Partida Rol por web

Al pájaro aventurero, al pájaro aventurero -y en la mesa de comunicaciones, mientras el suelo temblaba y arriba se sucedía la batalla en el planeta helado, un holograma os hablaba, cuya figura era un tipo esbelto, de pelo corto y algo blanquecino-. Habéis de volver de inmediato al nido. Es de vital importancia. El árbol está extendiendo sus ramas.

El holograma desapareció, haciendo aspavientos fruto de los daños en las comunicaciones. No obstante, el mensaje había llegado al senador Kyle.

Tras la inmersión del perro del Emperador galácico, Darth vader (así como su famosa legión  501th), en Hoth, la base Echo quedó localizada y destruida. Los últimos rebeldes aguantaron en el frente como pudieron, y sólo algunos grupos logaron depegar de las lanzaderas improvisadas en un fructuoso intento de huida. En una de esas naves estábais vosotros, y salísteis concretamente en un carguero corelliano YT-2400 (una verdadera joya). Antes de que las comunicaciones en la base fueran destruidas, Gibbon Ulric, un espía al servicio de la Alianza, había contactado en clave ("al pájaro aventurero") con el senador Kyle Risk, que se encontraba en Hoth durante la batalla.

Con él estaban su piloto y protector personales, un dug de buenos reflejos y un tipo sencillo pero ágil (sobre todo con su espada láser). Claro que, la estancia del senador Kyle sólo era conocida por su amigo Gibbon, que ahora le pedía regresar. El destino, la corbeta corelliana CR90, que se encontraba orbitando cerca de un pequeño cinturón de asteroides en la espina comercial corelliana...

Una vez que los repulsores os atraparon, manifesásteis la contraseña en clave y el motivo de la llegada. Kyle se encargó de esta maniobra y el dug se vió reducido a disfrutar del piloto automático. El computador de navegación siguió realizando cálculos de aterrizaje hasta llegar a la bahía de embarque. Y habiendo aterrizado y apagado los motores, descendísteis del carguero, y una figura os estaba esperando en pie.

Senador Kyle... bienvenido -dijo el tipo, que llevaba las manos en los bolsillos-. Me alegro que hayáis escapado con vida de esa masacre. Ha sido una gran pérdida... Un duro golpe para la Alianza.

A Gibbon le acompañaba una unidad R2 a su lado. Mientras hablaba, varios droides y empleados de embarque comenzaban a diagnosticar vuestra nave acerca de posibles daños, y comenzaron a repostarla y a comprobar los tanques de supervivencia interiores.

-Gibbon, amigo mío -le estrecho la mano- Ha sido duro, muy duro. Hemos perdido muchos buenos hombres en Hoth. Las tropas imperiales saben hacer bien su trabajo y se esmeraron a conciencia, pero afortunadamente, aunque heridos, la Alianza sigue viva. Muchos han caído, sí, pero otros muchos hemos escapado, aunque no tantos como quisiéramos. El Imperio no está dando caza y cada vez estrecha más el cerco sobre nosotros.

Durante unos segundos me quedo en silencio mientras a mi mente vienen los sonidos de las explosiones y los gritos de dolor, mientras pasan delante mía escenas de destrucción y muerte. Tras recuperarme miro a Gibbon y sonrío.

-Bien, ¿que es tan importante para llamarnos?

En silencio espere ciertamente a que hablaran, me gustaba escuchar lo que tenian que decir. Visto ropas normales, ya no soy un Jedi y no quiero aparentar ser uno, no ante las personas equivocadas, uno no sabe en que nivel haya traidores. Necesitan de nosotros, o solamente del senador, la política no es lo mío, a pesar de que ciertamente sé lo importante que es en estos momentos.

Es evidente que despues de un viaje largo y de tantas desgracias, lo que más quería en estos momentos es tomar una cerveza y olvidar toda esta mierda de mierdas.

¿Pero... acaso no he intentado cambiar?

