Partida Rol por web

Talikah habia esperado al resto del grupo en la cabina. A pesar de no haber conseguido destruir la nave que huia, Raalo les habia salvado una vez más.

Voy a ir a la enfermería a descansar, me han dejado hecha un trapo esos cabrones. si me necesitais, estaré allí.

Voy contigo. A ver que podemos hacer con esas quemaduras

Mientras veis como Dacen se marcha, el neimoidiano os vuelve a hablar.

-Siempre y cuando sean 10000 créditos, no subestiméis mis poderes de negociación -agrega con simpatía Raalo ante el comentario de Ayuz- Ahora tengo un asunto que resolver aunque avisadme por el comunicador cuando estéis listos para partir. Recordad que mi droide sigue en la nave y a menos que vosotros me compréis uno nuevo, no pienso dejarlo atrás.

Sin nada más que decir, el ex-separatista también se marcha aunque siguiendo los pasos de Dacen.

Tras haber recogido algo de bebida y comida para vuestros “invitados”, te encaminas hacia la pequeña sala de almacenamiento que hace de improvisada prisión. Al cabo de unos pocos segundos, Raalo se reúne contigo y tras trastear con el panel de acceso, finalmente la puerta se abre. Vert, el joven granjero, se encuentra sentado en el suelo con la espalda apoyada a la pared mientras que el ex-imperial se ubica en la pared opuesta aunque de pie y con los brazos cruzados.

-Vaya, vaya, el más moralista de nuestros captores nos hace una visita -dice el del mal carácter- ¿Qué quieres? ¿Convencernos de lo mala que es nuestra vida y llevarnos por la senda del bien? -agrega con un sarcásmo de lo más evidente.

Antes de que puedas responderle, Raalo se acerca a ti y te susurra para que los prisioneros no le escuchen.

-Me marcho aunque te aviso que tengas cuidado -te dice el neimoidiano en voz baja- Si quieres volver a encerrarlos contacta con Nina o conmigo, si es que no estoy ocupado.

Todavía no hemos despegado y ya esta la gente repartiendo la tarta, cuando abandonemos la chatarra volante esta, y estemos de nuevo en una zona tranquila, me permitiré pensar en el dinero y que comprar.

- Siempre hay asuntos que resolver eh Raalo, incluso aquí en medio de la nada, pero bueno hemos escapado vivos y con eso me basta, de momento...

Estaré atenta por si alguien necesita ayuda informática, pero seguramente los pilotos se bastaran.

-Gracias Talikah-le dijo a la padawan que se ofreció a acompañarla para tratar de sanar sus heridas- En una hora volveré al puente, Ray ocupate de sacarnos de este sitio sin saltar por los aires y en cuanto vuelva te relevo para que puedas descansar-le dijo antes de salir de la cabina acompañada Talikah.

Con todos en la nave Kimbria permaneció en la cabina mientras salían de la nube de escombros-

- No quiero retirarme hasta que no estemos en la seguridad del hiperespacio. Tengo algunas heridas que curar, pero nada grave y aquí puedo ser útil. Podéis retiraros a descansar los que lo necesitéis.

Asintió a lady Kimbria, mientras se iba a los mandos de la nave:

-Primero salgamos de aquí, luego nos turnaremos con los controles. Algún Jedi debería echar una mano con mis heridas, son leves en apariencia pero más vale asegurarnos.

Miró a Dacen unos instantes, y le comentó:

-Hay que ir pensando que hacer con los prisioneros, no podemos dejarlos ahí eternamente.

 Una vez que Raalo se va, les pregunto a los prisioneros, con una sincera sonrisa amable:

 - Hola, ¿os apetece comer algo?. Me imagino que tendréis hambre...

 Deje la comida al alcance suyo, pero teniendo cuidado de que ninguno intentase ninguna tontería, sobre todo el mal encarado. Además, me aseguré de que no tuvieran ningún utensilio que pudiera ser utilizado como arma o para forzar nada.

Al mismo tiempo que dejas la bebida y comida para los prisioneros, te mantienes alerta por si deciden hacer algo y aunque no sucede nada, no puedes evitar pensar que el ex-imperial te ha estado evaluando todo el rato con la mirada. Tras apartarte, ves como el joven granjero comienza a beber y comer de a poco mientras que el del mal carácter decide quedarse en su posición.

