-Van a autodestruirse.

Y efectivamente, unos segundos más tarde, primero un transporte y después otro, explotaron en mil pedazos, que se esparcieron en todas direcciones.

Eso tuvo varios efectos, para empezar, que la persecución que estaban llevando a cabo las naves de guerra cardasianas, acabó fulminantemente. Todas las naves giraron y se alejaron de la zona de combate, saltando a velocidad warp en cuanto pudieron, y las pequeñas lanzaderas que estaban viajando entre la superficie y los transportes, explotaron igualmente unos detrás de otros.

Un minuto más tarde, solo las tres naves de la Federación estaban en órbita al planeta, como si nada hubiese ocurrido.

La batalla, había terminado.

En efecto al no disponer del dilitio la flota cardasiana no tuvo más remedio que huir, dejando a salvo las naves de la Federación o tal vez dando algo de tiempo a estos para reorganizarse.

-Pasemos a alerta amarilla. Llamen a la Magallanes y a la Winipeg para que regresen, y si es necesario que las otras naves vayan a por ellas para que podamos asistirles en todo lo posible. – dijo Cira al levantarse de su asiento.
-Señor Pelt, establezca una órbita sobre el planeta. – indico al llegar hasta el puesto el timonel – buen trabajo señores. El esfuerzo de todos a bordo ha logrado minimizar las pérdidas de nuestra flota y también obtener la victoria. Es menester ahora realizar todas las investigaciones necesarias para descubrir el interés de los cardasianos con el planeta más allá de la evidente extracción de los cristales de dilitio. Tal vez los lugareños puedan soltar algo de información. – añadió a los presentes.
-Llamen a la Flota e informen todo lo descubierto hasta ahora. Es prioridad que la Federación sepa de esto. Iré a mi oficina a presentar personalmente mi informe al almirante. – ordeno por ultimo para luego retirarse a su despacho.

El andoriano asintió antes las palabras de Cira, pasó a conidición amarilla y se puso en pie. Después, en cuanto se fue Cira, confirmó las órdenes dadas por esta.

-Señor Van Pelt, ya ha oído a la capitana. Establezca una órbita estándar. Teniente Annaith, contacte con el resto de naves e infórmeles de la situación. Después, reúna toda la información en una sonda de datos y envíelas al Cuartel General de la Flota.

Por fin todo había terminado. Ahora solo quedaba esperar a que la capitana lo confirmara.

Annaith cumplió eficientemente con las órdenes del Comandante y minutos más tarde, informaba de ello. La sonda con los datos más recientes había sido enviada y las naves de la Flota...

-Los capitanes informan que se reunirán con nosotros en el planeta, Comandante. Y... nos dan las gracias.

Aquella palabra, en boca de una vulcaniana, resultaba de lo más inusual. Quizás por eso todos entendieron que signifcaba muchísimo más de lo que ellos suponían.