Partida Rol por web

Golpean a la puerta. Toc. Toc. Toc.

-¡Siete treinta, dormilona, el desayuno a las ocho. Si lo quieres, baja. Si no, se te pasa la oportunidad. Hay tortitas con chocolate caliente y rodajitas de plátano! -Es la voz alegre de Brenda. Oyes sus pasos y como aporrea otra de las puertas cercanas.

Amanece. En el mundo. Y en tu corazón. Te desperezas como la gata que eres, te das media vuelta, se está a gustito en la cama, te sientes bien contigo misma, contenta de no haber respondido a Henry. Aunque las dudas planean sobre tu decisión, esos mensajes de Henry han hecho mella en ti. Sin embargo solo fue un titubeo pasajero. No puedes regresar a sus brazos. ¿O lo harás cuando hayas experimentado de primera mano lo que significa vivir en libertad, sin prejuicios, ni timidez, ni tabúes?

Quién sabe. Es un nuevo día en una nueva ciudad. 

Miras el smartphone. Más mensajes de tu ex. Resulta patético. Un par de mensajes de voz de Michelle. Te cita para mañana. Hoy al final es imposible. "Dame la dirección del restaurante. Luego estás invitada a mi apartamento, la tarde...la noche...Te prometo otro masaje mejor que el anterior". 

¿Bajas a desayunar o te quedas en la cama hasta ni se sabe..?

Alice asoma la cara entre las sábanas, sintiéndose muy despejada cuando oye la mención a las tortitas con chocolate. No pensaba perderse eso por nada del mundo.

Pero ante todo se levanta porque es una chica responsable, al menos de cara a las cosas importantes, deformación profesional, suponía. No importaba que Michelle hubiera cancelado la cita, Alice había quedado en la boutique por la mañana y no sería propio de ella no mostrar seriedad con un negocio. Suspira apesadumbrada con el nuevo cambio de planes de la rubia...¿realmente estaba jugando con ella? Tal vez en realidad quería desprenderse de lo ocurrido en el tren y estaba esperando a que Alice se cansara...rueda los ojos con una sonrisa triste, aquella noticia había nublado un poco la mañana y los mensaje de Henry no ayudaban...tal vez había cometido un error... Pasa por los mensajes...piensa en responder...esta cerca de caer. 

No...no no no...no importa si lo de Michelle no sale bien, siempre se puede intentar en otro lado...lo que no podía permitirse era dudar o volver atrás. El pasado ya pasó y ni Henry ni Michelle ni nadie iba a enturbiar su ánimo.

Decidida, la morena se viste con un estilo casual y baja a desayunar, pensando sólo en su cita con la boutique, pero antes responde al mensaje de Michelle, por escrito.

Te haces de rogar eh, desde luego que voy a sentirme muy halagada si consigo tener una cita contigo ;-) Acepto tu invitación aunque probablemente debería avisarte de que esta pensión es bastante estricta con el horario, no podré entrar si llego más tarde de las doce, parece el cuento de cenicienta. Así que será mejor que lo dejemos en pasar la tarde ¿si? Y lo del masaje...dudo que pueda ser mejor, pero me prepararé para la sorpresa.

Una vez le ha dado a enviar, Alice termina de bajar las escaleras y saluda a todos con una gran sonrisa en el rostro.

-Buenos días, familia...que estupenda mañana tenemos hoy ¿no creéis? Gracias por el aviso Brenda, mañana me pondré antes el despertador. 

-¡Uy! No te preocupes, aquí la nenita es nuestro despertador personal. -Ríe, animado, Robbie, acarreando los platos.

-No hagas caso de este trasto -replica Rose, con una bandeja inmensa de tortitas en las manos. Al fondo, Brenda canta y se contonea con Madonna de fondo.

Resulta que Frank ya ha marchado, Que Will sigue durmiendo. La que ya está a la mesa es Shara. Una chica algo más bajita que tú, de grandes proporciones, que se levanta sonriendo a saludarte con un par de besos explosivos en las mejillas. No hace falta mucho para entender que es pura energía.

-¡La nueva! Ardía en deseos de conocerte. Qué tipazo, chica. Eh, yo también, que aquí a los tíos les gusta tocar carne, jajajajaja.

-Vamos, Shara, no me la asustes, cariño. Bueno, en realidad me gustaría saber a qué le tiene miedo esta leona -Es Robbie, que te guiña un ojo, se toma la confianza de darte un cachete en el trasero, y un beso en la mejilla. -Tengo ganas de repetir, para que me folles tú -susurra como si nada a tu oído.

