Partida Rol por web

La pelea no le importaba pero la cosa ya se estaba llendo por las ramas, y eñ griterío constante, la falta de presencia de los profesores, y por que no, el hecho de qué Kukiko y Garret fueran empujados le estaba molestado de sobremanera, haciendo qué sus ojos se pusieran azules, empezando a circular el aire se empezaba a mover cómo un viento agitando el cabello de Aer a medida qué la rafaga crecía al igual qué su enojo.

-Oigan, ¿Pueden termina con esto ya? ¿O quieren saber lo qué el viento se llevó?-

Preguntó manteniendo el tono tranquilo en la voz pero manifestando lo enojado qué estaba en esos azules ojos.

"Ah, sí, tienes razón", dijo Aki azorado a Laura, volviendo sobre sus pasos y aprovechando de un hueco entre los que se peleaban para entrar en la cafetería. "Ayuda! Ayuda!" llamó en voz alta. "Aquí hay una pelea!"

Como Kukiko y Garret ya habían sido empujados dentro de la cafetería, sin duda se habrían dado cuenta ya de esto, pero para terminar pronto esta locura habría que armar jaleo.

Aki se volvió al sentir una brisa fuerte en la nuca, y vio a Aer por la puerta, aparentemente al punto de estrellar de ira. Oh no oh no oh no... La palabra 'consecuencias disciplinarias' apareció en letras rojas y parpadeantes ante sus ojos.

"Ayuda, ayuda! Que llamen a los profesores!" siguió con sus llamadas de socorro.

Que vengan antes de que pase una desgracia.

Rápidamente accionaste la palanca como te pidió la doctora, mientras que ella seguía intentando normalizar todo tecleando en su computadora seguramente códigos para desactivar la cápsula. Ésta se abrió de golpe, dejando libre todo aquel denso gas, que ahora que te llegaba a la nariz, podías notar que no emanaba olor alguno, no irritaba la garganta ni dejaba ninguna secuela... pero no fue eso en lo que más te fijaste.

Al quedarte al frente de la cápsula preparado, notaste el peso del cuerpo de tu compañera caer en tu cuerpo entre tus brazos... pero no era un peso muerto como si estuviera inconsciente. La chica estaba bien espabilada... empujando contra ti con los brazos extendidos hacia delante -¡Estúpida matasanos! ¡A mi no me vuelvas a meter ahí sin avisarme de que es una cámara de gas!- gritaba la chica de forma agresiva ante la doctora... con aquella voz diferente que habías notado antes, pero que ahora sabías de sobra que no era por el gas. Su pelo rubio ahora estaba negro como el carbón, y sus ojos color castaño ahora eran rojo rosáceo... desde luego no era la Elize de siempre.

Asombroso...- no pudo evitar exclamar la mujer levantándose de su asiento para acercarse a ustedes -No solo ha cambiado su organismo, sino que ha cambiado su apariencia y personalidad... ¿Eres Elize?- preguntó la mujer, claramente curiosa y avida de saber. La chica la miró con enfado -¡Claro que no! ¡Y deja de estar tan contenta de haberme sacado!- le dijo furiosa intentando librarse de ti.

Simon estaba enfadado gruñendo un poco, pero escuchando a Kukiko intentó calmarse y dejar pasar la pelea -Esta bien Kukiko... esta bien...- dijo alejándose de la pelea para ir hacia la gemela del pelo azul... la gemela del pelo rosa por su parte no se relajó con esa facilidad debido a su rabia.

Otras veces el poder de Nyoko había sido mucho más destructivo y peligroso, pero en este caso... había sido "eficaz". Los dos chicos gatos salieron disparados al igual que hizo Garret... solo que hacia arriba, contra el tejado, haciendo que ambos se quejaran del dolor al chocar con ellos... y asustarse cuando se quedaron pegados a este bajo la furiosa mirada de Nyoko -¡Joder ayuda! ¡Nos tienen atrapados aquí!- se quejó el chico gato negro, intentando bajar inútilmente.

