Partida Rol por web

Durante el trayecto entabláis conversación con Niena sobre vuestro objetivo, en realidad le preguntáis, ¿a dónde os dirigís? ¿sabe Niena donde se encuentra el Jedi?

Niena os dice que ella no tiene ni idea de donde se encuentra a quien estáis buscando, pero que sabe quien puede cononcer el paradero de vuestro objetivo. Os comenta que estáis yendo a una cantina del nivel llamada "El Foso", el cual es regentado por una señora del crimen de Coruscant. No os suena ni el nombre de la cantina ni tenéis conocimiento de una señora del crimen que regente una en ese nivel, nunca habéis llegado tan abajo en los estratos del planeta capital.

Continuáis caminando cuando, en sentido contrario a vosotros se os presenta un grupo de cuatro personas uniformadas igual, como si fueran un cuerpo de seguridad. Os dan el alto.

- Buenos días, caballeros, señoritas - dice uno de ellos mientras los otros tres os observan de arriba a abajo -. Seguridad de Coruscant, sus identificaciones, por favor ¿serían tan amables de prestarse a un control rutinario? - os pregunta para, acto seguido sin que lleguéis ni a asentir continúa hablando - ¿Cual es el motivo de su visita a este nivel? - entonces mira a Niena fijamente - ¿Quien es ella? - añade señalando a la twi\'lek.

Mientras os va preguntando recordáis lo que significan las palabras "Seguridad de Coruscant". La Seguridad de Coruscant es un remanente del periodo de la Antigua República. El cuerpo no llegó a extinguirse por completo puesto que a pesar de que las labores de seguridad en Coruscant, cuando el Imperio tomo el mando, fueron traspasadas a droides estos no eran capaces de durar demasiado en el Nivel 1313. Todos conocéis las noticias sobre droides de seguridad asaltados y desmontados. Mientras que, en niveles superiores, los droides fueron siendo reemplazados por soldados de asalto imperiales, en el Nivel 1313 estos trabajos ya se realizaban por agentes del antiguo cuerpo de Seguridad de Coruscant, que eran mucho más duros y creativos.

Talya sonrió y echó una mirada a Azo. Tras esto se cruzó de brazos y se quedó expectante.

Parece que los agentes de aduanas no habían intercambiado la información con los antiguos vigilantes. Bueno no tenían nada que ocultar, así que mejor empezar con las cosas fáciles. El piloto le acercó su identificación a la autoridad.

-Buenos días, aquí tiene la documentación solicitada, por supuesto que no hay ningún problema en colaborar. La twi'lek es una esclava que últimamente está haciendo bien sus funciones. Hemos venido a cerrar un par de negocios de transporte de mercancías, íbamos camino de la cantina llamada "El Foso", es donde nos han dicho que tenemos que cerrar el trato. Por cierto, venimos acompañados de una cazarecompensas, es por ello que podemos llevar las armas. Finalizó Azo señalando a Talya, y aprovechando para guiñarle el ojo con una leve sonrisa.
 

- Ya ya ya - dice el agente mientras observa la identificación de Azo.

Devuelve la mirada a vuestro piloto mientras acaba de dar sus respuestas. Estáis seguros que, entre el y sus otros tres compañeros os están escrutando de arriba a abajo, aunque no podáis ver sus caras bajo los cascos que llevan. Le devuelve a Azo la identificación y asiente con la cabeza.

- Me da igual que llevéis o no armas, muy tontos serían si bajaseis aquí desprovistos de ellas - os confiesa -. Pueden seguir su camino y vayan con cuidado.

Los agente se alejan de vosotros y seguís con vuestro paseo hasta "El Foso".

No tardáis mucho más en llegar a la entrada del local que está custodiado con por un gran wookiee.

- Venimos a ver a Beuga Odell, mis compañeros quieren hacer negocios lucrativos - dice Niena al wookiee.

Este os mira a todos como sopesando la situación, finalmente os hace un gesto con el brazo indicándoos que le sigáis.

Pasáis al local detrás del wookiee y comenzáis un corto paseo dentro de la cantina. La cantina está abarrotada por todo tipo de especies de la galaxia, más todavía que en los locales de la capa superior del planeta. Hay mesas de sabacc, dados y otros juegos en los que la gente apuesta sus créditos, algún que otro borracho tirado por el suelo al que nadie hace caso, y más gente bebiendo y conversando. Después de atravesar el salón del tugurio el wookiee os hace pasar por una fuerza reforzada. En el interior os encontráis a una anciana humana de unos 75 años sentada en un sillón y escoltada por cuatro droides magnaguardia serie IG-100 que miran al infinito de la habitación.

El wookiee os presenta, la puerta se cierra y os indican que toméis asiento, a lo que obedecéis ocupando una silla cada uno.

