Partida Rol por web

Es miércoles temprano. Llueve de forma torrencial y Michelle te ha llamado hace media hora, para informarte de que te da el día libre. Vacaciones. No es necesario que vayas a su apartamento hoy. 

A ti no te importaría ir. Verla. Amarla quizás.

Llueve, tú fumas tras el cristal, junto a la puerta del balcón entreabierta. Y bebes un café cargado y sabroso preparado por la hiperactiva Brenda.

Día de reflexión. En tu cuenta ya hay cerca de dos mil libras, más de lo que ganabas antes en un mes. Y solo han transcurrido dos semanas desde la primera noche en la que dormiste en la cama de la mujer de negocios.  Te gusta. Tu exigente jefa, caprichosa, severa y rígida a veces, con sus manías, pero nunca alza la voz, nunca agrede verbalmente como tu anterior jefe, siempre tiene una sonrisa para suavizar su crítica. Tu considerada amiga. Tu excitante amante. No es amor, pero algo hay ahí.

¿Qué sientes por ella, Alice?, te preguntas. * 

Has descubierto tu bisexualidad. Has descubierto que te encanta practicar sexo oral, hacerlo y que te lo hagan. Te follaron dos chicos a la vez. Uno te penetró por detrás. Y te gustó. O no te desagradó. Repetirías. ¿Qué más quieres probar? ¿Te va todo?¿Una orgía? ¿Una fiesta loca? ¿BDSM? Te sorprendes a ti misma con tus reflexiones y tus acciones.

Y fumas, ahora fumas, no mucho, pero no es raro verte con un cigarrillo entre los dedos. Recuerdas, sonriendo, el ratito aquel en el baño. Will se te insinúa con cierta frecuencia, desea lo mismo que tuvo Robby. Y Robby te revolotea alrededor, proponiéndote descaradamente una nueva sesión, " te quiero comer el culo", su parafilia particular, con más ganas desde que el cotilla de William le contó que preparas una sorpresa para él. Pero no has tenido mucho tiempo con el nuevo trabajo, y que quedas muy satisfecha con Michelle. Eso no quita que las ganas de un hombre dentro de ti te asalten cada vez con más frecuencia. Visualizas la boca de Will, su cuerpo atlético, su miembro...Te sonríes cuando notas como tu propio cuerpo reacciona a esas imágenes. **

¿Y el amor? No sabes qué pensar, es pronto tras la ruptura con Henry. Aunque en realidad hace mucho que no estabas enamorada de él. Tal vez llegue un día esa persona. No te preocupa, ¿o sí? ***

Alice Dawson da otra calada al cigarro. Deja salir el humo y deja el teléfono bocabajo en la pierna. Día libre...

pues que bien... se sorprende a sí misma al notar ninguna alegría en su pensamiento...¿tan importante se había vuelto Michelle en su vida como para que un día de no tenerla cerca ya fuera motivo de amargura? Tal vez...pero asumir aquello conllevaba asumir y hacerse unas preguntas que quizás no estaba preparada para respnder.

sólo es un trabajo...sólo es una amiga, una amante eventual. Déjalo así, Alice.

Pero ya había iniciado esa línea de pensamientos...se había iniciado desde el mismo momento en que le dijo que hoy no se verían. Otra calada. Un sorbo de café. ¿Qué sentía Alice por Michelle? Admiración. Si, eso sin duda, esa era la primera palabra que se le venía a la cabeza al pensar en ella. ¿Qué más? Su sexo responde por ella...sonríe para sí misma con la vista perdida en la lluvia. Pasión...por llamarlo de alguna manera menos soez, ya que la otra frase que se le venía a la cabeza...cachonda como una perra. Si...eso se asemejaba mucho a la realidad. ¿Amor? Alice chasquea la lengua y apaga el cigarrillo con cierta rabia ¿podía ser? No...¿o si? Desde luego no era la admiración ni la pasión la que la habían hecho molestarse al saber que hoy no iba a verla. Desde luego había algo más...pero quizás era demasiado pronto para ponerle nombre, un cierto ardor en el pecho, un nudo en la garganta, un deseo de agradarla y de crecer con ella. No era sumisión, disfrutaba cuando Michelle le daba manga ancha, aunque fallara...pero aprendía. Pero le encantaba cuando usaba sus manos con ella. Cuando la hacía sentir una muñeca en sus manos...le encantaba ponerse a su disposición bajo sus "mágicos poderes". *

La morena expulsa la última brizna de humo y se aparta de la ventana, sin cerrar el balcón pero se va a tumbar en la cama, disfrutando de la suave y natural oscuridad del lluvioso día.

