Partida Rol por web

Still Waiting...

ROOM.2

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05/10/2008, 20:43
Director
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El lugar en que solías despertar ha desaparecido. Ante tí hay un techo destartalado lleno de placas de amianto medio carcomidas por el tiempo, dispuestas en una estructura metálica que, más allá, muestra las tuberías y conductos comunes en un edificio, oxidadas como los barrotes que componen el camastro en el que estás, que sujeta un colchón hundido y viejo, manchado de Dios sabe qué fluidos secos de diversas tonalidades entre blanquecinos, amarillentos, rojizos e incluso marrones.
El suelo es de madera, guarda los restos del desprendimiento de las planchas de amianto del techo y el descascarillado de la pintura de las paredes, llenas de graffitis, alguna que otra inscripción hecha con rotulador o rayadas en la propia pared.

El olor es denso y empalagoso. Hay goteras que dan a charcos de agua sucia y sanguinolenta, algunas de éstas gotas te han caído encima.

Vistes únicamente un pijama blanco de algodón viejo, lleno de bolillas producidas por el desgaste de la tela, con un número de cuatro dígitos en el pecho...

La puerta de la habitación es metálica y vieja, de las que se imagina que gritan más que rechinan sobre las bisagras a poco de moverlas, tienen una ventanilla con una reja metálica rasgada y restos de un cristal roto.

Tres frente a tres, hay seis camastros como el tuyo, cinco compañeros. A alguno puede ser que lo conozcas del centro en que estabas, pero el resto son caras nuevas...
Los tres chicos son jóvenes: Uno tiene el pelo castaño, lleno de tirabuzones y algo largo. Otro lleva el pelo por la espalda, también castaño, lleva los ojos pintados de negro y parece más joven que los otros dos. El último es de raza latina, de espaldas fuertes y rasgos duros aunque jóvenes. Las tres chicas por su parte son delgadas y de aspecto delicado: Una rubia, con el pelo corto y descuidado, otra lleva gafas y el pelo recogido de forma improvisada con una goma, y la última esgrime una sonrisa enorme y, al parecer, satisfecha. De ojos grandes y curiosos...

Dave reconoce enseguida a Laura y a Evan...
Caroline reconoce también a Laura, y al chico que alguna vez la ha visitado...

Tan sólo una bombilla alumbra desde el techo la estancia, desnuda y pendida de un cable. Hay cajoneras llenas de agujeros de carcoma al lado derecho de cada cama, y en su superficie una moneda...

Y lo peor no es la presencia de desconocidos que parecen tan desconcertados como tú en un lugar que no habían visto en su vida. Lo peor es la ventana, pues no da a ningún sitio. Sólo hay tierra, como si el suelo se hubiese tragado el edificio, los cristales se quejan crujiendo, ya se ha dibujado una tela de araña del resquebrajamiento en ellos. En la puerta, bajo la ventana, escrito recientemente con aquel líquido inmundo que goteaba del techo se lee un mensaje:

"Still Waiting..."

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06/10/2008, 00:34
Laura Conner
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Abro los ojos taciturna sobre el colchón, ni siquiera quería abrirlos, pero cuando me incorporo y le veo a él... Oh, no, él no tendría que estar aquí, ¡no tendría que estar aquí, por favor!
- ¡No! - grito con el resuello acelerado de golpe, sin apartar los ojos de David - ¡No, no, no, no, no! ¡NO! - corro hacia su cama y lo abrazo, ojala mis brazos pudieran hacer frente al entierro - ¡Él no! ¡Por favor él no, no, no! - rompo a llorar sobre su precioso pelo, lo tiene sucio y descuidado pero para mi es seda, seda que no debería crecer aquí, oh, no... - ¡Christina! - mi alrededor está limpio de su oscura presencia, ¡esa mujer quiere hacer mal a mi corazón! No lo permitiré. Me quedo abrazada a Él, meciendole macilenta y esperando que no aparezcan más soldados - Caroline: Loca.