- ¿Qué tenemos aquí? Visitantes de arriba. Saben, yo antes también me movía en el mundo de arriba, era temida y poderosa, pero llegó el Imperio y su puño de hierro. El trono imperial tenía que aparentar pulcritud, no había sitio para que la chusma fuese visible. Así que tuvimos que migrar a este sórdido agujero, nadie se libró de la caída: yo, la familia Quetemoor, ese chucho de Roxe e incluso los Pyke. El único que prevaleció fue Xizor y su Sol Negro - os dice la corpulenta anciana -. Pero ya basta de historia antigua, me han dicho que queréis hacer negocios, así que, hablad.

Los nombres que ha ido diciendo te suenan, la cara de la anciana no, pero el nombre que ha dicho Niena sí. Sabes más o menos la historia de las bandas y de como fueron llevadas a niveles inferiores, pero no conoces mucho más. Al fin y al cabo siempre habías vivido en el nivel superior del planeta.

La sensación que te envuelve es de estar ante parte de la historia del planeta.

Para ti esa lección de historia te parece una niñería. No conoces en persona a todas esas bandas, pero te suenan de haberlas oído en corros de conversación entre miembros del Sol Negro. La explicación coincide con aquello que conoces.

Por fin teníamos una pista sólida en la que basar nuestras pesquisas. Todo parecía marchar correctamente cuando una patrulla volvió a echarnos el alto.

Serán cabrones.... - pensé. Por mi mente pasó la posibilidad de emprenderla a tiros con ellos pero... me dio más miedo Azo que los propios guardias; así que opté por dejar las manos quietas donde estaban.

Para mi sorpresa la cosa transcurrió sin mayores incidentes, lo que me volvía a enseñar que las prisas no eran buenas, y.. para colmo, una mujer de 70 resulta ser quien manda en el lugar. No creo que el día me pueda deparar más sorpresas. abro la boca para contestar cuando recuerdo de nuevo que es Azo quien se encuentra al frente del grupo y decido esperar sus explicaciones.

Talya se encontraba inmóvil de pie, ante la presencia de aquella en apariencia inofensiva anciana. De no haber llevado el casco, probablemente los otros habrían visto que se había quedado brevemente con la boca abierta.

Recordando de pronto dónde se encontraba, la joven se recompuso y echó un vistazo al grupo. Sería divertido esperar a que interviniese Azo, pero la situación parecía delicada. Desde luego que no quería acabar enfrentándose en un espacio tan reducido a 4 droides de ese calibre. Le empezaba a picar la oreja y no podía rascarse, lo cual la agobiaba.

Talya echó otro vistazo a Niena para comprobar cómo se encontraba y realizó una respiración controlada, intentando calmar los nervios.

Había perdido la cuenta del número de veces que había tenido que aguantar discursos de jefes del crimen venidos a menos, soliviantados por la llegada del Imperio y el consiguiente ascenso de Sol Negro. Le supuso algún que otro traspiés banalizar aquellas charlas de las que se servían los gánsters para su desahogo personal, pero ya hacía tiempo de eso. Era joven y había aprendido a comportarse en estas situaciones.

Por lo que discretamente, se colocó en un segundo plano y fingió atender con sumo interés lo que aquella anciana estaba diciendo, mientras notaba de nuevo el rugir de su estómago. 

Maldita sea, ¡Qué hambre!

Kain se sentó cruzando las piernas. Tuvo buen cuidado de mantener las zarpas apartadas de las armas y dejó la carabina apoyada en una pared cercana pero al alcance de la mano. La hembra humana parecía ser la caudillo local, así que seguramente era la persona que podía facilitarles información sobre su objetivo.

Esos droides parecen formidables, pero seguro que un disparo de carabina acabaría con uno de ellos. Eso si la unidad de procesamiento está en la cabeza, claro. Cuando uno se enfrenta a ese tipo de cacharros es mejor no dar nada por supuesto. El antropomorfismo es un arma de doble filo...

Azo observó atentamente el entorno desde que el grupo puso el pie en la entrada del local. Un vez dentro Niena les condujo hasta Beuga Odell. Esperó a que ella haya hablado contando su historia sobre la caída de su pequeño imperio.

-En primer lugar mi grupo y yo queremos presentaros nuestros respetos, parece que al igual que nosotros el puño de hierro del Imperio ha hecho que tengamos que buscar nuevas formas de ganarnos la vida.  Nuestro negocio es muy sencillo, solamente buscamos una pequeña información sobre alguien al que se le conoce como el Jedi del nivel 1313, queremos dar con él, Niena nos ha dicho que tú eras la persona con quien hacerlo.

Beuga escucha con atención lo que dice Azo mientras dedea rítmicamente sobre uno de los brazos del sillón sobre el que reposa.

Al acabar vuestro piloto su explicación, mueve ligeramente la cabeza como pensando, luego os mira a todos y cada uno de vosotros y finalmente toma aire para comenzar de nuevo a hablar.

- ¡Seguimos con historia antigua al parecer! Sí, es cierto que hay un Jedi. Un mal asunto para los negocios, muchos estarían felices si alguien le mete un tiro o se larga de una puñetera vez. Envié hombres a por él y sé que no he sido la única, pues ataca indiscriminadamente a los que intentamos hacer "negocios" en este nivel, además la recompensa es suculenta. Pero no ha vuelto nadie y no ando precisamente sobrada de mano de obra. Ni siquiera el Imperio a podido dar con él, pues se oculta en los niveles inferiores - os dice.

