Partida Rol por web

- ¡Claro que si Drochi! Necesito una ventana de acceso seguro al sistema. Probablemente tenga una configuración anti-intrusión que debas sortear para permitirme la entrada al directorio de enlaces... -. Una vez tranquila de que no hay "ojos" me quito el casco blanco y lo dejo a un lado para centrarme en la maquinaria. Para mí es como hacer un salto hiperespacial: todo a mi alrededor desaparece como si yo hubiera sido impulsada por un hiperimpulsor y sólo estuvieran los computadores y mi inseparable Drochi.

- ¡Drochi, como decimos en Arkania "sin correr pero sin parar"! Veamos qué tal se portan estas simpáticas computadoras...-.

Me lo tomo con calma y mucho cuidado e intento acceder al sistema de los ordenadores con ayuda de Drochi.

- Gente, yo no detecto nada, pero no nos confiemos. A veces la Fuerza me es esquiva. Mejor no bajemos la guardia y mantengámonos alerta.

Agarro bien mi bastón y miro hacia la puerta, pendiente de si se abre y entran invitados.

Nervioso como un animal enjaulado, el caza-recompensas se movía de un lado al otro de la sala.

Meter prisa a la joven solo lo empeoraría, pero por dentro no paraba de preguntar: -¿¿Te falta mucho???-

- Yo tampoco tengo nada- confiesa el contrabandista.

Anzak mira a sus compañeros para ver que tal se encuentran. Marael parece entregada a su trabajo, Clint un tempano de hielo y Darius como un rancor enjaulado.

- Bien, chicos. Vamos por el buen camino- dijo intentando animarles-. Nadie nos dijo que esto sería fácil.

- Marael. No te precipites tómate el tiempo que creas oportuno.

- Clint, concéntrate en...en tus cosas por si descubres algo.

- Darius, busca una silla y posiciónate al lado de la puerta, como si estuvieras mirando tus armas. Así tendrás el mejor sitio por si nos atacan. Aguanta amigo mío, seguro que salimos de esta- dice acercándose y dándole una palmada en la espalda

- Darius, busca una silla y posiciónate al lado de la puerta, como si estuvieras mirando tus armas. Así tendrás el mejor sitio por si nos atacan. Aguanta amigo mío, seguro que salimos de esta-

Darius tardó un instante en decidir cual sería la mejor posición de disparo pero negó con la cabeza. -Si nos ven atrincherados sospecharán en seguida.

Tienes razón amigo.-Dijo al fin - Si aparece compañía, es mejor dejar que entren. Cerrar la puerta y después desatar el infierno. No podemos arriesgarnos a que doblen una esquina, nos dejen atrás y puedan dar la alarma…Además- Sonrió bajo el casco. -Así el viejo podrá acertar algún blanco-

Mientras Drochi se apuraba en presentarle a su dueña un lienzo donde poder programar una llave y una cerradura y colarse en el sistema, sus compañeros parecían algo nervisoso. Básicamente Darius, que no le gustaba ni un ápice esa sensación de espera en medio de la tensión. Tal vez Anzak hubiera estado más acostumbrado en este tipo de situaciones (por ejemplo, durante la espera de un registro de su nave en un control aduanero imperial...). El caso es que el Jedi no logró discernir con su olfato de la Fuerza más allá de las cuatro paredes, y tras unos minutos en los que Marael estaba muy concentrada ésta logró dar con lo que buscaba... (al menos, logró dar con algo que podría interesaros). No obstante, tenía que liberar la información del sistema de seguridad, y eso llevaría otros dos minutos. En ese tiempo, la compuerta automática se abrió, estando Darius a su lado.

Allí apareció un soldado de asalto que hacía ronda en los pasillos de ese piso inferior. En un principio vió a Darius y Anzak allí dentro, con los trajes, y nada sospechó. Pero levantó la vista y vió que otro soldado estaba tecleando algo en uno de los computadores, y le pareció extraño. Acto seguido, en esa misma fracción de segundo, confirmó sus sospechas al ver al anciano jedi allí de pie. Ni tan siquiera pensó que era un prisionero. Entonces levantó el arma con intenciones hostiles...

Durante un lapsus el tiempo se detiene. Un frame instantáneo justo cuando aparece el soldado imperial en el que todos estamos inmóviles. Cuando ese laaaargo microsegundo pasa un caos de disparos y movimientos esquivos se desata en la sala de ordenadores que ignoro de vuelta a mi hiperespacio virtual. Mi CCI (Control Coercitivo Inmediato) ha creado un acceso al sistema de datos que puedo usar como arma y armadura virtual para enfrentarme contra los potentes programas anti-intrusión imperiales. Segura y confiada introduzco los comandos y entro sigilosamente en el sistema. Todo va bien.

