Partida Rol por web

Stargate SG-4: Duendes

[Escena 5] Un misterio dentro del enigma

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26/09/2019, 22:57
Fern Andrews

Por la mente de Andrews pasaban muchas cosas, desde haber activado una trampa, a la más remota que fuese un puesto de control contra ataques, sin saber con seguridad lo que pasaba decidió observar con más detenimiento los botones, buscando mayor desgaste en unos que en otros, mas deformado en los laterales o más liso por arriba por pulsarlos repetidamente, sería muy sutil pero era una posibilidad a tener en cuenta.

-Bien, mejor que quede tiempo, puede que estemos un rato aquí.

Sería una posibilidad entre tantas, que la tormenta tuviese relación con lo que parecía la nave de antes, que fuese por activar los botones o no tener relación ninguna, pero al científico le gustaría saber si la tormenta tendría lugar sólo en ese bosque o también en otros lados del planeta.

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27/09/2019, 10:30
Tara Davidson

Instintivamente tomo mi arma, pero suspiro aliviada cuando veo al monstruo alejarse.

-Hay otro felino hideputa de esos ahí fuera, y es casi tan grande cómo un caballo -Le comunico al resto, mientras retrocedo algunos pasos hacia el interior - Se ha marchado en seguida, pero parecía cabreado... 

Paso de enfrentarme contra esa cosa en medio de una tormenta sin visibilidad y tampoco me hace gracia que esa cosa nos pille por sorpresa aquí dentro.

Vamos a atrincherarnos aquí hasta que pase la tormenta. Alan, ayúdame -Digo mientras empiezo a cambiar de sitio las ánforas más cercanas a la entrada que están apiladas horizontalmente en diez alturas.  Una por una, las voy bajando y las uso para bloquear la entrada apilándolas de la mísma forma, creando un improvisado muro, con la intención de bloquear la entrada al bicho, y a la vez poder vigilar el exterior y disparar por los huecos entre las ánforas.

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27/09/2019, 11:17
My. Alan Whiteface

Buena idea, Tara.

Ayudo a Tara a mover las vasijas. Con la tormenta que había fuera y ahora la mala noticia de que estábamos acechados de nuevo por un felino, lo mejor era atrincherarse allí dentro y esperar que pasara la tormenta.

Poco a poco se iba formando una especie de barricada de vasijas en la entrada que si bien no pararían un ataque directo y frontal, podría servir de forma disuasoria contra el animal.

No estaremos aquí indefinidamente. En cuanto se disuelva la tormenta saldremos para volver a la base con lo que tengamos

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01/10/2019, 14:35
Aldo Evans

¡No, otro de esos caoleaglas no! se quejó internamente Aldo, que resoplaba al escuchar que el felino era todavía más grande que los anteriores.

- Por lo menos ahora sabemos que está ahí - dijo convencido de que no podría pillarles por sorpresa.

Comienza entonces a ayudar a la Mayor a mover las ánforas para crear el parapeto, quizá no tan perfecto pero que debería servir para que el caoleagla no viera sus movimientos en el interior.

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01/10/2019, 16:40
Director

La observación de Fern no le aportó información significativa. Si había un desgaste en aquellos pulsadores, no era lo suficientemente obvio; junto con el resto de evidencias, parecía apuntar a que el lugar (y los botones) no era usado con gran frecuencia, si bien alguien se molestaba en realizar ocasionales operaciones de mantenimiento.

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01/10/2019, 16:51
Director

Con la ayuda de Alan y Aldo, Tara pronto dispuso una improvisada barricada con las ánforas. Sin embargo, vacías como estaban, no inspiraban confianza a la hora de detener un ataque. La extraña onda de choque o una carga con un poderoso cuerpo como el que la mayor Davidson acababa de ver parecían suficientes para atravesar, o romper en pedazos, aquel muro de cerámica. Mientras tanto, en el bosque, un trueno retumbó a cierta distancia; la tormenta aparentaba aproximarse aunque no parecía estar sobre la posición de SG-4.

