Partida Rol por web

Sistema Nevarro, 3 DBY

La salida de Nevarro fue tranquila, todo acorde con los registros y controles imperiales. Vindar Den, el contacto chiss que os había contratado para la operación de salvamento, os había ofrecido un trabajo bastante jugoso: un trabajo a cinco manos para recuperar lo que se pudiera un yate de lujo de la Antigua República estrellado en la luna de Ord Mantell, Quantxi.

Sus argumentos eran sólidos, Ord Mantell era territorio controlado por el Sol Negro, el peligroso sindicato criminal dirigido por el Príncipe Xizor que, presuntamente, tenía tratos cercanos con el Imperio Galáctico. Aunque Vindar no esperaba tener problemas significativos, prefería cubrirse las espaldas y asumía que el yate tenía suficiente botín como para cubrir el gasto de cuatro mercenarios y mucho más. Vindar había hecho una exposición muy sólida y analítica de la situación, todo estaba en orden y, a priori, no se iba a violar ninguna legislación imperial.

El carguero coreliano YT-1300, el Bakurano Errante, era bastante nuevo para lo que debían ser los diseños de ese modelo anterior a las Guerras Clon. Vindar os había contado que había adquirido el carguero en Bakura, un mundo fronterizo en el Espacio Salvaje, y que lo dirigía junto a su androide astromecánico R3-117.

Mientras el Bakurano Errante abandonaba la atmósfera de Nevarro, Vindar decidió reunir a la nueva tripulación en el comedor del carguero. Antes de la operación prefería que todos sus componentes se conocieran. Vindar tomó la iniciativa.

El chiss habló con voz clara y tranquila, había una huella de peligro cada vez que decía algo, esa calma fría antes de una tormenta. Pero esta tormenta jamás llegaba, pero, de algún modo, cuando terminaba de hablar, ya te encontrabas en ella.

—Bien. Creo que será mejor que hagamos presentaciones. Os he contratado a todos en esta operación de salvamento, he comprobado vuestros historiales y confío que sabréis trabajar en equipo —hablaba mientras os miraba a los ojos uno a uno —. La operación es sencilla. Viajar al sistema Ord Mantell, mantener un perfil bajo, descender a la luna de Quantxi y localizar el yate. Según la información que he sacado, se estrelló en la región austral de la luna, al norte del mar de desechos. Una vez en tierra, 117 tratará de seguir la señal del yate, pero si la cosa se complica tendremos que rastrearlo a la vieja usanza.

Tras una pausa, el chiss añadió postreramente.

—Si no os habéis presentado ya, hacedlo. Tenemos varias horas hasta llegar a Ord Mantell .

El androide astromecánico, que circulaba por el comedor, vibró con una serie de pitidos a modo de presentación. Quizá habíais conocido numerosas unidades de la serie R, pero está parecía carente de toda personalidad. Su pitidos eran neutros, funcionales, aunque al terminar emitía un ligero zumbido que, quizá, parecía poderse interpretar como un suspiro.

Fillon miraba el droide con curiosidad, realmente parecía haber sido despojado de su módulo de empatía o alguna cosa similar. Una sana curiosidad le recorrió la espalda hasta el cuello, haciendo que se le erizaran los pelos del mismo. Finalmente se instaló en un rincón de su cabeza. No era el momento, pero ya estaba allí.

— Soy Fillon Arcos, pirata y amante de la tecnología — Fillon sonreía mientras hacia un teatral gesto con la mano. 

— Si ese yate tiene algún sistema de seguridad o alguna puerta cerrada que esconda algún tesoro, quizá queráis llamarme antes de liaros a tiros. —

Fillon no parecía un tipo fuerte, tampoco atlético y ciertamente era el mayor de aquel grupo. Su aspecto era desaliñado. Peinado de alguna forma extraña y con ropa que realmente distaba de la de los demás. No parecía importarle. Observó al resto uno por uno, esperando que procedieran con sus presentaciones mientras se apoyaba en el sofá del comedor. Sacando una cajita de metal con varios cigarros de su interior. Se encendió uno y aspiró profundamente su dosis de nicotina.

Aquel ambiente la inquietaba un poco, la presencia del Chiss le traía recuerdos de una época que prefería olvidar, aún así sabía que debía mantener las formas y no dejarse llevar por aquellos sentimientos y emociones.

Apareció junto a un hombre de más de un metro ochenta, ambos vestían ropas muy parecidas y por su equipo y conducta bien podrían ser ex soldados o ex militares, aunque ella apenas llegaría a los 20 años de edad.