-Aparte de no saber si todo esto está envenenado -te dice el de la mala uva, lo que hace que Vert levante la mirada y abra los ojos alarmado- Preferiría que una twi’lek con poca ropa me dé de comer en la boca. Si le lo pides en mi nombre, puede que tu compañera acepte -agrega haciendo un movimiento bastante explícito con la cadera.

-¿Es que no puedes dejar de ser tan capullo? -le dice el joven granjero, molesto tanto por su actitud como por el susto infundado que le ha hecho pasar.

-Tu sigue comiendo, chaval -le responde el piloto a su “compañero” para luego centrar su mirada en ti- Y tú, si ya has terminado de hacer de sirviente, vuelve al agujero de donde has salido.

Una vez que estáis listos para partir, Raalo aparece en la cabina con su traje espacial puesto y tras intercambiar unas palabras con Trasher, ambos se marchan al exterior aunque no sin antes deciros que preparéis los motores, activéis los escudos y mantengáis el tren de aterrizaje de vuestra nave magnetizado. Sin saber que piensan hacer el neimoidiano y vuestro droide, os limitáis a ver desde la cabina como los dos ingresan en la sala de control del hangar y desaparecen de vuestra vista.
Luego de unos minutos notáis que la gravedad del crucero es desactivada, tal y como atestiguan las cajas que comienzan a flotar alrededor de vuestra nave, y después de unos pocos más el escudo del hangar desaparece y la puerta de la sala de control se abre. Del interior de la estancia sale volando Trasher con su propulsor activado junto con Raalo, el cual va a agarrado a él al mismo tiempo que lleva a su droide de energía bajo el brazo. Una vez que los tres ingresan en la nave, no tardan mucho en reunirse con vosotros en la cabina.

-Ya está hecho -os dice el neimodiano mientras se quita su traje espacial- Aparte de recuperar a mi droide, Trasher y yo hemos saboteado las compuertas del hangar por lo que en teoría estas permanecerán abiertas incluso sin una fuente de energía. Aún así, como dije, es en teoría así que deberíamos salir de aquí como si un rancor hambriento nos persiguiera.

Sin perder más tiempo, Ray enciende los motores y vuestra nave despega saliendo rápidamente del hangar. Luego de poner cierta distancia entre el crucero y vosotros, veis desde la cabina dos cosas que os llaman la atención: La primera es que debido a la explosión de la nave de los secuaces de Geelo se ha formado un hueco en la nube de restos que rodeaban el crucero por lo ahora podéis cruzarla sin demasiados problemas, mientras que la segunda es que el droide “Buitre” que reprogramó Raalo vuela rápidamente hacia vuestra posición. Sin embargo, este no os ataca sino que pasa bastante cerca de vosotros y luego de dejaros atrás comenzáis a percibir varias explosiones a vuestras “espaldas”. Al comprobar los escáneres, veis que el caza ha destruido el hangar donde estabais y de inmediato vuestra atención se centra en Raalo quien, luego de dar un par de comandos con su ordenador de muñeca, os mira.

-Así no quedará ninguna pista de nuestra implicación en la muerte de Geelo -os dice vuestro socio- Ahora volvamos a Tatooine, es hora de repartir ganancias.

Usando el hueco causado por la explosión, atravesáis sin dificultad la nube de restos para luego dedicaros a volar tranquilamente hasta el lugar donde habéis arribado por primera vez al sistema. Aunque para los más ansiosos puede parecer una pérdida de tiempo, en realidad saltar al hiperespacio requiere de precisión y hacerlo sin una ruta clara y con restos flotando en los alrededores supone una dificultad mucho mayor y es menos seguro que usar un salto que habéis usado hace menos de un cuarto de día, que es lo que estás haciendo.
Tras dejar atrás los restos y llegar a una posición relativamente cercana a vuestro lugar de llegada, os disponéis a dar el salto pero antes de que podáis hacerlo, Trasher os avisa que una nave está saliendo del hiperespacio.