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06/10/2008, 01:01
Director
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Notas de juego

Por cierto: Caroline tiene en su mano derecha su grabadora.

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06/10/2008, 00:50
Evan Reyes
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Evan abre los ojos con cierta dificultad. Hasta ese momento estaba durmiendo tranquilamente en su cómoda cama de la clínica psiquiátrica, vestido con su pijama blanco de algodón, con la siempre presente fotografía de su Lupita sobre la mesilla y la medalla de plata de la Virgen sobre el pecho.
Pero ahora... estaba en una versión de pesadilla de lo que debería ser una habitación comunal de algún tipo de hospital. Nunca había sido un hombre de grandes sueños o terribles pesadillas. Sabía perfectamente de que era capaz su mente, se conocía. Y sabía que nunca hubiera diseñado algo tan aterrador como el lugar en el que se encontraba ahora.
- Virhensita de la Caridad... ayúdanos... -Murmura entre labios con la voz enronquecida, al tiempo que se incorpora sobre la cama y recula hasta que su espalda toca con la pared, buscando la seguridad de algo sólido y tangible en mitad de aquella locura.
Busca por instinto la medalla de la Virgen, encontrándola justo donde debería estar, al final de su cadena de plata, e inmediatamente se la lleva a los labios al tiempo que empieza a rezar en castellano una letanía de ritmo lento y pesado, mirando directamente a la pareja de chicos que se acaban de abrazar.
A él lo reconocía. Y ella debía de ser ella.

Los ojos del latino no están quietos mientras reza entre murmullos, se desvían con febril necesidad una y otra vez desde la pareja hacia la moneda que descansa sobre cada una de las mesillas.

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06/10/2008, 00:58
Dave Nolan
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Lentamente Dave abre los ojos. Le pican, están enrojecidos. Levanta su mano izquierda para frotárselos suavemente. Resopla una única vez. Su otra manos sostiene con fuerza una estilográfica negra con detalles plateados. Lentamente baja dicha mano por el lado de la cama hasta tocar el suelo de madera. Sujeta la pluma mientras con dos dedos explora la superficie. Extrañado, aparta la otra mano de su cara. Parpadea varias veces mientras mantiene aún la mirada en el techo. Sin decir aún nada levanta la mano del suelo y observa el polvo que mancha sus dedos. Se iergue en su camastro quedando aún sentado en él.

Su pelo está sucio, manchado de polvo. Le cae por el rostro cubriendo en parte sus ojos. Respira con dificultad, cada vez más agitado. Lentamente aparta las piernas de la cama hasta poner los pies en el suelo. No está frío, pero sí muy sucio. Sus pies se arrugan ligeramente. Carraspea una vez antes de acariciar su garganta. También le pica. Sus ojos miran curiosos todo cuanto hay en la sala. No termina de ver bien y se aprieta los párpados un poco antes de abrir los ojos nuevamente.

Observa en silencio la estancia, desde las paredes hasta el techo. Observa la puerta y la ventana ahora cubierta por tierra. Hay varias personas, pero no les presta demasiada atención, más atraído por el cubículo que por los allí presentes. Pero todo eso cambia cuando su mirada se cruza con la de Laura. Parpadea nuevamente e intenta moverse torpemente cuando ella se acerca. Es más lento, está aún dormido, y es ella quien llega hasta él abrazándolo.

- Mi amor... ya estoy contigo, sea donde sea. No te preocupes, sabes que yo te protegeré... -susurra dulcemente a Laura abrazándola con fuerza.

Dave besa su cabeza. Huele su cabello y suspira tras ello. Sin entender aún nada, levanta la vista un poco para mirar hacia los demás. Respira más acelerado, y su rostro parece contraído. Incluso su mirada está menos perdida. Parte de su confusión parece haber pasado tras encontrarse con aquella mujer.