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01/10/2019, 23:41
Fern Andrews

La búsqueda de pistas con los botones era infructuosa y nada parecía indicar el uso de esos botones. Con estas maquinaciones Andrews no se dio cuenta de la amenaza que sí percibieron los militares, entonces todos se apresuraron a improvisar una barricada en la entrada que los salvaguardase frente al ataque de lo que parecía un caoleagla especial, o eso le gustaría pensar y no sólo que fuese un adulto más, con una sola de esas cosas ya era suficiente.

Fern esperaba que las paredes del edificio les sirviese de protección frente a los ataques especiales de esa criatura, si decidía atacar esperaba que pudiesen rechazarlo.
- Saber que está fuera no me parece mucho que digamos, mejor que nada pero tampoco sirve de mucho. A ver si con la tormenta encima busca refugio y nos deja tranquilos

Notas de juego

Pruebo pulsando otra combinación de botones, dejando pulsados los dos últimos.

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07/10/2019, 09:33
My. Alan Whiteface

Miraba a la oscuridad intentando captar algún movimiento que se acercara. Tara estaba junto a mi, destrás de aquella frágil barricada, dispuesto a defender la posición el tiempo que fuera necesario. Solo esperaba que solo fuera una de aquellas criaturas. No sabía si seríamos capaces de retener a más de una.

Hagan lo que sea, pero háganlo rápido. No quisiera morir en este planeta.

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07/10/2019, 09:40
Aldo Evans

Aldo inspiró con profundidad, se sentía algo tenso, nervioso y necesitaba parar unos segundos solo para poder pensar con un poco más de claridad.

Cerró los ojos y se concentró, se concentró en aquellas conferencias de arqueología a los que había asistido de vez en cuando, que le habían servido de poco, inicialmente, pero que quizá hubiera algo de información en aquello que podría serle útil.

- Tiradas (1)

Notas de juego

Gasto dado de acción para tirar inspiración.

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07/10/2019, 16:30
Director

Los pensamientos de Aldo se arremolinaron en torno a conferencias de arqueología, pero no fue el contenido de ellas lo que proporcionó ideas. Fue la imagen de uno de los conferenciantes, a la salida de su disertación, abriendo el candado con que sujetaba su bicicleta. El cerrojo tenía en su base tres pequeñas ruedas dentadas con números grabados en lugar de la ranura para llave. La mente del lingüista volvía una y otra vez sobre ese recuerdo.

Aquellos cinco pulsadores debían ser parte de un mecanismo de combinación pero, ¿cuál era la secuencia? En condiciones normales, los operarios de ese lugar podrían haberla memorizado a fuerza de usarla con frecuencia. Pero los signos apuntaban a que ese sitio no se usaba mucho. Entonces, ¿cabía la posibilidad de que se hubieran dejado alguna pista para recordarla?

 Tanto el techo como el suelo y las paredes estaban pintadas con el color de la arenisca pero no había grabados ni inscripciones de ningún tipo. Ni siquiera tras las filas de ánforas apiladas. Estaba claro que no había pistas; al menos allí dentro...

Notas de juego

La reserva de dados de Aldo está restablecida de nuevo.

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08/10/2019, 08:48
Aldo Evans

Aldo chasqueó los dedos.

- ¡Claro! - dijo volviendo de su trance - Estamos en lo cierto en cuanto a los botones, forman parte de un mecanismo de seguridad, como el cierre de un candado, pero deberíamos conocer la clave, tanto si los botones funcionan por número de pulsaciones como un código de seguridad en secuencia, como si es el orden en el que los pulsamos el que nos da la clave, puede que obtengamos alguna pista del lugar - explicó el lingüista -. Se que puede parecer una locura, pero, aquí dentro no hay nada que nos ayude a averiguar cual es la clave, quizá fuera, estoy seguro que, dado el uso que se observa en el lugar deberían haber escondido alguna pista, como cuando alguien se escribe la contraseña de su ordenador en un post-it y lo guarda en algún sitio de su despacho.