Ante vosotros ahora se encuentra una corveta CR90 corelliana, una nave más grande que la vuestra pero también más resistente y con mejor armamento, el cual no tarda en apuntaros. Sin embargo, en lugar de disparos lo primero que recibís es una transmisión.

-Aquí la corveta “Incursor”, en respuesta al llamado -os dice la voz- Identificaos.

 Miré sorprendido a los recién llegados y luego me dirigí a mis compañeros, evitando ser oído por el comunicador:

 - ¿Y esos quienes son?. Lo mejor será mandarlos hacia la nave separatista, diciéndoles donde está, para aprovechar y largarnos en cuanto tengan un descuido.

Ayuz se levantó en cuanto escuchó la alarma de proximidad de la nave y fue a la carrera hasta su puesto. Aún le dolía el disparo, tadaría días en curarse pero podía haber sido mucho peor asi que decidió no quejarse por el resultado.
Tomo su puesto y cogió la radio con una mano mientras revisaba los sistemas. Por suerte era una corbeta Coreliana y no un destructor imperial.

-Aquí el crucero de transporte "El surcador de estrellas", soy la piloto Ayuz'bepa y trasladamos mercancia.  ¿Con quien hablo?-pregunto.

Vaya cabrón desconfiado era el nemodiano, se ve que le gusta volar todo a su paso, pero tenía que reconocer que era una buena jugada, cargarse mafiosos era un deporte de riesgo en estos tiempos. Ahora sólo quedaba echar el rato hasta llegar a casa...

Pero como no, en este lugar de la nada tiene que aparecer otra nave, mas grande y mejor y respondiendo a una llamada que no hemos echo, así que nos han pillado con los pantalones bajados y agarrados a los tobillos.

- Como los haya llamado el otro mafioso estamos jodidos, mejor tomar posiciones.

Cuando iba a responder, Ayu vino escopeteada y tomó los mandos. La miró extrañado, pues en estos tiempos era mejor que respondiera un humano que una twi'lek a no ser que quisieramos aumentar la probabilidad de empezar una pelea. Pero por él de acuerdo, la verdad es que aún tenía la adrenalina a tope de lo que había sucedido hacia poco.

Se le hizo raro que el ex-separatista lograra también convencer a Trasher de seguir sus indicaciones, y cada vez lo veía más capacitado para empresas ambiciosas. Igual incluso, suficientemente ambiciosas como para vendernos para no compartir el botín.

Sin embargo, si se equivocaba y manifestaba sus sospechas en vano, sería un problema para futuros trabajos. Así que decidió mantener un ojo discreto en él. Mientras Ayu manejaba la situación con la sospechosa nave que aparecía en el momento indicado, Ray bloqueó los controles de los accesos al exterior (para que sólo se pudieran abrir desde la consola del piloto) y revisó las cámaras del interior para buscar al ex-separatista y comprobar que andaba haciendo.

-¿El “Surcador de estrellas”? Nos dieron otra identificación pero esa también es válida. Aquí el capitán Vark y justamente venimos por parte de esa mercancía -dice el líder de la corbeta y para vuestra sorpresa, los cañones de esta dejan de apuntaros- Nos envían el comandante Caran y la analista Seku Garbar, por lo que nos dijeron tenéis dos TIE para entregar a la causa pero eso puede esperar hasta que estemos cara a cara. Preparaos para atracar.

Aunque la posibilidad de un engaño siempre está presente, en esta ocasión es muy poco probable ya que el capitán de la otra nave no solo conoce el nombre de vuestro superior sino también el de la hija de Ray y las naves que habéis capturado, sin lugar a duda os encontráis ante otro grupo de vuestra célula rebelde. Sabiendo todo esto y que negaros puede hacer que sospechen que no sois quien decís ser, os acercáis a la corbeta y permitís que ambas naves se acoplen usando las esclusas.