 

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06/10/2008, 09:54
Rebecca Lewis
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Rebecca se incorpora lentamente del camastro, cada vez más consternada y asustada. No era su habitación, no era gente que ella conociese, nada era lo que debía ser. ¿Estaría dentro de alguna pesadilla o mal sueño? Lo malo es que leparecía bastante real...
- ¿Qui... quiénes sois...? ¿Qué lugar es este...? - Es lo primero que logra articular, sin dejar de estudiarlo todo con la mirada mientars no se mueve del camastro.

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07/10/2008, 09:37
Kane Vaughan
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Bueno, veinte días y bajando. Algo es algo, eso sí que hay que reconocerlo. Kane se removió en la cama, conteniendo un gruñido mientras se estiraba.

Ñick ñick ñick.

Ese sonido no debería estar ahí, su cama nunca había crujido de esa manera. La verdad que ese tipo de detalles pasarían ocultos a mucha gente y más recién levantados. Pero claro, mucha gente no estaba en la situación de Kane. En un momento dado sus manos rozaron el basto y desgastado pijama que le cubría. Qué? Y esto? Donde está la bata?

Abrió los ojos.... Desearía no haberlo hecho nunca. Rápidamente empezaron a llegarle los olores, sonidos y matices tan penetrantes y peculiares de esta, su nueva habitación.

- Pero qué... Dónde... Cuando... - Murmuraba mientras se incorporaba y contemplaba la versión distorsionada de la habitación en la que llevaba reposando, prefería llamarlo así, desde hacía un par de meses. Oh... Mierda... ¿Qué es esto? Parece sacado de algún oscuro rincón de las pesadillas de Neil Gaiman.

Escucha las palabras de los desconocidos que ahora le acompañan mientras intenta orientarse, calmarse. Pero ojalá fuese tan fácil como decirlo. Sus pies, descalzos, tocan el suelo y una desagradable sensación le sacude por completo. Se estremece mientras aparta los mechones de pelo que han caido por su rostro. Mira los rostros del resto y ven las mismas, o similares, sensaciones de desasosiego por llamárlas con un único nombre.

- Cómo, cómo habéis... Hemos... No sé... ¿Qué hacemos aquí? ¿Quienes sóis? ¿Cómo os llmáis? Yo, yo soy Kane. - Está nervioso, es evidente, no estarlo haría que fuese aún mas desconcertante que esta celda de pesadilla.

En uno de sus barridos visuales repara en la mesilla, en la moneda. Con la sorpresa y el desconcierto pintados en el rostro, se inclina un poco a observar la moneda

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07/10/2008, 16:38
Caroline Vandemberg
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Caroline tampoco sabía a dónde se encontraba... es más, ni siquiera le importaba a dónde se encontraba. Al escuchar voces desconocidas abrió los ojos completamente, e hizo mirar los ojos a lado y lado, observando el lugar... esperando que nadie se le escapara... y casi al mismo tiempo esbozó aquella sonrisa de oreja a oreja, cómo si todo lo que estuviera viviendo fuera exactamente lo que esperaba. Instintivamente se llevó su mano derecha cerca de la boca, apretando el botón rojo de su grabadora, no se incorporó, simplemente... miraba... y sonreía... y luego empezó a hablar, casi en susurros.

Caroline Vandemberg se encuentra a un lugar desconocido... con gente desconocido... aunque puede reconocer a Laura... sí, Laura... y su novio o marido o amante cómo se llame... se dicen cosas cursis... claro que él no sabe que Laura le ha sido infiel... no... él no lo sabe porque solo lo sé yo... - se rió, divertidamente divertida.

Finalmente sí, Caroline Vandemberg se incorporó, y colocó los pies descalzos sobre el suelo... y empezó a caminar cómo si flotara por el suelo de madera, sin importarle lo que pisaba. Moviendo los brazos cómo si bailara, al igual que la cabeza. Hasta que se acordó de algo que había dicho alguien... un hombre. Se acerca a él, caminando de aquella manera... o bailando más bien. Acerca su cara a la de él, y sigue sonriendo.