- Thea, Thea Couhard... Exploradora. Puedo guiar por las sendas, encontrar alimento y agua y prevenir el encuentro con bestias salvajes... Y bueno, también se defendernos... - Dijo señalando las armas que portaba. - Puedo ser de ayuda para seguir el camino hasta llegar al yate. 

Permanecía al lado de Marc, como si se sintiera más segura en presencia de éste.

Se trataba de una muchacha joven, con un cuerpo ágil, una mirada segura pero tímida, de poco más de un metro sesenta de altura, cabellos castaños y ojos avellana que oscilaban entre el marrón y el verde. 

Apareci apenas un par de pasos por detras de Thea, observando a todos los presentes y mostrando una amplia sonrisa que denotaba que no tenia problemas en conocer a gente nueva. Acompañe a la exploradora hasta que eligio un sitio donde quedarse y yo simplemente me apoye en la pared o mueble mas cercano. Espalda y pie, dejando la rodilla ligeramente adelantada.

Escuche al Chiss y acabe por dirigir la mirada hacia el droide. La voz del hombre mayor le hizo mirar en su direccion, ampliando la sonrisa al ver el gesto teatral. El punto era carismatico y de buen rollo, ademas de divertido en cierta medida pero sin ofensa ninguna.

Eso suena bien... - En relacion a lo de que el abriria las puertas y asi no habria que liarse a tiros. Iba a decir mas, pero entonces Thea se adelanto y yo solo la mire de reojo pero con atencion a sus palabras.

Al terminar mi compañera, volvi mi atencion a los demas. Levante la mano, abriendo la palma en el mismo gesto. - Marc Ashland. - Mire a Fillon. - Creo que yo soy el de los tiros. - Guiñe un ojo al viejo, para volver a los demas. - Se me da bien la gente aparte de eso, pero si necesitais que le abra un agujero a alguien, entonces soy vuestro hombre... aunque suelo preferir hablar. Suele ser un poco mas divertido que abrirse paso a tiros. - Desenfadado, tranquilo, parecia estar comodo donde estabamos.

De cuerpo robusto aunque nada exagerado, la agilidad era obvia en sus movimientos y tambien ese toque de estar a gusto cuanta mas gente hubiera cerca. Aun asi se notaba la cercania con la exploradora, como si eso hiciera mas facil estar tranquilo... o mas tranquilo.

- Isakaly Lawagar - se presentó, en último lugar, la mujer de baja estatura, pelo rojizo, y ojos castaños, que se encontraba apoyada en una de las paredes del comedor. Iba ataviada con lo que podría describirse como la típica túnica que llevaban muchos de los habitantes del Borde Exterior y, aunque no llegaba a ser tan mayor como Fillon aparentaba ser, el rostro de la fémina reflejaba en él el paso del tiempo a través de algunas pequeñas arrugas en la zona de los ojos.

- A diferencia de Marc, mi cometido no será el de abrirle un agujero a alguien, sino el de manteneros con vida cuando, desgraciadamente, sea a vosotros a los que os lo abran - el tono de voz de Lawagar era serio, tanto que la temperatura de la sala parecía haber descendido varios grados - Así que, sed buenos compañeros, y no me deis demasiado trabajo - la mujer terminó la frase con una amplia sonrisa, destinada, lo más probable, a mitigar el mal fario que sus anteriores palabras hubiesen podido provocar.

Terminada la presentación, Isakaly bajo la mirada y se perdió en sus pensamientos, observando, de vez en cuando, distraídamente, a la unidad de la Serie R que les acompañaba.

El chiss escuchó atentamente a cada uno de vosotros. Aunque conocía sobradamente vuestro historial, Vindar actuaba como si os conociera por primera vez. Los ojos rojos del dueño del Bakurano Errante eran inescrutables, pero el destello de la inteligencia era casi sólido en cada intercambio de miradas.

—El Bakurano Errante no tiene muchas comodidades. Pero he dispuesto los camarotes para ustedes. Los señores Arcos y Ashland compartirán los de estribor. Las señoras Lawagar y Couhard el de babor. Si me necesitan, yo estaré en la cabina —explicó el chiss mientras se movía con esa lentitud calculada, calmada. Miró hacia el pasillo de la cabina, luego a vosotros —. Si no necesitan nada más. Iré a la cabina. Esta abierta para todos. 

Vindar se marcharía si ninguno le preguntaba nada más.

El androide astromecánico siguió a su dueño tras un gesto de este. Una nueva serie de pitidos que sonaban como cansados pareció ser su despedida.