No sé que demonios pensar, los últimos eventos y  ciertamente las muertes de inocentes me hacen pensar en la persona cercana a mi que murió por esta estupida guerra... si sólo se les pudiera detener, de alguna forma..

Hacer tu grano de mostaza...

Si eso decia el maestro... eso decía

Hago un saludo a Gibbon Ulric con la mano, directo y sin pretensiones de caerle en gracia. No conozco muy bien el papel de este hombre en la Rebelión pero supongo que siendo un contacto del Senador Risk estamos ante alguien importante.

Me doy cuenta de que sus droides y trabajadores empiezan a toquetear al "Pájaro Aventurero" a mí "Pájaro Aventurero", que no es que sea mío pero después de tantos viajes juntos así lo siento y no me hace ninguna gracia que lo manoseen sin mi supervisión.

Empiezo a meter mis narices en el trabajo de los droides, incluso a alguno le doy un galletazo al ver que trata a la nave como si fuese una cualquiera. -Así no idiota. Si vas a trabajar sobre esta joya más te vale hacerlo eficientemente, si no te entregaré yo mismo a los jawas.

Tampoco aparto mi vista de los trabajadores que repostan y llenan nuestros suministros. -Ineptos... siempre igual, con prisas y a lo loco. Como se nota que no han montado en mi nave...- lo digo lo suficientemente alto para que me escuchen y me doy la vuelta de forma altiva volviendo otra vez al lado de mis compañeros.

Verá senador -respondió Gibbon-. Nada más incursar la armada imperial en Hoth, el comandante de Inteligencia de Flota Prometheus me convocó personalmente para una transmisión. Mi idea es que usted estuviera presente, pues creo que necesitaremos de sus servicios. El comandante no ha dado más detalles por seguridad, ya que no se encuentra en esta corbeta. Si les apetece reponer fuerzas y descansar, puedo acompañarles. En un par de horas contactará con nosotros y otros miembros de la Alianza.

Los droides parecían tomarse ahora las exigencias del dug, y parecían muy acostumbrados a obedecer, pues suavizaron sus operaciones de repostaje y revisión. Y tras seguir a Gibbon por los pasillos de la bahía accedísteis al interior de las instalaciones de la corbeta. A través de sus pasillos blancos notábais el ambiente de ajetreo entre sus operarios.

Pasad al comedor, por favor -y una vez allí os sentásteis en una mesa circular y unos cómodos asientos-. Había una vitrina llena de comidas y bebidas. Aquel lugar parecía idóneo para descansar por momentos-. Y bien, cuéntenme -ahora os hablaba a los tres-. El potencia de destrucción en Hoth ha sido desproporcionada, por lo que dicen los primeros informes... Aún estamos evaluando los daños, aunque ya sabemos el resultado final de la base Echo.

Me siento un poco pensativo, lo que hablaba el hombre me interesaba ¿de que iba a tratar dicha reunión?

Por primera vez desde que me bajé hablo con algo de amargura, había sido toda una locura aquello.

En Hoth, el ataque fue contundente, la base Echo quedó localizada y destruida, algunos de nosotros pudimos escapar con las naves pero quedaron muchos por detrás, esperamos que hayan podido huir por  algunas vias alternas o subterraneas, pero no sabemos más... ha sido un hecho.... desastroso.
 

Aún tengo la esperanza que no hayan arrazado a todos los de la alianza... pero no sé si han tenido comunicaciones. Afirmo

Lo último era más una pregunta, pues desde que salimos las comunicaciones estaban anuladas...

Escucho con atención las palabras de Gibbon y la explicación Jnuth.

-Sí, fue un ataque a gran escala. Desde que la "Estrella de la Muerte" fue destruida, el Imperio ha estado persiguiendo a la Alianza con esmero y actuando contra ella de forma contundente. Hoth ha sido el último resultado. Hemos sufrido grandes pérdidas, pero, al menos tenemos el consuelo de que la Alianza sigue viva, y tal vez, si ahora somos prudentes, el Imperio pensará que ha vencido y nosotros podremos recuperarnos de las pérdidas para volver con más fuerza. Es algo que me gustaría plantear al consejo de la Alianza cuando sea oportuno.