-¿Quién quiere sirope de caramelo? -Pregunta entre estribillos, Brenda. -¿Café?

-Para mí de todo, mocosa. Café, sirope, mucho sirope, chocolate -pide en voz alta, Shara.

-¿Y tú, Alice? -te pregunta Brenda.

Alice se muestra encantada de conocer a Sarah, parece tener el mismo tipo de energía que ella misma, le daba confianza ver tan buena actitud.

-Vaya hermana lo que daría yo por tener ese culo, seguro que bailas de miedo en la pista.- dice con unos chasquidos de dedos y simulando un bailecito contoneante que finaliza poniendo un dedo en el culo de Sarah y haciendo un siseo- caray nena, estás que ardes.

Después de todo su despliegue de energía, Alice intercambia una miradita cómplice con Robbie y le guiña un ojo.

-​​​​​​​​-Entonces tengo que aprender bien, que el listón está bien alto...- susurra en respuesta discreta mientras ayuda a poner la mesa o lo que haga falta.

-Yo tomaría café y zumo si es posible, aunque sea de bote. Y las tortitas con lo que haya, quiero probarlo todo jaja- añade con una risotada por su claro doble sentido.

-Qué dices, encanto, gracias por el halago, jajaja, pero el tuyo parece de piedra -responde riendo Shara siguiéndote en el baile.

-Uy. amor, no sabes bien el culito acogedor que tiene Alice, y cómo se menea en la "pista" . -interviene Robby. Te acaricia la mano con la suya -Pásate por mi habitación, academia para ti y te enseño- . No parece que aquí haya demasiada discreción ni que su lengua se contenga. Pero Shara levanta las manos,

-Eh, por si acaso aviso que a mí no me van las tías. Ya probé en la adolescencia, y paso. 

El desayuno es copioso, de nuevo de buen rollo, las pullas madre hijo, Robby Shara, contigo en medio. Brenda mirando a unos y otras, riéndose o canturreando a su bola. 

Te largas a la boutique. Es carita. La ropa de alta calidad y las mejores marcas. Desde lencería fina hasta complementos. Están avisados, no hay problema, de manera que tu corazón se tranquiliza, Michelle no se va a gastar ese dinero si no va en serio con el puesto de trabajo. Te pasas un buen rato probando y eligiendo, ropa interior, falditas, camisetas, chaquetas...lo que quieras. la dependienta es solícita, amable, ni un solo segundo borra la sonrisa de su cara, y no es falsa o ensayada, le sale de su interior. Muy profesional también, en todo momento te llama de usted. 

No tienes idea del tiempo que pasas allí dentro, hasta que te sientes satisfecha con el inicio de un nuevo vestuario, y varias bolsas en las manos. *

¿Y ahora Alice? ¿Volverás a la pensión? ¿Prefieres que te envíen la compra a casa? ¿Te darás una vuelta por la ciudad? ¿Qué piensas hacer en tu segundo día de libertad?

Alice pide que lleven la compra a la pensión, aunque sabía que probablemente Robbie la inspeccionara nada más ver las bolsas. Se ríe un poco ella sola al pensar que al menos no se la robará. Pero es muy pronto para desaprovechar el día en la casa; Alice ´había decidido ser así, cuando ya había descubierto todo lo que un sitio podia ofrecerle, no es que lo descartase pero en seguida deseaba ver cosas nuevas.

Lo primero sería buscar una peluquería, todo el estrés y las dudas se le irían con un poco de mimos en un centro de estética. Uñas, pelo, un pequeño tratamiento facial...nada ostentoso, más bien un mantenimiento. No buscó el lugar más caro, se deja guiar por las recomendaciones de los usuarios de google, algún centro con una buena relación calidad precio.

Encuentra el local que busca y allí se deja hacer, disfrutando de unas horas para ella...

Al salir se siente radiante, un peinado más cuidado y más cómodo de manejar pero con estilo. La sesión de relajación le ha sentado la mar de bien y ahora se centra en la búsqueda de un buen restaurante; para ello decide entrar en una cafetería con brunch*  y mientras toma un zumo y un sándwich ojea en internet las reseñas de restaurantes chinos con buenas valoraciones. Quería un lugar con una decoración cuidada, que tuviera un menú variado, no solo el típico cerdo agridulce y pollo al limón. Con comida tailandesa y japonesa, para poder elegir.