Fillon llevó su mano a la frente, haciendo el viejo saludo militar... para quien conociera aquellos símbolos quedaba bastante claro que lo hacía bastante mal y poco profesional. 

— Yo creo que iré a acomodarme y aprovecharé para descansar un poco. Hace tiempo que no disfruto de un buen catre. —

Miró a las dos mujeres

— Señoritas. —

Saludó como si llevara un sombrero y se agarrara el ala del mismo, luego miró a su nuevo compañero de habitación. 

— Si no te importa, me pido arriba. —

Miró al chiss con respeto, como si aún no terminara de fiarse de él y cuando dijo lo de las habitaciones miró a Marc con algo de pesar. Estaba acostumbrada a dormir con su compañero pues era él quien la cobijaba tras sus pesadillas, quien cuidaba de ella cuando las lágrimas llenaban sus ojos y las dudas pesaban. 

- Un placer conocerles a todos - Dijo a quienes serían sus compañeros y después miró a la mujer que sería su compañera de camarote - Un placer Isakaly, espero no darte muchos problemas por la noche... No importa con cuál quedarme, como si es en el suelo...

Después de todo, como exploradora, había dormido muchas veces en su saco, en el suelo, por lo que no le importaba mucho dónde dormir. 

Escuche detenidamente al chiss, sin perder la sonrisa en ningun momento. El reparto de camarotes no fue de mi agrado, como sabia que no lo seria de Thea, pero no dije nada. Eran las reglas del dueño de la nave y no era cuestion de comenzar con algo, recien en el desayuno del primer dia, mejor esperar si era necesario al desayuno del segundo dia... y ver como lo llevaba Thea.

Avance hasta colocarme parcialmente detras de Thea, solo en presencia mas que otra cosa, porque habia entendido su mirada. Mi mano reposo sobre su hombro, apretando muy levemente.

Entonces Fillon llamo mi atencion con sus gestos y teatro. Sonrei al hombre, mientras hacia un gesto de que pasara delante, con obviamente menos talante y habilidad que el hombre que tenia delante. - Ningun problema, donde estes mas comodo.

Escuche entonces a Thea y negue levemente con la cabeza, para acabar mirandola con algo menos de sonrisa pero aun asi, con humor. - Si duermes en el suelo, mas te vale que no me entere. - Suspire levemente. - Disfruta de las comodidades que nos da el Bakurano Errante, luego habra tiempo de sobra para dormir en esquinas y bajo arboles... o en sitios peores.

Isakaly, tras despedirse del chiss, y del extraño androide que le acompañaba, siguió a ambos con la mirada hasta que desaparecieron tras la puerta que daba acceso al comedor. No sabía por qué, pero el dueño del Bukarano la ponía nerviosa. Quizá fuesen los movimientos calculados y esa fría calma que tenía en todo momento, o quizá fuese otra cosa, pero el caso es que se encontraba más tranquila ahora que él ya no estaba en la sala.

Hizo lo mismo tras despedirse de Fillon. Aunque el anciano le caía bien, no podía evitar preguntarse de dónde le habría sacado el chiss.

- Igualmente - respondió a la muchacha con la que le había tocado compartir camarote - Sobre los problemas nocturnos, no te preocupes. Acostumbro a dormir bien sean cuáles sean las circunstancias. Y si veo que me imposible, siempre puedo recurrir a alguna de las drogas que llevo en mi equipo médico. Normalmente se las doy a los pacientes, pero... - Lawagar finalizó la frase con un encogimiento de hombros, mientras miraba a su compañera, le guiñaba un ojo, y sonreía, esperando que ésta entendiera que estaba bromeando.

Tras la intervención de Marc, cuyo gesto hacia Thea no le pasó inadvertido a la doctora, ésta continuó hablando.

- Nuestro compañero tiene razón. Sería una lástima que una de las camas se desperdiciase mientras duermes en el suelo. Quédate con la creas conveniente. No tengo preferencia - Isakaly volvió a sonreír.

- Si me disculpáis, iré a familiarizarme con la nave - dijo a continuación, antes de abandonar la sala. Fue la única excusa que se le ocurrió para dejar a Marc y a Thea tiempo para estar solos.

Poco a poco, todos los presentes abandonaron el comedor, dejándoos los dos a solas en este junto al continuo zumbido de la maquinaría de la nave. Se notaba que era una nave bastante nueva, ya que en su conjunto estaba bastante limpia y ordenada, aunque esto último diríais que era más debido a la personalidad de su dueño que, realmente, algo que viniera implícito en la nave.

