Partida Rol por web

Star Wars - Arena de Fuego

Introducción - Un comienzo tortuoso

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10/06/2018, 18:34
Director

 


Un comienzo tortuoso

Abres los ojos, aunque tu vista se encuentra un tanto nublada. No tarda en aparecer una desagradable sensación de naúsea y el mareo trata de adueñarse de tí. Logras dominar la situación y observas tu entorno cercano. Te encuentras en tu caza, pero la leve inclinación lateral no te augura nada bueno. Buena parte del morro de tu nave se encuentra bajo una manta de arena. No tardas en deducir que te has estrellado. Una gota recorre tu mejilla y cae sonoramente sobre tu antebrazo. Tiene un color rojizo. Llevas tu mano enguantada a tu rostro y ésta se impregna de sangre. Has debido recibir un fuerte impacto. Tratas de controlar la situación y lo primero que compruebas es que la nave está inoperativa. El compartimento donde debía estar tu droide astromecánico parece estar vacío.

El cristal de tu cabina es una telaraña por la que apenas puedes distinguir nada. La intensidad lumínica del exterior es muy grande y en cuanto abres la cabina un fuerte calor invade el interior. Tus ojos se adaptan a la luz y ves una figura encapuchada bajando una duna. Llevas tu mano a la culata de tu pistola, pero eres consciente de que no lograrías acertarle en tu estado. Como si intuyera tus intenciones, el individuo dice:

- Tranquilo, no he venido para hacerte daño. Tu droide ha acudido a mí para pedir ayuda. Debes estarle muy agradecido. Estas tierras son peligrosas... Sobre todo en cuanto caiga la noche. Lamentablemente estaba muy dañado y no ha conseguido regresar conmigo -

El hombre llega hasta tu altura. Te liberas del arnés y cuando sales del caza percibes tu debilidad.

- Has perdido mucha sangre, pero te repondrás. Acompáñame a mi casa, no está demasiado lejos. Allí podrás pasar la noche y podré curar tus heridas. No perdamos tiempo, tu paso no será rápido y debemos llegar antes de que anochezca -

- Rápido, no tardarán en llegar... -

 

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16/06/2018, 12:28
Dominic Tarkson

Tras realizar un rápido autodiagnóstico por si tuviera algún hueso roto o alguna otra herida de importancia, me libero a duras penas del arnés y desciendo del caza. Rápidamente noto cómo mis pies se hunden en la ardiente arena de lo que parece ser un desierto infinito.

- Has perdido mucha sangre, pero te repondrás. Acompáñame a mi casa, no está demasiado lejos. Allí podrás pasar la noche y podré curar tus heridas. No perdamos tiempo, tu paso no será rápido y debemos llegar antes de que anochezca.

Al tiempo que mi extraño salvador me habla y con mi mano derecha a modo de visera, miro a un lado y a otro tratando de orientarme. Su voz grave y sosegada parece tranquilizarme y, sin ver muchas más posibilidades de salir de alli con vida, acepto su invitación a pasar la noche en su casa.

- De acuerdo -digo notando sequedad en mi boca-. Le sigo, pero antes... -digo con un ademán de mi mano mientras me asomo a la cabina del caza- déjeme coger unas cosas.

Es entonces cuando cojo la cantimplora, los 1000 créditos y el medpack que tenía en un compartimento de la nave. Asimismo, echo un vistazo rápido por si me dejara alguna otra cosa de importancia.

- Rápido, no tardarán en llegar...
- Un... un segundo... -digo al tiempo que bajo de la nave-. Listo. Le sigo -digo desconfiando ligeramente del tipo al tiempo que compruebo que mi pistola blaster sigue en su sitio y mientras guardo lo que he cogido de la nave-.

Tras un tiempo caminando detrás suyo, le pregunto por mi unidad R2.

- Por cierto, todavía no me ha dicho su nombre. ¿Quién es usted y por qué está solo en este... desierto? ¿Dónde estamos? Y... emmm... el droide... ¿qué le pasa exactamente?

Notas de juego

No sé si, aparte de los créditos y el medpack, podría coger también el traje de vacío (el uniforme rebelde se supone que lo llevo puesto). Tampoco sé si dispongo de cantimplora (he supuesto que en la nave habría algún depósito de agua o que yo mismo llevaba una cantimpora).

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17/06/2018, 20:06
Director

- Por cierto, todavía no me ha dicho su nombre. ¿Quién es usted y por qué está solo en este... desierto? ¿Dónde estamos? Y... emmm... el droide... ¿qué le pasa exactamente? -

El hombre encapuchado responde al piloto mientras avanzan a través de las dunas.

