Partida Rol por web

-¡Pirata!- llamó al cereano mientras se pegaba a la pared -Enciende los motores, necesitamos un poco de polvo-

-Que chispa desconecte también los repelentes electrostáticos- Pidió a sus compañeros.

Viendo que era imposible guarecerse en la pared curva, Darius se plantó en mitad de la escalera e hizo acopio de todas sus agallas para atraer la atención de los imperiales:-¿SÓLO HABÉIS VENIDO VOSOTROS?- Retó a los soldados. -¡BIENVENIDOS AL INFIERNOOO!- Gritó disparando su blaster como un poseso.

 Los disparos impactaron alrededor de la entrada, arrancando esquirlas de piedra smi-derretida.

Anzak salió de la cobertura de la escalera en dirección a uno de los rayos que ataba la nave. Mientras corría, miró a Ti-Dal-Yorg y le apremió.

- ¡¡Enciende la maldita nave, pero espera a que entremos todos para salir de aquí!! ¡¡nosotros nos ocuparemos de los rayos!!-gritó refiriéndose a Chispa y a él mismo.

- ¡¡Chispa!!, desactivemos los rayos tractores- le ordenó el contrabandista.

- Darius - aviso al contrabandista - me esconderé en la oficina. Ahora mismo seria un blanco demasiado fácil y acabaría muerto demasiado pronto. Allí escondido puedo coger por sorpresa a los que lleguen hasta aquí

Me dirijo a la oficina, buscando la protección de sus muros y quedarme rezagado esperando que llegue algún soldado.

El cereano corría hacia el espectacular carguero Rosa Azul. Miró a Anzak mientras corría y le asintió. De hecho eso mismo que decía el contrabandista era lo que él había propuesto en la entrada. Pronto desapareció subiendo la rampa de entrada de la nave ante la mirada atónita de los trabajadores de esa bahía de amarre.

Mientras Darius se prepara para dar cuenta a los troopers, llego al edificio donde está la oficina portuaria y me cubro en la esquina, de esta manera estaré alerta y veré a los soldados acercarse y tal vez pueda pillar a alguno de sorpresa.

Clint bajó hasta el hangar y se escondió en la esquina exterior de la sala que albergaba otras dependencias (y en la que Chispita y Anzak se habían introducido para desactivar los rayos tractores que hacían estabilizar a las naves en la bahía). Los disparos comenzaban sobre la cabeza del viejo jedi, protagonizados por el cazarrecompensas Darius, que aguardó preparado en la escalera de acceso a los sandtroopers. Cuando los dos primeros asomaron por la puerta... ¡¡FAAAAZZZZ!!, ¡Darius le administró un potente disparo bláster a uno de ellos mientras que el otro se asustó!

Algunos alienígenas estaban en la bahía (empleados del lugar) mirando atónitos la situación o cubiertos tras algunos de los generadores y carros de herramientas dispersos por la bahía.

Sigo alerta, a la espera de que lleguen los soldados, agazapagado detrás de la esquina, los músculos en tensión, los sentidos alerta, bastón cogido por ambas manos a punto de saltar cuando asomen los cabezas-blancas.

En la sala de mantenimientos entran como alma que lleva el diablo Anzak junto con su droide que le pisaba los talones. Arma en mano el contrabandista mira mientras apunta si hay alguna persona dentro. No tenía tiempo para convencerle de que no se metiera en medio.

- ¡¡Chispa, haz tu magia!! ¡¡Y date prisa o los sands nos harán carbonilla!!

Mientras decía esto el contrabandista miraba por las ventanas lo que hacía el personal del hangar por si tenía que intervenir, incluso si Darius aparecía por la esquina y debía echarle una mano.

Llevo un buen rato, oyendo el ruido de los disparos, cuando me repienso mi movimiento.

- ¡Qué diablos!- mascullo mientras salgo de mi escondite - No voy a dejar ese casco hueco solo con toda la diversión.

Me dirijo a la posición de Darius, situándome tras de él, dispuesto a entablar batalla si los soldados logran llegar hasta nosotros. Su armadura me sirve para protegerme y quedar fuera de la vista de los soldados.

¡¡BIII, biiipp, Fiuu Fiuuuuu!! -dijo Chispa como asintiendo a la órden de su amo justo antes de comenzar a introducirse en el programa del computador que manejaba los repulsores-.