Con las manos cerca de vuestras armas por las dudas, os reunís frente la esclusa y una vez que las puertas se abren veis que ante vosotros se encuentran seis personas, cinco de ellas apuntándoos con armas blaster. En primera línea se encuentran un sullustano y dos humanos, los tres equipados con casco, blindaje ligero y rifles, en el medio se ubica un hombre de poco menos de cuarenta años de porte militar, barba de unos días y cabello castaño y aunque no os apunta con un arma si os evalúa con la mirada, por último se ubican un humano y un zabrak, ambos con traje de piloto y con las pistolas desenfundadas.

-¡Alto! ¡Son de los nuestros! -dice imperativamente el hombre que está en medio de la formación para, luego de que los demás bajan las armas, adelantarse y colocarse frente a vosotros- Perdonad por apuntaros, tanto ahora como con la nave, pero en nuestra situación no podemos darnos el lujo de ser confiados.  Soy el capitán Feren Vark… -comienza a decir el líder de la corbeta pero se calla al ver a Raalo- ¿Un neimodiano? No me informaron de él ¿es un nuevo recluta?

-Nada de eso, no formo parte de vuestra insurgencia sino simplemente soy Sude Raalo, un entusiasta emprendedor de Tatooine y el sujeto que intenta hacer que consigáis beneficios -responde vuestro socio con un tono algo insolente- Aunque me da igual lo que intentáis montar, como les dije a vuestros asociados no le tengo mucho cariño al Imperio por lo que podéis contar con mi silencio y mi discreción.

-Aun así, tienes que…  -comienza a decir el capitán pero es interrumpido por vuestro socio.

-Si, ya lo sé, tengo que irme porque vais a tratar asuntos confidenciales y todo eso -interviene el neimoidiano para luego girarse hacia vosotros- Estaré en la bodega inventariando todo lo que hemos conseguido.

Sin nada más que agregar, Raalo se marcha aunque siendo seguido poco después por Trasher, quien os avisa que le vigilará por si intenta “guardarse” algo que no le corresponde.

Con la partida de Raalo y Trasher, el capitán les ordena a los tres rebeldes con rifles que vuelvan a sus puestos quedándoos así a solas con el tal Feren y los dos pilotos, los cuales ahora han guardado sus pistolas blaster.

-Como os iba diciendo, soy el capitán del “Incursor” -dice retomando sus palabras- El comandante y la analista contactaron con nosotros al ser el grupo más cercano y nos pidieron que recogiéramos un par de TIE que unos compañeros rebeldes habían capturado. Por lo que nos han dicho, cuentan con hiperpropulsores por lo que imagino que no se los habéis quitado al Imperio ¿verdad? -os pregunta aunque rápidamente vuelve a hablar- Si no tenéis inconveniente, quisiera que mis pilotos les echen un vistazo y se encarguen de acoplarlos a mi nave.

Vaya coordinación la de la rebelión, apenas habían terminado y ya estaban allí, eso me sonaba a que estaban desesperados por suministros o que no se fiaban nada de ellos, bueno ninguna de las opciones era buena, ahora tocaba la parte de darles lo que pedían con una sonrisa en la cara...oh a la mierda...

- Gracias por preguntar como estamos capitán, mostrar interés antes de de coger lo que le de la gana sería un detalle, por poco nos vuelan ahí fuera, pero como eso lo importa un carajo puede ir a coger los cazas, hay que repararlos, lo que suele pasar cuando hay pelea, quiere dar una vuelta y coger alguna otra cosa, sírvase seguro que en esa corbeta suya tiene mucho espacio.. - lanzo un bufido y dejo que los demás siguieran hablando.

Se había quedado tranquila, ahora que les demás le lamieran el culo a don capitan, tenía frío estaba cansada y con pocas ganas de tonterías cuanto antes se largaran mejor.

Estaba con los escudos, intentando activarlos o peleando con el cacharro como de costumbre, hasta que oigo que vienen a la nave, por lo que corro a mi camarote a por mi rifle blaster, al llegar a la zona, veo que los que creían que eran tropas imperiales, resulto ser miembros de nuestra célula, "¿venís a por los cazas esos?, bien, que os divirtáis con los jugetitos eso, y apoyo a Nina, un "¿como estáis?" no estaría mal, y sobre los cazas nos lo "regalo" un carroñero Roodiano que no lo iba a necesitar y los 2 pilotos que los usaban, que estarán en algún punto de la nave"