- Mi nombre es Ben. Ben Kenobi. Vivo apartado de la civilización. Si es que puede llamarse civilización a los asentamientos principales... -

El ermitaño parece callar mucho y calcular las palabras para dar la información precisa. Quizá desconfíe del piloto y también busque autoprotección. En cualquier caso, no parece una gran amenaza y Dominic sabe que no sobreviviría en su estado en aquel lugar. Así que decide acompañarle haciendo acopio de sus últimas fuerzas. El encapuchado continua hablando.

- Nos encontramos en uno de los planetas mas sórdidos y alejados del centro de la galaxia. Su nombre es Tatooine. -

Al oir su nombre, a tu mente llegan algunas imágenes me manera fugaz acompañadas de agudas punzadas de dolor. Puedes recordar vagamente ver tu caza en una especie de hangar improvisado. Una gran cámara de piedra, como si de un antíguo templo se tratara. También recuerdas montarte en la nave y prometer cumplir una misión que no recuerdas. Eres un maldito rebelde. Tatooine es un planeta con presencia imperial mínima, pero no se debe bajar la guardia y confiarse. Ni siquiera de tu salvador. ¿O quizá si? Frustrado y agotado, ardes en deseo de llegar hasta la vivienda del anciano. El calor no ayuda y haces uso de tu cantimplora con frecuencia hasta agotarla.

Aproximadamente a mitad de camino, un objeto brillante se cruza en vuestro camino. Es tu unidad astromecánica. Al parecer, las palabras del ermitaño son ciertas. El droide, debió avanzar junto a él en dirección al caza hasta que los daños se volvieron fatales para la unidad.

- Aquí está tu droide. Como puedes ver está en muy mal estado. Lamentablemente pesa demasiado como para llevarlo hasta mi hogar. En unas horas será pasto de los Jawas. Te ha salvado la vida, pocas unidades astromecánicas se sacrificarían tanto por su piloto -

Por tu estado, decides no poder hacer nada por el droide en estos momentos y os alejáis de la unidad, que permanece como una estatua en la arena. Cuanto más cerca parece estar la morada del ermitaño, tus pasos comienzan a darse mas desincronizados y torpes. La marcha se vuelve una agonía y en ciertos momentos dudas de poder llegar, pero finalmente, la modesta morada es alcanzada. Respiras aliviado al ser conocedor de que no se trataba de una trampa.


Alcanzáis una modesta vivienda según la arquitectura local justo cuando tus fuerzas están a punto de abandonarte. El hombre te muestra un camastro y te derrumbas sobre él. Tu anfitrión aprovecha para retirarte el casco y comprobar tus heridas. Pone una mano sobre tu frente y comienzas a sentirte mejor mientras tu mente se deja llevar por el cansancio hasta quedar dormido profundamente.

 

La consciencia vuelve a tí. El día apenas ha despertado. Te incorporas encontrándote sorprendentemente bien. Un olor que se te antoja suculento te abre un hambre voraz. Te notas más delgado, lo que te hace pensar que has debido pasar varios días acostado. La casa es pequeña y la cocina es un rincón próximo a tu cuarto. La decoración es austera, aunque la estancia resulta acogedora. El anfitrión, te recibe con una sonrisa.

- Por fín has despertado, empezaba a pensar que nunca lo harías -

- Te he ayudado todo lo que he podido y creo que no tardarás en recuperar tu memoria. A veces, un objeto o una palabra es suficiente para recuperarla. Durante tu reposo, en ocasiones balbuceabas la palabra Andor. No sabría decir qué es. ¿Quizá un planeta? En Moss Eisly concurren muchos pilotos. Puede que alguno haya podido oir algo de tu interés, aunque te lo advierto, el lugar no es muy hospitalario. Tengo un viejo deslizador que hace años que no funciona. Si eres capaz de arreglarlo, te lo puedo prestar. En caso contario, tendrás una buena caminata. Pero antes, comamos, estarás hambriento -

 

Notas de juego

LLevas el traje de vacío y debajo tu uniforme rebelde. También puedes llevar una cantimplora.

Decide si haces uso del consejo del extraño ermitano y si quieres reparar su deslizador o prefieres no usar nada suyo. Puedes plantearle las preguntas que quieras y rolear qué siente o experimenta tu personaje. Incluso desde el lugar del accidente.