Tomo un trago y como un poco.

-Bien, tras el ataque a Hoth, ¿que noticias hay de la Alianza?, ¿nos estamos reagrupando?

Camino por el lugar con cierta desconfianza, cuando veo a mucha gente a mi al rededor sin saber muy bien que están haciendo me suele ocurrir. Miro a todos con desprecio y no paro de refunfuñar en todo el recorrido de la corbeta.

Finalmente llegamos a la zona de descanso y el ver tanta comida y bebida me abstrae de toda la desconfianza anterior. -No hay mejor manera que olvidar que con un buen banquete.- digo a mis acompañantes antes de empezar a comer y beber como un poseso.

Ellos van hablando y mientras aprovecho para comer más y más. Ellos son los jefes y los que entienden de políticas y estrategias. Cada uno a su trabajo, mientras les salve el culo como he hecho escapando en Hoth que se den por satisfechos.

-Malditoz imperiales, si les cogiera no dejaba titeré con cabeza- digo mientras como y bebo, soltando algún que otro trozo de comida por la boca, algo cuanto menos, asqueroso. Me doy un golpe en el pecho para tragar mejor y sigo comiendo.

Como buen Dug, uso mis cuatro extremidades para coger diversas cosas, no todos son capaces de usarlas pero al haber sido entrenado como piloto es una buena ventaja.

Sigo escuchando la conversación sin perderme detalle, al fín y al cabo aunque no sea mi trabajo siempre es bueno saber como están la cosas.

Entiendo... -dijo Gibbon asintiendo a la explicación de Jnuth-. Por lo visto fue todo muy deprisa. Eso mismo aún nos preguntamos -le dijo al jedi-: justo antes del ataque contacté con el senador Kyle, y tampoco me dió tiempo a hacerlo con nadie más...

Acto seguido miró a Kyle.

En efecto, sigue viva, pero muy herida -le respondió-. Supongo que el comandante Prometheus nos dará los primeros pasos para cerrar los daños y volver a estar operativos por completo. Efectivamente, ya nos estamos reagrupando, senador.

Gibbons miró a Magwa, comprobando el contraste entre los modales a la mesa de aquel dug. El espía era el único que conocía la íntima relación profesional entre su amigo Kyle y aquellos dos tipos: su guardaespaldas y su piloto personal. Normalmente no se dejaban ver los tres juntos en la misma instalación, nave o simple habitación, pero en este caso el asunto era diferente: habían huido de Hoth muy deprisa.

Tras la comida pasásteis a un salón de descanso, no sin antes insistir Gibbons en que Kyle y sus compañeros pasaran un reconocimiento rápido por los droide médicos. Efectivamente, no habían sufrido daño alguno. Una hora después, Gibbons os condujo hasta una sala repleta de gente, en cuyo centro se erigía una mesa de operaciones y hologramas. Más o menos a la hora establecida, un holograma con un humano vestido de militar y bigote fino aparció en pantalla. Toda la sala enmudeció. Era el comandante de inteligencia Prometheus.

El holograma habló.

Amigas y amigos, les habla el Comandante Prometeus, de Inteligencia de Flota. Tras la desastrosa pérdida de la base Echo, hemos recibido un mensaje del Alto Mando. Hay que reorganizarse, pero aún con más poder. Es por ello que debemos buscar más aliados, tanto sistemas que se adhieran a nuestra causa como objetivos individuales. Éste es uno de esos casos: deben ustedes acudir a Itantir, la capital del planeta Mukuishi, en el sector homónimo. El contacto los encontrara en la taberna, “El Rodiano Fugaz”. Deben hablar con el dueño y decirle que "hay seis hombres bailando maracas en la calle sur"; tras esto el os conducirá hasta el pirata Secor Jagg, un Duro al que deberéis convencer de que dejar la piratería y que junto con su gran flota se una a la rebelión por una módica suma de dinero. Es un importante activo al que debemos acercar a la Alianza Rebelde, antes de que se adhiera al Imperio...