Antes de salir de la boutique, recibes otro mensaje de voz de Michelle -Te quedas a pasar la noche en mi apartamento. Quiero dormir contigo en mi cama - Es un tono divertido y pícaro. Hay otro mensaje después de este -Es una invitación de amiga, no orden de jefa .- Hay una risa al final del corto mensaje. 

Como mujer renacida, como otra Alice bien consigo misma, te animas con el brunch en la cafetería. No hay restaurantes auténticamente chinos en la ciudad, solo los sucedáneos para el paladar occidental. Pero tras bucear por la red un largo rato encuentras un pequeño local familiar, del tipo de comida que buscas, con muy buenas reseñas, si bien no es barato, tampoco excesivamente caro. Llamas y reservas justo la última mesa para dos que queda libre para mañana. Al otro lado de la línea, el hombre que te atiende en perfecto inglés, te insiste, amable, pero rotundo -Sea puntual, diez minutos tarde y libero la mesa.

Vestuario, guapa y relajada, estómago satisfecho, reserva en restaurante. Un posible trabajo con sueldo espectacular. Y una cita mañana que solo de imaginarla, te excita de diversas maneras sin proponértelo. Ves tu reflejo en una de las cristaleras, te gustas, te sientes bella y poderosa, el mundo a tus pies. Piensas en el resto de la tarde.

¿Una vuelta por la ciudad? ¿Quizá regresar a la pensión y...buscar a Will? ¿A Robby? ¿O reservarte para Michelle mañana? Cuanto más tienes, más quieres. ¿Y si te "relajas" tú solita, apagando esa sed que siente tu cuerpo hasta la cita? ¿Paseas mejor y te olvidas un rato de darle marcha al cuerpo? 

Entusiasmada por su buena suerte con haber conseguido la última mesa, Alice no pierde ni un segundo en informar a Michelle mediante otro audio: Esa invitación está a la altura de la mesa que he conseguido en este exclusivo restaurante. Seguro que te gusta y yo tendré la ocasión perfecta para mostrarte todos los trapitos que me has comprado. Invitación de amiga o no, te tomo la palabra y espero que no me quieras en tu cama sólo para dormir, aún recuerdo que te debo un baile. se ríe un tanto tras el mensaje y luego envía el audio manteniendo aún su sonrisa traviesa unos largos momentos más.

Tras eso y, mediante un mensaje de texto, Alice envía la dirección y la hora a la que está reservada la mesa, agregando en tono jocoso que el metre ha sido muy tajante en el asunto de la hora, sin duda era un estirado guardia de Buckingham con un palo metido por el culo.

Finalmente, la morena acaba su almuerzo y se dirige de vuelta a la pensión, había sido una mañana productiva y completa y ahora quería relajarse un poco antes de la hora de la comida. Realmente estaba muy excitada por su cambio de vestuario, peinado y la sensual voz de Michelle haciéndole esa propuesta tan indecente...la había puesto tan cachonda...

Al comprobar la hora descubres que no llegas ni de casualidad a la comida. Así que te lo tomas con calma, pides otro sandwich, y de paso desciendes el nivel de "calentamiento" de tu cuerpo y de tu mente. Luego el bus da una gran vuelta y además la circulación es densa. Llegas aburrida y un poco harta. Te abre la puerta la hiperactiva Brenda.

-¡Hola, Alice! Te perdiste la comida. Pero te he guardado tarta de chocolate, ven. -Se gira y supone que la sigues hasta el comedor. Sale de la cocina con una bandeja, dos platos con tarta en cada uno. -¿Quiere café, leche, té? La hice yo, está buenísima. Con este es el tercer trozo que me meto. 

Toma asiento frente a ti- Rose se ha echado un poco, es su rutina diaria. No le digas que has comido tarta, eh. Oye, que te han llegado un montonazo de paquetes de ropa. Yo no me compro casi nada, sol camisetas y pantalones, cuando se me caen de viejos o rotos, jajajaja. Son un rollo las compras. Pero come, va, come. 

Ella se corta un trozo inmenso y con la boca llena sigue hablando -He tenido que pelearme con Robby para que no te abra alguno de los paquetes, es un decir. Jajaja. Es un caso ese chico. 