Hoooola Kane... ¿cómo estás? ¿quién eres tú? - se separa de él y da una vuelta sobre si misma - a pesar de tu nombre yo no sé quién eres tú... ¿y yo? ¿quién soy yo? ¿por qué estoy aquí? Aaaah... - otra vuelta sobre si misma - Es tan complicada la vida... un día estás aquí... - se mueve hacia un lado - Otro día estás allá... - se mueve hacia el otro lado - Y un día te encuentras en un lugar desconocido y con gente desconocida...

La grabadora la alza hasta la comisura de sus labios - En conclusión... la vida es taaaaan divertida... - y sigue sonriendo, mirando a Kane sin siquiera pestañear.

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07/10/2008, 18:46
Director
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Durante un momento, la confusión reinante hace que no os percatéis, pero pronto un nuevo foco de luz invade parte de la sala: Un candil se ha acercado a la ventana desde fuera, una sóla vela encendida, ilumina durante un instante antes de ahogarse de nuevo en oscuridad las facciones suaves de una mujer, unos ojos castaños y una cofia blanca quedan descubiertos durante unos segundos. Después vuelve a no haber nada al otro lado de la ventanilla rota...

La bombilla se apaga un largo instante, pero su luz fluctuante regresó al cabo de unos instantes en los que lo último que había quedado en el aire era aquella afirmación de Caroline:

"En conclusión... la vida es taaaaan divertida... "

Notas de juego

Podéis hacer dos rondas sin esperar mi post.

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07/10/2008, 19:06
Director
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Un vistazo próximo permite a Kane ver aquella moneda: Una antigüedad, un tesoro que podría venderse de maravilla en cualquier subasta...

Notas de juego

La he puesto en tu inventario.

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07/10/2008, 19:12
Dave Nolan
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Dave abraza con fuerza a Laura mientras susurra palabras para tranquilizarla. Sus manos acarician su espalda durante un instante. Luego levanta su barbilla y la besa tiernamente en los labios.

- Estoy contigo, como siempre. Estoy contigo... Todo saldrá bien -musita para la mujer.

Hunde su cabeza contra su cuello oliendo nuevamente su pelo. La mano que sujeta la estilográfica aún la sostiene con fuerza mientras la otra la deja caer al suelo. Comienza a arañar las maderas lentamente, y pequeñas astillas se levantan del suelo.

Levanta la cabeza ligeramente mientras aún se mantiene abrazado a ella. Sus pequeños ojos castaños vuelven a mirarlo todo con atención. Si en algún momento ha escuchado el comentario de Caroline no parece demostrarlo. Quizá no lo haya escuchado, o tal vez simplemente no ha querido hacerlo. Observa por un momento la luz que se atisba por la rendija de la puerta. Resopla una única vez para apartarse un poco los pelos de la cara. Al desaparecer la luz y la silueta de la mujer centra nuevamente su atención en los allí presentes. Los estudia por igual, aunque parece fijarse un poco más en Reyes al que le dedica una cálida mirada. Al mirar a Caroline sus ojos centellean un instante. Su boca se aprieta y tensa los músculos de sus brazos. Pero todo dura un segundo y pronto esa sensación desaparece al sentirse nuevamente junto a Laura.

La mano que aún está en el suelo se mueve como si estuviese escribiendo con sus propios dedos sobre la madera. Realiza trazos de letras, pero no parece darse cuenta. Su uña se resquebraja ligeramente al apretar con fuerza sobre la superficie.

Una vez más acerca su rostro al de ella para besar su mejilla y acariciarla suavemente. Parece estar llorando, y en sus mejillas se dibujan ríos de suciedad creados por sus propias lágrimas.