Entonces los chicos y sus encuentros con ellos se colaron en su mente, tal vez fuera porque al tumbarse en la cama recordó el día en que llegó, tan cansada y cómo durmió varias horas tras su sesión salvaje en el baño con ellos. Alice se muerde el labio inferior y junta las piernas, disfrutando del recuerdo de aquella velada. Estuvo muy bien...¿y ahora qué? Michelle decía que no viera la vida como una multinacional, no siempre pensando en ganar más. Eso lo había entendido pero...¿porqué conformarse con "lo de siempre"? No...esa era la razón por la que no había quedado con ellos más días. Deseaba algo diferente, pero ya había puesto medios para ello. Hacía unos días que había encargado por internet un strap-on, una suerte de dildo que se unía a la cadera de quien lo llevara con unas correas de cuero ajustables. Robby le había pedido que fuera ella quien le diera y a ella la ponía cachonda como una perra  la idea de hacerlo. De hacérselo a los dos, si Will se lo permitía. Pero tenía la necesidad de introducir una novedad, no quería dos polvos iguales.**

Eso no parece importarte con Michelle... dice una molesta voz en su cabeza, a la que Alice contesta con un gruñido.

Ya perdió la línea de pensamiento...¿en qué estaba? Mierda...ah...probar cosas nuevas. Había buscado lugares que ver o por donde salir en la ciudad, había visto que existían algunos locales liberales...y también mazmorras*** Era curioso como ya solo el pensamiento de la palabra la atraía como una polilla a la luz. Había visto imágenes, vídeos...objetos...y se excitaba solo con pensar en para qué servirían. Se vuelve a morder el labio inferior...incluso se le escapa un jadeo suave al recordar aquellas imágenes de hombres lamiendo tacones, mujeres esgrimiendo fustas...esclavos atados a cruces gozando como nunca en sus vidas. 

Cachonda como una perra...maldita sea.

Alice sonríe y se desabrocha el pantalón para colar la mano en su húmeda intimidad y empezar a tantear el terreno. Joder, se había puesto como una cerda...

Empieza a tocarse, retorciéndose suavemente en la cama, la mano que tiene libre la usa para remenear sus cabellos, notando como cierto sudor se formaba en su frente. Y...sus pensamientos fueron de nuevo entre Michelle, Will y Robby...y toda aquella estética de cuero, cuerdas y cadenas...Y otra vez Michelle...Mierda... ¿Amor? No...no podía ser...¿o si? ¿Tan malo sería? 

No es el momento.****

Qué gustito más rico que te estás dando. Y solo necesitas tu imaginación. Sin complicaciones con nadie. Te retuerces a un lado y un pequeño gemido escapa de tu boca entreabierta. Esas imágenes, esas posibilidades futuras te ponen mucho...La Alice del pasado no se atrevería a convertirlas en realidad. ¿Y tú?

En estos días tu relación con Rose se ha estabilizado. Es una sargento, sí, pero cumpliendo sus normas todo va bien. Sabes que te controla pero lo hace con todos. 

Sarah es maja. No la ves mucho debido a los horarios de ambas, te cae bien, trabaja en una ONG proderechos de la mujer, feminista, liberal, descarada y siempre alegre. Al contrario de Frank, sombrío, silencioso, huraño. Eso sí, no es un borde, un buenos días, un buenas noches, no falta en su boca.

En estos días con Michelle has notado que podría pasar sin asistente. No hay tanto trabajo, no necesita a nadie si quisiera abarcarlo todo. Pero quizá los años, la madurez, su posición económica, hacen de tu jefa una mujer que gusta de la comodidad, del capricho. Te enseña, te informa, te instruye. Te lleva a alguna cena, comida o reunión de negocios, incluso te da libertad para que atiendas alguna que otra llamada telefónica. Te pasa su agenda. Reservas mesa en el restaurante. Preparas café, como a ella le gusta, cargado, solo. Le gusta que te adelantes a sus deseos. Le gusta despertar de una siesta contigo entre las piernas. O estar preparando un batido y que te arrodilles delante o detrás de ella y le des una alegría.