Ésta es sin duda alguna su mejor opción, y la nuestra..., y lo máximo que podemos ofrecer en estos momentos son 750.000 créditos, reparaciones en su equipo y libre navegación por las rutas vigiladas por la Alianza. No obstante, confío en su habilidad de regatear para lograrlo por mucho menos.

Dada la situación en que nos encontramos y la gran perdida de naves y gente que hemos sufrido pido voluntarios para realizar esta misión, creo que debo decirles que como de costumbre no será un misión fácil, así que les pido que lo mediten un momento antes de contestar. Espero noticias pronto. Y que la Fuerza os acompañe.

El holograma despareció, y entonces se produjo un enorme murmullo en toda la sala. Secor Jagg, un sibarita que trataba con los Hutts más duros "de tú a tú". Nadie podía saber, entonces, cómo reaccionaria el tal Jagg si alguien le ofreciera una oferta rebelde...

Miro el holograma y cuando escucho la clave solo hago una sonrisa.

¿"hay seis hombres bailando maracas en la calle sur"; ohhhh por favor quien demonios se inventa esas contraseñas?....  Es decir, se llega a una cantina llena de hombres rudos y uno le dice al bartender eso... seguro lo agarran a golpes. En fin, espero que haya música alta cuando eso ocurra...

Aún así.

Me ofrezco de voluntario

Miro al senador y a kyle. Como haciendole la señal de ¿le hacemos?

Sonrío ante el gesto de Jnuth, doy un paso hacia adelante, carraspeo un poco y alzo la voz

-Nos ofrecemos voluntarios -afirmo señalando a Jnuth y a Magwa-

No espero la respuesta de mis compañeros, aunque Jnuth ya se ha ofrecido voluntario. Miro a Magwa sonriendo porque me espero la reacción del dug

-Ahora tendrás la oportunidad de enfrentarte al Imperio.

Miro hacia Gibbon

-Necesitaremos toda la información que tengáis disponible sobre Secor Jagg, donde suele residir, contactos, zona de actividades, a que se dedica aparte de la piratería, etc., así como toda la información disponible sobre Mukuishi, Itantir y ese sector, incluso de la taberna donde vayamos a ir. En definitiva, todo lo que nos pueda ser de utilidad.

Miro mis ropas y pongo cara de circunstancias-. Necesito un disfraz, ropas que me hagan pasar desapercibido, si voy así llamaré mucho la atención y es lo último que queremos. Por último -me quedo en silencio- aunque se nos ha dejado claro las condiciones que le vamos a exponer en la negociación, quiero tener cierta libertad para acordar con él otras cláusulas, si fuese necesario. No monetarias, eso está claro, pero sí de otro tipo.

Me quedo quieto esperando una respuesta, mientras voy mirando de reojo a mis compañeros.

Requieren de nuestros servicios... Creo que les hubiese dado igual que nos presentáramos voluntarios que no o simplemente sabrían que lo haríamos y eso me hace pensar que nos tienen por un equipo eficiente y eso me enorgullece.

Asiento con la cabeza al ver a mis compañeros tan dispuestos. -Necesitaremos un buen mecánico para el carguero. Llevamos bastante tiempo solicitándolo pero aún no nos habéis asignado ninguno.- digo sin levantarme de la silla con un tono entre exigente y sugerente. Negociar tripulación no es un trabajo que tenga encomendado pero si alguien sabe lo que necesita nuestra preciosa nave ese soy yo. Además seguro que habría algún buen mecánico en la sala dispuesto a acompañarnos.

Me quedo pensativo intentando recordar cosas sobre el tal Secor Jagg, sé que he oido cosas sobre el durante mis viajes pero no consigo recordarlas.

