Partida Rol por web

El crucero atracó a la hora prevista. No perdisteis tiempo y fuisteis prestos a la sala del consejo. Allí se encontraban el maestro Yoda, Obi Wan y Mundi; hablando entre ellos. A vuestra entrada guardaron silencio y os invitaron a colocaros en el medio de la sala.

Desde los grandes ventanales podíais ver la oscura noche del exterior de Coruscant iluminada por los cientos de miles de luces de los edificios fijos como estrellas y por los propulsores de las diferentes naves que danzaban de un lado a otro en una ordenada hilera de civilización.

Obi Wan, caballero jedi, pero no maestro os saludó y salió de la sala después de hacer una educada reverencia a los maestros. - Les mantendré informados. Llevaré a Anakin conmigo - 

Una vez solos Yoda miró a Mundo y asintió con la cabeza a la par que cerraba los ojos. Pudisteis sentir como su aura os rodeaba. Un extraño calor os abrazaba y una reconfortante sensación de calidez y calma os invadía.

- Lo que ha sido robado - Dijo Ki-Adi-Mundi devolviéndoos a la realidad de aquella sala. - Es un antiguo holocrón. Un holocrón sith - Dejó unos segundos, permitiendo que aquellas últimas palabras cobraran empaque e importancia. - No está claro que es lo que contiene, al menos no lo está todavía. Lo que si está claro es cual ha de ser nuestro siguiente paso, y tanto el maestro Yoda como yo creemos que si la fuerza ha querido que fuerais vosotros quienes descubrierais la desaparición de ese holocrón, debéis ser vosotros quienes iniciéis la búsqueda que ahora mismo es requerida. - 

Yoda comenzó a mover la cabeza, frunciendo el ceño.

- Esta tarea será peligrosa, hay demasiados misterios ocultos, rostros que no conocemos y enemigos que permanecen ocultos. No es necesario que seáis vosotros quienes tomen los riesgos que esta misión conlleva; por lo que si no queréis aceptarla no os obligaremos. Tampoco podemos deciros nada si no estáis de acuerdo en tomarla.  - 

El silencio se apoderó de la sala, tan solo roto momentáneamente por los sonidos que emitía el maestro Yoda, palabras sueltas sin sentido que no entendíais, hasta que abrió los ojos y los fijó uno a uno en vosotros tres. El silencio volvió a la sala y aquella sensación que notasteis al principio desapareció...

No es sólo la sensación de haber fallado en la misión que nos encomendaron sino la curiosidad y las numerosas preguntas que me han surgido a raíz del descubrimiento lo que me impulsan a no dudar en mi decisión. Sin embargo, antes de abrir la boca miro a mis compañeras buscando alguna seña en sus expresiones.

- No puedo hablar por mis compañeras, maestro Yoda - digo con decisión -. No sé qué riesgos o qué peligros puedo encontrarme, pero estoy dispuesto a asumirlos.

Había pasado todo el viaje dándole vueltas al asunto, pensando en qué podíamos haber fallado y en el hecho de que nos relevaban de la misión ¿Qué más podríamos haber hecho? Realmente no se me ocurre nada. Al final la única conclusión lógica es que no hemos fracasado: sencillamente el Tal Manac no estaba donde nosotros lo buscábamos.

Al ver que el maestro Mundi nos ofrecía seguir nuestra búsqueda casi no puedo evitar dar un salto de la emoción. No hemos perdido la confianza del Consejo y tenemos una nueva oportunidad. Cuando Galen me dirige la mirada asiento en silencio para darle ánimos. La verdad es que le tengo algo de envidia. Se le ve tan tranquilo y sereno... todo lo que Skawn intentó meterme en mi dura cabezota con colas y no llegó a conseguir... del todo. Espero respetuosamente a que Galen termine de hablar antes de carraspear y hablar con la voz más suave que puedo conseguir.