Si decides reparar el deslizador, haz la tirada pinchando en el dibujo del dado de 20 en la parte arriba izda del mensaje. Rellena los campos y listo. Si tienes dudas me dices. El dado loco es el que aparece en el resultado de la tirada en primera posición entre corchetes.

Dificultad de reparación: Según la tabla, en función de la tirada, conseguirías reparar cierto grado de velocidad para el transporte. Sacando poco avanzaría lento y con un muy difícil, estaría perfecto.

Buena suerte.

 

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18/06/2018, 16:53
Dominic Tarkson

- Por fin has despertado, empezaba a pensar que nunca lo harías -

- Emm... sí... sí... buenos días, Ben -digo mientras me rasco la cabeza y abro lentamente los ojos-. Por cierto, mi nombre es Dominic Tarkson.

Acto seguido, me incorporo y, permaneciendo sentado en el camastro, escucho atentamente al anciano:

- Te he ayudado todo lo que he podido y creo que no tardarás en recuperar tu memoria. A veces, un objeto o una palabra es suficiente para recuperarla. Durante tu reposo, en ocasiones balbuceabas la palabra Andor. No sabría decir qué es. ¿Quizá un planeta? En Mos Eisley concurren muchos pilotos. Puede que alguno haya podido oír algo de tu interés, aunque te lo advierto, el lugar no es muy hospitalario. Tengo un viejo deslizador que hace años que no funciona. Si eres capaz de arreglarlo, te lo puedo prestar. En caso contrario, tendrás una buena caminata. Pero antes, comamos, estarás hambriento -

- No creo que Andor sea el nombre de un planeta sino más bien el de una persona -murmuro pensativo-. Sólo recuerdo que me monté en la nave con la intención de cumplir una misión. Quizás Andor sea mi superior... no lo sé. ¡Maldita sea! No lo recuerdo -digo frustrado-. Será mejor que, como bien dices, comamos. Puede que recuerde algo más mientras tanto. Estoy muerto de hambre.

Acto seguido me incorporo y sigo al anciano hasta la cocina. Me siento y, durante la comida, sigo la conversación:

- En cuanto al deslizador, me gustaría echarle un ojo a ver si es posible arreglarlo.

Una vez terminado de comer, le insto al anciano a que me guíe hasta el deslizador. Tras un primer vistazo rápido, me quedo a solas y empiezo a intentar arreglarlo. Tras horas de esfuerzo, llamo a Ben para explicarle el resultado de mi reparación.

- Tiradas (1)

Motivo: Reparación de deslizador

Tirada (3d6): [3], 2, 5

Dificultad: 0

Resultado: 10 Éxito

Notas de juego

Siento lo mal que lo he puesto pero se me ha petado el pc y no me ha guardado nada. Antes lo había puesto mejor y la segunda vez que lo he escrito lo he hecho con mucha desgana y muy asqueado.

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18/06/2018, 21:34
Director

Después de comer, tu anfitrión te muestra un acceso en el suelo, cerca de la vivienda. Éste permite la entrada a una cámara subterránea donde hace las veces de trastero. Bajáis la rampa y bajo una gruesa lona descansa el citado deslizador. Tiras de ella y tras disiparse la polvareda de la arena acumulada tras tanto tiempo, observas que es un modelo realmente antiguo. Probablemente del fin de la república y los primeros días del imperio. El ermitaño lo observa en silencio, absorto en sus  pensamientos. Recuerdos de otra época. Decide marcharse con sus reflexiones y te deja a solas. Comiezas tu tarea. Al poco rato compruebas, que a pesar de tu dedicación, su estado es lamentable. Aún así, tras varias horas de reparaciones y pruebas, el motor vuelve a la vida. Suena muy mal y con toda seguridad, de problemas. Pero siempre será mejor que ir a pie.

Recargas el depósito y descubres que es realmente tarde. Sales al exterior. Los dos soles ya practicamente se han escondido y el calor se disipa para dejar una temperatura muy agradable. Las sombras se han alargado. Te duele la espalda y te encuentas cansado tras tanto ajetreo. Oteas el horizonte, como si pudieras visualizar acontecimientos futuros. Decides ir a descansar. Ya has perdido mucho tiempo, debes volver a tu misión. Sea cual sea.

El nuevo día llega y cuando las primeras luces se manifiestan, te encuentras preparado para partir. Tu anfitrión carga en el deslizador algo de comida para el viaje y te aconseja que tengas cuidado. - Incluso en Moss Eisly, es mejor tener los ojos bien abiertos muchacho. No te preocupes por el deslizador, aquí ya ha cumplido su misión. Buena suerte piloto y que la Fuerza te acompañe... - Sin grandes despedidas ni concesiones de tiempo para agradecimientos, el ermitaño se gira y vuelve al interior de su vivienda. Accionas el contacto, que arranca el motor al tercer intento. Tu historia continúa.