Lo de los niveles inferiores os pilla algo por sorpresa, ¿hay algo más abajo?. No podéis evitar vuestra cara de sorpresa y, sin esperar respuesta alguna por vuestra parte, Beuga continúa hablando.

- ¿Qué? ¿Acaso pensabais que este era el culo del mundo? Todavía hay más profundidad, difícil de alcanzar, pues solo hay un acceso. Dicen que en esos niveles hay reliquias de los primeros pobladores del planeta, ruinas de edificios hechos de piedra, algo difícil de imaginar en Coruscant - os explica - Creo que vosotros podéis librarme de ese dichoso Jedi, de un modo u otro. Así que hagamos un trato. Si hacéis un trabajo para mi yo os daré las coordenadas el punto de acceso a los niveles inferiores - concluye su explicación.

De nuevo ahí estaban los problemas. Otro trabajo para poder realizar el primero, pero al menos así conseguirían la información que precisaban.

- Y... uhmmm.. de qué se trataría? - pregunto entre curioso y escéptico.- Nuestros recursos son limitados.... - señalo intenta quizás ganar algo más para causa.

La parte positiva es que mal no le habíamos caído, sino esos droides hubieran, probablemente, dado buena cuenta de nosotros.

Talya cambió su peso de una pierna a otra.

Supongo que este jedi no se va a ir a ninguna parte a corto plazo.

Se decidió a dar un par de pasos hacia adelante. No parecía que pudiesen contar con esa información sin ayudar a Beuga Odell y no creía que se fuese a tomar muy bien que declinasen la oferta.

¿En qué consistiría el trabajo? Parece que todos podemos beneficiarnos de un acuerdo. Sea como fuere, mis servicios no son gratis. Comentó mirando a Azo y luego a la señora Odell.

La mujer se echa hacia adelante ante vuestras respuestas.

- Lo que lleváis encima me parece más que suficiente para que podáis llevar a cabo el trabajo que tengo para vosotros - dice señalando con el dedo a todos y cada uno de vosotros y las armas que lleváis - Se que nada es gratis, niña, llevo en esto más tiempo del que tu puedas imaginar. No iba daros esta información por el momento pero, me debo estar haciendo vieja - deja escapar una risa ingenua muy forzada -. Si necesitáis un incentivo, tengo créditos para vosotros si, en el transcurso del trabajillo que me vais a hacer, me conseguís algo - añade -. Entonces, ¿aceptáis?

La anciana se queda en silencio, parece que no os va a decir nada más hasta que le digáis que aceptáis el encargo.

Azo dio un paso adelante, no habían llegado hasta aquí para ahora tener dudas.

-Por supuesto que aceptamos Beuga, es bueno que surjan nuevas oportunidades para todos. Mi equipo está listo para acometer cualquier misión como bien has destacado. Cerremos el trato y pongámonos a ello.

Eran un grupo bastante diverso pero el primer combate había sido superado más que con nota. Ahora tocaba probarse de nuevo antes de ir a por el Jedi.

-Tu dirás Beuga, ¿que hacemos por ti?.

- Por mi parte, lo haremos. Al fin y al cabo soy de gatillo fácil y ya estoy deseando desentumecerme. 

Miro alrededor buscando la complicidad de mis compañeros.

- Además, no se me ocurre otra forma de encontrar la información que buscamos. Y dígame... señora.. Beuga... en qué consiste la misión? Sólo espero que no quiera que crucemos media galaxia - digo mientras pongo un pie sobre una de las sillas cercanas y me apoyo en mi propia pierna.

El trandoshano movió la cabeza de arriba abajo varias veces, asintiendo. Era la única manera que veía de progresar en su búsqueda. Expectante, permaneció sentado a la espera de que la mujer continuase su discurso.

La anciana asiente y se lleva una mano a uno de los bolsillos de su ropa.

- Tengo una espina clavada con forma de apestoso sabueso, llamado Volven Roxe, que controla el mercado de píldoras letales en Coruscant - os dice mientras saca del bolsillo un pequeño generador de hologramas que al encenderlo muestra a un shistavanen de pelaje rayado en negro y rojo - Esta noche sé que estará en persona haciendo la entrega de un cargamento a un representante del Sol Negro, en el desguace bajo la zona industrial de Coruscant. Quiero que lo matéis, si lo conseguís tendréis lo que queréis. Además, si me traéis el cargamento os pagaré un generoso extra de 2.000 créditos.

Beuga se sonría al acabar su explicación, lo único que sabéis que espera es que salgáis por la puerta y volváis diciendo que el tal Volven Roxe no le va a dar problemas.

Al oír el nombre del Sol Negro se te erizan los pelos del cuerpo, aunque sabes que el trabajo no es en contra de tu organización, ya que probablemente lo que suceda sea un cambio de traficante y no un corte de suministros para el Sol Negro. Al instante la sensación de no estar interfiriendo con la actividad del Sol Negro te tranquiliza.