Partida Rol por web

Allí muchos tenían los trajes sucios, y muchos tenían tal o cual pinta: ¡la cantina de Chalmun era la más conocida de Mos Eisley, por los océanos de Aquarium!, y aparte de ello estaba toda abarrotada. Lo único que Anzak hizo fue tomar las bebidas y acercarse tras de sus dos compañeros, que andaba revisando los reservados buscando, como él, algo... o a alguien.

- Pero que... - digo con tono mustio al reconocer al Gran que antes había estado en el palacio de Jabba. - Ya es coincidencia - doy un toquecito en el hombre de Darius, señalando al reservado - Creo que me voy a hacer amigo suyo, mientras tu sigues dando un vistazo.

Antes que el Gran reaccione, entro en el reservado y me siento a su lado.

- ¿Que tal amigo? ¿Es buena la bebida? - digo con tono amigal, para acto seguido poner un semblante más serio - Creo que nos estas siguiendo, ya en el palacio, y ahora aquí. ¿Qué es lo que quieres?

Anzak mira por la sala buscando un grupo de gente, no muy numeroso, que parezca que estuviera arreglando algo.

Antes de acercarse, el contrabandista mira como Clint se mueve hasta un reservado. Allí, ve como se entrevé la figura del Duros que estaba en el palacio de Jabba. 

Estaré atento mientras hablo con este grupo- se recuerda mentalmente Anzak mientras se acerca al grupo con su bebida en la mano.

- Buenas chicos, soy Anzak- se presenta el contrabandista- Me ha dicho el camarero, con el que acabo de hablar, que vosotros conocéis un piloto que busque un trabajo remunerado- mintió mientras miraba a cada uno de ellos como si dijese la verdad absoluta, muy seguro de sí mismo.

Mientras Anzak llevaba los tres vasos en su mano, veía que Darius y Clint estaban en un reservado con un tipo (este último terminó por sentarse junto aquel tipo, un gran). Darius aún permanecía en la puerta del reservado, de pie. Clint y el gran comenzaron a charlar. Anzak se acercó a otro de los reservados, en los cuáles vio a una catar, un gand, dos jawas y dos ithorianos estar charlando animadamente entre sí. Cuando éstos lo miraron, sus rostros poco amistosos querían darle a entender eso de "¡lárgate de aquí!"

Por su parte, Clint seguía charlando con el gran.

La mejor de la galaxia... -dijo el gran mientras giraba la cabeza al ver que el viejo jedi se sentaba juntos-. ¿Seguir? -dijo con sorna-... Mmmm... ¡Sí! -reconoció, de forma chulesca-. Brillábais a la legua tú, este de aquí -señalando a Darius- y aquel que va con las bebidas -decía traspasando con la mirada las cortinillas del reservado y mirando a Anzak- cuando entrásteis en el palacio de Jabba.

El tipo tenía algunas prendas simples, pero bajo ellas se dejaba entrever armadura como de cazarrecompensas.

En cuanto supe que érais forasteros me decidí: No sé a qué habéis venido aquí, pero tengo un asunto que os puede interesar; un asunto muy "enriquecedor"... para mí, ja ja -su básico era bueno, y su sonrisa... bueno, era la sonrisa de un gran-. Dile a tu amigo, el de las bebidas, que se mire en los bolsillos de la chaqueta. Te conviene hacerme caso -te espetó-.

Darius sostuvo la mirada de los tres ojos del gran sin mover un músculo.

-¿Brillo...de qué?- Preguntó escupiendo las palabras.

Para Ramkopf, la valía provenía de un código ético. La vida y la muerte eran parte de ese código y escuchó al alienígena con la soberbia de sentirse superior.

En cuanto supe que érais forasteros me decidí: No sé a qué habéis venido aquí, pero tengo un asunto que os puede interesar; un asunto muy "enriquecedor"... para mí, ja ja

-Ve al grano.- Le espetó con hosquedad.

Dile a tu amigo, el de las bebidas, que se mire en los bolsillos de la chaqueta. Te conviene hacerme caso

Los ojos de Darius se entrecerraron como dos navajas afiladas. Era la segunda vez que algo se le había pasado por alto, y esta vez no podría echarle la culpa a ninguna belleza twi´lek.

Cuando Darius le dijo que fuera al grano el gran apuró finalmente su bebida.