La profesora que más cerca se encontraba del jaleo que se estaba montando era la profesora de control mental, la profesora Sveta Dragunov, quien estaba con su bandeja listo para irse a una mesa... aunque al ver a su alumno pedir ayuda, suspiró dejando su bandeja en una mesa cercana y yendo no con demasiada prisa hacia el exterior. En completo silencio y parsimonia, miró la escena del lugar: Nyoko manteniendo prisioneros a los gatos, estos asustados y Aer preparando un gran tifón... y suspiró -"¿Y no podrías haber usado bien tus poderes en mi clase?"- preguntó con desgana la mujer... usando su telepatía para que todos lo oyeran, aunque solo se dirigía a Nyoko, a quien se acercó sin miedo hasta posarle la mano en la cabeza -"Para"- ordenó... haciendo que de repente los poderes de Nyoko se anularan y ella sintiera una gran... calma de golpe. Por otro lado movió un brazo hacia Aer, haciendo que los vientos del chico se disiparan...

Una vez acabó, se guardó las manos en los bolsillos y volvió a suspirar -"No más peleas. Comed y ya"- terminó de decir a todos, antes de volver adentro para coger su bandeja... dejándoos a todos trastocados.

“Gracias por su ayuda, profesora Dragunov”, dijo Aki con gran facilidad y sonriendo. Aunque habría preferido poder resolver él mismo la situación, sabía demasiado bien que para esto aún no alcanzaban sus poderes.

Creía que ahora todo se había resuelto por completo, así que se volvió hacia adonde eran las bandejas para tomar una y pilar comida sobre ella.

En cuanto el gas llego a mi olfateé de inmediato notando como no tenía nada de malo, el notar los brazos de Elize empujando contra mi pecho, o mejor dicho donde llegaba de mi pecho, me tranquilizo ya que eso significaba que estaba bien. De todas formas de manera casi inconsciente mis manos buscaron agarrarla para ayudarla pero escucharla gritarle de esa manera a la doctora me asusto casi parecía otra... perso...

- Guaaaay -mi cara era la de un niño cuando veía un juguete nuevo totalmente- No solo es otro poder, es otra persona por completo. ¿Entonces podéis turnaros para controlar vuestro cuerpo? ¿Como te llamas? ¿Eras consciente de todo lo que pasaba mientras Elize tenía el control? ¿Porque no te gusta tener el control ahora? -una tras otra acribillaba a preguntas a la chica sin ningún miedo ni pudor y sin en ningún momento soltarla, estaba maravillado por lo que había pasado y mi emoción superaba en creces a mi sentido común

- ¡No! - exclamé suplicante hacia Nyoko al ver que sus poderes entraban en acción.

No pude reaccionar a tiempo cuando la profesora Dragunov se nos adelantó enviando una especie de mensaje que resonó en mi cabeza, pero que parecía dirigido a mi hermana.

En pocos instantes se acercó a Nyoko y le puso la mano sobre la cabeza, instante en el cual, los poderes de esta dejaron de hacer efecto. Me levanté de golpe del suelo y me acerqué corriendo a Nyo con algunas gotas saliendo de mis ojos.

- No no, Nyo-chan, ya está no merece la pena enfadarse con ellos, estoy bien, ¿lo ves? - dije abrazando a mi hermana y apretándola contra mi pecho - Vamos a comer ¿sí? Venga - agarré uno de sus brazos después de liberarla de mi abrazo y tironeé levemente de ella para acercarla donde estaba Simon intentando entrar en el comedor para olvidar todo lo que había pasado.

Lo cierto es que entre bajona, señas verdes y complicidad más que nada para con Tsuku, al llegar a la cafetería "junto" a ella y a nuestro capi...me perdí garrafalmente ¿cómo lo explico? Veamos:

¿Alguien ha sentido alguna vez como si hubiera estado viviendo dentro de un sueño (soñando ahí mismo, raro) solo para de forma completamente aleatoria despertar y ver que lo soñado (no lo soñado-soñado, sino solo lo soñado) de hecho si pasó? 

Luego de exhaustivo análisis he decidido llamar a dicho fenómeno pseudo-sonambulismo-engañoso-sustituto-de-memorias...pero bueno, que lo importante al fin y al cabo es lo que detonó dicho "despertar" (o pérdida) en mi mente ¿no? pues eso, que al fin reaccioné.

Dada mi única capacidad para resbalar de todo (o que se me resbalen las cosas) tras hacer lo propio con mi situación anterior, atenta de más me quedé al encontrarme con la visión de aquellos dos "gatos" con actitud poco amigable en las cercanías de Garret; Xue entró en pánico, o algo así, pues la verdad es que a mi y a mis bolsillos pronto nos sacó de la abstracción la propuesta de Tsuku, esa tienta al azar que como dirían mis abuelos solo favorece a una mente bien entrenada, que rige la vida en vez de la prudencia, como se suele pensar) y que para mi en aquel momento fue motivo de encender un alma apostadora...