Dejas atrás la morada de tu salvador hasta que desaparece en el horizonte. La falta de una buena maniobrabilidad es compensada por tu perifica natural con los mandos. Por el momento, tu transporte mantiene el tipo con una velocidad pasable, aunque sin grandes lujos. Te vas guiando por la brújula electrónica del deslizador y al cabo de un par de horas de viaje es  cuando toca detenerse. El terreno cambia progresivamente y a tu derecha comienzan a surgir columnas de roca para formar un amplio cañón serpenteante. Por el lado izquierdo, comienza un gigantesco mar de dunas bajo unos soles cada vez mas abrasadores.

Tienes que tomar una decisión para continuar.

Notas de juego

El cañón ofrece protección contra el sol aplastante pero no te permitirá ir tan rápido como en el mar de dunas. No eres capaz de calcular qué opción sería mas corta.

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19/06/2018, 16:04
Dominic Tarkson

El nuevo día llega y cuando las primeras luces se manifiestan, te encuentras preparado para partir. Tu anfitrión carga en el deslizador algo de comida para el viaje y te aconseja que tengas cuidado.

- Incluso en Mos Eisley, es mejor tener los ojos bien abiertos, muchacho. No te preocupes por el deslizador, aquí ya ha cumplido su misión. Buena suerte, piloto, y que la Fuerza te acompañe...

- Adiós anciano. Nunca olvidaré lo que ha hecho por mí. Mil gracias. Espero que nos volvamos a ver.

Sin grandes despedidas ni concesiones de tiempo para agradecimientos, el ermitaño se gira y vuelve al interior de su vivienda. Accionas el contacto, que arranca el motor al tercer intento. Tu historia continúa.

Tras dos horas de viaje en las que intento recordar cualquier reducto de referencia, por mínima que sea, para poder, en caso de emergencia, volver a contactar con Ben Kenobi, reduzco la velocidad y observo lo que ante mí se presenta. El terreno cambia progresivamente. A mi derecha comienzan a surgir columnas de roca para formar un amplio cañón serpenteante. A mi izquierda, comienza un gigantesco mar de dunas bajo unos soles cada vez mas abrasadores.

- Bueno, Dom... -me digo a mí mismo-. ¿Por dónde vamos?

Tras pensarlo un par de minutos, durante los cuales el calor va paulatinamente en aumento volviéndose cada vez más sofocante, decido que lo mejor será ir a través del mar de dunas, evitando el cañón que, aunque protector contra la radiación de los soles, representa una clara opción de poder ser flanqueado por los seres que comentó el anciano cuando me encontró en mi caza. Asimismo, pienso que no pasaré tanto calor gracias a la velocidad del deslizador y al que no tenga techo.

- No pienso arriesgarme a ser atacado por esos seres. Bastante suerte he tenido ya saliendo vivo del accidente.

Así pues, una vez decidido, tomo el camino de mi izquierda yendo lo más directo posible hacia Mos Eisley.

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19/06/2018, 21:43
Director

Tomas el camino mas seguro en apariencia. Y así sucede durante otro largo rato. El tiempo parece eterno mientras se viaja en un mar infinito de arena. Las dunas se suceden casi idénticas y la sensación de no estar llegando a ningún sitio es frustrante. Consultas cada poco tiempo tu brújula, confiando que no esté estropeada. Perderse en aquel lugar significaría la muerte. Compruebas el nivel de combustible y todo parece estar en niveles óptimos, salvo la temperatura. Los dos soles comienzan a acercarse a su punto más alto y castigan severamente. Con la velocidad, el bochorno se sobrelleva, pero el largo tiempo de funcionamiento está recalentando tu aerodeslizador. A pesar de ello, no está causando mayor problema. Por ahora.

Coges tu cantimplora y le propinas un buen trago. Tampoco es mala idea ver qué ha envuelto el ermitaño y engañar un poco el estómago. Mientras revisas la comida que descansa sobre el asiento de copiloto, puedes observar fugazmente un destello en el horizonte. El característico reflejo de la luz en el metal. Pronto puedes comprobar que se trata de un transporte con otros dos navíos de menor tamaño como escolta. Su trayectoria se cruzará con la tuya...

Notas de juego

Fin de la introducción. Pasamos al primer capítulo. Si no puedes leerlo me dices