Está bien, está bien -levantando sus manos, como aquel que pretende dar a entender-. En el palacio del hutt, un tipo se acercó a ése, vuestro amigo -dijo refiriéndose a Anzak-, e introdujo algo en sus prendas mientras el rancor devoraba a aquel indeseable. Yo lo ví todo, y sé que ese tipo está siendo buscado AHORA MISMO -remarcó- por el Buró de seguridad imperial en esta ciudad... Concretamente por un agente twi'lek bastante cabrón... -os detalló-, y como se entere que habéis tenido algún contacto con él..., je je. Os digo: me importa una mierda el Imperio -no tenía pelos en la lengua-, ni tampoco me hacen gracia esos terroristas que se hacen llamar "Rebeldes", pero yo quiero pasta, un buen atajo de créditos -sonriendo-. Dadme un pequeño adelanto y no informaré que habéis tenido algún contacto con ese tipo -en realidad no lo habíais tenido, pero el gran lo aprovechaba para liaros-. ¡Ah! Ni se os ocurra hacer ninguna tontería: hay más ojos vigilandoos ahora mismo -se refería a los clientes de la Cantina de Chalmun- que todo un sandcrawler lleno de jawas. Si no me creéis, "comprobad" a vuestro amigo -y se recostó en el asiento del reservado-.

Darius escuchó al tipejo con la misma rigidez que había mantenido desde que entró en la cantina. Cuando explicó lo que quería, el caza-recompensas no desvió la mirada. Avanzó los dos pasos que le separaban del gran. Sin apenas mover los labios susurró:-...Lo siento Clint-

 Sin previo aviso puso su pistola sobre uno de los tres ojos del alienígena y disparó dos veces seguidas.

Atónito contemplo como Darius, casi sin mediar palabra, dispara a bocajarro a nuestro interlocutor.

-¡Por toda la especie de Kessel! -alcanzo a decir pasado el primer momento de estupor.

Rápidamente miro afuera del reservado, por si alguien se hubiera percatado de la trifulca que teníamos en ese momento.

El tipo, en verdad, no creía que íbais a disparar. Su plan era tan exacerbadamente complejo que creía teneros agarrados por las partes bajas. Claro que, para partes bajas, Darius parecía no quedarse atrás. Por ello, mientras aún Anzak no había entrado en el reservado, el cazarrecompensas disparó dos veces, ¡¡FASSSSSSHHH!! ¡¡FASSSSSSSSSHHH!! Un estruendo agudísimo pero leve hizo resquebrajar el rostro del gran, y su cuerpo se zarandeó un par de veces debido a los impactos justo antes de que su cabeza, ahora humeante, se estampara contra la mesa. La bebida que estaba tomando cayó al suelo. Darius y Clint se quedaron un poco atónitos (sobre todo el segundo), y la gente del bar exterior se había enterado (en parte, debido a la música del escenario) de lo que había pasado (quedándose también un poco boquiabiertos).

Te palpaste instintivamente el bolsillo y notaste algo duro, abultado. Al meter la mano, sacaste un pequeño objeto: era un holoproyector bastante pequeño y manejable.

   Darius arqueó una ceja mirando el cadáver humeante. Enfundó su pistola, expiró el aire que había ido conteniendo en sus pulmones y sopló sobre la cabeza del gran (o lo que quedaba de ella) para disipar el humo. El gesto no sirvió de mucho y decidió que lo mejor sería abandonar la cantina cuanto antes.

-Se acabó el mal trago.- Jugó con las palabras mirando el vaso derramado en el suelo.

Salió del reservado y se dirigió con paso tranquilo hacia la puerta por donde habían entrado.

-...amenazarnos con Jawas.- Bufó para sí. -¡JA!-

Ese cara-cabra era como toda la escoria de Tantooine. Si era cierto que sabía de la existencia de un agente rebelde, había hecho bien en eliminarlo. Rezó por que Anzak lo siguiera de inmediato y solo llevase una baraja de cartas en su bolsillo.

Anzak, antes de entrar en el reservado se palpó el bolsillo pues le pesaba más de lo normal. Al sacar lo que le estaba estorbando vio que era un aparato bastante extraño. Mirándolo con unpoco más de atención el contraandista se dio cuenta de que era un mini-holoproyector. Es entonces cuando empezó a atar cabos. Sus ojos se abireron sobremanera y apretó los dientes.

- Cagüen todas las supernov...- pero no pudo terminar la frase. Un par de flashazos seguidos de dos ruidos de disparos de blaster le hicieron callar y mirar en la dirección de donde proveían. Entonces vio coo Darius soplaba en los agujeros que tenia el gran en la cabeza y que supuestamente le había hecho su socio.

Anzak dejó las copas en una mesa, metió en una de ellas el holo y se movió hacia la salida. Justo en ese memoento se encontró con Darius que hacía lo mismo y le ganaba la delantera. No hacía falta que se hablaran entre ellos pues no er la primera vez que esto sucedía y en todas habían tenido que salir del lugar "cagando leches".

- Vamos, ya me lo contarás más tarde- dijo a Darius mientras le miraba seriamente.

   El rostro impertérrito de Darius se descompuso al ver como su socio dejaba el holoproyector en la copa. Resopló entre dientes en lugar de decirle nada a su socio...Después de todo, no podía saber lo comprometida que podía ser esa información para su causa. En lugar de eso, buscó con la mirada a Clint y trató de que el jedy salvase la situación antes de salir del local.