Alice se para en seco al llegar a la pensión debido al asalto de Brenda...claro que ¿Cómo iba a pasarse si probar esa deliciosa tarta casera? El olor casi llegaba hasta la acera de modo que era imposible resistirse.

-Uuh tarta...emm café con leche sería perfecto.-  acepta tomando asiento en la cocina junto a la tatuada y enseguida toma una cucharada de delicioso manjar.

-Ummm delicioso Brenda...eres una artista. Y gracias proteger mis cosas del cotilla de Robbie jaja aunque supongo que luego os lo enseñaré todo. - toma un sorbo de café y luego le cuenta a la muchacha lo que hizo por la mañana.

-...Y he reservado mesa en este restaurante- le dice el nombre- ¿qué opinas? ¿Qué ropa crees que debería ponerme? ¿Es un sitio elegante clásico o crees que sería mejor un estilo moderno? ¿Tal vez un rollo hipster?

-Ya se te nota lo guapa que estás. Yo como mucho voy a la pelu de aquí al lado. Y a los tattos. Oye, pero no puedes ponerte la ropa sin lavar, eh. Me la das y te hago una lavadora esta misma tarde. -Luego la ves pasmada cuando le preguntas que te aconseje sobre ropa para la cita. Ojiplática mirándote aturdida. Parpadea, y solo reacciona para llevarse un trozo enorme de pastel a la boca, así le da tiempo de pensar.

-Yo…es que no tengo ni idea. A mí solo me han invitado al McDonals y a comer helados. O al cine. -bebe de su vaso de leche- Yo iría con shorts y mi camiseta de tirantes, sin sujetador, bueno, tengo poco pecho. Como cuando voy a la disco. No se, Alice, si es que me preguntas unas cosas.

Se mira el restaurante y la dirección – Ah, vale, está en la zona de oficinas. No paso casi nunca por ahí. Gente de bancos, y seguros, y cosas de esas. No me va ese rollo.

-Eh, el MacDonalds me encanta, un día podríamos ir a comer en plan grupo de amigos y al cine...estaría bien.- dice pensando en un plan desenfadado que le ayudará a conocer a sus amigos. 

Toma nota de lo que Brenda dice del barrio y asiente con la cabeza, realmente la ayudaba mucho esa información.

-Ah bien, perfecto, entonces tendré que optar por un estilo elegante sofisticado, pero me pondré lencería bonita debajo...nunca se sabe lo que puede pasar.- añade con un guiño.- Mañana por la noche no vendré a dormir, te lo digo para que no te preocupes, que estaré bien.

Brenda se termina su trozo de tarta -¡Claro, sin problemas! Yo te aviso y te vienes. Te adelanto que mis dos amigas son muy locas, son del palo como yo, tattoos y piercings y nada sofisticadas, eh!

También bebe la leche. Se le queda la marca graciosa sobre el labio – Lencería bonita, quiero verla. Yo no tengo gusto para eso. ¿No vendrás a dormir? Oh…ah, ya entiendo. Jo. -se le ve algo apagada – Yo soy muy cortada para esas…cosas…Y mira que ahí está Will y Robby pero no que va, yo no quiero…Me dirás que soy una tonta pero yo espero a mi caballero azul, digo príncipe…Que es una bobada, pero vamos, el amor de verdad, quiero enamorarme…No se si chico o chica, porque creo más en la persona, pero que estemos enamorados. Bueno, que hablo mucho.¡ Vamos a ver la ropa!

Subes con Brenda, y ahí están tus cajas, cerradas y bien apiladas en el suelo o sobre la cama.

¿Vas a elegir ya algo? ¿Te lo pruebas? ¿Sigues de charla con Brenda? ¿A cerca del amor verdadero, de otros temas?  (según lo que hagas lo mismo Brenda se pone algo, si se lo permites. Puedes manejar a la chica un poco si quieres 

Alice sube con Brenda a la habitación y empieza el desfile de trapitos, la morena deja que la tatuada se pruebe cuánto quiera, menos la lencería claro, esa sólo se la enseña pero sin probarla, ya lo haría a solas. Disfruta de un rato distendido riéndose y charlando animadamente; le dice a Brenda que hace bien en buscar a su amor verdadero pero que tampoco debería cerrarse puertas y que estaba en edad de disfrutar de la vida...todo eso.

Finalmente tras extender toda la ropa, Alice se decanta por una camisa semitransparente, que no dejaba ver realmente pero insinuaba elegantemente. Luego piensa en cómo finalizar el conjunto...y elige un ceñido pantalón negro que remarcase su trasero y dibujara sus piernas bien torneadas. Y como remate elige unas sandalias de tacón con cintas sobre el pie al estilo romano.