- ¡Excelente trabajo Drochi! Tu programa-palanca va genial y estoy a punto de llegar al sistema central de procesos

Totalmente centrada en mi trabajo sólo me falta un paso hasta acceder a la base enrutadora. Entonces un descomunal programa de protección aparece bloqueando el acceso. ¡Bendita Nha-nha! ¡Qué pedazo de código que lleva este gorgojo! - ¡Drochi ¿lo ves? El comité de bienvenida. Estate atento porque no tiene pinta de ser amistoso.

Vaya, tenemos compañía... pienso al ver entrar al soldado de asalto a la sala.

Evidentemente sospecha algo, al vernos aquí toqueteando los paneles. Pero el muy insensato en lugar de preguntar, se pone a disparar.

- ¡Soldado! ¿Eres de gatillo fácil, eh? - al ver sus intenciones alzo el bastón dispuesto a bloquear sus disparos.

Darius reaccionó como una cobra poniéndose detrás del soldado para cortarle la retirada.

-¡Agáchate insensato!- Advirtió al viejo y a continuación descerrajó una ráfaga de disparos en el punto débil de la armadura del imperial. La nuca del infeliz prendió fuego por las descargas láser.

Al ver que se abría la puerta, Anzak se giró y miró sorprendido al tipo que acabab de entrar. Parecía más perdido que ellos, pues no se esperaba que aparecieran ahí personas y menos un civil.

El contrabandista sonrió divertido por lo y levantó su blaster y apuntó al soldado.

- ¡¡Tira el arma o eres soldado muerto!!- ordenó al tipo antes de que pudiera disparar.

De pronto la sala se convierte en un campo de batalla. El cabeza-hueca disparándome, Darius apretando el gatillo y Anzak como siempre parlamentando. Al menos Marael seguía con lo suyo.

Me concentro en mi fiel aliada, y percibo, noto, veo en mi mente los disparos que me hace el soldado de asalto. Muevo el viejo bastón con mis manos para parar los mortíferos disparos.

Cuando la puerta se abrió, Anzak le dedicó unas ínfimas palabras de rendición, justo después de las que el jedi también le había dedicado. Darius no se lo pensó y en vez de hablar, descerrajó varios disparos a bocajarro. El primero de ellos golpeó directamente en la cabeza, haciendo caer al tipo de inmediato. Ni los cascos imperiales podrían aguantar un disparto tan certero y a tan poca distacia. El imperial cayó muerto al suelo.

Esos momentos fueron preciosos para que Marael acabara de transcribir código en información que pudiera leerse. Por fín pudo dar con la información que allí adentro se guardaba celosamente:

Misión de la base: "DP1D002: base militar de confinamiento y seguridad de reciente construcción . Prisioneros especiales, interrogatorios especiales".

Notas acerca de la base: reciente inestabilidad, indicios confirmados: Prohibido el acceso con armas pesadas u otros objetos que representen peligro a excepción de un asalto.

Código de acceso maestro para todos los accesos de prioridad alta y baja: 945TS2KF83JD

Registro de Miembros rebeldes descubiertos a fecha diaria:
- Talen Arrgrus - humanoide
- Corin Tabis - rodiano
- Marden Aloris - twi'lek
- Sunnhi Johk - humanoide
- Alen Zarotov - humanoide
- Morr Engart - humanoide

Miembros cautivos hasta en la base:

- Morr Engart. Bloque de Celdas. Celda A. --> Previsión de ejecución: ... día... (mañana)

Mapa de las instalaciones:

¡Bravo jefa! ¡Lo logró! -decía Drochi una vez habíais extraído todos los datos-. Los almacenaré en mi memoria interna.

   Darius se agachó junto al cuerpo del soldado que acababa de abatir y examinó el cuello del imperial. Pronto explicaría que su único interés estaba en su armadura. El caza-recompensas se levantó y pasó por encima del cadáver con agilidad.

A continuación se inclinó sobre el terminal que manejaba su nueva compañera: -Bien echo jovencita. Solo había que darle a la tecla adecuada- Sonrió quitándole importancia al extraordinario hackeo que acababa de realizar la arkaniana.

Ojeó los mapas con rapidez y trató de memorizar los caminos a las distintas salas.

- ¿Que hay en cada sala? ¿No hay una leyenda?- Atosigó a la joven. Su actitud impaciente se detuvo al descubrir las celdas y peor aún, que había programada una ejecución en las próximas horas.