— Obviamente apuesto todo mi dinero a... — a lo lejos noté la inminente intervención de un elemento extra gracias a mi agudeza para observar (y al tiempo, qué le hacemos) — A la profesora Dragunov — tras lo cual "convenientemente" todo el espectáculo mental y telepático fue llevado a cabo, dejándome con mueca triunfal hacia la stalker. Yo también tenía mis trucos escondidos, mis atajos, claro que todo eso se lo murmuré a fin de no exhibirnos como las que intentaban sacar provecho de aquel problema...

— ¡Gracias sensei! — incluso manifesté.

Tras lo sucedido Nyoko se sentía un poco aturdida, se había descontrolado de nuevo y quizás había hecho daño a esos chicos, por fortuna la profesora había intervenido para detener sus poderes, ella avergonzada dice:

Yo… no lo controlo bien… lo siento

Por fortuna rápidamente su hermana llego y prácticamente le saco de allí, ella asiente con la cabeza agachada, se sentía avergonzada, pero habían hecho daño a su hermana y no había sido capaz de controlarse, no era la primera vez que le pasaba, por eso permaneció en silencio mientras seguía a su hermana.

Con cierta molestia inicial vio como su poder se disipaba a causa del de la profesora. Chasqueó la lengua sintiendo que ahí ya no había nada que ver ni nada por hacer, después de todo la llegada de un profesor era el punto y final a cualquier discusión... Por el momento.  - Ahí os quedáis, yo voy a comer que para eso he venido. Se podía ver que no estaba muy amigable, empezó a caminar con calma llegando a la zona donde se tomaban las bandejas para ir a llenarse el buche. Una vez tuvo toda la comida se sentó en las mesas designadas para su curso y empezó a comer pasando de sus compañeros y quedándose inmerso en sus pensamientos. 

La chica de pelo negro te miró como si fueras el ser más tonto de la galaxia -¿En serio no tiene nada más que decir que "guay"?- te preguntó con tono despectivo, revolviéndose para que la soltaras mientras os miraba tanto a ti como a la doctora con asco -Me llamo Alecia- respondió claramente enfadada... más aún cuando preguntaste que "porque no le gustaba estar al mando" -¡Porque significa que Elize del susto se ha desmayado cerebro de pasa!- te respondió molesta -Yo solo salgo cuando ella pierde el conocimiento... ¡vamos! ¡Tengo que ser su niñera y no mola! ¡Y COMO NO ME SUELTES MUERDO!- terminó diciendo, amenazante.

Fascinante...- dijo la profesora mientras veía toda la escena desde la comodidad de su escritorio -Desde luego esto es algo que quisiera estudiar con más tiempo...- dijo, acercándose a una pequeña neverita bajo su mesa de trabajo -De momento... Aquí tenéis... vuestra comida. Necesitaréis energías para la clase- dijo poniendo ante vosotros un abundante plato de Kassler, para que pudierais comer.

Una vez sonó el timbre, el trayecto hacia clase acompañado de esta "nueva miembro" fue algo rara... pasando antes por vuestro cuarto para coger la guitarra eléctrica de ella... o de Elize...

Después de esa entrada tan rara al comedor, todo pareció normalizarse... y todos pudisteis comer con relativa tranquilidad, recuperando fuerzas para la clase que ahora os dictaba la siguiente campana: Combate, en el pabellón de realidad virtual.

Algunos de ustedes ya habían estado en esa sala antes y por ello se sabrían el camino, mientras que otros tendrían que ser guiados por sus compañeros de equipo o por el mapa de sus tablets, hasta llegar a la gran sala... que ahora mismo simplemente parecía un simple deportivo. Quizás para los que nunca la habían visto era una decepción; pero los que ya la habían visto sabían de sus posibilidades.

Esperándoos en la entrada, se encontraba una chica pelirroja que como mucho sería uno o dos años mayor que ustedes, vestida como toda una vaquera del oeste y con una katana de funda blanca y roja colgada del cinturón. Los más asiduos a la cinematografía femenina (Por ejemplo Laura... y por algún motivo Simon), podía reconocer que esta chica que os estaba empezando a saludar era la famosa actriz estadounidense Julia Barnes -Hello class!! Bienvenidos a la clase de Combate- os saludó a todos con una sonrisa...