- ¿Qué es esto, Reyes? -pregunta lentamente mientras lo mira-. ¿Dónde estamos?

- Tiradas (1)

Tirada: 1d100
Motivo: Serenidad
Dificultad: 40-
Resultado: 6 (Éxito)

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07/10/2008, 19:30
Kane Vaughan
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Cita :

Hoooola Kane... ¿cómo estás? ¿quién eres tú? - se separa de él y da una vuelta sobre si misma - a pesar de tu nombre yo no sé quién eres tú... ¿y yo? ¿quién soy yo? ¿por qué estoy aquí? Aaaah... - otra vuelta sobre si misma - Es tan complicada la vida... un día estás aquí... - se mueve hacia un lado - Otro día estás allá... - se mueve hacia el otro lado - Y un día te encuentras en un lugar desconocido y con gente desconocida...

La grabadora la alza hasta la comisura de sus labios - En conclusión... la vida es taaaaan divertida... - y sigue sonriendo, mirando a Kane sin siquiera pestañear.

Por unos instantes Kane se queda atado, encadenado y apresado por la marabunta de implicaciones del tono y palabras de la chica giratoria.

¡Oh! ¡Joder! ¿¡Que demonios ha pasado aquí!? La cara revela el pequeño trastorno, o no tanto, que sufre en ese instante. Pero lo peor ocurre cuando llega la fantasmal iluminación exterior. En ese momento haberse encontrado cara a cara con Lucifer no le habría extrañado, ni mucho menos asustado tanto como la tétrica visión de la supuesta mujer, acaso enfermera, de este pozo de desconocimiento y aislamiento. Como acto reflejo intentó levantarse para llegar a la puerta pero apenas se incorporaba la luz desapareció.

Es increible lo atronador que puede sonar el corazón humano en momentos de tensión, estar en un lugar desconocido, rodeado de desconocidos y con un terrible presentimiento de haber sido secuestrado o arrastrado a una realidad de pesadilla no ayuda a calmar la galopada descontrolada. Ciértamente no ayuda.

Vuelve a mirar a la chica giratoria durante un momento y acto seguido al resto de desconocidos. Pero la viscosidad del suelo y la coherencia le hacen mirar al suelo y buscar unos zapatos, o siquiera unos calcetines, con los que poder resguardarse del suelo y a saber qué cosas.

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07/10/2008, 19:47
Rebecca Lewis
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Rebecca simplemente mira atónita el lugar, las persoans, sus palabras, los sucesos...
No, no entiendo nada...No entiendo nada de nada... ¿Quién es esta gente...? Esto, esto es una locura... Piensa una y otra vez mientras sus ojos observan con expresión atónita y extrañada, todo. Incluso, empieza a estar algo asustada, pues para ser una pesadilla, le parece bastante real.

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07/10/2008, 21:09
Evan Reyes
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- Que el diablo me lleve si lo se, Dave... - Musita de nuevo, separando apenas los labios, con un fuerte acento mejicano que el chico no había captado hasta ese mismo instante. Durante las terapias compartidas, Evan siempre trataba de comunicarse en un inglés lo mas cuidado posible. Pero en los momentos de tensión sus raíces afloraban como aceite sobre agua.

Y no había un momento que él fuera capaz de imaginar peor que el que estaban viviendo en esa habitación de pesadilla. Un chico siniestro, de pocas palabras, de aspecto amenazador. Una chica, joven también, que claramente había perdido el norte, pues no le cabía en la cabeza a Evan que pudiera siquiera hacer un amago de sonrisa en semejante situación. ¿Estaba... estaba narrando lo que hacía? Dios...
- Si es que no nos ha llevado ya, compañero... - El miedo era cada vez mas y mas patente en el timbre de voz del latino, pues la aparición fantasmal al otro lado de la puerta no había sino crispado los nervios de Evan hasta el límite. Se aferraba con desesperación a la medalla de plata, la única posesión con la que contaba en ese agujero. Al menos de momento.
Movido por un impulso se lanza sobre la mesilla como si un niño hubiera abierto de golpe una caja de resorte, haciendo que el payaso al final del muelle saltara hacia el exterior. Caza la moneda entre sus grandes manos, sin fijarse lo mas mínimo en ella, y regresa al instante a su posición previa, la espalda contra la pared.
Su mirada furtiva, exactamente igual a la de un animal enjaulado, anticipa que no va a responder de forma positiva a cualquier pregunta sobre lo que acaba de hacer.