Es normal que haya que esforzarse por las cosas que realmente valen la pena - ¿era así como lo decía Skawn? Me suena, pero estoy demasiado nerviosa - Agradezco que nos concedáis esta nueva oportunidad, maestros. Estoy lista y dispuesta para seguir con la búsqueda del Tal Manac.

Miro de reojo a Hamma. Sólo queda ella por tomar su decisión...

Ahora que nos encontrabamos una vez más ante el consejo, no pude evitar recordar que era apenas nuestra segunda vez ante ellos no como Padawans sino Jedi de la orden. Éramos aún muy jóvenes e inexpertos, y sin embargo nuestra misión había sido, de alguna forma fructífera.

Cuando la mirada de Galen llegó a mi dirección, asentí también. Esperé a que ambos terminaran de dar su consentimiento. -También es mi deseo llegar al fondo de esto, maestros.- Dije, esperando ahora que se nos dieran las siguientes instrucciones para continuar.

- Preocupantes los sentimientos - Dijo hablando hacia los tres el maestro Yoda, saliendo así de su silencio y meditación. - Férrea es la voluntad desde luego; y propicia la compañía. Claro este futuro, no está -

Mundí miró al maestro Yoda elevando una ceja, y quedándose callado.

- Si vuestro deseo continuar es, así será - Finalizó; tras lo que acarició el pomo de su bastón, meditando las palabras que iba a decir unos segundos. 

- Cuatro holocrones creados fueron hace tiempo, existir ya cuando aprender yo comenzaba. Por separado, solo ocultos conocimientos tienen; pero unidos y en equivocadas manos peligrosos pueden ser - Mientras hablaba la miraba de Yoda parecía ausente, lejana... sus pensamientos trabajaban a la par que mantenía la conversación con vosotros.

- Uno de ellos yo mismo de ocultarlo me encargué - Dijo golpeando el suelo con el bastón y agarrándolo con fuerza - Recuperarlo y traerlo debéis. -

Miro a Yoda extrañada ¿De qué "sentimientos" está hablando? Sin embargo eso no es nada comparado con la bomba que suelta después. Ahora resulta que el Tal Manac no es un artefacto único sino que hay otros que combinados pueden hacer ¿qué? Esto se pone cada vez más interesante.

Muy bien, maestro Yoda - asiento con una leve reverencia - ¿Dónde debemos ir a buscarlo? ¿Lo custodia alguien? ¿Qué deberíamos saber sobre ese holocrón?...

El tono es sin duda preocupante, y en parte me deja un poco desconcertada sus primeras palabras. Cuando Nawi comienza las preguntas, me giro hacia ella y pongo una mano en su hombro. -Creo que descubrir quién se lo llevó y a dónde es lo que debemos investigar, Nawara.- Intenté no sonar condecendiente, ella era una joven impetuosa, pero valerosa. -El maestro Yoda se refiere a que ya hay uno escondido por él, y que es nuestra misión encontrar el otro y descubrir si ha caído en las manos equivocadas.- Alcé mi cabeza hacia los maestros para confirmar que había entendido correctamente sus palabras.

-La pregunta sería ¿dónde y cómo podríamos empezar la búsqueda? La persona que haya tomado el Tal Manac tiene días de ventaja ya, incluso podría continuar escondido en alguna de las dos ciudades. Peron en caso contrario, ¿cuales serían los sistemas solares que podría haber recorrido en ese tiempo?- Pregunté tanto a mis compañeros como a los maestros.

Las palabras del maestro Yoda son reveladoras. Y el hecho de que sean cuatro holocrones puede darnos algo de márgen.

- No sé si tratar de identificar los sistemas a los que ha podido huir quien sea que se haya llevado el Tal Manac nos será muy útil en estos momentos, Hamma - digo -. Si hay otros tres holocrones lo más probable es que nuestros caminos se encuentren. Maestro - pregunto a Yoda respetuosamente -, ¿el holocrón que usted escondió también ha desparecido o es posible que aún siga en donde lo ocultó?. ¿Y sabemos algo de los otros dos?.