-¿Pensáis lo mismo que yo?- Dijo volviéndose hacia sus compañeros. Solo pudo ver la cara del jedy, pero conocía a Anzak de sobra para saber su reacción.

-Si no hacemos nada extraño, podemos seguir pasando desapercibidos gracias a las armaduras. ¿Qué te parece si te pones la suya?- Dijo a Clint señalando al soldado abatido. -Por delante está perfecta- Se encogió de hombros.

-Llevaremos al soldado con tus ropas a una celda y sacaremos a los prisioneros que podamos; empezando por el señor Engart. Si el imperio los tiene en una base secreta, es que no son delincuentes- Dedujo.

-Antes de dejar este terminal tenemos que saber dónde colocar las cargas- Señaló la pantalla.- No podremos ir muy lejos con un fujitivo como compañía- Se lamentó

Estoy realizando mis movimientos con el bastón cuando de repente el soldado cae abatido por la ráfaga de disparos que provienen del bláster que blande Darius.

- Vaya chico, no diré que lo tenía todo controlado porque se agradece tu ayuda. Al final me acostumbraré a que me saques las castañas del fuego.

Me apoyo en el bastón mientras escucho la propuesta del cazarrecompensas.

- Me parece bien, debemos salvar a todos esos rebeldes e impedir esa ejecución. No es que me haga mucha gracia ponerme uno de esos trajes, ya lo sabes, pero dadas las circunstancias tal vez sea lo más sensato.

Me acerco al soldado abatido y empiezo a sacarle la armadura.

- Espero que sea de mi talla. Tendré que pensar como llevar el bastón, me lo tendré que colgar cruzado por la espalda o algo así...

-Úsalo para “inmovilizar al preso”- El caza-recompensas echó los codos hacia atrás y señaló la espalda indicando como se usaba una porra para trasladar un preso. -Es una técnica muy habitual. Levantará menos sospechas-

- Morr Engart - humanoide

Miembros cautivos hasta en la base:

- Morr Engart. Bloque de Celdas. Celda A. --> Previsión de ejecución: ... día... (mañana)

¿Así que estás aquí? ¡Por los pelos!  Es una pequeña sorpresa leer el nombre de mi mentor rebelde y aún más saber que hay una sentencia de muerte sobre él en ciernes. Recuerdo entonces las palabras de Anzak:

- Bien, ya que lo preguntas te lo diré- dijo mirando a Marael-. Tenemos la misma misión que tú...pero no te diré más hasta que hayamos acabado la misma...eeeh...pues eso, la misma misión.

... Se notaba que el contrabandista tenía algo en la mente, pero era reacio a comentar nada más.

Afortunadamente Drochi me saca de mi ensimismamiento y me obligo a centrarme en mi trabajo. Así que mientras busco cual es la Celda A y el camino más rápido para llegar al bloque de celdas se lo explico al resto del grupo.

- ¡Perfecto Drochi! ¡He encontrado a Morr! Por lo visto está encerrado en la Celda A del bloque de celdas en esta base imperial. Drochi ha guardado los planos de la base y la información de alto secreto.

Darius esta sorprendentemente nervioso para como él suele ser así que lo fulmino con mis albinos ojos para que me deje trabajar tranquila. Me contengo para no soltarle ningún improperio pues ya he visto lo peligroso que se vuelve cuando está fuera de sí. 

- Estoy intentando encontrar el bloque de celdas "gatillo fácil" - le digo sin que mis ocho dedos dejen de teclear instrucciones.

- Mientras decidís qué hacer con el soldado ¿alguien me puede explicar por qué no me dijísteis que Morr había sido hecho prisionero? Me imaginaba que algo le había pasado porque sinó él os habría acompañado. Pero pensaba que estaría herido pero a salvo en algún tugurio de Moss Eisley o de los alrededores. Creo que va siendo hora que me contéis cómo habéis llegado hasta aquí. 

Despojo al soldado de su blindaje y me lo miro con detenimiento.

- Espero que no huela mal, encima de estar encerrado sólo faltaría empaparse del hedor de un cabeza-hueca. ¿Pero cómo pueden taparse la cabeza con esto? - digo mientras aguanto el casco con mis manos - Acabaré cogiendo claustrofobia...

- Yo voto por soltar al prisionero y borrar la lista de ese registros de rebeldes.

Cita:

Miro a mis otros compañeros, con una expresión de mi cara que dice que tal vez tengamos que ser sinceros con la chica.