Aldo miró a Fern cuando dijo lo del post-it, no sabía si los militares comprenderían la similitud del caso y buscaba un aliado. Luego miró a Tara.

- Es peligroso, pero quizá deberíamos salir fuera para ver si hemos pasado por algo alguna pista en la entrada, algo que nos de un empujoncito - dijo casi suplicando a la mayor.

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08/10/2019, 09:02
My. Alan Whiteface

Maldita sea, Aldo. ¿Pretende salir ahí fuera sin saber lo que puede estar aguardando?

No me apetecía en absoluto salir fuera mientras se avecinaba una tormenta y probablemente hubiera una criatura acechando, pero si queríamos salir de allí no teníamos más remedio. O eso creía.

Aún tenemos tiempo antes de que nos alcance la tormenta. Aldo, tiene 10 minutos. Si no encuentra nada regresamos. Tara, espera aquí con Fern. Volvemos en 10 minutos.

Cojo a Aldo del brazo.

Vamos. No perdamos tiempo.

Salimos por la barrera de vasijas hacia fuera para encontrar alguna especie de código secreto impreso en la piedra o algo para salir de aquel encierro.

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08/10/2019, 16:31
Director

La propuesta de Aldo era sensata e insensata a partes iguales. Por un lado, en el exterior podía acechar un caoleagla mucho mayor que los ejemplares encontrados hasta entonces; si dos casi habían dado buena cuenta de los tau'ri, era fácil suponer lo que podía llegar a hacer uno como el que Tara asegurara haber visto. Por otra parte, el sociólogo podía tener razón y tener una pista en el exterior.

La otra opción, probar combinaciones al azar como hacía Fern, llevaría mucho tiempo si se consideraban todas las posibles permutaciones. Y su número sólo crecía si, además, se planteaba la posibilidad de que uno o más de los pulsadores pudiera repetirse en la secuencia. Por ello, mientras Tara les cubría con su subfusil, Alan y Aldo despejaron todo lo rápido que pudieron la barricada y el afroamericano casi sacó a rastras al lingüista.

En el exterior, la temperatura había bajado algo más y el aire frío provocaba un escalofrío difícil de evitar al exponerse por primera vez. El eco de un nuevo trueno retumbó en la distancia aunque seguramente se había producido más cerca, si tenían en cuenta la extraña distorsión acústica que provocaba el bosque. Por su parte, la floresta estaba particularmente tranquila y, aunque Alan oteó todo el borde superior del acantilado que les envolvía, subfusil en alto, no percibió signo alguno de peligro inminente.

Y allí, fuera, se encontraron de nuevo con la neblina baja, que cubría el suelo bajo sus pies, o descendía en volutas desde las alturas para desvanecerse en el aire, la roca gris del farallón y la fachada esculpida en la misma roca, además del angosto pasaje por el que habían venido. Si realmente había una pista en el exterior, podía estar en cualquier sitio.

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08/10/2019, 17:02
My. Alan Whiteface

Miraba al entorno en busca de cualquier señal de movimiento que pudiera presagiar el ataque de uno de esos bichos.

Vamos. Busca lo que tengas que buscar. Yo no sabría por donde empezar y alguien tiene que vigilar. Tienes 10 minutos.

Miro mi reloj para comprobar la hora.

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10/10/2019, 16:10
Director

Había transcurrido un minuto solamente desde que Alan y Aldo salieran, pero la tensión bien podía hacer que pareciera una eternidad. El mayor Whiteface permanecía alerta y escrutaba la cima del farallón, mas nada había perturbado la paz hasta entonces. Aldo se concentraba en los elementos labrados en la roca mientras tanto.

Desde la relativa seguridad del interior de la cueva convertida en almacén, Tara mantenía la guardia mientras Fern seguía indagando acerca de posibles formas de manejar el mecanismo.