A veces tomáis el sol en su terraza. O te deja sola organizando su agenda mientras ella sale por la ciudad liada con sus negocios. O te deja super tonta y rota con uno de sus masajes. 

Pero cuando te folla entonces te mueres del todo. No es cada día, pero el ritmo es alto.

Y hoy, nada de eso. 

Tu memoria te trae esas escenas con ella y las mezcla con el momento de la ducha. Con las imágenes de internet. Contigo dándole a Robby. Cachonda como una perra en celo…¿y qué? 

Pillas la almohada...

Te miras de nuevo la web de las mazmorras, la que te da más confiaza. Hay bastante información sobre BDSM, alquilan salas de distinta "ambientación", disponen de un pequeño bar para entablar contactos y citas. Incluso tienen un test como guía y así conocerse a uno mismo y sus "inquietudes". Además ofrecen excitantes juegos de roles. Pero no estás para cuestionarios en este momento con la almohada entre las piernas. Y mientras te masturbas vas buscando en el móvil en internet sobre el tema. Lo que lees te excita y te da mieditis a la vez. El miedo es una fuente de excitación pero en tu caso eso no lo tienes claro. Encuentras un blog donde se explica muy bien todo lo relacionado con este mundo desconocido, peligros, placeres, precauciones...Te crea más curiosidad y fascinación. Las imágenes te ponen mucho y te estremeces, toda cachonda. 

El blog habla de comenzar con alguien experto y de confianza, de los riesgos de aquellas personas que abusan, mienten y humillan en afán de su propio goce. Trata sobre las parafilias y fetiches. Artilugios, juguetes, aparatos. Y tres pilares básicos: confianza, consentimiento explícito y palabras de seguridad. Aquí tienes que dejarlo, sumida en un frotamiento húmedo y rápido.

Y en ello estás, cuando llaman a tu puerta. Es la siempre activa Brenda. La has visto en el desayuno, ¿qué querrá ahora? Justo ahora.

¿Te dejas de toquetear y abres? ¿La mandas a paseo? ¿Terminas en silencio? 

Suspira conteniendo un último jadeo...¿En serio...ahora?

-U...un mo-momento...e-estoy desnuda. Dame dos minutos Brenda.- dice tratando de serenar su tono de voz. Tenía que acabar...no podía quedarse...uff hoy no.

Alice muerde la almohada y encoge la rodillas para llegarse más profundamente...no es suficiente. Se incorpora hasta quedar de rodillas y continua. Esto está mejor. Incrementa el ritmo. Más rápido. Más fuerte. Se lleva la mano libre al cabello...lo enreda entre sus dedos y tira...ummm delicioso...ese punto de dolor...¿Cómo no se había dado cuenta antes? Tenía que...si...definitivamente lo haría.

Y se corre. Llega su clímax que no es tan satisfactorio ni tan potente como lo que lograba con Michelle. Pero tendría que valer por ahora.

Se recoloca la ropa y se va hacia la puerta mientras se limpia la.mano con una camiseta que arroja al suelo un momento antes de abrir.

-¡Brenda! Que gusto verte otra vez.

-¿Estabas durmiendo otra vez? ¿No trabajas hoy? -la chiquita te dice eso al ver tu carita de felicidad y amodorramiento. Pero no, tú estabas en otras asuntos más placenteros. Y eso te hace preguntarte si Brenda se mastubara o no. Es curiosidad. Ella te mira y tú a ella, mientras tus pensamientos se van lejos, a las mazmorras, a esas imágenes sugerentes, al dolor. Dolor-placer. Quizá tienes que probar algo antes contigo tú sola, como ahora, comprobar si el dolor te gusta. Recuerdas que un día Michelle te habló de masajes para provocar dolor. ¿Sería eso?

No sabes. Aunque definitivamente decides que tienes que cumplimentar ese test y enviarlo. En otro momento. ¿Pero con quién podrías acudir? Will y Robby no están por ese rollo, lo sabes. Michelle no es lo suyo. Sarah casi dirías que no. Ni idea de Rose, ni le vas a preguntar, Brenda descartada. Y con Frank te da la impresión de que no es un tema para inciar un acercamiento. Lo mismo tienes que aventurarte sola. ¿O crees que alguien te acompañaría?

Por cierto, ¿de qué está hablando la inocente Brenda?