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07/10/2008, 21:24
Laura Conner
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Caroline como siempre tiende a relatarnos a todos que su vida ha sido aburrida y puede cogerla como un papel con textos aburridos, arrugarlo distorsionándolo y humillándolo y convirtiéndolo en una pelota, y le daría igual que ese papel contuviera los últimos renglones de un anciano moribundo y mudo, es posible que le diera más miel a su boca si así fuera, su sadismo es hermosamente grotesco, con sus puñales manchó las flores blancas de rojo, los pensamientos de sangre, solo con sus palabras como estiletes con mango florido y sonriente. Pero este abrazo no sabe traspasarlo ni con ese machete que ha expectorado entre los dientes, yo lloraría si sus brazos no me rodearan y no me cogiera a su espalda como lo hago.
- Yo no soy infiel, me hicieron infiel - el murmuro hueco, no me acuerdo con el corazón de aquello.
¿Que hace mi marido? ¿Escribe? Una luz llena la habitación pero no es la del candelabro de Ella, a esa solo la miro cuando aparece y casi igual que un hombre que parece digno de ser llamado por mi amor cojo dos de las monedas ¡ay, cuanto me alegro que tengas lo que crees amigos! Y luego vuelvo abrazándome otra vez a él y mirando al suelo, a ver la Luz, lo que ha escrito en la mugre y la madera con unos dedos que saben hablar un idioma precioso. Sin apartar la vista de lo que traza le doy una moneda poniéndola en su otra mano.
- Da igual lo diferentes que sean, todos quieren monedas, como si pudiéramos comprar las palabras ¿qué escribes, Dave? Dave, ¿qué escribes?

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08/10/2008, 08:55
Caroline Vandemberg
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Caroline se gira hacia la luz... y se dirige a ella a grandes zancadas, dejando de flotar unos instantes para cogerse a los barrotes de las ventanas e intentarse elevarse.

¿Yujuuuuuu? ¿Quién anda ahí? - deja de nuevo los barrotes y se gira a los demás, se ríe, y después de reirse sigue sonriendo de aquella manera tan espeluznante  - ¿Lo habéis visto? ¿Sería una enfermera? Iba con la cofia a la cabeza... - justo en este momento se pone a caminar como si hiciera una pasarela de modelos, alzando las piernas extremadamente y moviendo la cintura de un lado a otro; con las manos en la cabeza... simulando, en teoría, la cofia de una enfermera.

Caroline Vandemberg sigue dando vueltas por la habitación... volviendo a caminar de aquella forma y sin dejar de sonreir... dando algun giro sobre sí misma de vez en cuando, como si bailara un vals... y de hecho, así es, porque se acerca a Kane, con el cual ha mantenido algo parecido a una conversación y lo coge de las manos para tirar de él; ¡Vamos a bailar! ¿Qué mejor lugar que este para bailar un vals? ¿O un tango? Caroline Vandemberg no va a aceptar un no por respuesta...

 

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08/10/2008, 09:47
Kane Vaughan
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Después de calzarse Kane vió com la chica giratoria, Caroline Vandemberg ahora ya sabía su nombre, se acerca a él murmurando de nuevo. Tanto giro sin duda había hecho que su cabeza también girase demasiado alguna vez.