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10/10/2019, 16:22
Director

La mirada de Aldo recorrió durante varios segundos los distintos elementos. Las columnas, el frontispicio, los pequeños escalones,... En su mayoría, eran simples y resultaba obvio que difícilmente podían contener una pista o información oculta. Fue el elaborado capitel lo que terminó por llamar su atención: como el propio del orden corintio, aquel estaba también adornado profusamente con hojas de acanto. Con una salvedad. A diferencia del que se conocía en la Tierra, el que Aldo observaba tenía un elemento adicional entre el astrágalo y la base de las hojas, unos racimos de bayas delicadamente esculpidos.

No tardó el lingüista en percatarse de algo más curioso. En cada columna, el racimo que quedaba al frente tenía un número distinto de bayas. De izquierda a derecha, los racimos tenían respectivamente cinco, tres, cinco y dos bayas.

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10/10/2019, 16:53
Aldo Evans

- Eureka - casi exclamó el lingüista haciendo un guiño al matemático griego de la antigüedad -. Creo que lo tengo.

Apresuró el paso para acceder de nuevo a la sala donde estaban los botones y se acercó a estos, se agachó y comenzó a pulsar.

Primero pulsó el quinto botón, luego presionó el tercero, volvió a hacer presión sobre el quinto y acabó pulsando el segundo botón. Para ordenar los botones había seguido el orden de escritura del inglés, los griegos también escribían así, con lo que el orden debería estar bien, el primer botón era el que estaba más a la izquierda y el quinto, más a la derecha.

Se mantuvo agachado frente a los botones esperando haber dado con el orden correcto y que algo sucediera en consecuencia.

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10/10/2019, 17:04
My. Alan Whiteface

Sin darme siquiera cuenta, Aldo salió disparado hacia el interior de la cueva. Creía haber encontrado la solución a los pulsadores.

Me retiré de espaldas a la entrada, sin perder de vista la oscuridad para evitar que me atacaran por la espalda. Me paré cuando me topé con el muro de vasijas y crucé al otro lado.

Aldo ya estaba pulsando los botones con la combinación que el creía que era la correcta. Esperé el resultado sin perder el estado de alerta.

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11/10/2019, 19:26
Fern Andrews

Andrews estaba decepcionado al no ser los botones el cuadro de mandos de un sistema de defensa, sin duda que hubiese sido un notable descubrimiento. Aunque si resultaba ser el acceso a otro lugar tampoco estaba mal. Pero otras ideas pasaban por la mente del científico. ¿Qué pasaría si está ocupado el lugar? ¿serían amistosos o no verían con buenos ojos nuestra intromisión?. Claro que eso se juntaba con la ilusión de estar accediendo a otra estancia más interesante y alejándonos de ese caoleagla que no debería tener buenas intenciones hacia nosotros.

Mientras salían hacia el exterior Evans y Whiteface, el joven hizo guardia en la entrada descolgando de su hombro el subfusil y junto a la mayor a la espera del regreso de los investigadores del exterior.

Evans pareció haber encontrado la solución ya que volvió a la carrera con emoción en su rostro, por lo que desecharon la posibilidad de enemigos. De regreso se puso a accionar los botones.

- Bien Evans, parece que has dado con algo importante.
Aun así un vistazo de vez en cuando al exterior era necesaria por si algún bicho aparecía por el lugar a estropear la fiesta.

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15/10/2019, 16:48
Director

El revuelo causado por un excitado Aldo al precipitarse sobre los pulsadores fue dejando lugar a una calmada y creciente decepción. El sociólogo parecía estar seguro de tener algo pero el operar aquellos interruptores no se tradujo en nada obvio. Las paredes de color arenisca no mostraban nuevas aperturas ni indicios de paneles o secciones; el techo permaneció inmutable, sin moverse ni desvelar escaleras o pasajes. El suelo no se abrió bajo sus pies revelando un pozo ni escala alguna.

Todo parecía estar igual que antes. Las ánforas apiladas no se habían llenado milagrosamente tampoco, al igual que aquellas movidas por el SG-4. Y en el exterior el tiempo no mostraba indicios de mejorar.

- Tiradas (5)