-Uy, qué alelada estás. Necesitas más café, jaja. Que te repito que mi amigo Klaus, el de los tattoos, te lo puede hacer esta tarde. Si tienes libre, como tus horarios son algo raros. Y si no ya el sábado por la mañana. Me dijiste que te habías decidido, ¿no?

-¿Eh? Ah si si eh Klaus...vaya nombre jeje - se ríe, sonrojada por su falta de atención, pero no podía evitar que sus pensamientos se desviarán una y otra vez.

-Si, es decir, no no trabajo esta tarde, quiero decir que hoy tengo el día libre... Y si...si esta tarde es perfecto. ¿Me acompañarás?- pregunta con una sonrisa nerviosa.

De repente se cruzó un pensamiento ¿Y si se excitaba haciéndose el tatuaje? ¿Podía ser? 

-He leído que es doloroso cuando te lo hacen...pero también dicen que la gente repite, ¿Por qué crees que es eso? O sea no solo es que repitan sino que les gusta esa sensación. ¿A ti te pasa?- pregunta, tanteando el terreno.

La joven asiente, contenta -¡Fenomenal! Claro que voy contigo, cómo iba a dejarte sola, Alice. Si casi te he arrastrado yo, jajaja. Vale, se lo digo, a eso de las cuatro nos vamos para allá.

Brenda husmea un poco en la habitación con sus ojillos vivarachos y curiosos. Luego se detiene a pensar en la pregunta que le haces. -Pues no se- Se queda algo perpleja- No duele, bueno sí, un poco, no te voy a mentir, depende de las zonas del cuerpo. Más sensibles unas que otras. Yo me los hago porque me gustan, y de alguna manera conecto con mi yo.  Otras personas se marcan esos tribales que les van, espirituales y ese rollo. Pero repetir por la sensación del dolor…no lo se. Nunca me lo he planteado.

Su mueca es de incertidumbre- ¡Pregúntale a Klaus, que es el experto, jaja!

Se marcha deprisa, oscilando su coleta a un lado y otro. Entonces recibes un mensaje.  Es de Michelle, quiere que te dediques a buscar restaurantes en la ciudad en venta por debajo de un precio derterminado. Para mañana. Ya tienes trabajo. ¿Te apartará de tu búsqueda de BDSM? ¿De tu investigación acerca de los tatuajes? ¿Qué pasa con ese test? ¿Y cuándo viene el mensajero con el regalito para Robby? Buf. A veces sería mejor no tener nada en lo que pensar...

-Vale, si eso haré, le preguntaré a Klaus...nos vemos a eso de las cuatro si. Hasta luego.- se despide risueña cerrando la puerta con una sonrisilla.

Entonces suena el teléfono y Alice lo consulta con una ceja alzada por la extrañeza. Es automático, nada más leer el remitente se muerde el labio inferior pero apenas se da cuenta. En seguida responde con otro mensaje de texto que ya mismo se pone a ello. Y una carita sonriente.

Estupendo Alice, ahora pensará que su asistente es una niña pequeña...no ya no lo borres, será peor. Déjalo así...le riñe su voz interior y su sonrisa tonta se borra de la cara. 

Suspira y tuerce los labios. Tocaba organizarse bien . Lo primero era el trabajo, sin duda, dedicaría ahora mismo dos horas al trabajo de la búsqueda del restaurante. Luego una pausa para un café y hacer el test...para desconectar un poco, a modo de descanso cómo haría en una oficina. Si esto sonaba bien. Mira su reloj; tiene tiempo para todo eso, uego otro rato de trabajar y a tatuarse. Con suerte esperaba haber encontrado lo que Michelle pedía antes de la hora de la cena y luego...luego tal vez podría...bueno faltaban muchas horas para eso, mejor ir paso a paso. Trabajar, trabajar, trabajar.

Te pones al lío. Particulares, agencias, locales en riesgo de cierre. Alguna llamada para confirmar. Al cabo de ese par de horas tienes una larga lista, después harás una criba. Estás contenta.

Bajas a por un café, te encuentras a Brenda trajinando con la ropa de cama para lavarla. No le molesta prepararte el café y de paso se lo toma ella en un descanso. Va con sus auriculares, su música, su mundo. Lleva shorts, camiseta sin mangas, está algo sudorosa cuando se sienta frente a ti, sus tatuajes brillan por la transpiración. Es pequeña y delgadita, pero en realidad esconde bonitas formas. 