Se cambia con la ropa elegida y se pasea delante de Brenda.

-¿Qué te parece?

Las dos lo pasáis bien entre risas y bromas. Tal vez tengas razón con el amor, si casi todo el mundo le dice lo mismo, pero ella es una soñadora. Ya verá, es muy joven de todas formas. No es que Brenda sea mucho de trapitos, pero le hace gracia verse con alguna de las camisetas o faldas. Lo que pasa es que todo se le cae, es bajita y delgadita, usa al menos dos tallas menos que tú. Se quede en ropa interior, igual que tú, aprecias que es un cuerpo que parece infantil, sin muchas curvas, tatuadas la piernas, sin depilar, donde brilla una fina pelusilla morena, tanto como los brazos, casi todo adornos florales, en la espalda una gran mariposa preciosa. Se sienta en la cama y te mira de arriba abajo, te pide que des una vuelta.

-Que estás perfecta. Eres muy muy guapa, y tu cuerpo es la hostia. Y si te haces un tattoo yo misma me enamoro de ti, jajaja – se pone roja, a pesar de que es broma - ¿Vas a buscar trabajo de modelo? De fotos o publicidad. -su expresión es pensativa, se muerde una uña.-Alguien me dijo que su hermana o su amiga…o un amigo…no recuerdo bien, que tiene contactos o trabaja en agencia de modelos. Si me acuerdo quien es, ¿quieres que le hable de ti?

La chica se pone en pie, recoge la ropa, comprueba etiquetas. -¿Te las lavo entonces o pasas? ¿Y lo que llevas puesto? Puedes confiar, eh, soy tonta en muchas cosas, pero todo lo de la casa domino. Soy una crack.

-¿Lavar ropa nueva? ¿Tu crees que es necesario? Nunca pensé que lo fuera, no dudo de que lo harás bien eh, es solo que me resulta extraño, si crees que le puede venir bien, adelante, también tengo la ropa del viaje de ayer que eso si necesita una buena limpieza, hacía demasiado calor en el tren. Llévate lo que te parezca que necesita una lavada y dime qué te tengo que pagar.-  afirma conforme.mientras vuelve a ponerse, sin prisa, la ropa de calle  para estar más cómoda por la pensión.

-¿Sabes? Nunca pensé en ser modelo, fui animadora en el instituto, se que muchas compañeras fueron por ese camino pero nunca me lo planteé para mi...vale mira si...si claro háblale de mí y dale mi número. ¿Que puede ser lo peor?

-Claro, hay que lavarla - te mira como a un bicho raro- Tiene olor malo, y se la puede haber probado más gente -la huele- Bueno, esta no mucho, como es de tienda exclusiva...Pero porsi. -Va recogiendo la ropa de ayer que le comentas y husmea entre la otra que ya has colgado, coge alguna pieza, te pide la ropa interior de hoy, y cuando ya parece conforme se va marchando con una buena carga.

-Esta es gratis. Y me invitas a un helado otro día, ¿vale? -Se larga canturreando la mar de feliz, se gira de golpe -Ah, que sí, ya me miro quien era ese, le doy tu número. Me pondré los calcetines de pensar, jajajaja.

Te quedas sola. Tal vez un cigarrillo en la terraza, quizá tumbarte en la cama a jugar con el móvil, no hay mensajes de Michelle, en parte un alivio. Sí los hay de alguna amiga, y de Kate. También una docena de Henry y varias llamadas perdidas de él. Un par de mensajes de tu madre. La tarde va pasando.

Llaman a la puerta. Te encuentras con el apuesto Will, todo sonrisas, en camiseta con mangas y pantalón vaquero. Se apoya en el marco de la puerta- Hola, señorita nueva. ¿Quieres follar? ¿O ver cómo me follo a Robby? A él le pone mucho que nos miren. Una locaza total. -Va a grano, directo. Después del baño de ayer, se ahorra preámbulos.

¿Y tú, Alice? ¿Te da morbo ver a esos dos en acción? ¿O pasas de mirar a dos hombres? ¿O seguramente participarás? ¿Qué decisión tomarás, Alice? ¿Te reservas para Michelle? ¿Te relajarás así y mañana acudirás a la cita más tranquilita? ¿Mejor descansas hasta la cena y te olvidas de rollos?