Aun estoy saliendo de mi asombro cuando me percato que Anzak y Darius emprenden la marcha para salir del local lo antes posible.

Me levanto como alma que lleva el sith y alcanzo a mis amigos.

- Realmente, entre el piloto medio ciego y esto, parecemos más un escuadrón suicida. Darius, no te sermonearé sobre lo ocurrido, sólo decirte que las muertes, y más si son así, no traen nada bueno. Siento decirlo y no te lo tomes a mal, pero solo se tiene que matar en defensa propia o si hay peligro para los demás. ¡Y ahora, larguémonos antes de que hagan lo mismo con nosotros!

Sigo andando deprisa con mis amigos, cuanto antes salgamos de la taberna antes nos alejaremos del peligro de una represalia por parte de los compañeros del finiquitado.

-No solo ha sido en defensa propia, sino agena- Gruñó frustrado. El entrecejo se le arrugó tanto que sus ojos grises casi desaparecen bajo las cejas.

-Cada uno tiene un don para salvar vidas- Bufó entre dientes.

-Este es el mío- Sentenció enseñando los dientes como un animal salvaje.

De nuevo desenfundó el arma a una velocidad prodigiosa y disparó hacia sus compañeros que lo seguían. El haz de luz pasó entre ambos e hizo estallar la copa (y el holoproyector) que Anzak había dejado sobre la mesa. Se dio la vuelta, corrió como el demonio.

- ¡¡Escuchalé a él ya que a mí no me haces caso!!- imprecó Anzak a su socio al escuchar el sermón de Clint y justo después echó a un lado la cabeza para salir de la trayectoria del blaster de Darius. Al girarse vio como la copa donde había dejado el holoproyector se había desintegrado de un disparo.

- Detodas formas no es nada nuevo, así que bienvenido- dijo Anzak a Clint como forma de explicar lo sucedido.- Si lo ha hecho es por nuestro bien, asíque tampoco le abronco mucho- continuó.

- Lo que no sé es por qué has disparado al holo...si aun sigue activo les llevará al bar, si no no hacía falta haber diparado.

El disparo de Darius fue impresionante. En mitad del bar sacó su arma y disparó una segunda vez, que no hizo sino hacer volar un láser y estrellarlo en la copa en la que Anzak había introducido el pequeño holoproyector (sin ni siquiera saber qué había dentro). El caso es que el camarero Wuher se quedó absorto (sobre todo al ver que ahora el tipo problemático, Anzak, parecía conocer al del disparo, Darius).

¡¡Eh vosotros!! -os dijo-, ¡¡Será mejor que os larguéis!! ¡Como Chalmun os pille os meterá el bláster por el c*** al saber cómo espantáis su clientela! ¡¡FUERA DE AQUÍ!!

Y era verdad. Quizá no lo sabíais, pero en aquella cantina, fueras quien fueras, todos respetaban eso de "no disparar" a las bravas. Chispa, entonces (que aguardaba en la puerta), se recompuso y salió junto a vosotros tres de la cantina más famosa de Mos Eisley, a todo trapo, claro. La noticia de vuestro encuentro no tardaría en llegar a los oídos de cualesquier (la Cantina estaba llena) a la redonda y quizá el haber matado a ese tipo y el segundo disparo no había hecho sino poneros un blanco de mira primordial en toda la ciudad portuaria...

Echásteis a correr por Mos Eisley como "pollo sin cabeza". ¿A dónde ir? Teníais el carguero en un muelle en plena reparación. ¡Ay! ¡Y ya fuera bueno que estuviérais rezando para que ese asqueroso gran no fuera un tipo al servicio del gran Jabba, pues la misma deuda que antaño hubiérais contraido. Corrísteius junto los resto de la nave colonia Reina Viuda, restos aún expuestos en el corazón de la ciudad. Allí se arremolinaban predicadores comunes con banthas, algunos jawas timadores y otros tipos de forma improvisada (mirándoos impávidos).

Cruzásteis también un tugurio que, por decirlo francamente, era una tienda de chatarra en la que se dibujaban en su entrada balaustres, antiguos proyectores de holovídeos, espejos rotos de vestíbulo, cunas de bebe decrépitas, y otra clase de cosas que no son de valor real para nadie excepto como curiosidades. Pero seguísteis corriendo, huyendo hacia el norte (pronto atravesaríais lo que venía siendo una tienda de armas (en realidad una construcción típica de Tatooine) cubiertas de armas nuevas, usadas, antiguas y modernas. Pero antes de que eso ocurriera, al doblar una esquina, Darius tropezó.

Cayó absolutamente de bruces y se golpeó la cabeza un poco (el hematoma no se lo quietaba nadie). Anzak y Clint (junto a Chispa) corrían detrás de él, pero se detuvieron. Darius se giró entonces para incorporarse, pero un tipo con una pistola bláster le estaba apuntando en la misma nariz, desde una posición superior.