Nunca la has mirado con auténtico interés. Una amiga y ya. No es de muchas luces, pero sí voluntariosa, afectiva, optimista, trabajadora. Y con esas ideas románticas acerca del amor. Podrías ser mala. ¿Cómo se te da ser mala? ¿Y seductora? Con Michelle se te ha abierto el apetito por la carne femenina. 

¿Serás capaz de hacer caer a una chica ingenua en tus redes? Seguro que a Brenda le encantaría hacerte feliz. Te lo piensas. ¿Coqueteo con ella? ¿O la dejo estar?

La morena se encuentra mirando con interés a Brenda...rodando sus ojos por su figura tatuada...dónde empezaba y dónde acababa cada línea... Realmente hoy Alice está demasiado cachonda. Sacude la cabeza y sonríe como si se hubiera contado un chiste a sí misma.

Ah...Michelle qué has hecho conmigo...

-Y dime Brenda... ¿Cómo va tu búsqueda del amor?- pregunta, tanteando el terreno como que no quiere la cosa. Toma un sorbo de café y la mira con inocencia. Falsa inocencia.

Has decidido ser mala. Tu demonio  interior te susurra y tú te dejas llevar. O, simplemente, coger lo que quieres, al menos intentarlo. El mundo está ahí, repleto de frutas, y quieres probarlas todas. Bueno, las que te gustan y apetecen.

Brenda sorbe su café- Cero total, jajaja. No es que vaya con un cartel pidiendo amor, eh! Nah, ya aparecerá. -Te mira, con su sonrisa siempre dispuesta a agradar- ¿Y tú? Te he visto muy atareada todos estos días, te va bien en el trabajo, ¿no? Se te ve alegre, qué bien!

Te pone una mano sobre la tuya en gesto de apoyo. No sospecha nada en tu mirada -Ah, ya le he confirmado a Klaus para la tarde. Dice que te prepara unos cuantos tipos de letra, a ver qué te gusta más.

Alice se ríe, ligeramente aduladora, gira la mano sobre la cual tiene la de Brenda de tal manera que ahora hay un contacto palma con palma, yemas con yemas.

-Claro que llevas un cartel...un cartel que dice "soltera y sin compromiso".- juega a acariciar un poco con sus dedos la muñeca de Brenda sin perder su gesto afable y cálido.

-Esa es una buena actitud...o lo sería si no fuera porque es una lástima. ¿A qué dedicarás tu tiempo hasta que ese o esa príncipe o princesa aparezca?

-¿Tú crees? -la chica te mira sorprendida por eso del cartel. Se queda reflexionando -Oye, pues nadie igual lo ve, porque no se me acercan, jajaja. Vale, alguno sí, pero siempre a lo mismo…-mira tu mano -me haces cosquillas, jaja. Me gusta.

Brenda no intuye tus intenciones, no retira la mano tampoco, es muy natural y está cómoda contigo. Realmente es un encanto. - ¿Tiempo? Uf, ya ves, estoy superliada con la pensión. Ah…¿qué quieres decir que es una lástima? -parece de pronto preocupada -Cuéntame, tú que pareces tener mundo, que yo siempre he vivido en esta ciudad. Y los demás, menos Frank, también. Es que en Robby no se si dice las cosas en serio o en broma, no le hago ni caso. Y Will, bueno, es de esos que…ya sabes, está tan bueno, que no se puede ser su chica, llevarías unos cuernos hasta el techo siempre. Jajajaja.

-Es una lástima que...no dejes que nadie se acerque tanto como para demostrarte que...-​​​​​​-la morena se inclina un poco, acercándose suavemente, íntimamente, con los ojos clavados en los suyos.- ...que mientras llega o no llega tu amor verdadero, tal vez puedas divertirte por el camino...- musita con un tono sugerente, sus caricias en su mano se vuelven más lentas y algo más fuertes, imprimiendo otro tipo de sensaciones en ella y de paso tal vez podría intuir alguna alteración en su pulso.

-¿Tener mundo? ¿Yo? En absoluto. Solo soy una chica como tú, que quería encontrar el amor y por desgracia lo encontré pero no era lo que yo buscaba en realidad. Porque a veces...a veces no sabemos lo que buscamos...aunque lo tengamos delante...