De momento Alice se decanta por el cigarrito en la terraza, debia recordar comprar algo de picar o cafes en bote para tener en la habitación para estos ansiados momentos de paz...revisa los mensajes, responde a los de Kate y otras chicas, con buen tono, asegurando estarlo pasando bien. También dedicó unos minutos en mandar unos mensajes a su madre, diciéndole que todo estaba bien, que seguía viva y que estaba feliz...todo ello era cierto aunque a la señora Dawson le jodiera leerlo. Estaba de muy buen humor este día con los planes de mañana y la ropa nueva de hoy como para que ni su madre ni nadie de su antigua vida le vinieran a dar la turra con "lo que era correcto". Pero no tenía motivos para ser una desagradecida con su madre así que se armaba de paciencia y le respondía.

Ya iba por su segundo cigarro cuando el guapo de Will se asoma por su puerta y ella le recibe con una sonrisa que se transforma en una risotada ante su directa invitación.

-Me preguntaba donde quedó la elegancia y el saber estar inglés...supongo que en el fondo de un brandy...- comenta divertida y riendo.- Mejor esta vez os dejo solos, quiero preparar algo especial para Robbie en nuestro próximo encuentro, una petición especial que me hizo...- misteriosa, guiña un ojo- Tal vez te guste a ti también pero prefiero dejarte con la expectativa.

Casi con malévolo placer disfrutas de la mueca de decepción exagerada a propósito de Will. -Buah. Me matas, morena. La próxima vez te traigo rosas y bombones. A lo tradicional. -bromea, sin perder la sonrisa. Igualmente te da un beso en la punta de la nariz. 

-Hum. Chica mala. Un Alice Special. Que sea pronto. -se relame, descarado- Yo soy paciente, pero no se lo insinúes a Robby o te dará la lata hasta que se lo digas. No te dejará vivir.

No te insiste, acepta la negativa y se larga hacia su habitación- Si cambias de opinión…

Pero no, hoy lo tienes claro. Estás satisfecha y no necesitas más sexo. Eso sí, te pones los auriculares ya que los gritos de delirio de Robby traspasan paredes y puertas.

La cena es similar a la anterior. Rose, la severa, Brenda, parlanchina, y...y ya. 

-Son días raros. Por lo general somos todos en la cena. - comenta Rose. Y Brenda te tranquiliza con el tema de la ropa, luego te la sube, está secándose. 

-Mucho dinero en esas compras. ¿Estás invirtiendo en vestuario? Una buena presentación e imagen abre puertas, se lo digo siempre a Brenda. Y ella, dinero que ahorra, tattoo que se pinta.

-No es pintura. Tattoos, dibujos, arte. Mi cuerpo es una obra de arte, jajaja. ¿A que tengo razón, Alice? Además, conectan con tu alma, son espirituales. -mira a Rose- Alice puede que se haga uno, ¿dónde te gustaría, en qué parte del cuerpo? ¿Y de qué?

La morena disfruta de la cena y le vuelve a agradecer a Brenda el asunto de la ropa con una sonrisa y un apretón en el brazo antes de centrarse en el interrogatorio de Rose...¿quién se creía esta mujer? ¿la madre de todos? Alice se guardaba muy bien sus percepciones para si misma pero lo cierto es que había empezado con mal pie la relación con la dueña de la pensión y la cosa parecía empeorar por momentos. Pero ante todo, Alice era un chica educada y correcta por lo que ofreció a la mujer la mejor de sus sonrisas antes de responder entre bocado y bocado.

-Lo cierto es que si, he decidido hacer una pequeña renovación de armario, ya sabes, pasado pisado y todo eso que se suele decir. Una vida nueva necesita ropa nueva, otra manera de enfocar las situaciones...Pero los tatuajes de Brenda son estupendos, lecciones de vida que siempre quedan ahí y que seguro que marcan momento únicos, y si, sin duda ayudan a que se te vea como el lienzo que eres, preciosa.- le dice con dulzura, dándole la razón con gran pompa sólo para quitársela a Rose.- Y si, creo que me haré un tatuaje, me gustaría tatuarme Carpe Diem al final de la espalda.- dice levantándose de la silla para señalar a la línea sobre su trasero, dibujando una ficticia raya horizontal con en dedo.- Aquí y en cursiva o algo así como si lo escribieras con pluma ¿Qué te parece?