Partida Rol por web

Dash miró a la twi'lek incrédulo. Ciertamente, la nave ya era de ellos, y a no ser que buscaran a alguno de los presentes, nada valdrían todas sus vidas para esa escoria.

Con la pistola blaster empuñada y a cubierto, todo lo que sea posible, disparo al primer trandoshano que se me ponga a tiro.

- De acuerdo, lo de darles la nave es una patraña y si nos matan se la quedarán igual, pero... ¿Y si les contamos que vamos en busca de un importante cargamento y que podemos repartir las ganancias con ellos? Cualquier cosa, alguna historia convincente para que no nos maten y sigamos en vida hasta que podamos deshacernos de ellos...

Mientras me dirijo hacia los trandoshanos para dispararles escucho la propuesta de la jedi me giro y les digo en un momento antes de seguir avanzando No me fío de lo que nos puedan hacer, no creo que sea buena idea negociar con ellos, aunque si perdemos el combate como opción b está bien pensado. Ahora voy a dispararles como tenía en mente que es lo que se merece esa escoria espacial. 

Me voy acercando con sigilo y a cubierto (si es posible, si no sin cubrirme) hasta que uno se ponga a tiro y le disparo.

Dash miró a Alik, sabiendo que esa clase de patraña espacial preferían quedarse con unos restos visibles (como los de la nave) a optar por un tesoro seguro que hubieran de buscar... Rendar se lo pensó, mirando a LE-BO, y justo cuando iba a intentar negociar con los trandoshanos, el rodiano Skee se adelantó con su bláster pesado...

¿Pero qué...? -masculló el piloto al ver a Skee adelantándose un poco hacia sus captores-.

El primer pirata reaccionó de nuevo, disparando con su bláster aturdidor a Skee, el cual se había adelantando un poco hacia ellos. El disparo impactó en el techo, sobre su cabeza. Sim embargo, el segundo de los tipejos hizo lo mismo y alcanzó al rodiano

¡Ja ja ja! -exclamó un trandoshano-. Fue entonces cuando los cuatro primeros que estaban apostado en la entrada llegaron hasta el cuerpo tendido de Skee, le arrebataron el arma y con su tremenda fuerza lo levantaron a pleno pulso.

¡Eh vosotros! ¡Los que estáis ahí! -gritó uno de ellos-. Tenemos a vuestro amigo: ¡¡le fulminaremos si no salís de una maldita vez de vuestro escondite!! -observásteis por la esquina donde estábais apostados, en el pequeño refugio de la bodega, y vísteis que dos sujetaban al rodiano mientras los otros dos le apuntaban con el bláster-.

- ¡Maldición! - mascullo - Ahora tienen preso a Skee.

Miro a mis compañeros.

- Tenemos pocas opciones. O atacamos o nos rendimos, pero no podemos dejar que maten a Skee. Creo que lo mejor, de momento, seria rendirnos y ya buscaremos la manera de escapar.

Permítame ama.- Le pedí a Alik mientras sorteaba a mis compañeros desde el final del escondijo donde estaba para llegar al pasillo. Si los Trandoshanos decidían disparar primero y hablar después mi cuerpo era el único que podía repararse, aunque por si acaso llevaba los brazos en alto.

C-1310D, relaciones cibernéticas-humanas.- Digo en cuanto estoy al alcance de sus pistolas.- Es un placer para mi negociar las condiciones de nuestra rendición con ustedes, excelentísimos señores piratas.

- ¡Cuidado Cetrece! - exclamo al ver lo que hace mi azulado amigo.

Realmente nunca sabes con que van a sorprenderte. Pienso sobre el androide. Al final resultará ser el más valiente de todos.

Me pongo alerta, con el sable en mano, dispuesta a intercedir en caso de que le disparen.

Gasheel aúlla con fuerza cuando ve caer a su amigo y sus ojos echan fuego al ver que le cogen, parece que está a punto de cargar contra ellos, perdiendo el juicio.

¿Te mandan a tí, "chapa-blanda"? -le dijeron a C-13- ¡Ja ja ja! Está bien -decía un como jocoso-, la única rendición posible es salir de ahí sin armas y con las manos en alto... -el droide de protocolo observó al instante que había catorce piratas, unos apuntando la entrada (la mayoría) y varios montando guardia por los pasillos; quizás afuera habría más-. Y no lo diré má veces, o salís de una vez, o este tipo pasará a mejor vida...

Entonces se llevaron a Skee tras colocarle unas esposas de rayos en sus muñecas, detrás de la espalda.

- Parece, amigos, que por ahora la mejor opción es rendirse. Si no lo hacemos nos matarán a todos y no podemos enfrentarnos a ellos, nos superan en número. Vivos aún tendremos alguna esperanza.

Dicho esto apago mi sable y espero que mis compañeros entren en razón.

Gasheel suelta un gemido apesadumbrado y, tras ver a su compañero, baja sus brazos, tirando su blaster pesado y saliendo del escondite. Se dirige hacia los Transdohanos enseñando las manos en gesto de rendición.

Soltásteis vuestras armas pesadas (Gasheel su ballesta y Skee el bláster pesado), dejándolas en el suelo. Dash hizo lo mismo, pensando que aquello era lo más sensato (si es que había algo sensato en negociar con piratas de esa calaña).

¡Cogedlos! -gritó uno de los piratas cuando entraron a por vosotros al ver que os habíais rendido-. ¡Que no muevan ni un pelo ni un tentáculo! -dijo otro-.

Rápidamente irrumpieron como pudieron en el escondite de la bodega, obligandoos a salir de allí lo antes posibles. Empujaron a Le-Bo y a C-13 con especial ímpetu, pues no les gustaban demasiado los droides. Acto seguido, a punta de bláster de disparo y aturdidores, fuísteis conducidos con las manos en la cabeza o en alto hasta la bahía de embarque de la fragata trandoshana. Vuestro carguero quedaba a un lado, mientras era del todo inspeccionado. Lo mismo hacía con vosotros, pues ahora érais objeto de una minuciosa e incómoda inspección.

¡Oh! No hace falta tanta rudeza, caballeros.- Me quejé ante los empujones.- Los droides sabemos andar solos.

Si puedo, escondo mi blaster de bolsillo.