Hasta que extrañada vio a Elize... y vosotros también; porque ahora la rubia de ojos castaños era pelinegra y de ojos rosados -¿Elize? ¿Nuevo look?- preguntó rascándose la cabeza... a lo cual la rubia solo desvió la mirada inflando los mofletes como si estuviera molesta.

La clase de combate era en principio una de las que menos le gustaban a Aki, porque prefería medir fuerzas mentales en lugar de argumentos físicos, pero por supuesto estaba más que dispuesto, estaba motivado de probar sus facultades y mejorarlas en cualquier contexto que los profesores le ofrecían.

Así que simplemente miró a la profe y esperó sus instrucciones.

De hecho, no la reconoció, como no estaba mucho de películas.

Por suerte nada había ido a más, sabía que mi hermana se sentiría mal por lo que había pasado así que estuve junto a ella todo el rato de la comida. Agradeciéndole también a Simon que saliera en mi defensa y a mi misma hermana que quisiera protegerme.

Después de comer nos dirigimos a la clase de combate. No era la clase que más me llamaba la atención, pero era verdad que, a parte de controlar mi poder, debía saber como manejarlo en combate, quizá así también evitase que se descontrolara y afectase a quien no quería. Estaba segura que Simon estaría más entusiasmado con aquella asignatura y que mi hermana sería la que con menos ganas la pillaría así que intenté mantener el ánimo, por ella.

- Simon, ¿como crees que será la clase de combate? - le pregunté a nuestro compañero de equipo.

— ¿Qué tal mi airosa estratagema? — pregunté a Tsuku puesto que obviamente no quería perder la oportunidad de presumir mi triunfo, en especial luego de que el pseudo-sonambulismo-engañoso-sustituto-de-memorias se me resbalara y a consecuencia fuera saliendo de la necesidad continua de sentirme una mierda para, bueno, volver a vivir, que esto solo se hace una vez y no es cuestión de volverme una emo como el nazi aquel de la peli…

Dado que el desayuno fue por lo demás tranquilo, terminamos relativamente pronto y ya para la siguiente clase llegamos a aquel lugar que antes me había causado gustito pero donde de una u otra forma empecé a joder las cosas; por un momento CASI entro en modo-bajona de nuevo, sufriendo flashbacks de una Vietnam que solo el asiduo lector y yo entenderíamos, sin embargo no podía dejar que se me resbalara el breve impulso que cogí antes ¡ánimo Trini, brilla aunque sea porque estás cubierta de aceite!

Junto al capitán del abrazo y la stalker escuché a la pelirroja no mucho mayor, sin embargo me fue inevitable el disociar (ala, verbo nuevo) cuando la doblepoderosa apareció ¡con cambio de look!

Ya quisiera yo poder hacer algo como eso, porque era cuestión de su particularidad ¿no? aunque no estaba yo bien segura de cómo, o porqué, pero me imaginé rubia, colorada como la maestra, con cabello a lo jícara…en fin ¿en qué estábamos? Ah sí, en que no entendí realmente la razón tras molestia ajena…

Buscando quizás eco giré a ver a quienes tenía más cerca, aunque aproveché lo mismo para además dedicarle a Tsuku un gesto específico de "sé que sabes que me debes”…

¿Cuál sería nuestra siguiente actividad, digo, además de estar ahí parados?

Con una cara de morros y un mordisco en el brazo aparecí junto a "Elize", a la cual guíe ya que no sabía el camino, ella llevaba su guitarra eléctrica. El cual tenía su apariencia normal o al menos la primera que conocimos, así que tampoco debía ser una extraña ya que tanto esa vez como esta estaba así tal vez era su estado predefinido o base. De todas formas fuera cual fuera la razón para mi mala cara esta desapareció cuando vi al resto del grupo y la profesora de Combate, salude con energía, mucha energía, toda la energía que había recuperado tras una buena comida e incluso arriesgue mi integridad física tocando los mofletes de mi nueva compi cuando esta se molesto con la profa.

- Alecia, resulta que Elize tenía dos poderes dentro, hicimos muchas teorías sobre que podía a ser pero cuando la doctora probó a hacer sus experimentos se desmayo y despertó Alecia... -explica mientras movía los dedos de forma circulas sobre los mofletes de la chica y solamente tras esa explicación parecía que mi cerebro había cogido carrerilla o algo que se dio cuenta de lo joven que era la profesora- Mmmm, señorita... ¿es usted nuestra profesora? Parece muy joven...