Gibbon había conducido a su amigo el senador y sus compañeros, en última instancia, para ésta misión. Realmente le había dado muchos detalles para no filtrar información ninguna (ya se sabía que el Imperio podría tener espías en muchos sectores de la Alianza, al igual que ellos tenían todo tipo de infiltrados). No obstante, le sorprendió la idea de querer formar parte de esta empresa. Realmente era un trabajo diplomático, y quizá Kyle Ris, y su empática diplomacia podrían llevar a cabo esta empresa para la Alianza.

La sala, entonces, enmudeció y miró a los tres voluntarios. Éstos escucharon el planteamiento firme del senador, y lo que necesitaba.

De acuerdo -dijo Gibbon-. Yo puedo proporcionaros esa información una vez estemos de camino. De hecho, iré con vosotros -anunció firmemente-. Es posible que sea simplemente un paseo, o es posible que el Imperio ya haya seducido a ese pirata. Esperemos que no.

Un nuevo murmullo generalizado se produjo, y tras un rato meditando éste asunto, la sala comenzó a despejarse. Había mucho que hacer: reconstruir la Alianza y reforzarla.

No hay tiempo que perder, amigos. Vamos prepararnos -seguidme-. Y Gibbon os condujo por los pasillos blancos de la corbeta hasta una sala de transmisión, seguramente uno de los mandos tácticos de la nave. Tras contactar de nuevo con el comandante Prometheus, éste apareció de nuevo en el holograma.

Comandante, señor -dijo Gibbons-. Confié en no equivocarme, y así ha sido. El senador Kyle y sus hombres irán en busca de Secor Jagg. Esta misión no entraña demasiado riesgo, como sabrá por sus primeros contactos con el pirata, pero nunca se sabe: yo también les acompañaré.

Esta bien, señor Ulric -respondió el Comandante-, encárgate de equiparlos y guiarlos en la medida que lo necesiten. Intente no contactar con cualquier punto aliado o cualquiera de nuestros espías si no es estrictamente necesario. No queremos poner en compromiso nuestros planes. Mucha suerte.

El holograma desapareció mientras Gibbon asentía.
 

Tras volver a descansar, Kyle, Magwa y Jnuth se visitieron con cierta discreción, cubriendo sus ropas con ciertas túnicas oscuras. Realmente parecía que el senador había contagiado su aire señorial a sus compañeros. Gibbon también se preparó para la ocasión, y os comunicó que os estábais acercando al sector Elrood, cerca de Dagobah y Tantra. Desde allí habríais de viajar hasta el sector donde se encontraba Muishik.

Cuando todo estuvo dispuesto, los cuatro bajaron a la bahía de embarque. Los mecánicos de la corbeta corelliana comunicaron que vuestro carguero estaba a punto. Efectivamente, parecía como brillara con luz propia; como si la huida de Hoth tan precipitada no hubiera acontecido, el YT-2400 parecía impaciente por despegar. Tras subir por la escotilla, el dug se puso a los mandos de la nave, y tras las órdenes de los controladores de la bahía despegásteis, saliendo al espacio.

Voy a descargar en el ordenador principal las características del planeta Muishik, nuestro destino -dijo mientras comenzaba a teclear-. Entonces vísteis en la pantalla azulada los datos.

En cuanto al pirata Secor Jagg... -parecía dudar-. Es un Duro natural de Muishik. Algunos espías de Alianza que ya estaban en el sector Arkanis, que es hacia debemos dirigirnos, recogieron información acerca de él, sus actividades y sus pasos. No por nada en especial, pero siempre vendría bien si éste se aliaba con el Imperio... Es un pirata espacial, serio y egocéntrico. Le gusta vivir bien, pero no es el típico descerebrado: posee varios negocios francos entre los que se mueve, entre ellos la taberna "el rodiano Fugaz", como nos comentó el Comandante. Así no llama demasiado la atención a los ojos Imperiales.

Deciros que la Alianza jamás ha tenido un contacto directo o indirecto con Jagg, asique vamos "de primeras". Eso sí: su nombre se conoce muy bien en las calles de Itantir, por lo que debemos jugar con esa baza para esconder a priori nuestro interés. ¿Cómo veis la misión? ¿Algo que plantear?