El maestro Yoda sonrío mostrando alguna arruga más de la habituales. Negó ante la afirmación de Hamma y asintió ante la de Galen y Nawara.

- Complicado encontrar al ladrón es. Nuestro camino con él, de cruzarse de nuevo tienen que - 

Accionó unos botones de su silla y apareció un planeta ante vosotros. Se trataba de Vodran, por lo que podíais leer en el texto de información que aparecía en un lateral. Se trata de un planeta cubierto de selvas y pantanos en su gran mayoría; y aquellos que hayan estudiado con el maestro Yoda en alguna ocasión sabrán que se trata del planeta donde el maestro Yoda fue entrenado por N'Kata.

- Peligroso Vodran en estos tiempos es, pues los Hutt tomado el control de casi todas las zonas han. En un antiguo templo jedi el holocrón ocultó dejé y allí descansado ha de encontrarse. - 

El azulado mapa hizo un zoom hasta detenerse en lo que se podía ver como una especie de templo en forma de pequeña pirámide que no sobresalía apenas de las copas de los árboles que lo rodeaban. A su alrededor todo parecía salvaje.

Prosiguió hablando el maestro Mundi. 

- Los datos del planeta Voldran que tenemos no están actualizados, por lo que la zona podría haber cambiado. En cualquier caso el templo seguirá allí, protegido por el poder de la fuerza. - 

Fue ahora él quien tocó alguno de los mandos y vuestros datapads emitieron un sonido. 

- Acabo de mandaros toda la información que tenemos del planeta[1], y la ubicación exacta del templo. Os facilitaremos una nave para que podáis viajar por vuestros propios medios. - 

- Peligroso el viaje será, y más peligros en Voldran encontraréis. Temo que vuestro temple y fortaleza a prueba puedan ser puestos; más si vuestra mente a la fuerza siempre tenéis y entre vosotros os apoyáis, cualquier problema superar podréis - 

El mapa desapareció en una pequeña línea que se tornó en un diminuto punto justo antes de desaparecer.

- La ubicación de los otros encontraremos nosotros mientas. - Dijo aclarando y poniéndose en pie. - Informad de cualquier problema la consejo debéis - 

De entrada observo Voldran con una mueca de fastidio. Por más que me haya criado en una estación espacial mi especie está adaptada a climas desérticos, no selváticos. El verdadero golpe viene cuando Yoda habla de que los Hutt controlan el planeta.

El sable de luz hendiendo la carne gomosa de Mardoc. Cuando la punta de la hoja atraviesa su carnoso y desagradable estómago el dolor que siente el Hutt es compartido, el en su estómago, yo en el pecho...

Mi corazón tamborilea frenético dentro de mi pecho. Oigo las palabras de Mundi, pero sólo son un eco lejano incapaz de competir con el retumbe en mi oídos.

Informad de cualquier problema la consejo debéis

¿Algo así como Tengo miedo de que el odio de mi interior me arrastre y acabe matando a mis compañeros? Intento hablar, pero tengo la boca seca.

Es... espero que estemos a la altura de su confianza, maestros - hago una leve reverencia y salgo de la sala del Consejo lo más deprisa que puedo sin resultar descortés.

Una vez en el pasillo camino rápidamente hacia la bibliotera. Si pudiera echaría a correr pero el color pálido, casi rosa, de mi piel ya resulta demasiado interesante.

Voldran. Hutt. Voldran. Hutt. Oh, maestro, qué bien me vendría ahora tu ayuda. Aunque fuera en forma de unos de esos tirones de lekkus que me dabas cuando iba demasiado acelerada.

Llego a la biblioteca y me encierro en una de las terminales privadas. Una vez instalada empiezo a comprobar toda la información disponible sobre Voldran. No sólo lo que haya disponible en la biblioteca, sino también las noticias relacionadas de los dos o tres últimos ciclos que haya en la HoloNet. Especies dominantes, economía, forma de gobierno, gobernantes, actividades criminales... Lo que voy encontrando lo voy descargando en una unidad de memoria portátil. Si voy a ir allí, quiero estar lo más preparada posible...