Que cabrón es el mundo... Podría ser bastante guapa si fuese una sonrisa normal y no esa distorsión desquiciada. Pero el hilo de pensamientos se repliega sobre sí mismo cuando la chica le agarra de las manos. Kane abre mucho los ojos y se sacude, intentando no ser en exceso brusco mientras su mente, anticipando a saber que clase de desquiciante final para el baile teniendo en cuenta la chica y el lugar, busca como desembarazarse de ella sin hacer que se ponga violenta. Joder... Ese 'no va a aceptar un no por respuesta' me ha helado la sangre. ¡¡Porqué estoy rodeado de locos!!?

- Eh... Ehm... Va-vaya... Yo - Mientras improvisa va retorciendo las manos y los brazos para soltarse lo mas tranquilamente posible que pueda. - No sé bailar. Lo siento. - Al final no se le ocurre nada y, bueno, la verdad gana por unas décimas de segundo. - Lo siento. Además qui-quiero mirar a ver si veo a la enfermera - O quién diablos fuese - un momento. - Dice mientras se intenta alejar hasta la puerta sin darla nunca la espalda.

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08/10/2008, 13:05
Dave Nolan
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Dave sacude su cabeza torpemente como si acabara de despertar de un sueño. Continúa mirando a cada uno de manera confusa. Tan solo reconoce a uno de entre todos además de a Laura. Cuando ella habla coge su rostro con sus manos y le obliga a mirarle directamente a los ojos. Aún sostiene la estilográfica en su mano.

-No. No, no, no. No, sabes que no lo eres. Yo lo sé. Pero no volverá a ocurrir -murmura muy cerca de su boca-. Ya estamos juntos, y nada malo nos volverá a ocurrir, mi amor.

Besa sus labios lentamente, como si fuese la última vez que lo fuese a hacer. Cuando ella le entrega la moneda la recoge torpemente con sus dedos ahora heridos. Mira el objeto extrañado y luego vuelve a mirarla a ella. Es tan bonita, tan perfecta. Sus preciosos ojos lo miran intentando atraparle con ellos. Durante días ha soñado en volver a ver aquellos ojos, aquella mirada llena de vida. Desearía morir viendo aquellos ojos, desearía volver a dormir mientras ella le mira... Sus carnosos labios están ligeramente hinchados, pero saben dulce, justo como él lo recordaba. Pero entiende muy poco de lo que dice... ¿Por qué? ¿Por qué les han castigado de este modo?

Cuando Laura le pregunta sobre lo que ha escrito él mismo parecía no haberse dado cuenta. Sin decir nada mira hacia el suelo, y escrito en la suciedad del polvo se leen algunas palabras que él borra con la palma de su mano. Una astilla se clava en su mano obligándole a retirarla de un impulso. Su gesto se contrae, pero pronto vuelve a suavizarse al mirarla.

No puede verlo. No, ahí no.

- Son palabras para ti, te las daría cuando estuviésemos juntos, cuando regresases a casa. Aquí no puedo leértelas, Laura. Pero cuando salgamos serán tuyas, siempre tuyas.

Tras acariciar su rostro nuevamente se separa un poco para poder ver ya con más claridad todo lo demás, aunque esto le importe menos.

- ¿Alguien sabe dónde estamos y por qué? Yo no estaba internado en ningún lado, no sé si es algún tipo de prueba o terapia. Duermo en un motel, no debería estar aquí -su voz es firme, pero su tono denota que sigue desconcertado, confundido-. Soy Dave Nolan. ¿Alguien puede darme una explicación?

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08/10/2008, 15:04
Evan Reyes
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- Guadalupe...- Susurra, afectado, por la escena romántica que tiene ante los ojos. Aquella chica claramente perturbada era el amor secreto de Dave. La chica por la que vivía, por la que seguía luchando contra el mundo.
Verlos así, uno junto a otro, entregados en cuerpo y alma, le trae mil imágenes a la cabeza, pocas de ellas agradables, de unos tiempos pasados mucho menos agradables que los actuales. En ese entonces Evan Reyes era un tipo duro, un hombre rudo que hacía lo que tenía que hacer. Un hombre enamorado que enviaba su alma directamente al infierno para poder alzar la de su amor sobre el oscuro destino al que estaba avocada.