Sí, notas la alteración en su pulso y un aumento de temperatura en la piel de Brenda. ¿Divertirme? Eh...no yo...Si ya me divierto...jajaja -Está confusa- Quieres decir que...ah, de lo otro...Yo no...Ya te comenté que...que yo me espero...

Tus ojos la cautivan, de pronto quizá comprendiendo lo que le comentas. Sonríe muy tímida, mira a otro lado, no sabe donde esconderse y lo hace cogiendo la taza de café ocultándose tras esta. No ha apartado la mano, tal vez miedosa de hacerlo, no se atreve. 

Bebe y el café le da valor -Sí, claro, te puedes equivocar con el amor, si ya me ha pasado de más jovencita. -Bebe un poco más- Delante...ah...-parece entender o imaginarse lo que sutilmente le afirmas. - No se...soy muy tonta, todos lo saben...y...y es verdad que a veces no veo lo que está delante de mis narices.

Está nerviosa. Es una gacelita. Y tú te estás transformando en una leona.

La morena se muerde el labio inferior, su caricias se ralentizan, su otra mano deja la taza de café y se adelanta al rostro de Brenda...casi acariciando su mejilla. 

Pero no lo hace. 

Alice traga saliva y carraspea, poniendo fin al hechizo. ¿Qué estaba haciendo? No, esto estaba mal. Brenda era una chica inocente que...no era una caza justa, era como el cervatillo al cual nunca han apuntado con un rifle. No huye, se queda así...parado, sin saber lo que hacer. Nerviosa.

Alice rompe el contacto visual y también el físico.

-No eres tonta, Brenda. Eres una persona maravillosa. Y a quien te diga que eres tonta...esa persona no es tu amigo.- dice suspirando y mirando hacia su café con una expresión amarga por...¿Por qué? ¿Tan malo habría sido? Si...seguro que si. No podía aprovecharse de la admiración que Brenda tenía por ella para llevársela a la cama. Eso estaba mal.

La joven tatuada está más confundida ahora, casi alarmada y pesarosa -¿He dicho algo malo? ¿Te he disgustado? -Es ella la que te pone de nuevo la mano en tu antebrazo- Lo siento, disculpa. -En realidad no sabe de qué se disculpa pero lo hace.

Tú le aseguras y reaseguras que no ha hecho nada malo, que tienes trabajo y se te ha encendido la luz de alarma. Eres convincente y se lo cree. Regresa la sonrisa a sus labios, se levanta para recoger y te da un beso en la mejilla - Qué maja eres. Me gustas un montón. Es lo que digo, que la vida siempre te sorprende, ¿verdad?

Se mete en la cocina y tú regresas a tu habitación. Medio enfadada contigo misma, por haber iniciado una caza y a la vez por dejarla a medias. Aunque en cierto sentido crees que has hecho lo correcto. Quien sabe, quizá sí puedas acercarte a Brenda de una forma más natural y sincera. Cuando salgáis de fiesta la conocerás mejor.

El café te ha renovado las energías. Y tu decisión final consideras que ha sido justa y buena. Te sientes bien contigo misma, apaciguando a la diablesa que ruge en tus entrañas. 

A lo tuyo. Eliminas las agencias. Te quedas con particulares, locales no demasiado viejos, restaurantes en riesgo de cierre. También por zonas. Te lleva un buen rato, te sientes satisfecha de tu trabajo, así que se lo envías a Michelle. Y cuando miras el reloj, si es que ya es la hora de la comida. ¿Tienes hambre? ¿O que te hagan un sandwich y mientras te miras el cuestionario del local BDSM? Luego tienes que irte con Brenda al tattoo. ¿O dejas el test para la noche, que tampoco hay prisa? 

Te fijas en el exterior. Vaya, sigue lloviendo, una lluvia cansina y monótona. 

El trabajo enfría su cabeza y permite que ponga distancia entre ella y la pantera acechadora que clama pidiendo una presa. Tal vez otro día, tal vez otra persona...

Envía el trabajo y sabe que se merece un descanso, pero por otro lado no quiere bajar aún a ver a Brenda, al pensar en ella aún siente el pinchazo de la vergüenza. No, su pantera necesitaba ser calmada antes que eso...seguro que el test le daba algo en qué pensar.

Cierra las pestañas de trabajo y vuelve a teclear la búsqueda del local...a ver ese test.