Entonces oísteis todos cómo los aparatos retractores dejaron de emitir el zumbido característico, yéndose éste de más a menos hasta desaparecer. Os invadió la sensación de libertad con respeto a la nave. Clint, por su parte, en vez de correr hacia el Rosa Azul como Ti-Dal había sugerido, volvió con Darius a la escalera donde se sucedían los disparos. Darius apretaba su gatillo*, y Anzak se disponía a salir del pequeño edificio de varias salas**. El Rosa Azul, entonces, comenzó a emitir un tremendo rugido de potencia: cualquiera sabía que aquella nave sonaba refulgente y lista para ser usada en mil y una aventuras.

- ¡Bien Chispa!- Dice el contrabandista a su unidad R3 al ver por la ventana que los rayos retractores han dejado de funcionar-. Ahora inutiliza las rejillas de los Repelentes electrostáticos, así crearemos una pequeña nube de arena para enmascarar nuestra salida y que los sands no nos vuelen el culo...o eso espero. Cuando acabes monta en la nave y ayuda a Ti-Dal-Yorg, el cereano en lo que te diga para poder escapar de aquí.

Tras dar la orden a Chispa, Anzak salió hasta el quicio de la puerta, arma en mano, por si la cosa empeoraba y Darius y Clint necesitaban ayuda. también observó si algún trabajador del habgar se le ocurría la "brillante" idea de interponerse en el rapto de la rosa azul

Sigo agazapado detrás del cazarecompensas, es una buena protección.
Tenso los músculos, aunque da cuenta de los troopers, pueden ganar terreno y plantarse delante nuestro y entonces sí que podría intervenir.

¡¡¡FAZZZ!!!, ¡¡¡FAZZZZ!!!

Darius disparó al segundo en cuestión, alcanzándole casi en el cuello y lo tumbó en el suelo, pues su armadura lo protegió en parte. Quedó aturdido durante un instante. El otro sandtrooper (que ya estaba herido), disparó contra Darius, pero éste logró agacharse instintivamente (aunque el displaro bláster del sandtrooper fue muy cerca de Clint, que hallábase detrás de él).

Algo dejó de vibrar. Era como un zumbido inapreciable. Era como si desde el principio no notáseis que estaba allí, y sólo os diérais cuenta de que estaba en activo al haberlo apagado. Las rejillas que absorbían la arena que las naves y cargueros hacían volar habían sido inutilizadas por Chispa desde el mismo ordenador. Ambos dos salieron entonces del pequeño edificio y vieron a Darius disparando contra los sandstrooper. Tras de él estaba Clint, protegiéndose tras su armadura y sin mucho más que poder hacer... (¿Aún con esa edad tenía ganas de "jueguecitos" imperiales?). Anzak, pistola bláster pesada en mano, obsevaba la situación, y detrás de él Chispita. No quedaban empleados en la bahía de Amarre 94 (al menos visibles, pues algunos estaban refugiados en esquinas o tras cajas enormes de herramientas o cableado).

Y mientras estaba mirando la escena, un tremendo estruendo sonó en toda la bahía. A una altura similtar a donde estaban los sandtroopers y casi Darius y Clint, la puerta de la entrada de servicio (13), justo la que estaba enfrente del cazarrecompensas y el viejo jedi, había estallado (aunque sus bisagras no se habían desprendido de la roca aún), y Anzak comenzaba a ver tras el boquete inicial de tal puerta unas armaduras... ¡blancas!

¡¡PERO QUÉ COÑO HACÉIS!! -apareció Ti-dal-Yorg en la rampilla del Rosa Azul, semiagachado, sorprendido por el impacto de la puerta de servicio-. ¡¡Guaperaaass!! ¡¡Esto está ya a punto, joder!! -se refería a Anzak, y el carguero vibraba como para poder despegar ipso facto-, ¡Por todas las rutas estelares! -al ver a Clint y Darius en semejante embrollo-. ¡¡¡Corred a la nave, coj****!!! -gritándoles, al verles en semejante embrollo-.

-¡Cuidado! - grito al ver pasar un rayo de blaster justo delante de sus ojos - Uff, por los pelos...

Pero no puedo terminar la frase. De repente una tremenda explosión sacude el aire del muelle. Logro avistar que justo en el lado opuesto a nuestra posición una puerta casi ha salido volando por los aires, y eso no es nada bueno.

- Darius - logro chillar a mi compañero - Me encantaría zurrar de lo lindo a estos mequetrefes, pero uno no llega a tan viejo gastando energías en batallas inútiles, y menos si llegan más mequetrefes. ¡Vamos, salgamos corriendo hacia la nave!

Lo más rápido que puedo salgo disparado hacia la nave.

- !Anzak! - grito al contrabandista - ¡Fuego de cobertura o tendrás que hacer el viaje con un tuerto y un cubo oxidado como acompañantes!