- Mi Guadalupe... - Su nombre era un soplo de aire fresco en aquella estancia soterrada. Era la promesa de un amanecer tras la mas negra de las noches. Su imagen era la luz al final del túnel, su rostro... Evan cierra los ojos y sonríe interiormente, embebido de una calma nacida de la mas pura de las entregas.
- No se donde estamos, Dave... Pero lo voy a averiguar - Asevera mientras abre los ojos de nuevo, fijos en la puerta por la que ha pasado la "enfermera". Se aparta lentamente de la pared y acaba por bajar de la mugrienta cama, dando vida a una sinfonía de crujidos al desplazarse sobre los viejos y oxidados muelles del colchón que crea un excéntrico ritmo para el vals imaginario de Caroline.
Al posar lo pies sobre la capa de polvo del suelo no le recorre ningún tipo de escalofrío ni su expresión cambia lo mas mínimo. Al parecer no le importaba de que estuviera cubierto el piso, seguramente, habría pisado cosas peores a lo largo de su corta vida.
Da un par de cortos pasos hacia la puerta, pero parece pensárselo mejor y se acerca hasta las mesillas sobre las que aún descansan las monedas, cogiéndolas todas con un rápido y cuidadoso movimiento, en nada parecido al ataque que acababa de sufrir momentos antes. No esperaba la aprobación de nadie ni su permiso para coger las pequeñas piezas de metal, pues al fin y al cabo, nadie se había alzado como propietario de ellas.
Con las manos llenas con las monedas se dirige hacia la puerta, dispuesto a salir de allí para ver dónde estaban y por qué, adelantándose a las intenciones de Kane, que aún "bailaba" con la loca Caroline.

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13/10/2008, 20:02
Laura Conner

¡Oh, sus ojos! Unos ojos que encierran mi alma dentro de su estrecha oscuridad, ésta habitación es una metáfora burlesca y cruel de ellos, de las mentes envidiosas que no tuvieron a David en sus tristes existencias.
- Mi amor...
Le acaricio los labios, no quería decirle nada más, sólo recordarle en éste momento tan duro lo que es para mí. Sus negaciones son dulces a mi boca, sus labios también, me pierdo en su beso y en ese instante soy un ser más cuerdo que Dios, entiendo toda la razón de la creación, él es todo, él, Dave, lo vale todo. Pero el juicio se va, lo espanta Caroline con sus lambadas desquiciadas, intentando arrastrar con sus pasos a Kane, pobrecito. Dave borra mis palabras y mi tranquilidad.
- ¡Mis palabras! - me revuelvo y empiezo a rebuscar entre la mugre y el polvo, debajo de las camas, buscando dónde se han ido huyendo las palabras que Dave había escrito para mí. Qué cruel ha sido.
- ¿Porqué lo has hecho, Dave? ¿Porqué? ¡Eran mis palabras! ¡Mis palabras! No vamos a salir de aquí. No se puede salir del infierno, no se puede, deberíamos haberlo pensado antes de nacer...
¿Qué hago? No debo perder la calma, él tiene que entenderme, buscar las palabras en otra mugre, la que cubre a mi amor, untado en hurtos a la suerte y con la sangre que brotaba entre mis piernas el día que me hizo tanto daño. Sigue roto por eso.
- Soy Laura Conner-Nolan... Soy su mujer.
Me abrazo a Dave más estrechamente y meto la cara entre sus rizos, oliendo su cabello y acariciándole el lóbulo con los labios.

- Tiradas (1)

Tirada: 1d100
Motivo: Serenidad
Dificultad: 40-
Resultado: 16 (Éxito)