El camarote designado no era diferente a otros tantos que hubieras podido ver en tus viajes. Sí era, sin duda alguna, limpio y bastante aséptico. Todo poseía un orden y una limpieza proverbial, además de que podías notar que la nave era bastante nueva. El camarote disponía de dos literas, espacio para cuatro personas, cuatro taquillas y pocos más lujos. Aun así, era espaciosa para lo que era la nave.

Tu pequeño tour por la nave no iba a ser muy prolongado. Aunque era un carguero, el apelativo ligero pronto se descubrió que en apenas diez minutos la podías recorrer entera. No había ninguna cabina cerrada, ni tampoco ningún acceso restringido para ti. En la bodega de carga pudiste ver unas cinco cajas sin distintivo, eran grandes, seguramente contenedores de algún tipo. Estas estaban cerradas por cierres magnéticos, por lo que era necesario un código para abrirlas.

Otra cosa que podías ver que que tanto la limpieza como el orden en el Bakurano Errante era prácticamente proverbial. Se notaba que la nave era nueva, pero también, y muy probablemente fuera así, su dueño se preocupaba que todo poseyera aquell aspecto casi aséptico. Una cosa era segura, la limpieza jugaba a favor de la salud si, por desgracia, tenías que operar a alguien de urgencia.

Fillion se fue, al poco tambien Isakaly, dejandonos a los dos solos en aquel lugar donde la tripulacion se reunia para hablar, discutir o lo que fuera de acuerdo al momento. No en esta ocasion, apenas un breve interludio de palabras sueltas junto a una presentacion rapida. Me encogi de hombros.

Era un poco extraño estar fuera de la rutina habitual de campaña, muy extraño mejor dicho... perp suponia que era mejor asi, cada uno a lo suyo, cada uno marcando una posicion para el trabajo y el unico autentico trabajo en equipo era en pro del botin. No era lo mio... la camaraderia lo era todo, sobretodo cuando la mierda empieza a volar.

Me movi hasta colocarme a tu lado, perdiendo por el momento el contacto. - Todo ira bien, estare justo al otro lado de la nave... y tenemos los comunicadores. Solo tienes que avisar niña... - Era un apodo, pero tambien era mas.

Mire a nuestro alrededor, observe si en realidad nos habian dejado solos. - ¿Que te parecen nuestros compañeros? Algo diferente de lo habitual ¿no?

La sonrisa estaba ahi, siempre, entre divertida y cauta, como si pudiera saltar de un lado al otro en un instante.

Se despidió del resto y miró a su compañero con calma, aunque él pudo distinguir ese ligero brillo de temor en sus ojos.

- Lo sé... Sé que estarás cerca y que tenemos las comunicaciones... Es solo que no quiero molestar a nadie con las pesadillas... - Suspira - Si, es diferente... Quizás ellos luchen por otra causa, quizás no tengamos los mismos objetivos pero... Debemos encontrar cosas que nos beneficien, las necesitamos... Aunque, El Chiss me da algo de miedo... 

Sonrei levemente, con cariño, y abri mis brazos. - Anda ven... - Si te hiciste de rogar. Moviera mis manos, con los brazos aun abiertos, llamando porque atendieras la llamada. - Venga... - Me acerque un poco mas, pero no te obligaria a ello.

Bueno, a mi nunca me molestas... ya lo sabes... - Removeria levemente tu pelo, mientras te escuchaba detenidamente. Estaba de acuerdo contigo, que uno fuera una especie de exconvicto y la otra, tuviera un aire de frialdad extraño a su alrededor, no ayudaba, pero no por eso ibamos a parar aqui. Teniamos una mision y era importante, mas importante que lo que pudieran despertar nuestros compañeros o nuestro jefe actual.

Mire en la direccion en la que se habia ido el Chiss. - Comprensible, se basa puramente en la logica o eso parece, en beneficios. Se nota en como esta la nave distribuida, o en las formas de su droide. Es un tipo pragmatico y tiene pinta de llevar años en esto, no se sobrevive en el inframundo sin dar algo de miedo... pequeña...

Pero eh... tu eres mas dura que eso, no dejes que te afecte, ¿o no recuerdas aquellos pantanos de donde me sacaste? Yo estaba por completo perdido y tu ahi, toda tranquila porque sabias exactamente por donde ir... - Te guiñe un ojo, buscandote hacer sentir bien y que recordaras lo buena que eras, y que no tenias que tener miedo. - Ademas... me tienes a mi, ¿o lo has olvidado?