Después de comer marchó al pabellón de realidad virtual el cual observó con algo de aborrecimiento. - Que, ¿jugaremos como los críos?... Lo dijo en voz baja antes de que apareciera la profesora y sus ojos brillasen con determinación, sus labios dibujaran una sonrisa y crujiera sus nudillos. - Esto está mejor...  Estaba emocionado, con ganas de comenzar a pelear. ¡Por fin habría algo de acción! tanto meditar le parecía estúpido y sin sentido, lo suyo era más lo directo.

-¿Cuando empezamos? Miró a la profesora con una sonrisa y unos ojos que parecían los de un chico al que le gustaba probar su poder cuanto pudiera.

Simon miró a Kukiko con una sonrisa, encogiéndose de hombros -No tengo ni idea... ¡pero pinta interesante! Y la verdad, tengo curiosidad de porque esta profesora es la encargada...- comentó contigo el chico con cola, mientras que tu gemela de pelo rosado no se separaba ningún momento de ti, sin duda desasosegada y un poco asustada de tener que entrar en combate para una clase.

La ninja por su parte chasqueó la lengua ante la pregunta de su compañera de equipo -Era una pelea de gatos... la psico-rusa no vale, es como usar un jutsu de fuego para matar una mosca...- dijo la chica, no dispuesta a admitir que la habían derrotado -La apuesta se anula... aunque no apostaste nada...- dijo Tsuku, sintiéndose victoriosa... aunque la mirada de la hispana no la pasó por alto.

Laura miro con su rabia habitual a su compañero el chico de los tornados -¿Eso de críos viene con segundas ventoso?- preguntó la chica alzando la ceja, también crujiéndose los nudillos... aunque algo te decía que sus puños irían a un lugar donde no quieres tener uno. Y también vio a Axel con su agresiva mirada que tenía de serie -No juzgues las apariencias...- dijo simplemente, luego mirando a la profesora pelirroja, con curiosidad y suspicacia... pues seguro que la mujer ocultaba más de lo que enseñaba.

La profesora miró con cierta extrañeza a su alumna después de las palabras de Axel -Oooookey... entonces... ¿tengo cuatro alumnos a mi cargo y no a tres?- preguntó en general con el dedo frente a los labios confundida, aunque no esperó a que nadie respondiera, pues la última pregunta le era menos confusa que la otra -¿Y que si soy joven? De hecho la profesora Dragunov, la pequeña, es más joven que yo... y creo que la visteis en el comedor por lo que tengo entendido ¿no?- preguntó, antes de sonreír con cierta picardía -Pero no os voy a decir cuantos años tengo... eso nunca se le pregunta a una señorita. ¡Y ni se os ocurra buscarla en internet!- dijo con una risa simpática.

Entonces miró a Aer, el ansioso por empezar -Así que estas ansioso ¿eh? Bueno, no os haré esperar mucho... pero necesito antes hacer una pregunta- dijo la chica, mientras desenvainaba su katana... no para usarla sino simplemente para que la viérais, haciendo una pequeña exhibición de su esgrima, la cual era buena -¿Desarmados o armados?- preguntó la chica, mirándoos a todos -Necesito saber quien peleará con un arma y quien prefiere no usarla. Obviamente no os daré armas letales; pero... no voy a obligar a nadie a enfrentarse al primer día de clase con las manos desnudas si no quiere... ¡Así que empiece el casting de las armas! Decidme que queréis- dijo la chica con tono alegre, esperando vuestras respuestas.

En ningún momento me había planteado usar armas, ni tan siquiera pelear en el cuerpo a cuerpo. Levanté la mano con cierta timidez.

- ¿Debemos pelear cuerpo a cuerpo? - pregunté - Si es así yo prefiero ir armada - dije pensando más en la integridad de mis manos, intentando que la piel de estas no se viera a afectada por el contacto físico contundente.

La profe vio la mano de la Ikari azul y sin perder el tiempo le respondió -Obviamente no es necesario, también se puede pelear a distancia- explicó la chica con los brazos en jarra y su mismo tono alegre -Pero por experiencia se que TODOS los conflictos acaban llegando a las manos... ¡así que mejor ir preparado cuando eso ocurra! Si quieres ir armada, dime que quieres y te lo doy. Y eso se aplica a todos chicos- terminó diciendo la joven profesora... que como buena americana estaba dispuesta a repartir armas a todo el mundo que las quisiera.