Con la precipitada salida de Nawara, el rostro del maestro Yoda se torno preocupado y algo sombrío. Cuando la puerta se hubo cerrado a su salida os miró a los dos.

- Malos momentos pasará en Vodran. Su mente caótica está y el miedo y la ira aflorar pueden - 

Suspiró mirando al maestro Mundi que asintió.

- Otra tarea vosotros dos tendréis. A Nawara vigilar debéis. En algún momento podría ser tentada, el miedo podría atraerla y en su corazón querer instalarse. Ayudarla debéis, mantenerla en el lado de la luz tenéis. - 

El maestro, que aunque estaba de pie parecía tener la misma altura que sentado se acercó a los dos con paso lento.

- Que la fuerza os acompañe, jóvenes jedi - 

Primero buscas algo de información del planeta. Acontecimientos recientes que hayan tenido algo de repercusión y que puedan estar en la holonet registrados y de acceso público. No encuentras nada más allá de lo que ha dicho Yoda. Efectivamente el planeta Vodran está dentro del actual espacio Hutt.

Visto que por los cauces oficiales no encontrarás nada, decides hacer uso de los conocimientos que durante tus años de trabajo para el Hutt has adquirido. Sabes diferentes ubicaciones de información externas a la Holonet que podrían tener otro tipo de datos. Accedes mediante unos códigos algo obsoletos, pero todavía válidos a un banco de información con informació de los Hutts y sus negocios en diferentes ubicaciones, y encuentras que Vodran está regido por un tal Gorgan el Hutt. Al parecer es un amante de los jedi, un coleccionista.

Había algo más de información, pero un mensaje aparece en la pantalla aparece sin darte tiempo a leerla toda.

<<Origen de acceso sin validar. Transmisión cerrada y origen bloqueado >>

Mi conclusión había resultado errada, por lo que me apresuré a descartarla de mi mente para en vez de eso saber en qué consistiría la misión. No me parecía que la mejor idea fuera reunir todos los holocrones en un mismo lugar...

Miré el mapa y la información que nos fue proporcionada, sin embargo la súbita reacción de Nawara me sorprendió. La seguí con la mirada hasta que desapareció, y escuché lo que el maestro Yoda nos encomendaba como segunda e importante tarea. Recordé la noche anterior, cuando la Twileck* había parecido tener un mal momento durante su siesta... Estaría atentaba ella, y trataría de confortarla como había hecho esa noche.

Me incliné hacia el maestro Yoda al recibir sus palabras, sin embargo aún dudé en retirarme. -Maestro, ¿considera prudente traer todos los holocrones a una misma ubicación?- Sabía que no debía dudar de las decisiones tomadas por los maestros, pero sentía que reunir los holocrones en un mismo lugar era hacerle más fácil la tarea a quien estuviera detrás de todo esto.

La reacción de Nawara me preocupa y más recordando el estado en que la encontramos al llegar los alojamientos en Tajoma. Pero trato de mantener la compostura y la mente fría mientras observo cómo se va.

- Es fuerte, maestro - aseguro -. Ya hay bondad en ella. Pero estaremos allí para apoyarla - prometo.

Las dudas de Hamma tienen sentido y aunque confío en que el Templo es un lugar seguro, máxime con todos los maestros que lo habitan, tampoco consigo despejar del todo la inseguridad que siento sobre eso.

- Temo estar de acuerdo con Hamma, maestros - confieso -. ¿No es una posibilidad a tener en cuenta que puedan ser robados por un intruso?.

El maestro miró a Hamma sonriendo, y a Galen después. Regresó a su asiento al mismo ritmo, lento y parsimonioso y de un ágil e inesperado salto se volvió a sentar.

- Sabiduría hay en vuestras palabras - Dijo asintiendo con la cabeza. - Por ahora este obtener debemos. En que hacer con ellos pensaremos, cuando los demás encontremos. -